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Tina Bauer
INVESTIGACIÓN DE UNA COMUNIDAD COERCIVA


Lo que los hermanos aprenden el uno del otro, aun cuando constantemente se pelean
Según la opinión de investigadores del comportamiento de los  hermanos vehementes emociones frente a hermanos y hermanas son normales, tanto el odio como el amor. El psicólogo Hartmut Kasten afirma que es típica para la relación entre hermanos la presencia de sentimientos tanto negativos como positivos. A pesar de que esta dinámica existe desde tiempos inmemoriales, recién desde hace 25 años, los científicos se ocupan intensivamente con investigación de la conducta de los hermanos. Y se ha llegado a la conclusión de que los hermanos y las hermanas ejercen una influencia al menos tan importante como si los padres.
La influencia es grande aun ya tomando en cuenta la gran cantidad de tiempo que comparten los hermanos. Ya los niños de un año tienen una trata casi igual con los hermanos como con la madre. A la edad de tres a cinco años los niños pasan el doble de tiempo son sus hermanos o hermanas que como son su madre. Kasten nos dice: “La relación hacia los hermanos, es la relación más extensa de nuestra vida.” Franz Neyer, psicólogo de la personalidad afirma: “en el curso de la vida la relación entre los hermanos en la mayoría de los casos realiza una curva. U.  gran cercanía en la infancia, luego en la pubertad, la distancia mayor se produce normalmente, cuando cada uno está ocupado con su profesión, su pareja, y sus propios hijos. En la vejez, a menudo la relación se torna nuevamente más estrecha.”
En los dos primeros años de su vida en común, los hermanos pasan por tres frases: desde el nacimiento del menor hasta el octavo mes, todos sienten curiosidad y traban conocimiento. La segunda fase, que se extiende aproximadamente hasta el décimo sexto mes del hermano menor, a menudo es extremadamente difícil: el bebé se convierte con rival. Adquiere movilidad, se generan conflictos, por ejemplo cuando derrumba una construcción minuciosamente realizada con cubos por el hermano mayor, o cuando se entromete en el momento en el cual el mayor se acurruca en los brazos de la mamá. En la tercera fase que se extiende alrededor de los 17 a los 24 meses, la rivalidad se aminora nuevamente - ,lo que no excluye las peleas. Laurie Kramer de la University of Illinois ha descubierto que los hermanos en la edad entre los tres y los siete años, 3,5 veces se enfrentan por hora. En la edad entre los dos y los cuatro años las peleas se producen hasta cada diez minutos. Este hecho puede ser casi insoportable casi insoportable para los padres y requiere además un gran esfuerzo por parte de los niños, pero es muy instructivo: “La relación fraterna ofrece posibilidades de desarrollo que no poseen otras relaciones cercanas”, nos dice la psicóloga Jennifer Jenkins de la University de Toronto. Según la opinión de Laurie Kramer, los niños necesitan mayores competencias sociales y emocionales para poder manejarse con los hermanos que con los padres. Los padres y las madres a menudo ceden, se rinden, los hermanos en cambio son compañeros e interlocutores de iguales derechos y muy tenaces, sobre todo, cuando no existe mucha diferencia de edad. Para poder manejarse entre sí, los hermanos y las hermanas tienen que aprender tempranamente a comunicarse con claridad, a discutir, a gestionar y finalizar conflictos, nos dice Kramer. La condición previa fundamental para todo esto es la capacidad de poder ubicarnos dentro del otro ser y tener comprensión con respecto a sus sentimientos y pensamientos. Esta así llamada Teoría mental, los niños con hermanos mayores la desarrollan con anterioridad a los niños únicos, o los niños primerizos. El motivo podría ser que los niños con hermanos en la familia más que el doble de las veces hablan acerca de sentimientos y de pensamientos como los niños únicos. “Este tipo de charla casi siempre se produce en ocasión del juego con el hermano o la hermana. Los primerizos en cambio se destacan en los test de inteligencia con varios puntos de ventaja frente a los hermanos que les siguen. Los psicólogos aducen a este hecho entre otras cosas a su rol como docente frente a los menores.
Muchos investigadores de la vida en familia ahora están convencidos de que los hermanos se educan mutuamente, colocando de esta manera para el posterior trato con el cónyuge o el colega de esta manera para el posterior trato con el conyugue  o el colega laboral. Kasten dice: “lo particular en la relación entre los hermanos es el vínculo creado por el destino”. No podes elegir nuestros hermanos ni tampoco podemos finalizar la relación hacia los hermanos tal como podemos hacerlo con una amistad. Raphaela Reindl, colaboradora del Instituto de la Juventud en Munich dice: “Circunstancialmente, hermanos están obligados al debate con una persona, con la cual de otro modo no quisieran tener trato alguno”. De esta manera empero aprenden que podemos respetarnos y queremos aun cuando las opiniones o caracteres se diferencian. Y practican todos los días el juego cambiante del ceder y del imponerse. Quien en la infancia logra manejarse de buena manera con sus hermanos posteriormente en la vida posiblemente podrá dar muestras competencia social y también podrá dar buena solución a los conflictos que se presentan en la escuela.
Kastan dice: algo pueden aportar los padres para influenciar positivamente la relación de sus hijos, pero mucho también depende de factores que el padre y la madre  no pueden modificar. Por ejemplo del género y la diferencia de la edad. Generalmente cobra validez: cuanto menor es la diferencia de la edad tanto mayor es la proximidad, pero también el potencial conflictivo. Los varones que nacen con poca diferencia de edad frecuentemente compiten entre sí. A la edad entre los tres y los cinco años al respecto se trata mayormente del amor y del reconocimiento por parte de la madre. Kasten opina: “la mayor proximidad a menudo existe entre dos hermanas, a pesar de ello, pueden producirse vehementes peleas, en las cuales las niñas empero en menores oportunidades llegan a las manos que los varones. Esto empero no significa que las discusiones sean menos violentas. Al mismo tiempo, la función de ejemplo del niño mayor para el menor, frecuentemente es muy fuerte, en el caso de hermanos del mismo género: “una niña de doce años no quiere ser como su madre – se fija lo que hace su hermana de quince años”, dice Laurie Kramer. La relación entre hermanos de ambos seños, generalmente es menos tenso. Varones y niñas, por tener intereses y ejemplos diferentes, tienen menos motivos de rose. En la constelación “hermana mayor – hermana menor”, pueden producirse conflictos violentos, tan pronto que en la época de la pubertad, el varón adquiere superioridad física. Entonces, casi obligadamente, pone en cuestión el reparto de rol habido hasta  ese entonces. Según la experiencia de Kasten, el funcionamiento más armonioso está dado en la combinación hermano mayor, hermana menor, con tres a cuatro años de diferencia de edad. Afirma Kasten que con esa constelación se producen los menores casos de divorcio delos padres. El varón puede – y   experimentar sus condiciones varoniles como hermano mayor. La niña con sus condiciones femeninas encaja perfectamente en el rol de la hermana menor. Ambos encuentran el reconocimiento de los padres por el hecho de corresponder a los tipos esperado de roles.
Otros hermanos a su vez tienen que conquistarse trabajosamente un nicho dentro del círculo familiar, en el cual son reconocidos sin la amenaza de competición. Este proceso es señalado por los psicólogos como “de-identificación”, que puede acontecer tanto consciente como inconscientemente. El sentido de la de-identificación es posiblemente reducir la rivalidad, los celos y la envidia. El mecanismo cobra un efecto mayor en cuanto más semejanza existe entre dos hermanos. La teoría está avalada por numerosos estudios: los mellizos que comparten su desarrollo, se diferencian en medida mayor en su personalidad, sus preferencias y sus rechazos, como los mellizos que fueron separados al cabo de su nacimiento y que por lo tanto no han estado expuestos a la presión de tener que trazar límites. Las niñas con hermanas mayores, a menudo tienen intereses que son considerados poco femeninos, tales como técnica, o jugar al futbol; hermanos con poca diferencia de edad se diferencian en su personalidad en medida mayor que aquellos que nacieron con gran diferencia de edad. Los padres deberían fomentar tales diferencias y tratar de lograr que cada niño pueda encontrar su nicho libre de competencia. La colocación de una etiqueta tal como “el grande” y “el chico” es de hecho perniciosa y puede marcar a una persona de por vida, dice Kasten. Cuando en cambio cada niño ha encontrado su nicho, el hermano menor, musicalmente dotado, puede destacarse en su rumbo y no tiene que competir constantemente con el hermano mayor en el campo del deporte.
Así y todo siempre habrá pelea. El escritor Kurt Tucholsky lo ha formulado de esta manera: “los indios ya sea que se encuentran en la senda de la guerra o fuman la pipa de la paz. Los hermanos dominan ambos hechos.”

22.2.2013

Saber escrito en estrellas
en letras de oro labradas…
blanca radiancia sobre la arena.
Como en el ciclo, así en la tierra.
ojos sabios leían otrora
su escritura acumulada
de eones, siglos pasados,
y grabados del mañana.
saber primero
que hacia el futuro ofrenda
su luz dorada