Renata Wispler
EL NIÑO AUTISTA-
EL EJEMPLO DE UN CASO
A causa de la multiplicidad de síntomas
asociados al autismo, en la actualidad en el caso de este fenómeno se está
hablando de un trastorno de espectro. Esto es sabido por todos nosotros. En
este aporte, no trataremos a estos síntomas autistas en general, sino, que
trataremos de mostrar como los mismo se reúnen con otros síntomas, pudiendo
actuar de manera intensificadora sobre los mismos. Al respecto, nos ocuparemos
del ejemplo de un caso. Se trata de un joven, que por entonces tenía doce años
y medio.
LA FIGURA
EXTERNA
Era muy grande para su edad, vigoroso pero no
gordo, el perímetro de la cabeza esa llamativamente extenso (3 cm por encima
del término medio). Sus mejillas siempre eran rojas. Tenía pelo tupido y
resistente y muchos remolinos, La base de cabello estaba muy avanzada en el
frente. En ocasión de esfuerzos sudaba fuertemente en la cabeza y tenía manos
húmedas. En relación con las piernas, el tronco era muy largo; la región lumbar
era levemente cóncava y hombros péndulos, orientados hacia adelante. Los brazos
eran largos, los dedos relativamente cortos. Tenía leves anomalías en los dedos
de los pies. Sus movimientos eran lentos y torpes, con respecto a la motricidad
gruesa. La motricidad fina la lograba mejor. La musculatura de su abdomen era firme,
tenía tendencia al dolor de vientre. En lo físico se hallaba en la
pre-pubertad, no así en lo anímico.
LA SITUACIÓN
BIOGRÁFICA
Era el segundo hijo de los padres, pero, como
el hermano era mucho mayor, tuvo las vivencias del hijo único. El embarazo y el
parto habían sido sin pormenores llamativos. Fue amamantado mucho tiempo, y
como lactante era inquieto. En la casa vivía una abuela discapacitada, con la
cual tenía un vínculo muy estrecho. El desarrollo de sus movimientos se produjo
con lentitud, también el habla llegó tarde; el mismo empero prontamente se
agilizó en la expresión.
En el jardín de infantes han sido los
rituales, los cuales le permitieron orientarse. Realizaba únicamente sus
propios juegos, prestando atención empero, con respecto a todo lo que acontecía
a su alrededor. En la escuela estaba sobre-exigido a causa de los muchos niños
del grado y el frecuente cambio de los maestros. Los compañeros lo maltrataron
y lo apartaron. Tuvo dificultad con la escritura. Cuando tuvo diez años,
falleció la abuela. Al mismo tiempo comenzó un bloqueo del aprendizaje y de la
escritura. A causa de su capacidad del
manejo con el habla, así y todo, con el 5° grado entró a la escuela global.
Allí prontamente se hallaba absolutamente sobre-exigido, sobre todo, a causa de
los grandes grupos de niños, siempre cambiantes. En el hogar estuvo su
expresión en el hecho de que en medida cada vez mayor en determinadas nociones
y secuencias, forzadas de su cumplimiento con ataques de ira. Luego hizo
desaparecer cosas en el hogar, hecho que empeoró aún más la situación hogareña
y condujo a la edad de doce años a una asistencia en el marco de la ayuda
infantil y juvenil.
MODOS DE
COMPORTAMIENTO
En todo lo que hacía, el joven experimentaba
una fijación. Tenía que acontecer que portaba dentro de sí, en sus ideas plenas
de fantasía. Cuando la realidad ostentaba otra cosa, pudo perder el control de
sí mismo y estallar peligrosamente en ira. Una vez desahogado, se sentía mejor,
mostrando desconcierto al contemplar el daño ocasionado. Al estar solo y poder
llevar a cabo sin ser molestado una misión encomendada, cumplía la tarea con
gran perseverancia. Al estar presentes otros alumnos, les entregó la ejecución
del trabajo –a la vez de tener la sensación de que él mismo lo estaba haciendo.
Al producirse luego algún acontecimiento por el no previsto, esto nuevamente
era motivo para estallar en ira.
Amaba la comida; todo lo devoraba, sin poder
llegar a una sensación del estar satisfecho. Hablaba constantemente, sin
necesidad de ser escuchado por alguien. Le costaba esfuerzo, el establecer
contactos sociales. El mismo, no permitió ser tocado; cuando empero había
entrado en confianza con alguien, solía abrazarlo con mucha fuerza. La evacuación del vientre, era un proceso
ritualizado. El ritmo del día y la noche estaba alterado. Durante la noche
tenía prolongadas fases de insomnio. Por la mañana, le costaba despertar; a la
tarde quedaba profundamente dormido y era difícil despertarlo. Su estado
emocional, sin motivo evidente podía cambiar rápidamente de alegre a tristeza.
HALLAZGO DEL DIAGNÓSTICO
Hemos intentado aproximarnos al joven,
mediante tres diferentes criterios, su configuración corporal, su biografía y
manera de comportamiento. El siguiente paso luego de ser, comprender los
síntomas manifiestos. Rudolf Steiner nos indica, no detenernos, tal como habitualmente hacemos en la actualidad,
sino, contemplar las condiciones físicas, anímicas y espirituales que yacen
detrás de los mimos, y son causantes de estos síntomas. Tenemos que aprender a
diagnosticar, lo cual podríamos traducir con “penetrar con nuestro
conocimiento”. Esto lo tenemos que intentar, con la ayuda de los tipos
constitucionales, dados por R. Steiner a los maestros, su teoría de los
sentidos y sobre todo, con los tipos de constitución del curso pedagógico
curativo.
LA RELACIÓN
HACIA EL CUERPO FÍSICO
El sentido del tacto es el sentido mediante
el cual edificamos nuestra relación hacia la tierra firme, física, y hacia
nuestro cuerpo y sus límites. En su percepción del tacto este niño es
llamativamente insensible, vale decir, que tiene una constitución muy
impermeable (epileptoide). Así, posee muy escasa percepción de su propio
cuerpo. En el curso pedagógico curativo, Steiner refiere, que en el caso de
constitución epileptoide, el alma y el
yo, a causa de los órganos muy impermeables, no pueden asumir su necesaria
relación hacia el mundo físico-etérico, razón por la cual existe la tendencia
que retornan a la cabeza. Esto se evidenció sobre todo por el hecho de que
cuando realizaba un esfuerzo, sudaba intensamente en la cabeza, porque el sudor
sigue la dirección del alma. Con ello estaba relacionado así mismo su modo del
“trabajar”. Al estar presente otros, permanecía colgado en las representaciones
que le transmitían los ojos. Vivenciaba estas representaciones con una
intensidad tal, que estaba sintiendo, que él mismo estaba llevando a cabo el
asunto. Su alma permanecía en la cabeza, en realidad no podía compenetrar completamente
al cuerpo. Es por ello, que constantemente estaba hablando, y reaccionaba de
inmediato a cada impresión, sin poder reflexionar acerca del mismo y sin poder
elaborarla. Esto condujo así mismo, a la carencia del manejo de la distancia,
por el hecho de que no podía compenetrar a su cuerpo interiormente, porque no
tuvo percepción con respecto a los límites de su propio cuerpo, no pudiendo
entonces percibir tampoco, la necesidad de límites de otras personas.
Su fuerte fantasía, asimismo era un síntoma
de su plena vivencia en la cabeza. Era tan poderosa, que ni siempre pudo
diferenciar exhaustivamente, sus representaciones sus ideas, de la realidad. Su cuerpo astral formaba una
especie de globo sobre la cabeza, siendo que entonces no pudo interferir
correctamente en el cuerpo. La tendencia de sustraer cosas es un exceder de este proceso. El alma entonces
abandonó la cabeza y se apoderó de las manos, que luego tomaron a su cargo la
función de sustraer, lo cual en esta forma corresponde únicamente a los ojos.
Si ahora nos
preguntamos, que órganos en su caso demasiado impermeables, no dejando fluir de
correcta manera al cuerpo astral y al yo hacia los elementos terrenales,
entonces, su avidez con respecto a la comida y su tendencia a engordar están
indicando al hígado que regula al contacto con el agua y el éter químico. Su
paso pesado está señalando al pulmón,
que regular al contacto con el elemento terrestre; y sus estados anímicos tan
rápidamente cambiantes, están señalando a los riñones, que regular el contacto hacia
el aire, siendo así el principal lugar de encarnación del alma.
Sus violentos ataques de ira, eran intentos
de la auto-curación. Los ataques se han producido, porque su alma y su yo se
atascaron en los mencionados órganos, para luego liberarse impulsivamente. Por
esa razón los motivos para estos ataques podían ser mínimos, se asemejaban a un
acontecer de la naturaleza. Se sentía mejor al cabo de un estallido de esta
índole, por el hecho de que su alma y su yo podían entonces por breve tiempo
compenetrar en sus mencionados órganos, siendo, que entonces podía adquirir un
sentimiento de sí mismo, de hecho, esto duró poco tiempo. El estancamiento
volvió a anabolizarse rápidamente. Lo asombroso al respecto era, que
frecuentemente las palmas de sus manos eran húmedas y frías, lo cual es típico
en realidad, para una constitución permeable (histérica). Esto podría ser la
indicación a una vivencia shock en su temprana infancia, cuando su envoltura
anímica-etérica, y con ello su envoltura física, aún no se habían desarrollado
debidamente. Cuando en esa época temprana, se producen vivencias de shock, a
pesar de la constitución impermeable traída, pueden producirse síntomas del
círculo morfológico histérico. La anamnesis sin embargo no aportó nada de esto.
LA CUESTION DE
LA ORGANIZACIÓN DE LAS FEUERZAS VITALES
Si partimos de las imágenes patológicas del
curso pedagógico curativo, tendríamos que decir, que le niño debido a su
naturaleza coerciva tenía una constitución pobre en azufre, o bien, rica en
hierro. Esto empero no concuerda, dado que tenía pelo semi-rubio y no, pelo
negro, que según Steiner corresponde a esa constitución. Rudolf Steiner relata
a esa constitución de manera tal, que los procesos metabólicos, debido a la
menor presencia de azufre en las personas con pelo oscuro, pueden ser más
lentos, porque el azufre es responsable de los procesos proteicos en constante
modificación. Al existir una escasez, las nociones no pueden ser recepcionadas
correctamente por el metabolismo y rebotan hacia la cabeza. La consecuencia es
una tendencia a la coerción. Hoy empero, existen también jóvenes, que a causa
de deficientes fuerzas etéricas, poseer una carencia de movimiento en los
procesos proteicos, a pesar de tener pelo más bien rubio. Esto puede estar
relacionado con el debilitamiento general de las fuerzas etéricas, condicionado
por nuestra civilización.
Para que empero se generen síntomas autistas,
adicional al debilitamiento en la elaboración de la materia, tiene que existir
un sentido de vida con maduración deficiente. En el caso del lactante, el sentido
vital normalmente no ha madurado aún. El lactante percibe directamente todos
los procesos metabólicos interiores, pero también todas las percepciones entran
directamente, y sin filtradas, al niño. Es por eso, que a nuestros más pequeños
los tenemos que proteger de un exceso de impresiones.
En el curso del primer año de vida, madura el
sentimiento vital y su misión es entonces, librarnos de la percepción de
nuestros procesos metabólicos. Luego, con la salida de los primeros dientes,
pueden liberarse fuerzas etéricas para la “digestión” de lo percibido. Los
mismo siete procesos vitales que necesitamos para la incorporación del
alimento, tienen que estar a disposición para la elaboración de los contenidos
de la percepción. Cuando estas fuerzas etéricas no se liberan correctamente, lo percibido no puede ser
elaborado correctamente, no pueder apropiado debidamente. Esto entonces, conduce a una sobre-exigencia a
través de las impresiones sensorias. Las manifestaciones que a continuación se
presentan, todas pertenecen al círculo de las formas autistas. Con ello, a mi
criterio, el trastorno autista es un trastorno de la elaboración de las percepciones, que tiene su origen en una
falencia de la transformación de la materia y en un sentido vital carente de
maduración. En nuestro niño, estamos en presencia tanto de una debilidad de la
organización vital, así como también de un sentido de la vida no bien madurado.
Su no existente sensación de saciedad y la fuerte percepción de los procesos de
eliminación, revelan a un sentido de vida no madurado. Esto indica asimismo que
fue amamantado durante largo tiempo, siendo que el alimento desconocido le
causa esfuerzo; cobra valides asimismo, con respecto a la tensión observada en
la musculatura abdominal y los frecuentes dolores de vientre. La fuerza vital
débil con respecto a la ubicación de la materia, tampoco estuvo a su
disposición de suficiente manera para la
“digestión” de las percepciones. Las impresiones sensorias cobran un excesivo
efecto sobre él, por lo cual no podían ser “digeridos” debidamente. Con ello,
las impresiones, sobre todo, cuando eran múltiples y desconocidas, generaban
miedo, por el hecho de que no se relevaba el sentido de las mismas, o tan solo
de un modo deficiente. Este miedo, constitucional, en él se manifestaba en los hombros encogidos, su desasosiego
instintivamente era percibido por los demás niños, y por tenían la tendencia de
apartarlo. Ese temor también lo hizo retraído y condujo a que se aferrara a los
rituales, vale decir lo conocido, para tener un sostén frente a la sobre-exigencia
promovida por los sentidos, y a su vez tenía ideas fijas, de las cuales no se podía desprender.
Estas impresiones sobre-exigentes para el alma pueden adquirir un carácter de
shock. Estos shocks pueden haber sido el
motivo, que al lado de la constitución en realidad epileptoide en la temprana
infancia, también adquirió indicios de una constitución histérica.
Los síntomas relacionados en él con este
trastorno elaboral-perceptivo son los siguientes:
·
Su
inseguro ritmo de dormir y estar despierto. El mismo evidencia, que
sentido vital, que percibe las fuerzas
vitales, no puede incentivar una vida sana en el ritmo día-noche, por lo tanto
está alterado.
·
El
no existente sentido de saciedad. Está señalando al sentido de la vida no-madurado. En nuestro ejemplo,
la deficiencia del sentido de la vida tuvo conexión con la constitución
impermeable del hígado. Es por ello, que se produjo el exorbitante deseo de
ingesta de comida. En la mayoría de los casos, esta carencia se manifiesta en
una conducta extremadamente unilateral del comer y en una escasa sensación de
hambre, o ninguna. En su caso, se produce la excesiva necesidad de ingesta, a
causa de la combinación de la
constitución hepática-epileptoide.
·
Sus
ideas fijas; se hacía únicamente aquello que él mismo se figuraba y
difícilmente hacía comprometerse con otra cosa. Estas ideas fijas le brindaban
sostén en un mundo tan múltiple e incomprensible.
·
Su
incapacidad de poder diferenciar entre sí, diversos ruidos; era musicalmente
dotado, tenía un oído muy afinado y amaba los instrumentos. Tenía un audición
superfina, también el sentido de la visión y el sentido del olfato estaban
finamente desarrollados. Un elevado nivel de los ruidos lo sobre-exigía. Al ser
correctamente elaborados, las impresiones van debilitándose. Al no lograrse,
las impresiones sensorias son muy fuertes y los pormenores entonces no pueden
ser filtrados debidamente de la suma de las impresiones.
·
Su comportamiento prepotente frente a sus
padres el cual los condujo al desamparo. Porque en el marco familiar del hogar
podía catabolizar la tensión interior, que se había generado a través de las
impresiones “del mundo” que lo sobre-exigían.
·
Su
lento desarrollo lingüístico. El desarrollo del habla se produjo lentamente,
por el hecho de que se habían retardado el fundamental desarrollo del
movimiento. Luego empero, se apoderó
rápidamente y con destreza del habla, porque tampoco pudo digerir correctamente
aquello, que percibía a modo de lengua con el sentido lingüístico. No se
convirtió en un habla individual; había adquirido demasiado pronto, el lenguaje
de los adultos, reflejándolo, de esta manera, se generó su manera del habla con precocidad, decía
cosas, que en realidad no comprendía plenamente. De esta manera, daba la
impresión de ser más “dotado” de lo que realmente era, y así era sobre-exigido
tanto en la escuela, como también por parte de los padres.
Mediante estos fenómenos, coordinados al
circuito de las formas autistas, nuestro niño a menudo se hallaba sobre-exigido
por el cúmulo de impresiones, lo cual, a causa de su constitución impermeable,
luego conducía a los mencionados estallidos. Frente a las impresiones que lo
conducían a una especie de estado de shock, reaccionaba de un modo señalado por
su constitución: el alma y el yo se atascaron en los órganos antes señalados,
liberándose luego con el ataque de ira, vale decir, con pérdida de conciencia.
En ocasión de un ataque tal, se produce una breve disociación, vale decir,
separación de los miembros del ser, para luego conducir, en este caso, a una
breve mejor conexión. El hecho de que podía trabajar muy hallándose en calma,
estando solo, pero ya no podía trabajar en presencia de otros, pudiendo hacer
un alto frente al acontecimiento de algo imprevisto, muestra, que realmente han
sido las impresiones que ocasionaron, que el alma y el yo en principio
ascendieran a la cabeza, para colapsar en ocasión de una carga aún mayor.
LA CAPACIDAD DEL MOVIMIENTO
Era vigoroso en el movimiento de la
motricidad pesada, pero, llamativamente tardo y el exento de coordinación. La
motricidad fina se hallaba en mayor medida a su alcance.
Como hubo un retraso en el desarrollo de sus
movimientos, retrasándose así también el desarrollo del habla, relacionado con
los mismos, tenemos que partir del hecho, que los procesos metabólicos, que
transcurren en la musculatura, en su caso estaban afectados por lentitud. La
hipotonía de allí resultante, pudo ser observada todavía en los hombros caídos
y la región lumbar cóncava, a pesar de que con el aumento de la fuerza
producida por la pubertad en las musculaturas, esta carencia no era tan
visible. Dado, que la maduración de los nervios está relacionada con la
maduración de la musculatura, tampoco el sistema nervioso estaba óptimamente
desarrollado, lo cual manifestaba en una leve deficiencia del aprendizaje, que
existía independientemente del mencionado bloqueo del aprendizaje. Su cuerpo
tubo leves signos de una maduración no finalizada en el estado embrional, como
el pliegue dígito palmar de la mano derecha, muchos remolinos en el pelo, dedos
cortos, piernas cortas en relación a su tronco y anomalías en los dedos de los
pies. Todo esto está señalando una forma liviana dela constitución, que en el
curso pedagógico curativo es denominada “debilidad mental”. Con debilidad
mental, Steiner estaba indicando: “débil en los sentidos”, siendo, que aquí se
trata sobre todo, de una debilidad de los sentidos referidos a la parte del
cuerpo. A esta constitución pertenecía
asimismo, su ser cordial y dedicado, que también pudo ostentar.
CONSTITUCIÓN DE LA CABEZA GRANDE
Tenía claramente una constitución de cabeza grande.
El perímetro de la cabeza era notorio, pero también las mejillas siempre rojas
y la baja inserción del cabello de la cara, son síntomas típicos de esta
constitución, referida por Rudolf Steiner. De esta manera, su viva fantasía fue
intensificada aún más, fantasía que tuvo ya a causa de su impermeable
constitución. A este hecho de la cabeza grande se debe también, que por la
mañana le cuenta encarnarse y emprender s un nuevo asunto. A ello se debe así
mismo, su desarrollo anímico más bien
lento y sus facultades artísticas, aún no mencionadas.
RENDIMIENTOS
ESCOLARES
En oportunidad de sus rendimientos escolares
llamó la atención, que poseía fundamentos debidos, que empero luego no pudo
observar un incremento, ni el más mínimo. Anteriormente, pudo aprender dentro
de su marco, pero luego ya no. Aquí se plantea la pregunta, si la difunta
abuela, con cuya muerte este bloqueo del aprendizaje ha coincidido, minaba
fuerzas.
PROCEDIMIENTO
TERAPEUTICO
·
Recibió
unturas de aceite para otorgar calor, para que pueda sentirse y con ello, estar
bien. En reposo llevado a cabo a continuación, se le colocaron bolsas con arena
a modo de peso, dado, que a causa de su constitución impermeable, necesitaba
una fuerte presión, para poder sentir realmente los límites de su cuerpo
·
Recibió
musicoterapia, porque amaba a la música y por ello para él pudo ser, medio de
expresión anímica. De hecho, al respecto tuvo que aprender a realizar algo,
fuera de sus concepciones propias.
·
Recibió
equino-terapia, para poder percibirse a sí mismo en el contacto con el caballo;
pudo ser ejercitado también la capacidad de relación con el animal, en
principio, con el caballo.
·
Visitó
una institución pre-escolar, donde se realizaban sobre todo tareas practicas;
el fomento escolar tuvo lugar únicamente en breves unidades de acción.
·
A
causa de sus violentos ataques de ira, se le indicó retirarse a su habitación a
tiempo, antes del estallido mayor.
·
Terapias
medicamentosas: PLEXUS GASTRICUS GL-D30, para incentivar si sentido vital;
CUPRUM MET. PRAEP. D6, para protegerlo de eventuales afecciones por parte de
difuntos (esta es una sugerencia de Georg Soldner); ANAGALLIS COMP., como incentivo para el
hígado y ORGANUM QUADROPLEX, para
fomentar la permeabilidad del pulmón, del hígado y del riñón.
·
A causa de la prioridad de las demás
constituciones, no se ha tratado el hecho de la cabeza grande.
A partir
de las mencionadas terapias, desapareció
en primer lugar, el bloqueo del aprendizaje. Los ataques de ira lentamente
fueron más débiles y menos frecuentes. Aunque como adulto joven aún le costaba
establecer auténticos contactos sociales, tubo el reconocimiento por parte de
sus compañeros, porque pudo llevar a cabo sus tareas con responsabilidad.
REFLEXIÓN FINAL
A través de este caso hemos querido mostrar,
como los violentos síntomas de la constitución epileptoide, ataques de ira y
estados de cleptomanía, se producen en realidad recién a causa del trastorno de
la elaboración de lo percibido, ubicado en el trasfondo, vale decir, mediante
la tendencia autista. También hemos querido remarcar, que en realidad tenemos
que estudiar todas las constituciones, para poder hallar así, una terapia plena
de sentido, para el ser humano individual en cada uno.
7-4-2015
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