Rudolf Steiner RECORDAR, UN PROCESO VOLITIVO-METABÓLICO (G A 302ª) Existe empero, un tercer paso: asimilar al asunto de manera tal que la memoria lo pueda mantener. Por lo tanto en cada uno de estos procesos tenemos que diferenciar: percibir, comprender y en medida tal un elaborar interior de lo comprendido, de manera tal que la memoria lo puede guardar. Y esto tercero, está relacionado con el sistema metabólico. Aquellos finísimos procesos metabólicos interiores que se llevan a cabo en el organismo, que tenemos que tomar en cuenta y que como educadores tenemos que conocer, están relacionados con la memoria con la capacidad del recordar. Observamos tan solo cuan diversos son aquellos niños en el recordar, que son pálidos, frente a otros niños que tienen un semblante rubicundo; o cuan diferentes son las diversas razas humanas, con respecto a la capacidad recordatoria. Se trata de cosas que se basan sobre las más sutiles membraciones y procesos del metabolismo. Y cuando como educadores por ejemplo estamos en condiciones de acceder a un niño paliducho de manera tal que le proporcionamos un poco de sueño saludable, de modo tal que podría tener un determinado mayor acaloramiento en el interior, con respecto a los finos procesos del metabolismo, entonces podríamos aportar una ayuda a la memoria. Pero también podemos ayudar a la memoria del niño esforzándonos como maestros, a mantener el correcto ritmo entre el mero escuchar y el propio trabajo del niño. Supongamos que al niño lo hagamos escuchar en exceso; entonces llega a la percepción y en todo caso a la comprensión – por el hecho de que constantemente respira, siendo que de esta manera el liquido cerebral permanece en movimiento; pero la voluntad del niño no se activa debidamente. Como sabemos la voluntad está relacionada con el metabolismo. Cuando por lo tanto al niño lo habituamos a un excesivo contemplar y escuchar, sin que trabaje suficiente de modo tal que con ello – por el hecho de que la elaboración interior está relacionada con la voluntad – la voluntad no se activa de manera suficiente, por lo cual al niño no lo podemos educar debidamente. Entonces tenemos que hallar al correcto equilibrio entre el escuchar, el mirar y el trabajo propio. Dado que aquello que en el ser humano no es elaborado de manera tal que la voluntad participe en el metabolismo, con lo cual se incentiva la capacidad recordatoria, no puede ser conservado debidamente. Se trata aquí de cosas muy refinadas de la fisiología, que mediante la ciencia espiritual, paulatinamente tendrán que ser analizadas en profundidad.
27.9.2015
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