Rudolf Steiner 1. EL MISTERIO DE MICAEL – EL COMIENZO DE LA ERA DE MICAEL Hasta el noveno siglo después del Misterio de Golgotha, el ser humano tuvo otra relación hacia sus pensamientos que más tarde. No tuvo la sensación de generar él mismo los pensamientos que vivían en su alma. Los consideraba como inspiraciones de un mundo espiritual. También cuando tenía ideas acerca de aquello que percibía con sus sentidos, los pensamientos le eran revelaciones de lo divino, que a partir de las cosas de los sentidos le estaban hablando. Quien tiene visiones espirituales comprende esa sensación. Dado que cuando una realidad espiritual se participa al alma, nunca se tiene la sensación: allá está la percepción espiritual, y nosotros mismos formamos al pensamiento para comprender a la percepción; sino, que CONTEMPLAMOS al pensamiento contenido en la percepción, y dada con ella misma, de manera tan objetiva como a ella misma. Con el siglo noveno – estas indicaciones están dadas de manera tal que están señalando un tiempo en término medio, la transición acontece de manera paulatina – apareció en las almas de los hombres, la inteligencia personal – individual. El hombre tuvo la sensación: YO FORMO los pensamientos. Y ese formar los pensamientos, se convirtió en lo sobresaliente en la vida anímica, de modo tal que los pensantes veían al ser del alma humana, en el comportamiento inteligente. Con anterioridad, se había tenido una representación imaginativa del alma. No se veía su esencia en la formación de pensamientos sino en su participación en el contenido espiritual del mundo. Los seres espirituales suprasensorios eran imaginados como pensantes; con accionar hacia el interior del hombre; hacia allí envían sus pensamientos. Aquello que así vive en el hombre procedente del mundo espiritual, se percibía a modo de alama. Tan pronto que con nuestra concepción entramos al mundo espiritual, nos aproximamos a concretos poderes esenciales-espirituales. En antiguas teorías, al poder del cual fluyen los pensamientos de las cosas, se lo ha señalado con el nombre de MICAEL. Este nombre puede ser conservado. Luego podemos decir: otrora lo hombres han recibido los pensamientos de Micael. Micael administraba la inteligencia cósmica. A partir del siglo noveno, los hombres ya no sentían que Micael inspira los pensamientos. Habían salido de su dominio, del mundo espiritual, cayeron a las individuales almas humanas. Dentro de la humanidad se fue formando entonces, la vida de los pensamientos. Inicialmente no se tuvo certeza con respecto a los pensamientos. Esa incertidumbre estaba presente en las teorías escolásticas. Los escolastas se dividían en realistas y nominalistas. Los realistas – cuyo conductor ha sido Thomas von Aquoin – aun sentían la mutua pertenencia de pensamientos y cosa. Por lo tanto en los pensamientos veían una realidad, que vive en las cosas. A los pensamientos de las personas lo tomaron como algo, que desde las cosas fluye al alma a modo de realidad. Los nominalistas sentían poderosamente al estado de las cosas, el hecho de que el alma forma sus pensamientos. Sentían los pensamientos tan solo como algo subjetivo que habita en el alma, y que nada tiene que ver con las cosas. Suponían que los pensamientos eran tan solo nombres para las cosas, formados para las cosas (no se hablaba de pensamientos, sino de “universales”, esto empero no viene al caso para el principio de la contemplación, dado que los pensamientos siempre poseen algo universal, con respecto a las diferentes cosas) Podemos decir; los realistas querían guardarle a la lealtad de Micael, aun cuando los pensamientos de su ámbito, habían caído a aquel de los hombres, como pensadores querían servir a Micael, como emperador de la inteligencia del cosmos. Los nominalistas, en la parte inconsciente de su alma, llevaron a cabo su disidencia de Micael. Consideraban al hombre, y no a Micael, poseedor de los pensamientos. El nominalismo obtuvo divulgación e influencia. Esto tuvo un avance hasta el último tercio del siglo diecinueve. En esa época aquellas personas que poseen una percepción de los acontecimientos espirituales dentro del universo, que Micael había seguido a la corriente de la vida intelectual. En búsqueda de una nueva metamorfosis de su misión cósmica. Con anterioridad, hizo fluir desde el mundo espiritual exterior, hizo fluir los pensamientos hacia las almas de los hombres, a partir del último tercio del siglo diecinueve, quiere habitar EN las almas de los hombres, en las cuales se forman los pensamientos. Con anterioridad, los hombres allegados a Micael vieron a Micael ejerciendo su actividad en el ámbito espiritual; ahora se dan cuenta de que a Micael lo deben albergar en su corazón; ahora le consagran su vida espiritual portadora por los pensamientos; ahora en su libre vida individual de los pensamientos, permiten que Micael les aconseje acerca de los correctos caminos del alma. Las personas que en la vida terrenal anterior se hallaron en un estado inspirado de los pasamientos, vale decir, han sido siervos de Micael, y habiendo retornado a la vida terrenal al final del siglo diecinueve, sintieron el impulso voluntario de la comunidad con Micael. Consideraban a su antiguo inspirador de los pensamientos, ahora como señalador en el ente superior de los pensamientos. Tiene la facultad de prestar atención a estas cosas, pudo saber qué cambio se ha llevado a cabo en el último tercio del siglo diecinueve, con respecto a la vida de los pensamientos de los hombres. Con anterioridad, el ser humano tan solo pudo sentir, como los pensamientos se formaban a partir de su ser, a partir de la época señalada, pude elevarse por encimad e su ser, puede guiar al sentido hacia lo espiritual; allí Micael viene a su encuentro y muestra su archi-parentesco con todo tejer pensante. Libera los pensamientos del imperio de la cabeza; les libera el camino hacia el corazón; desprende la exaltación del ánimo, de manera tal que en el hombre puede vivir en dedicación anímica hacia todo aquello que puede ser experimentado dentro de la LUZ de los pensamientos. La era de Micael ha comenzado. Los corazones comienzan a tener pensamientos; la exaltación no tan solo emana ya desde una misteriosa oscuridad, sino desde una claridad del alma, portada por el pensamiento. Comprender esto, significa albergar a Micael en nuestra alma. Los pensamientos que hoy se encuentran en la búsqueda de la comprensión de lo espiritual, tiene que proceder de corazones que laten por Micael, como ardiente emperador del pensamiento espacial. 2. LA CONSTITUCIÓN ANÍMICA HUMANA PREVIA AL INICIO DE LA ERA DE MICAEL La era de Micael se ha iniciado en el desarrollo de la humanidad, por un lado, al cabo del predomino de la formación de los pensamientos intelectuales, y por el otro lado, el modo de ver humano, orientado al mundo sensorio exterior – el mundo físico. En su propia esencia, la formación de los pensamientos NO es un desarrollo orientado hacia lo materialista. Aquello que en épocas pasadas se aproximó al hombre a modo de inspiración, el mundo de las ideas, en un tiempo previo a la época de Micael, se convirtió en propiedad del alma humana. El mismo ya no recibe las ideas “de arriba”, del contenido espiritual del cosmos; de manera activa las asciende desde la propia espiritualidad del hombre. Con ello, el hombre recién ha adquirido la madurez de tomar en cuenta la propia esencia espiritual. Con anterioridad no pudo avanzar hasta esta profundidad del propio ser. Venia dentro de sí por cierto la gota, que se ha separado para la vida terrenal, del mar de la espiritualidad cósmica, para reunirse nuevamente con él, al cabo de la misma. La formación del pensamiento que tiene lugar en el hombre, es un progreso de la auto-cognición humana. Contemplado en lo supra-sensorio, el asunto se plantea de la siguiente manera: los poderes espirituales que podemos señalar con el hombre Micael, administraban las ideas en el cosmos espiritual. El hombre vivenció estas ideas, partiendo con su alma, en la vida del mundo de Micael. Esta vivencia ahora se ha convertido en la suya propia. De esta manera se ha producido una provisional separación del hombre del mundo de Micael. Con los inspirados pensamientos de la época previa, el hombre a su vez recibía contenidos espirituales del universo. Al finalizar esta inspiración, siendo que el hombre forma los pensamientos en actividad propia, depende de la contemplación de los sentidos, para tener un contenido para estos pensamientos. Así, el hombre inicialmente tuvo que colmar la conquistada espiritualidad propia, con un contenido material. Cayó en una contemplación materialista en una época, la cual a su propio ser espiritual lo ubico obre un escalón, que es más elevado que los anteriores. Esto puede conducir a confusiones, podemos tomar en cuenta, tan solo esta “caída” al materialismo y lamentarla con tristeza. Pero mientras la contemplación de esta época tuvo que limitarse al mundo exterior físico, en el interior del alma se desarrolló a modo de VIVENCIA, UNA ESPIRITUALIDAD PURIFICADA, CONSISTENTE EN SÍ MISMA del hombre. En la era de Micael, esta espiritualidad ya no tiene que seguir siendo una VIVENCIA inconsciente, sino que tiene que tomar conciencia de su particularidad. Esto significa, la entrada de la entidad de Micael en el alma humana. El ser humano, durante un determinado tiempo, lo material propio, lo ha colmado con lo material de la naturaleza; debe colmarlo nuevamente con la espiritualidad pertinente, a modo de contenido cósmico. Durante un tiempo, la formación del pensamiento se perdió en la materia del cosmos, tiene que re-encontrarse en el espíritu cósmico. Así, al frío y abstracto mundo de los pensamientos, puede entrar realidad-espiritual plena de esencia. Esto indica el comienzo de la era de Micael. Tan solo en la separación del ente pensativo del mundo pudo generarse la conciencia de la libertad en las profundidades del alma humana. Lo que de las alturas provenía, tenía que ser re-encontrado a partir de las profundidades. Es por ello, que el desarrollo de esta conciencia de la libertad en principio ha estado ligado a un conocimiento de la naturaleza orientado tan solo a lo externo. Mientras que el hombre en su interior, de manera inconsciente formaba su espíritu hacia la pureza de las ideas, sus sentidos orientados hacia afuera se hallaban dirigidos tan solo hacia lo material, que de ninguna manera interfería a modo de trastorno en aquello que en principio traslucía como delicado germen en el alma. En la contemplación de lo material externo empero, puede hacer su entrada nuevamente la vivencia de lo espiritual, y con ello la CONTEMPLACIÓN de nueva manera. Aquello que se obtuvo con respecto al conocimiento de la naturaleza bajo el emblema del materialismo, puede ser comprendido de manera propia de lo espiritual, en la vida anímica intima. Micael, que habló “desde arriba”, puede ser escuchado “desde el interior” donde ha tomado su morada. Dicho de manera más imaginativa, esto puede ser expresado de la siguiente manera; lo solar, que el hombre durante mucho tiempo tan solo asimilaba dentro de sí procedente del cosmos, tomará luminiscencia en el interior del alma. El hombre aprenderá a hablar de un sol interior”. Por esa razón, en su vida entre el nacimiento y la muerte, no se sentirá en menor medida ser-terrenal, pero reconocerá como guiado por el sol, a ese ser-propio, que transita sobre la tierra. Aprenderá a percibir como verdad, que en su interior, una entidad lo ubica en una luz, que aunque ilumina sobre la existencia terrenal, no es encendida por la misma. En el inicio de la era de Micael, esto podría parecer aun, como si todo ello aun se hallase muy alejado de la humanidad; es empero cercano “en lo espiritual”, tan solo es menester ser visto. De este hecho, de que las ideas del hombre no tan solo queden “pensadas”, sino que en el pensar se conviertan en “VIDENTES”, depende enormemente mucho. 3. LO PRE-MICAÉLICO Y EL CAMINO DE MICAEL No podremos ver de correcta manera, como la tendencia de Micael abre paso en el desarrollo de la humanidad, cuando acerca de la relación del nuevo mundo de las ideas referidas a la naturaleza, nos hacemos la noción, habitual en la actualidad. Allí se piensa, allá afuera está la naturaleza con sus procesos y sus seres, en el interior, se encuentran las ideas. Las mismas representan conceptos referidos a seres naturales, o también las así llamadas leyes naturales. Los pensadores sobre todo buscan mostrar la manera mediante la cual se forman LAS ideas, que poseen la certera relación hacia los seres naturales, o que contienen verdaderas leyes naturales. Poca atención se presta al hecho de la relación de esas ideas, con referencia al hombre que las tiene. Y tan solo nos podremos dar cuenta de aquello que es lo importante, cuando nos formulamos la pregunta: ¿qué vivencia el hombre con las ideas científicas naturales más nuevas? Obtendremos una respuesta de la siguiente manera: Hoy el hombre siente, que a través de la actividad de su alma se forman ideas en su interior. Tiene la sensación: que él es quien desarrolla las ideas, mientras que las percepciones llegan a él desde afuera. Esta sensación no la ha tenido siempre el hombre. En épocas pasadas, al contenido de las ideas no lo sentía como algo por él realizado, sino como algo obtenido del mundo suprasensorio mediante inspiración. Este sentimiento pasó por etapas. Y las etapas dependían de la parte de su ser, con el cual el hombre vivenciaba aquello que hoy denomina sus ideas. Hoy en la época del desarrollo del alma consiente, cobra validez ilimitada, lo que figura en el principio orientador: “Los pensamientos tiene su asiento real en el cuerpo etérico del hombre. Allí empero, son fuerzas vivas-esenciales. Se imprimen al cuerpo físico. Y como tales “pensamientos impresos” poseen la manera vaga, mediante la cual la conoce la conciencia común.” Podemos retornar a épocas, en las cuales los pensamientos eran vivenciados en el “yo”. Allí empero, no eran vagos como hoy; no eran meramente VIVIENTES, poseían ALMA y ESPÍRITU. Esto empero significa: el hombre NO PENSABA pensamientos; sino que vivenciaba la percepción de concretas entidades espirituales. Por doquier en el pasado de los pueblos, encontramos una conciencia, que de esta manera eleva su mirada hacia un mundo de entidades espirituales. Aquello que al respecto se ha conservado históricamente, hoy lo señalamos como conciencia formadora de mitos, sin otorgarse mayor importancia en la concepción del mundo real- Así y todo, con su conciencia, el hombre se encuentra en SU mundo, en el mundo de su origen, mientras que con la conciencia de la actualidad, se eleva por encima de este, SU mundo. El hombre es espíritu. Y SU mundo es el de los espíritus. Una fase siguiente es aquella en la cual lo referido al pensamiento ya no es vivenciado por el “yo”, sino por el cuerpo astral. Allí, se pierde la espiritualidad directa para el aspecto anímico. Lo referido al pensamiento aparece como ser-viviente, dotado de alma. En la primera fase, la contemplación de lo esencial concretamente espiritual, el hombre carece de una necesidad poderosa de acercar lo contemplado al mundo de lo sensoriamente contemplado. Aun cuando las manifestaciones sensorias del mundo se revelan como hechos de lo contemplado de manera suprasensoria; no existe empero una necesidad del desarrollo especial de aquello que le es evidente de manera directa a la “mirada espiritual”. Además aquello que es visualizado como el mundo de los seres espirituales es de un cúmulo tal que allí se centra sobre todo la atención. Esto experimenta un cambio en la segunda etapa de la conciencia. Allí se ocultan los seres espirituales concretos; aparece su reflejo, como vida plena de alma. Se comienza a aproximar “la vida de la naturaleza”, a esa “vida de las almas”: en los seres naturales y en los procesos de la naturaleza se está buscando los activos seres espirituales y los actos de los mismos. En aquello, que más tarde se presentó como la búsqueda alquimista tenemos que ver de manera histórica, la expresión de esta etapa de la conciencia. Tal como el hombre, al estar “pensando” seres espirituales, la primera etapa de conciencia, vivía íntegramente en SU ser, ahora en la segunda, en ambas etapas se impide que el hombre en un sentido propiamente dicho, llegue a un impulso interior propio, con respecto a su accionar. En su interior actúa lo espiritual que es de su modo de ser. Lo que ÉL aparenta realizar, es manifestación de procesos que tienen lugar por obra de seres espirituales. Lo que el hombre hace, es la manifestación física-sensoria de un acontecer espiritual divino real, ubicado detrás. Una tercera época del desarrollo de la conciencia aporta los pensamientos a la conciencia, pensamientos plenos de vida, en el cuerpo etérico, En el momento de grandeza de la civilización griega, vivía en esa conciencia. Al estar pensando no se forma él un pensamiento mediante el cual él, con su propia imagen contemplaba al mundo, sino que dentro de sí sentía el impulso de vida, que también afuera pulsaba en las cosas y los procesos. Entonces por vez primera se generó el anhelo referido a la libertad del accionar propio. No, libertad autentica, pero anhelo a su respecto. El hombre que dentro de sí mismo sentía el movimiento de la naturaleza, pudo desarrollar el deseo de desprender la vivacidad propia, de la actividad percibida como ajena. Pero de todos modos, en el vivo accionar externo se percibía aun, al último resultado del activo mundo espiritual que guarda sintonía con el hombre. Recién cuando los pensamientos tomaron su impresión en el cuerpo físico y cuando la conciencia solo se limitó a esa impresión, se produjo la posibilidad de la libertad. Ese es el estado dado con el siglo quince de la era cristiana. En la evolución universal, no sobran importancia las ideas de la actual concepción de la naturaleza; dado que estas ideas no han adquirido sus formas por el hecho de suministrar una determinada imagen de la naturaleza, sino para elevar al hombre a un determinado grado de su desarrollo. Cuando los pensamientos se apoderaron del cuerpo físico, de su contenido directo había sido eliminado el espíritu, el alma y la vida; y había quedado tan solo la sombra abstracta, fijada en el cuerpo físico. Pensamientos tales, TAN SOLO pueden hacer lo físico-material en objeto de su cognición. Porque ellos mismos son REALES tan solo en el cuerpo material-físico del hombre. El materialismo no se ha generado tan solo, porque pueden ser percibidos seres y procesos materiales en la naturaleza externa, sino porque el hombre en su desarrollo tuvo que pasar por una etapa que lo condujo a una conciencia, que en principio solo posee la capacidad de la contemplación de manifestaciones materiales. Esta configuración unilateral de esa necesidad evolutiva humana produjo la contemplación de la naturaleza de la época más reciente. La misión de Micael es, aportar a los cuerpos etéricos de los hombres, las fuerzas, mediante las cuales las sombras-pensamiento puedan cobrar nueva VIDA; entonces a los vivificados pensamientos se podrán adherir almas y espíritus de los mundos suprasensorios, con ellos, podrá vivir el hombre liberado, tal como otrora el hombre ha vivido con los mismos, quien tan solo ha sido la réplica física de SU accionar. PRINCIPIOS ORIENTADORES, BASADOS SOBRE LO ANTES EXPRESADO 1. En la evolución de la humanidad, la conciencia desciende sobre la escalera del desarrollo del pensamiento. Existe una primera etapa de la conciencia: allí el hombre vivencia los pensamientos en el yo, a modo de seres transespiritualizados, animados, dotados de vida. En una segunda etapa, el hombre vivencia los pensamientos en el cuerpo astral; representan allí tan solo las efigies dotadas de ánimo y vida de los seres espirituales. En una tercera etapa, el hombre vivencia los pensamientos en el cuerpo etérico, representan tan solo una actividad interior, a modo de un eco de lo anímico. En la actual cuarta etapa, el hombre vivencia los pensamientos en el cuerpo físico; presentan sombras muertas de lo espiritual. 2. En la misma medida, en la cual se retrotrae lo espiritual anímico-viviente en el pensar humano, se despierta la voluntad propia del hombre, se torna posible la libertad. 3. Es la misión de Micael, conducir al hombre sobre las vías de la voluntad nuevamente hacia el lugar desde el cual ha venido, cuando sobre las vías del pensar, desde la vivencia de los suprasensorio hacia lo sensorio, ha descendido con su conciencia terrenal
4. LA MISIÓN DE MICAEL EN LA ESFERA DE AHRIMAN Cuando el hombre retorna con su mirada a su evolución, contemplando la particularidad especial que ha adoptado su vida espiritual desde hace cinco siglos, ya a partir de su conciencia común TIENE que reconocer al menos de manera intuitiva, que desde estos cinco siglos, se encuentra en un punto significativo de transición de todo el desarrollo de la humanidad. En la última carta, desde un aspecto he señalado este cambio significativo. Podemos orientar la mirada a la época previa al desarrollo. Vemos entonces como en el hombre ha cambiado la fuerza anímica que en la actualidad actúa como fuerza de la inteligencia. Ahora aparecen pensamientos, pensamientos muertos, abstractos, en el campo de la conciencia humana. Estos pensamientos están sujetos al cuerpo humano físico; el hombre tiene que reconocerlos, como por él engendrados. Cuando antiguamente el hombre orientaba su mirada del alma hacia la dirección en la cual hoy se le revelan los pensamientos propios, contemplaba entidades divinas-espirituales. El hombre hallaba sujeto a esas entidades, todo su ser, incluso su cuerpo físico; tuvo que reconocerse como producto de esas entidades. Y tuvo que reconocer como un producto tal no tan solo su SER, sino también su ACCIONAR. El hombre no tenía una voluntad propia. Lo que hacía era manifestación de la voluntad divina. De manera escalonada se ha llegado a la voluntad propia, cuya época ha comenzado, hace aproximadamente cinco siglos. La última etapa empero se diferencia de una manera mucho más marcada, que las demás entre sí. Al pasar los pensamientos al cuerpo físico, pierden la vitalidad. Se convierten en muertos; formaciones muertas de manera espiritual. Con anterioridad, al pertenecer aun al hombre, seguían siendo a su vez, órganos de las entidades divinas-espirituales, a las cuales el hombre pertenece. Ejercían al QUERER en el hombre de manera ESENCIAL. Y por esa razón, el hombre a través de las mismas, el hombre se sentía ligado de viva manera con el mundo espiritual. Con los pensamientos muertos, se siente desligado del mundo espiritual. Se siente trasladado de manera plena al mundo físico. Con ello empero se encuentra ubicado en la esfera de la espiritualidad ahrimánica. La misma no ejerce un fuerte poder en los ámbitos, en los cuales las entidades de las jerarquías superiores, mantienen al hombre en SU esfera tal, que ya sea como en épocas remotas, ellas mimas actúan en el hombre, o como más tarde, mediante su viviente o animado reflejo. Mientras existe este accionar de entidades suprasensorias en el accionar humano, vale decir, hasta alrededor del siglo 15, los poderes ahrimánicos, DENTRO DE LA EVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD tienen tan solo un poder de poca repercusión. Aquello que la ideología persa refiere con respecto al accionar de Ahriman, con ello no está en contradicción. Dado que esta cosmovisión no se refiere al accionar de Ahriman en el desarrollo del alma humana, sino al accionar en un mundo próximo inmediato al mundo anímico humano. De hecho el tejer de Ahriman ejerce un poder del mundo espiritual vecino al mundo espiritual humano, pero no cobra un efecto directo. Esta influencia directa se posibilitó en el lapso de tiempo, que se ha iniciado de manera aproximada hace cinco siglos. Así, el hombre se encuentra en el final de una corriente evolutiva, en la cual su ser se constituyó de espiritualidad divina, que en definitiva PARA SÍ MISMA, muere en la abstracta entidad intelectual del hombre. El hombre no ha permanecido en las esferas, en las cuales se ha originado, en esa espiritualidad divina. Aquello que aconteció hace cinco siglos, ya se había llevado a cabo para una amplia envergadura de su entidad conjunta, en la época en la cual el misterio de Golgotha hizo su aparición terrenal. Por entonces ha sido que, de manera imperceptible para la conciencia por entonces existente en la mayoría de las personas, la evolución de la humanidad paulatinamente, desde un mundo en el cual Ahriman posee poco poder, se deslizó a un mundo en el cual tiene mucho poder. Este desliz a otra capa mundial alcanzó su finalización, justo en el siglo quince. La influencia de Ahriman en esa etapa del mundo es posible por el hecho, y puede cobrar un efecto sobre el hombre, porque se ha extinguido el accionar de los dioses, familiar a los hombres. Sucede empero que el hombre no pudo llegar al desarrollo de la libre voluntad de otra manera, que mediante el hecho de involucrarse en una esfera, en la cual no se hallaban con vida, los seres espirituales-divinos con él relacionados desde el origen. Visto de manera cósmica, en la esencia de esta evolución humana, yace el misterio solar. Con aquello que el hombre pudo percibir hasta el significativo punto de transición de su evolución en el sol, estaban ligadas las entidades espirituales-divinas de su origen. ESTAS, se ha deslizado del sol, y sobre el mismo han dejado tan solos sus restos mortales, de modo tal que el hombre a su corporeidad, a través del sol tan solo recepcionar la fuerza de pensamientos muertos. Esas entidades empero han enviado al Cristo desde el Sol a la Tierra. Para la salvación de la humanidad, el mismo ha unido SU ser, con la extinción del ser espiritual-divino, en el reino de Ahriman. De esta manera, la humanidad tiene la doble posibilidad del cumplimiento de su libertad: orientarse hacia el Cristo en el sentido espiritual que estuvo en existencia de manera subconsciente en el descenso proveniente de la contemplación de la existencia espiritual suprasensoria hasta el empleo de la inteligencia, ahora de manera consciente, o el querer sentirse en liberación de esa existencia espiritual y con ello, caer en la orientación que toman los poderes ahrimánicos. En esa situación se encuentra la humanidad desde el comienzo del siglo quince. Pero está dispuesta ya desde el Misterio de Golgotha, que como el mayor acontecimiento terrenal, está destinado a salvar al hombre de la perdición, al que tiene que estar expuesto, en su búsqueda de convertirse en un ser libre. Podemos decir: aquello que ha acontecido por parte de la humanidad hasta ahora al respecto, se ha llevado a cabo de manera semi-consciente. Y de esta manera ha conducido hacia lo bueno inherente en las abstractas ideas presentes en la contemplación de la naturaleza y algunos principios igualmente buenos de la postura de vida. Esta época empero, en la cual el hombre de manera inconsciente puede vivir en la peligrosa esfera de Ahriman, desarrollando su existencia, ahora ha pasado. Hoy, el investigador del mundo espiritual TIENE que llamar la atención de la humanidad al hecho espiritual, que Micael ha tomado a su cargo la conducción espiritual de los asuntos de la humanidad. Micael lleva a cabo lo que es su misión, de manera tal, que no ejerza influencia sobre los seres humanos; pueden seguirlo en libertad, para hallar al camino de salida de la esfera de Ahriman con la fuerza del Cristo, la esfera, por la cual de manera necesaria tenemos que pasar. Quien con sinceridad y desde la profundidad de su alma puede mancomunarse con Antroposofía, está comprendiendo al fenómeno de Micael. Y la Antroposofía quiere ser el mensaje de esa misión de Micael. 1. Micael transita el camino ascendente, que la humanidad ha recorrido de manera descendente, en las escalas del desarrollo espiritual, hasta la activación intelectual. Micael conducirá a la voluntad sobre las vías ascendentes, que la sabiduría hasta su última escala, la inteligencia, ha recorrido de manera descendente. 2. El hecho, de que Micael a partir de esta época de la evolución universal, tan solo enseña al camino, de modo tal que el hombre lo puede transitar en libertad, es lo que diferencia esta conducción de Micael de todas las conducciones arcangélicas anteriores, y de todas las conducciones anteriores de Micael mismo. Estas conducciones actuaron en el hombre; y evidenciaron no tan solo SU accionar, de modo tal que el hombre en el suyo por entonces no pudo acceder a la libertad. 3. TOMAR EN CUENTA ESTO, es la misión actual del hombre, para que pueda encontrar con toda su alma, su camino del espíritu, en la época de Micael. 5. LAS EXPERIENCIAS Y LAS VIVENCIAS DE MICAEL DURANTE EL CUMPLIMIENTO DE SU MISIÓN CÓSMICA Podemos seguir al avance de la humanidad desde la etapa de la conciencia, en la cual el hombre se siente miembro del orden espiritual-divino, hasta la etapa actual, mediante la cual se siente como individualidad desprendida de lo divino-espiritual, con el empleo propio de los pensamientos – contemplándolo desde el aspecto de la humanidad. Mediante la contemplación suprasensoria empero, también podemos desarrollar una imagen de aquello que Micael y los suyos vivencian durante esta corriente evolutiva, podemos referir la misma serie de hechos, desde el punto de vista de Micael. Esto, lo intentamos a continuación. Existe una época en principio más antigua, en la cual en realidad tan solo podemos hablar de aquello que acontece entre entidades espirituales-divinas. Estamos frente a constantes tratos de los dioses. Los dioses llevan a cabo aquello que sus entidades les intuyen mediante sus impulsos; mediante esa actividad se encuentran satisfechos debidamente. Y vienen al caso tan solo, lo que ELLOS experimentan al respecto. Tan solo en un ángulo en el campo de ese accionar divino se observa algo así, como la humanidad. La misma es una parte en el accionar de los dioses. La entidad espiritual empero, que desde un inicio ha guiado su mirada hacia la humanidad es Micael. Ciertamente articula al accionar divino de manera tal que en un ángulo cósmico, puede conservarse la humanidad. Y el modo en el cual allí se ocupa, es similar al accionar mediante el cual más tarde en el ser humano llega a la manifestación el intelecto; tan solo, que actúa a modo de energía, que fluye a través del cosmos dentro del orden de ideas que promueven realidad. Dentro de esa fuerza actúa Micael. Su misión es, administrar la intelectualidad cósmica. Y él está buscando el progreso en su ámbito. Y el mismo puede consistir tan solo en el hecho, que aquello que a modo de inteligencia actúa en todo el cosmos, más tarde se concentra en la individualidad humana. Y lo que mediante esto se promueve, es esto: en la evolución universal se integra una época, en la cual el cosmos ya no vive de su inteligencia actual, sino de su inteligencia pasada. Y la inteligencia de la actualidad, se encuentra en la corriente evolutiva humana. Aquello que en la humanidad se está desarrollando como inteligencia, Micael quiere mantenerlo dentro del contexto con los seres espirituales-divinos. A ello empero se opone un obstáculo. Aquello, por lo cual pasan los dioses a modo de desarrollo en el marco de la disolución de la intelectualidad de su accionar cósmico, hasta la articulación en la naturaleza humana, se halla de manera manifiesta a modo de hecho en el mundo. A existir seres con capacidad perceptiva, mediante la cual pueden descubrir este hecho, pueden valerse del mismo- y tales entidades existen. Son los seres ahrimánicos. Están pre-dispuestos a absorber todo aquello que a modo de inteligencia se desprende de los dioses. Están pre-dispuestos para reunir en su propio ser, la suma de toda la intelectualidad. Con ello, se convierten en los seres de mayor capacidad, los más abarcativos y apremiantes del cosmos. Micael prevé como, al avanzar el hombre en medida cada vez mayor, al empleo propio de la inteligencia, tiene que encontrarse con los seres ahrimánicos, y como entonces puede caer en sus redes, al establecer una relación con los mismos. Es por ello, que Micael coloca bajo sus pies, los poderes ahrimánicos, de manera constante, los empuja a regiones inferiores a aquellos, en las cuales el hombre se desarrolla. Micael, con el dragón a sus pies, empujándolo al abismo: esa es la imagen viviente, majestuosa, que vive en los hechos suprasensorios, aquí referidos. La evolución avanza. La intelectualidad, que inicialmente se hallaba toda, en el ámbito de la espiritualidad divina, se desprende en medida tal, de convertirse en el ser anímico del cosmos. Lo que con anterioridad irradiaba tan solo de los dioses, irradia ahora a modo de manifestación de lo divino, desde el mundo astral. Con anterioridad, el mundo estaba conducido por la ENTIDAD DIVINA misma, ahora es conducido por la REVELACIÓN DIVINA que se ha tornado objetiva, detrás de la cual la entidad divina recorre la etapa siguiente de SU propia evolución. Otra vez, Micael es el administrador de la inteligencia cósmica, en tanto que la misma, a través de revelaciones del cosmos, se integre al orden de las ideas. La tercera fase de la evolución, es un adicional desprendimiento de la inteligencia cósmica de su origen. En los mundos estelares, ya no impera el actual orden de las ideas a modo de revelación divina, circulan las estrellas y se ordenan según el orden de las ideas que le fueron implantadas en el pasado. Micael observa, como aquello que él administrara en el cosmos, la intelectualidad cósmica, en medida cada vez mayor, toma el camino hacia la humanidad terrenal. A su vez, Micael contempla, que cada vez es mayor el peligro que la humanidad caiga en poder de Ahriman. Sabe: para sí mismo, a Ahriman lo tendrá siempre bajo sus pies, pero ¿qué sucede con respecto a los hombres? Micael observa, que el mayor acontecimiento terrenal está por producirse. Del impero, al cual ha servido Micael, desciende el ser del Cristo al mundo terrenal, para estar allí cuando la inteligencia habrá llegado de manera plena a la individualidad humana. Porque entonces el hombre sentirá el fuerte impulso de entregarse al poder, que sin restricción, en toda plenitud se ha convertido en portador de la intelectualidad. Pero el Cristo estará presente, a través de su gran sacrificio, vivirá en la misma esfera, en la cual también vive Ahriman. El hombre podrá elegir entre el Cristo y Ahriman. En la evolución de la humanidad, el mundo podrá encontrar al camino del Cristo. Esa es la experiencia de Micael con aquello que de administrar en el cosmos. Para poder permanecer con el objeto de su administración, desde el cosmos inicia el camino hacia la humanidad. Se halla en ese camino, desde el siglo octavo de la era Cristiana, en realidad empero ha llegado a su misión terrenal, en la cual se ha transformado su misión cósmica, recién en el último tercio del siglo diecinueve. Micael no puede obligar de ninguna manera a los hombres. Dado que la coerción ha finalizado justamente por el hecho de que la inteligencia ha entrado de manera plena al ámbito de la individualidad humana. Pero a modo de un acto majestuoso, ejemplar en el mundo suprasensorio, Micael puede desarrollar lo que decide. Puede mostrarse con un aura-luz, con un gesto de ser-espiritual, Micael puede mostrarse con todo esplendor, en el cual se manifiesta toda la majestuosidad de la pasada inteligencia de los dioses. Puede llevar a la manifestación, como el efecto de esa inteligencia del pasado, aun es más verídica, más bella y virtuosa que todo aquello que ofrece la inteligencia de la actualidad, que proviene de Ahriman con engañoso fulgor seductor. Puede llevar a la manifestación, que PARA ÉL, Ahriman siempre seguirá siendo el espíritu inferior, debajo de sus pies. Aquellas personas que contemplan al mundo que limita al mundo visible, mundo suprasensorio, perciben a Micael y los suyos, tal como aquí lo hemos referido, y aquello que realizan en provecho de los seres humanos. Estas personas ven, como el hombre en libertad, desde Ahriman debe ser conducido al Cristo. Cuando tales personas logran a través de su contemplación, abrir también los corazones y los sentidos de otras personas, para que así un circulo de personas sepa, de qué manera Micael ahora está viviendo entre los seres humanos, entonces, la humanidad comenzará a festejar las festividades de Micael, con el correcto contenido, en las cuales las almas dentro de sí podrán revivir la fuerza de Micael. Entonces Micael podrá actuar entre los hombres como un poder real. El hombre empero será LIBRE, pero así y todo, podrá recorrer el camino espiritual de su vida por el cosmos, en íntima comunidad con el Cristo. 1. Tomar correcta conciencia del accionar de Micael en el contexto espiritual universal, significa, desprender al enigma de la libertad humana de los contextos cósmicos, en la medida necesaria al ser humano terrenal. 2. Dado, que la “libertad” como hecho, le es otorgada a cada ser humano, que a sí mismo se entiende en el tramo actual de la evolución de la humanidad, de manera directa. Nadie puede afirmar “la libertad no existe”, sin estar negando un hecho evidente. Pero podemos hallar una contradicción entre aquello que así de hecho está dado, y los procesos en el cosmos. En la contemplación del mandato de Micael en el cosmos, esta contradicción desaparece. 3. En mi “Filosofía de la libertad”, hallamos comprobado la “libertad” del ser humano en la época actual del mundo, como contenido de la conciencia; en las representaciones de la misión de Micael aquí dadas, hallamos cósmicamente fundamentada, “la evolución de esa libertad”. 5. FUTURO HUMANO Y ACTIVIDAD DE MICAEL ¿En qué situación se encuentra hoy el ser humano en su etapa evolutiva frente a Micael y los suyos? El hombre se encuentra frente a un mundo que otrora ha sido de plena entidad espiritual-divina. Una entidad espiritual divina, a la cual también él pertenecía como miembro. Por entonces por lo tanto, al mundo perteneciente al hombre, ha sido de ENTIDAD espiritual-divina. Y ya no lo ha sido en una siguiente etapa evolutiva. Allí ha sido MANIFESTACIÓN cósmica de lo espiritual-divino y la entidad referente acompañaba esa manifestación. Pero de hecho tejía y vivía en la manifestación. Ya hubo por entonces, un mundo estelar. En su movimiento y resplandecer, a modo de MANIFESTACIÓN, vivía lo espiritual-divino. Podemos decir: la manera en la cual se hallaba detenida una estrella o se movía, pudo verse de manera inmediata, la ACTIVIDAD de lo espiritual-divino. En todo aquello, en lo cual el espíritu divino actuó en el cosmos en el cual el hombre en su vida ha sido un resultado de la actividad de lo divino-espiritual en el cosmos, Micael sin resistencia, se encontraba aun en su elemento. Era mediador de la relación de lo divino hacia el hombre. Otros tiempos llegaron. El mundo estelar dejó de portar dentro de sí la actividad divina-espiritual, de manera directa, presente. Vivía y se movía al preservar y continuar aquello que tal actividad con anterioridad había sido en ella. Lo divino-espiritual, en el cosmos ya no vivía a modo de manifestación, sino únicamente como ACTIVIDAD. Se había producido una clara dualidad entre lo divino-espiritual y lo cósmico. A partir de su propia entidad, Micael se mantuvo en lo divino-espiritual. Trató de mantener al hombre tan próximo al mismo como fuera posible. Y siguió haciendo eso. Quiso resguardar al hombre, de vivir en exceso en un mundo que tan solo es ACCIÓN de lo divino-espiritual y no, entidad y no, manifestación. A Micael le confiere profunda satisfacción el hecho de haber logrado poder mantener al mundo estelar A TRAVÉS DEL HOMBRE, con lo espiritual-divino, de la siguiente manera. Cuando el hombre, después de haber llevado a cabo la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento, inicia otra vez el camino hacia una nueva existencia terrenal, entonces en el descenso BUSCA establecer con respecto a esa existencia, una armonía entre el andar estelar su vida terrenal. Esa armonía, que otrora ha sido sobre-entendida, porque lo espiritual-divino actuaba en las estrellas, en las cuales también la vida humana tenía su fundamento: hoy cando el andar estelar tan solo continua la ACCIÓN de lo espiritual divino, no estaría, cuando el hombre no lo buscase. Conduce hacia una relación con las estrellas su ente espiritual-divino conservado de una época anterior, esas estrellas que a su ente espiritual-divino tan solo lo conservan en su interior, a modo de post efecto de una época pasada. De esta manera, lo divino se introduce a la relación del hombre hacia el mundo, que se corresponde con épocas pasadas que empero APARECE en épocas posteriores. El hecho de que esto es así, ES OBRA DE MICAEL. Y ese acto le otorga una satisfacción tan profunda, que en esa satisfacción tiene una parte de su elemento vital, de su energía vital su voluntad solar vital. Hoy empero, al orientar su mirada a la tierra, su ojo espiritual observa un estado de cosas esencialmente diferente. Durante su vida en lo físico entre el nacimiento y la muerte, el hombre está rodeado por un mundo que de manera directa tampoco muestra al efecto de lo espiritual-divino, sino tan solo un remanente de ese accionar; podemos decir: tan solo la OBRA de lo espiritual-divino. En sus formas, esta OBRA de hecho es de manera espiritual-divina. Para la contemplación humana, lo divino en las formas se evidencia en el acontecer natural; pero ya no ESTÁ CONTENIDO como lo viviente. La naturaleza es esa obra por la deidad creada de lo divino y por doquier es réplica del accionar divino. El hombre vive en este mundo solarmente divino, pero no viviente-divino. Como resultado del accionar de Micael en él, el hombre ha conservado el contexto de la esencia de lo espiritual-divino. Vive como ser compenetrado por lo divino, en un mundo no-compenetrado por lo divino. El hombre es transportado a este mundo vaciado de lo divino, aquello que dentro de él está, aquello en lo que se ha convertido SU esencia en esta era. En una evolución mundial, se irá desarrollando humanidad. Lo espiritual-divino, de lo cual el hombre procede, a modo de esencia humana en expansión en el cosmos, puede transiluminar al cosmos, que tan solo sigue perdurando en la réplica de lo espiritual-divino. No será ya la misma entidad la que otrora fuera el cosmos, la que destellará mediante la humanidad. En su paso por lo humano, lo espiritual-divino vivenciará una esencia que no manifestaba con anterioridad. Los poderes ahrimánicos se oponen a que la evolución adquiera este progreso. No quieren que los originales poderes espirituales-divinos, iluminen al universo en su sucesivo progreso; quieren que la intelectualidad cósmica por ellos absorbida, transirradie a todo el nuevo cosmos y que el hombre siga viviendo en ese cosmos ahrimánico intelectualizado. En una vida de estas características, el hombre perdería al Cristo. Dado que el mismo ha entrado al mundo con una intelectualidad, semejante a aquella que otrora ha vivido en lo espiritual-divino, cuando esto en su esencia aun formaba al cosmos. Al hablar hoy de manera tal que nuestros pensamientos también puedan ser los del Cristo, entonces a los poderes ahrimánicos les oponemos algo, que nos ampara de caer en su poder. Entender el sentido de la misión de Micael en el cosmos, significa poder hablar de esa manera. Hoy tenemos que poder hablar de la naturaleza de manera tal como lo requiere la etapa evolutiva del alma consciente. Es menester, poder asimilar dentro de sí el modo de pensar científico-natural puro. Pero también tendríamos que hablar ACERCA DE LA NATURALEZA de manera tal que – vale decir, SENTIR-acorde al Cristo. Tenemos que aprender el lenguaje del Cristo no tan solo acerca de la redención de la naturaleza, no tan solo acerca del alma y de lo divino, sino acerca del cosmos. Que nuestro contexto humano con lo originalmente espiritual-divino se resguarde de manera tal que a través del cosmos podamos entender al lenguaje del Cristo, esto lo podremos lograr, cuando mediante el pleno sentimiento cordial interior, participemos de manera plena de aquello que Micael y los suyos son entre nosotros, con sus actos y con su misión. Dado que entender a Micael, significa hoy, encontrar el camino hacia el logos que el Cristo hoy está viviendo entre los hombres en la tierra. La Antroposofía valora de correcta manera aquello que el modo de pensar científico natural ha podido aprender a decir acerca del mundo. Además de esa expresión empero, posee aun otra locución acerca del ser del hombre, acerca del desarrollo del hombre y acerca del devenir del cosmos, quiere valerse del habla del Cristo y de Micael. Dado que cuando ambas lenguas se hablan, entonces el desarrollo no se interrumpe y no podrá trasladarse a lo ahrimánico, antes del hallazgo de lo espiritual-divino. El mero lenguaje científico-natural, se corresponde con el desprendimiento de la intelectualidad de lo original espiritual-divino. Y puede PASAR a lo ahrimánico, al no ser valorada la misión de Micael. Esto NO sucederá, cuando el intelecto que se ha liberado, a través de la fuerza del ejemplo de Micael se re-encuentra en la intelectualidad desprendida del hombre, tornada objetiva frente a él, originalmente cósmica, que yace en el fundamento del hombre y que ha aparecido de manera esencial en el Cristo dentro del ámbito humano, después de haber partido del hombre, para el desarrollo de su libertad.
7. LA VIVENCIA MICAÉLICA-CRÍSTICA DEL HOMBRE Quien adoptará en su criterio, la contemplación interior portada por un exhaustivo sentimiento acerca de la esencia y de los actos de Micael, podrá acceder a la correcta comprensión referida a la postura del hombre frente a un mundo, que no es de esencia, de manifestación o efectividad divina, sino que es OBRA de los dioses. Contemplar ese mundo tomando conocimiento del mismo significa, ubicarnos frente a formas, configuraciones, que por doquier hablan de lo divino; en las cuales empero no puede ser hallado el ser divino auto-viviente, cuando no nos entregamos a una ilusión. Y no tan solo tendremos que orientar nuestra mirada hacia el reconocer al mundo. En ella de hecho se revela la configuración más nítida del mundo que hoy rodea al hombre. Lo esencial empero para la vida cotidiana es el sentir y el querer, el trabajar en un mundo que en su configuración puede ser percibido como divino, que empero no puede ser experimentado como dotado de vida divina. Para integrar a este mundo una vida realmente ética, son menester los impulsos morales, señalados en la “Filosofía de la Libertad”. Para el ser humano con sentimiento autentico, en este MUNDO-DE-ACCIÓN, puede resplandecer el ser de Micael y el actual mundo de los hechos. Como manifestación, Micael no entra el mundo físico. Con todo su accionar, se mantiene en una región suprasensoria, que empero limita de manera directa con el mundo físico de la fase evolutiva universal del presente. De esta manera jamás puede presentarse la posibilidad de que, a través de impresiones que las personas obtienen por el ser de Micael, las manifestaciones de la naturaleza, las conduzcan a lo extravagante, o que quieran plasmar la vida ética-práctica, en un mundo configurado-divino, pero no vivificado por Dios, de manera tal como si pudiesen estar impulsos, que no tendrían que ser portados de modo ético-espiritual, por el hombre mismo. Mediante un traslado a lo espiritual, ya sea por el pensar o por el querer, siempre nos tendremos que acercar a Micael. Siendo así, en lo espiritual viviremos de la siguiente manera. Aceptaremos la cognición y la vida de manera tal como tiene que ser tomadas desde el siglo quince. Pero nos atendremos a la revelación de Micael; haremos que esa revelación llegue a nuestros pensamientos de manera de una luz, que obtenemos de la naturaleza; la portaremos en el corazón a modo de una calidez, al tener que vivir acorde al mundo de las obras divinas. Contemplaremos entonces NO tan sol observación y vivencia del mundo actual, sino también aquello que transmite Micael, un estado universal PASADO, un estado mundial, que aporta Micael al presente, a través de su ser y de sus actos. Si fuese diferente: si Micael actuara de manera tal que aportara sus actos al mundo, que el hombre actualmente tiene que reconocer y vivenciar a modo de físico, entonces en la actualidad desde el mundo experimentaría aquello que en realidad no ESTÁ en él, sino que HA ESTADO. Al acontecer esto, esa comprensión ilusoria del mundo, conduciría al alma del hombre desde la realidad que le es propia, a otra, a la realidad luciférica. La manera en la cual Micael conduce a la efectividad lo pasado en la vida humana de la actualidad, es la mantenida dentro del correcto avance espiritual del mundo que nada luciférico contiene. Es importante que en la concepción del alma humana, viva una correcta noción de aquello, como en la misión de Micael, se evita todo lo luciférico. Tener esta postura hacia la luz-micaélica que aparece en la historia de la humanidad, significa a su vez, poder hallar el camino certero hacia el Cristo. Micael dará la orientación correcta, cuando se trata del mundo que rodea al hombre, con respecto a su cognición o su accionar. Hacia el Cristo tendremos que encontrar el camino en el interior. Es absolutamente comprensible, que en la época en la cual el conocimiento de la naturaleza tiene la forma que le han otorgado los últimos cinco siglos, también el conocimiento del mundo suprasensorio se ha convertido en aquello que ahora está vivenciando la humanidad. La naturaleza tiene que ser reconocida vivenciada de manera tal que todo es vacio de dioses. Así, en la relación de esta manera configurada hacia el mundo, el hombre mismo ya no se vivencia. En el sentido de que el hombre es un ser suprasensorio, la postura de sí mismo frente a la naturaleza adecuada a la época nada le brinda acerca de su propio ser. Al tomar en cuenta tan solo esta postura, éticamente no puede vivir de manera tal como le es propio acorde a su humanidad. Así se otorga la iniciativa al hecho de no permitir la introducción de este modo cognitivo y de vida, en todo aquello que se refiere a la entidad humana suprasensoria y al mundo suprasensorio en sí. Este ámbito es separado de lo accesible a la cognición humana. Es reclamado un ámbito extra -científico, o supra científico de la manifestación de fe, frente a lo reconocible. Frente a ello empero, se sitúa el accionar puramente espiritual del Cristo. Desde el misterio de Golgotha, el Cristo es accesible al alma humana. Y la relación de la misma hacia él no necesariamente necesita ser de índole no-determinada, sentimental-mística, oscura, puede convertirse en una relación concreta, humanamente profunda y clara. Entonces empero, desde la convivencia con el Cristo, fluye hacia el alma humana aquello que la misma debe saber acera de su propia esencia. La manifestación de fe entonces tendrá que ser percibida de manera tal que hacia ella fluya de manera constante, la viviente experiencia crística. La vida podrá ser tras-cristianizada por el hecho de que en Cristo se perciba al ser, que al alma humana le brinda la contemplación de su propia sensoriedad. De esta manera podrán ubicarse a la par, de la vivencia de Micael y la vivencia del Cristo. A través de Micael, el hombre frente a la naturaleza externa, de correcta manera podrá hallar el camino hacia lo suprasensorio. Sin ser alterada en sí misma la contemplación de la naturaleza podrá ubicarse al lado de una contemplación acorde a lo espiritual del mundo y del hombre, por cuanto se trata de un ser universal. A través de la correcta postura frente al Cristo, el hombre se convierte en aquello que de otro modo, tan solo podría adquirir a modo de una tradicional revelación de fe, en la viva comunicación del alma con el Cristo. El mundo interior de la vivencia anímica, podrá ser vivenciado como el mundo exterior de la naturaleza, como un mundo portado por el espíritu. Si el hombre quisiera obtener la aclaración acerca de su propia esencia suprasensoria, sin la convivencia con la entidad del Cristo, esto, desde su realidad propia, lo conduciría a la realidad ahrimánica. El Cristo porta dentro de sí, de manera cósmica justificada, los impulsos futuros de la humanidad. Relacionarse con él, significa para el alma humana, recepcionar dentro de sí, sus propios gérmenes del futuro, de manera cósmicamente justificada. Otros seres, que en el presente ya ostentan configuraciones, que de manera cósmica para el hombre se justifica recién para el futuro, pertenecen a la esfera ahrimánica. Conectarnos de correcta manera con el Cristo significa, ampararnos asimismo de correcta manera con referencia a lo ahrimánico. En aquellos que requieren de manera rigurosa, el recaudo de las revelaciones referidas a la fe con respecto a la infiltración de cognición humana, existe el inconsciente temor, de que el hombre de esta manera pudiese entrar a influencias ahrimánicas. Esto lo tenemos que entender. Pero debería entenderse TAMBIÉN, que resulta ser para la veneración y el real reconocimiento del Cristo cuando a la vivencia con el Cristo, se le adjudica la afluencia plena de gracia de lo espiritual al alma humana. Así, en lo futuro la vivencia de Micael y la vivencia del Cristo pueden situarse la una junto a la otra; de esta manera, el hombre podrá encontrar su real camino hacia la libertad, entre el extravío en lo luciférico dentro de ilusiones del pensar y de la vida y seducciones y tentaciones ahrimánicas en configuraciones referidas al futuro, que satisfacen su orgullo que empero no pueden ser SUYAS en la actualidad. Perdernos en ilusiones luciféricas, significa no ser persona plenamente, no avanzar hasta la etapa de la libertad, y querer detenerse en una precoz etapa evolutiva – como dios-hombre. Caer en las tentaciones ahrimánicas, significa, no querer esperar hasta que en un determinado grado de la humanidad ha llega el justo momento cósmico, sino querer anticipar ese grado. En lo futuro, MICAEL-CRISTO se implementará como la palabra orientadora en el inicio del camino, sobre el cual el hombre de manera cósmica y justa, pueda llegar a su meta cósmica, entre los poderes luciféricos y ahrimánicos
8. LA MISIÓN DE MICAEL EN LA ERA UNIVERSAL DE LA LIBERTAD DEL HOMBRE Cuando con la vivencia espiritual nos aproximamos al accionar de Micael en la actualidad, hallamos la posibilidad de iluminarnos de manera científica-espiritual, acerca de la esencia de la LIBERTAD. Eso NO refiere a mi “Filosofía de la Libertad”. La misma emana de las fuerzas cognitivas puramente humanas reales, cuando estas pueden trasladarse al campo de lo espiritual. Para poder reconocer aquello que aquí se reconoce, no necesitamos una mancomunión con seres de otros mundos. Podemos decir empero: “Filosofía de la libertad” nos prepara para reconocer a través de la libertad aquello que luego podemos experimentar en la conjunción espiritual con Micael. Y eso, es lo siguiente. Para que la libertad realmente pueda vivir en el accionar humano, aquello que se lleva a cabo iluminado por su luz, de ninguna manera puede depender de la organización física y etérica humana. Lo “libre” puede producirse tan solo a partir del “yo”, y con el libre accionar del “yo”, tiene que poder vibrar el cuerpo astral, para que pueda ser trasladado al cuerpo físico y el cuerpo etérico. Esto empero, es tan solo un lado del asunto. El otro, cobra transparencia en el contexto con la misión de Micael. Aquello que en libertad es vivenciado por el hombre no puede accionar de manera alguna, sobre su cuerpo etérico o su cuerpo físico. Si esto sucediera, el hombre tendría que salir de manera completa de aquello de lo cual se ha convertido en las etapas de su evolución bajo la influencia de la ENTIDAD espiritual-divina y de la REVELACIÓN espiritual-divina. Aquello que el hombre vivencia por el hecho de lo que tan solo es OBRA ESPIRITUAL DIVINA EN SU ENTORNO, debe tener influencia tan solo sobre su ente espiritual (su yo). Sobre una organización física, puede cobrar influencia tan solo aquello, que en la corriente evolutiva no tome continuidad en su entorno, sino dentro de su propia entidad, de aquello que ha tenido su inicio en la entidad de lo espiritual-divino y en la revelación de la misma. Esto empero, en la entidad humana no puede cobrar un efecto conjunto con aquello que vive en el elemento de la libertad. Esto es posible tan solo por el hecho de que Micael traslada algo al presente, procedente de un remoto pasado evolutivo, que al hombre le torga un contexto con lo espiritual-divino, que en la actualidad ya no intercede en la formación física etérica. De esta manera, dentro de la misión de Micael se desarrolla el suelo para una relación del hombre con el mundo espiritual, que no se extiende hacia lo natural. Es edificador, contemplar como mediante Micael, la entidad del hombre se eleva a la esfera espiritual, mientras que lo inconsciente, lo subconsciente, que se desarrolla por debajo de la esfera de la libertad, se mancomuna de manera cada vez más profunda con lo material La postura del hombre hacia el ser del mundo, en lo futuro se le tornará cada vez más incomprensible, cuando fuera a sus relaciones con seres de la naturaleza y procesos de la naturaleza, no reconoce a su vez relaciones tales, como aquellas referidas a la misión de Micael. Las relaciones hacia la naturaleza las vamos conociendo como algo que contemplamos desde afuera; aquellas referidas al mundo espiritual, parten de algo que por cierto es un coloquio con algo esencial, hacia lo cual nos abrimos el acceso, al haber entrado en una contemplación del mundo, acorde a lo espiritual. Para poder experimentar los impulsos de la libertad, el hombre por lo tanto tiene que estar en condiciones, de mantener alejado de ese ser, los efectos determinados de la naturaleza, que desde el cosmos obran sobre su ser. Ese mantenimiento alejado tiene lugar en la subconsciencia, cuando en la conciencia imperan las fuerzas, que representan la vida del yo en libertad. Para la percepción humana interior, existe la conciencia del actuar en libertad; para los seres espirituales, que se conectan con el hombre desde otras esferas universales, sucede algo diferente. El ser procedente de la jerarquía de los Angeloi, que tiene que ver con la continuación del ser humano de vida terrenal en la vida terrenal, de inmediato se torna visible frente al accionar humano en libertad: el hombre rechaza desde sí fuerzas cósmicas, que quieren seguir participando en su formación, que a su organización del yo, quieren brindar los apoyos físicos necesarios, tal como se los brindaran con anterioridad a la era de Micael. Micael, como ser procedente de la jerarquía de los arcangeloi, recibe sus impresiones con la ayuda de los seres de la jerarquía de los Angeloi. Se dedica a la misión de suministrar al hombre, fuerzas desde la parte espiritual del cosmos, de la manera aquí referida, que pueden reemplazar los suprimidos procedentes de la existencia natural. Esto logra, al conducir su efectividad a la más plena consonancia con el misterio de Golgotha. En la eficiencia del Cristo dentro del desarrollo terrenal yacen las fuerzas que el hombre necesita en el accionar a través de la libertad, para la equiparación de suprimidos impulsos de la naturaleza. Tan solo es menester que el hombre entonces tiene que conducir a su alma a la convivencia interior con el Cristo, de la cual ya hemos hablado aquí, en estas participaciones acerca de la misión de Micael. El hombre tiene la certeza de hallarse en una realidad, al ubicarse frente al sol físico, recibiendo su luz y su calor. Así tiene que vivir frente al sol espiritual, el Cristo, que ha unido su existencia con la existencia terrenal y recibir de él en el alma de manera viviente aquello que en el mundo espiritual se corresponde con el calor y la luz. Al “vivenciar al Cristo dentro de sí, se sentirá compenetrado por el “calor espiritual”. Experimentando esa compenetración, se dirá: este calor libera tu ser humano de ligaduras del cosmos, dentro de las cuales no debe seguir estando. El ser divino-espiritual de épocas remotas, para la conquista de libertad tuvo que conducirte a regiones, en la cuales no pudo seguir acompañándote, en las cuales empero te ha entregado al Cristo, para que sus fuerzas, como hombre libre te otorguen aquello que el ser divino-espiritual de épocas remotas otrora te había dado en el camino de la naturaleza, que por entonces asimismo ha sido el camino espiritual. Este calor, te vuelve a conducir hacia lo divino, de lo cual procedes. Y dentro de ese sentimiento, dentro del hombre, en íntima calidez del alma puede coincidir la vivencia dentro yo con el Cristo y la vivencia de la humanidad auténtica y real. “El Cristo me brinda mi ser humano”, esto se convertirá en sentimiento básico del alma. Y al estar en existencia este sentimiento, también se produce el otro, dentro del cual el hombre se siente elevado por encima de la mera existencia terrenal, pudiendo entonces sentirse mancomunado con el entorno estelar de la tierra y con todo aquello que puede ser reconocido como lo espiritual-divino en ese entorno estelar. Y lo mismo acontece con la luz espiritual. El hombre puede sentirse de manera plena en su entidad humana, al descubrirse como libre individualidad. Así y todo con ello se encuentra ligado un oscurecimiento. Ya no resplandece lo espiritual-divino de la época remota. En la luz que el Cristo trae al yo-humano, retorna la luz-arquetípica. En una convivencia tal con el Cristo, el dichoso pensamiento podrá transiluminar al alma con luminosidad solar: ha retornado la luz divina-maravillosa, existente en tiempos remotos, resplandece, aun cuando s esplendor no se debe a lo natural. Y el hombre en el presente se reúne con las fuerzas lumínicas del pasado, cuando aún no ha sido una libre individualidad. Y en ESTA luz puede hallar los caminos, que conducen su entidad humana de correcta manera cuando de manera entendida se conecta con el alma a la misión de Micael. Entonces, en la calidez del alma, el hombre podrá sentir el impulso que lo puede portar a su futuro cósmico de manera tal que en el mismo podrá guardar fidelidad a los dotes arquetípicos de sus entidades espirituales-divinas, a pesar de que en los mundos de aquellas, se ha desarrollado en libre individualidad. Y en la luz espiritual podrá percibir la fuerza que de modo perceptivo, dotado de una conciencia cada vez más elevada y amplia, lo conduce al mundo en el cual se re-encuentra con los dioses de su origen, como hombre libre. Querer permanecer en el ser original, querer mantener la original bondad-divina-naiv, imperante en el hombre, acobardándose frente al pleno empleo de la libertad, conduce al hombre en este mundo de la actualidad, en el cual todo está dispuesto para el desarrollo de su libertad, así y todo a Lucifer, quien quiere ver negado al mundo de la actualidad. Entregarse al ser de la actualidad, dejar imperar tan solo la naturalidad universal accesible ahora al intelecto que se mantiene de manera neutra frente a la bondad, y querer vivenciar al empleo de la libertad tan solo en el intelecto, conduce al hombre, en este mundo de la actualidad en el cual el desarrollo debe continuar en regiones anímicas más profundas, dado que en la superiores impera la libertad, a Ahriman, que al mundo de la actualidad lo quiere ver transformado en un cosmos de ente intelectual. En tales regiones, en las cuales el hombre siente caer la mirada orientada hacia el mundo exterior, de manera espiritual sobre Micael, la mirada hacia el interior del alma, orientada de manera espiritual sobre el Cristo, prospera la seguridad anímica espiritual, mediante la cual podrá transitar aquel camino cósmico sobre el cual él, sin pérdida de su origen, podrá hallar la correcta finalización del futuro, sin la pérdida de su origen.
9. LAS IDEAS UNIVERSALES EN EL ACCIONAR DE MICAEL Y EN EL ACCIONAR DE AHRIMAN Quien se detiene para contemplar la relación de Micael hacia Ahriman, por cierto que se encontrará con la pregunta: ¿Cómo se comportan estos dos poderes espirituales en el contexto cósmico, dado que ambos se encuentran activos en el desarrollo de las fuerzas espirituales? Micael ha desarrollado la intelectualidad a través del cosmos en el pasado. Allí lo hacía como siervo de los poderes espirituales divinos, que a él mismo, así como al hombre le han dado el origen. Y quiere permanecer dentro de esa relación hacia la intelectualidad. Cuando la misma se ha desprendido de los poderes espirituales divinos, para hallar el camino hacia el interior del ser humano, para encontrar en la misma, su relación hacia la intelectualidad. Pero quiso hacer todo esto, tan solo en el sentido de los poderes espirituales-divinos, siguiendo siendo su siervo. Los poderes aquellos con los cuales está relacionado desde su propio origen y el origen de los seres humanos. Es su propósito entonces, que en lo futuro, la intelectualidad fluya a través de los corazones de los hombres, pero siendo la misma fuerza que ha sido en el inicio partiendo de los poderes espirituales-divinos. Algo muy diferente acontece en el caso de Ahriman. Este ser se ha desprendido desde hace mucho tiempo de la corriente evolutiva, a la cual pertenecen los señalados poderes espirituales-divinos. En un remoto pasado, como independiente poder cósmico, se ha ubicado al lado de los mismos. Aunque en el presente se encuentra de manera espacial en el mundo al cual el hombre pertenece, no desarrolla un contexto energético con los seres que pertenecen de justa manera a este mundo. Tan solo porque la intelectualidad, disuelta de los seres espirituales divinos llega a este mundo, Ahriman se siente tan familiar con esa intelectualidad que a su manera, a través de la misma puede conectarse con la humanidad. Dado que aquello que el hombre recibe en la actualidad a modo de una dádiva del cosmos, lo ha integrado a su ser, en remota época lejana. Si lograra lo que es su propósito, Ahriman convertiría al intelecto dado a la humanidad, a semejanza del suyo propio. Ahriman se ha apropiado de la intelectualidad en una época, en la cual no pudo interiorizarla dentro de sí mismo. Siguió siendo una fuerza en su ser, que nada tiene que ver con el corazón y con el alma (¡Esa es la fuerza que ahora impera en el mundo!) la intelectualidad fluye de Ahriman a modo de un impulso cósmico-gélido exento de alma. Y las personas aquellas que son presas de este impulso, desarrollan una lógica, que de manera despiadada habla por sí misma – en realidad, allí está hablando Ahriman – en la cual nada se evidencia de aquello que es conexión interior, anímica-cordial del ser humano con aquello que piensa, dice, hace. Y allí, a su vez, Micael jamás se ha apropiado de la intelectualidad. La administra como fuerza espiritual-divina, al sentirse ligado a los poderes espirituales-divinos. Al compenetrar la intelectualidad, se evidencia asimismo que en la misma está la posibilidad de ser una expresión del corazón, del alma, al igual como aquella de la cabeza, del espíritu. Dado que Micael dentro de sí porta todas las fuerzas del origen de sus dioses y aquellas del hombre. Por esa razón, a la intelectualidad no traslada nada frígido, exento de alma, sino que se ubica a su lado, de manera cálida-íntima, plena de alma. Con ello a su vez está dado el motivo, por el cual Micael recorre el cosmos, con gesto y actitud serios. El estar ligado de esta íntima manera con el contenido significa a su vez, tener que cumplir con el requerimiento de no introducir al mismo, nada de arbitrariedad subjetiva, de deseo o de anhelo. De ser así, la lógica se convertiría en arbitrariedad de un solo ser en lugar de la expresión del cosmos. Mantener su ser de manera rigurosa como expresión del ser universal; siendo que todo aquello que en el interior a modo de ser propio, mantenerlo allí en el interior: Esto, Micael lo considera como SU virtud. Su sentido se halla orientado hacia los grandes contextos del cosmos - esto lo revela el gesto de su rostro; su voluntad, que se aproxima al hombre tiene que reflejar aquello que está viendo en el cosmos - de ello nos está hablando su postura, su gesto. En todo, Micael ostenta SERIEDAD, dado que seriedad como manifestación de su ser, es el espejo del cosmos procedente de ese ser; sonrisa es la expresión de aquello, que procedente de un ser, irradia hacia el mundo. Una de las imaginaciones de Micael también es la siguiente: Él impera a través del CURSO DE LOS TIEMPOS, portando la luz procedente del cosmos a modo de su propio ser; configurando la calidez procedente del cosmos, como reveladora de su propio ser; ondula como ser A MODO DE UN MUNDO, tratándose de manera afirmativa, al tratar afirmativamente al mundo, conduciendo fuerzas hacia la tierra desde todos los sitios del universo. Contemplemos en cambio una imaginación de Ahriman: en su paso por el tiempo, busca conquistar al ESPACIO, en su interior se acumula la oscuridad, hacia la cual envía los rayos de su propia luz, cuanto más logra realizar de sus propósitos, tanto más frigidez lo rodea; se mueve dentro de un mundo que se concentra por completo en un ser, el propio, que se afirma mediante el hecho de negar al mundo; se moviliza de manera tal, como si con él estuviese trasladando, las lúgubres fuerzas de siniestras cavernas de la tierra. CUANDO EL SER HUMANO BUSCA LA LIBERTAD, sino acceso de egoísmo, cuando la libertad se le convierte en amor puro con respecto al acto a ser realizado, entonces tiene la posibilidad de acercarse a Micael; cuando en libertad quiere actuar en ocasión del desarrollo del egoísmo, cuando libertad para él se convierte en el orgulloso sentimiento de manifestarse a sí mismo en la acción, entonces se encuentra en peligro de entrar en el terreno de Ahriman. Las imaginaciones antes referidas, proceden del amor del hombre hacia la acción (Micael) o, el amor egoísta hacia sí mismo, dentro del cual actúa (Ahriman). Al sentirse el hombre como libre ser en la proximidad de Micael, se encuentra en vías de trasladar la fuerza de la intelectualidad a “todo su ser humano”, aunque piensa con la cabeza, el corazón siente la luminosidad o la oscuridad del pensamiento; la voluntad irradia al ser del hombre, siendo que dos pensamientos fluyen dentro de él, a modo de propósitos. El hombre se convierte en ser humano en medida cada vez mayor, al conformarse en expresión del mundo, se encuentra consigo mismo, al no-buscarse, sino relacionándose con el mundo a través de un vínculo de amor. Al desarrollar su libertad, el hombre puede caer en las tentaciones ofrecidas por Ahriman, en la intelectualidad, así como un automatismo espiritual, en el cual es un eslabón, y ya no, él mismo. Todo su pensar se convierte en vivencia de la cabeza; la misma empero, lo separa de la vivencia propia del corazón y de la vida propia de la voluntad, borrando la vida propia. En medida cada vez mayor, el hombre va perdiendo su expresión humana esencialmente interior, al convertirse en expresión de su ser-propio; se pierde, buscándose; se retrotrae del mundo, al que niega el amor; el hombre empero se vivencia tan solo de manera real, cuando ama al mundo. De lo referido se desprende que Micael es el guía hacia el Cristo. Micael recorre el mundo, con toda la seriedad de su ser, su postura, su accionar pleno de amor. Quien junto a él se mantiene, en relación al mundo exterior, el amor tiene que ir desarrollándose, dado que si no es así se convierte en amor dedicado a uno mismo. Una vez logrado el amor en el sentido de Micael, entonces el amor dedicado al otro, podrá retornar con su radiación hacia el ser propio nuestro. El mismo podrá amar, sin amarse a sí mismo. Y en los caminos de un amor tal, el alma del hombre lo puede encontrar al Cristo. Quien a Micael se atiene, cultiva al amor en relación con el mundo exterior; y de esta manera puede encontrar la relación hacia el mundo interior de su alma, la cual lo conduce al encuentro con el Cristo. La era, que ahora está a punto de su inicio, requiere de la mirada de la humanidad a un mundo que de manera directa limita con aquel que percibimos como físico, y en el cual podemos hallar aquello que aquí hemos referido como entidad de Micael, misión de Micael. Dado que el mundo aquel que el hombre en contemplación de este mundo físico lo intuye como naturaleza, tampoco es aquel en el cual está viviendo de manera directa, sino un mundo que se encuentra tan por debajo del mundo verdaderamente humano, como el de Micael, por encima de este mundo. Sucede que el hombre no se da cuenta de que al hacerse una imagen de su mundo en realidad se produce la imagen de otro mundo. Al realizar el diseño de esta imagen ya se encuentra ocupado en desconectarse a sí mismo e integrarse al automatismo espiritual. El hombre puede conservar su cualidad humana tan solo, cuando a ESA imagen puede oponer la OTRA, aquella en la cual impera Micael, en la cual Micael conduce los caminos hacia el Cristo. No hemos descubierto aún, en su real significado para el mundo, aquello que está actuando en el mundo - por ejemplo, las ideas universales - al detenernos en este hecho actuante; tomando conocimiento de los mismos, tenemos que contemplar a los seres de los cuales parte lo actuante; por ejemplo con respecto a las ideas universales, para saber si son portados en el mudo, o por el mundo, por Micael o por Ahriman. Lo que a partir de un ser - dado su relación hacia el mundo - puede tener un efecto salutífero y creador, puede resultar dañino y destructor, cuando parte de otro ser. Las ideas, los pensamientos universales, trasladan al hombre hacia el futuro, cuando los recibe de de Micael; cuando Ahriman se los otorga, lo apartan de un futuro salutífero. Mediante tales consideraciones, en medida cada vez mayor somos conducidos a superar la concepción de una espiritualidad indefinida, que de manera panteísta subyace a las cosas; somos conducidos a una concepción determinada, concreta, que puede generar nociones de los SERES ESPIRITUALES de las jerarquías superiores. Dado que la realidad por doquier consiste en lo esencial; y aquello que en ella no es esencial, es la actividad que tiene lugar en la relación de un ser a otro ser. Y puede ser comprendido tan solo, cuando podemos contemplar a los seres activos.
10. FRENTE A LOS PORTALES DEL ALMA CONSCIENTE. DE QUÉ MANERA MICAEL PREPARA SU MISIÓN TERRENAL DE MODO SUPRATERRENAL A TRAVÉS DE VENCER A LÚCIFER
REFERENCIA PRIMERA: la inserción de Micael en la evolución de la humanidad hacia el final del siglo diecinueve y en desarrollo del mundo, aparece en una elucidación especial, cuando contemplamos la historia espiritual en los siglos precedentes. En el inicio del siglo quince se encuentra el momento, en el cual la época del alma consciente inicia su comienzo. Con anterioridad a esa época, se manifiesta un rotundo cambio en la vida espiritual de la humanidad. Podemos descubrir, como con anterioridad a esa época , por doquier en la contemplación humana se han integrado aún , las imaginaciones. De hecho han existido algunas personalidades, que de manera anterior, en su vida anímica se han encontrado con meros “conceptos”, pero la constitución general anímica de la mayoría de los seres humanos, vive en una compenetración de imaginaciones con representaciones procedentes del mundo puramente físico. Esto acontece con respecto a las representaciones referidas al acontecer de la naturaleza, pero acerca asimismo de la evolución de la historia. Aquello que puede ser hallado mediante la observación espiritual, es confirmado por los testimonios externos. A continuación nos referimos a algunos de los mismos. Aquello que fue considerado y comentado en los siglos pasados acerca de los acontecimientos históricos, es registrado justamente frente al comienzo de la era de la conciencia. Y de esta manera, tenemos conservado “leyendas” y similares, que nos brindan una fiel imagen de aquello de como con anterioridad se ha representado “historia”. Un bello ejemplo al respecto, es la narración del “buen Gerardo”, conservada en una poesía de Rudolf von Ens, que ha vivido en la primera mitad del siglo trece. El “buen Gerardo” es un rico mercader en Colonia. Emprende un viaje de negocios a Rusia, Livland y Prusia, para la compra de pieles de cebellina. Luego va a Damasco y Ninive, para la adquisición de telas de seda y similares. En el viaje de retorno a causa de una tormenta se desvía de la ruta. En la región desconocida a la cual llega, conoce a un hombre, que tiene como prisioneros, caballeros ingleses y también la comprometida del rey de Inglaterra. Gerardo entrega todo el dinero obtenido en el viaje, liberando así a los detenidos. Los lleva a su nave y emprende el regreso. Cuando llegan al lugar, donde los caminos que conducen a la patria de Gerardo y el camino que lleva hacia Inglaterra se separan, Gerardo despide los prisioneros varones con rumbo a su patria; la prometida del rey la lleva consigo, con la esperanza que su prometido, el rey Guillermo, la busque tan pronto se encuentre de su liberación y el lugar donde ahora se hallaba. De la mejor manera fueron tratados la prometida del rey y sus amigas acompañantes por Gerardo. Vive como una amada hija en la casa de su redentor de la prisión. Pasa un largo tiempo, sin que venga el rey para buscarla. Entonces, para asegurar su futuro, Gerardo decide el casamiento con su hijo, dado que se suponía que el rey Guillermo habría muerto. Y ya se instala entonces, la fiesta de la boda para el hijo de Gerardo, cuando en la misma aparece Guillermo, como peregrino desconocido. Durante todo ese tiempo había estado en búsqueda de su prometida. Al cabo de la renuncia desprendida del hijo de Gerardo, se le devuelve su prometida. Durante algún tiempo, ambos permanecen aún con Gerardo, luego este prepara una nave, para llevarlos a Inglaterra. Cuando los prisioneros, reintegrados en sus honores, saludan a Gerardo en Inglaterra, quieren elegir a Gerardo como rey. Él empero puede responderles, que les estaba trayendo su verdadera pareja real. También ellos habían dado por muerto a Guillermo y querían elegir otro rey para el país, en el cual las circunstancias se habían vuelto caóticas durante la ausencia de Guillermo. El mercader de Colonia rehúsa todo aquello que le proponen referido a honores y riquezas, y retorna a Colonia, para ser allí el simple comerciante que siempre ha sido. La historia es presentada de manera tal que el emperador de Sajonia, Otto el primero, viaja a Colonia, para conocer al “buen Gerardo”. El poderoso emperador ha caído en la tentación, de contar con una “recompensa terrenal” por diversos de sus actos. Por el hecho de conocer a Gerardo, toma conciencia a partir de un ejemplo, como un hombre simple realiza el bien sin límites - entrega del valor de todos sus bienes para liberar a cautivos; devolución de la novia de su hijo a Guillermo; luego, todo lo que lleva a cabo para conducirlo nuevamente a Inglaterra, etc.- sin aguardar recompensa terrenal al respecto, y en cambio confiando en la gratificación tan solo por parte de la deidad. Por esa razón, en el lenguaje popular ha recibido la denominación de “el buen Gerardo”, el emperador siente, que a través del conocimiento de Gerardo, recibe una fuerte advertencia religiosa-moral. El relato, cuya estructura acabo de ofrecerles, muestra por un lado con toda nitidez, la constitución anímica de la era previa al advenimiento del alma consciente en la evolución de la humanidad. Quien permite que sobre él actúe un relato como el dado por Rudolf von Ens, puede sentir que el vivenciar del mundo terrenal en la época en la cual ha vivido el emperador Otto (en el siglo diez) ha cambiado. Contemplemos, como en la época del alma consciente, frente a la mirada anímica del hombre, el mundo en cierto modo se ha iluminado, para toda comprensión de la existencia física. En cierto modo, Gerardo viaja a través de la neblina. Conoce tan solo en cada momento un pequeño tramo del mundo con el cual puede conectarse. En Colonia nada se sabe acerca de aquello que acontece en Inglaterra y durante años tiene que buscarse una persona que se encuentra en Colonia. La compenetración de los asuntos del mundo de la actualidad, en comparación con lo existente por entonces, es como el observar de un paisaje a plena luz del sol y el deambular dentro de una espesa niebla. Con aquello que hoy cobra validez como “histórico”, nada tiene que ver aquello que se cuenta con relación al “buen Gerardo”. Tanto más empero tienen que ver con el clima anímico con toda la situación espiritual de la época. La misma, y no los diferentes acontecimientos del mundo físico se representan en las imaginaciones. En las representaciones se refleja, como el hombre no tan solo se siente como ser, que vive a modo de un eslabón en la cadena de los acontecimientos del mundo físico y cumple una actividad, sino en su existencia terrenal interviene el accionar de seres espirituales suprasensorios, sintiendo, que su voluntad en contexto con los mismos. La narración del “buen Gerardo” muestra, que la penumbra, que con respecto a la comprensión del mundo físico ha precedido a la era del alma consciente, ha señalado el camino a la contemplación del mundo espiritual. No se veían las amplitudes de la existencia física; en medida tanto mayor se contemplaban las profundidades de la existencia espiritual. Así empero, como otrora una clarividencia de penumbra de la humanidad había mostrado al mundo espiritual, ya no ha sido en la época señalada. Las imaginaciones allí estaban; pero se presentaron en una concepción del alma humana, que ya con fuerza estaban buscando lo referido al pensamiento. Esto produjo que ya no se sabía cómo se comporta el mundo que se manifiesta en imaginaciones, con aquel de la existencia física. Es por ello que las imaginaciones aparecían a personas que con mayor insistencia se atenían a lo referido a los pensamientos, a modo de “inventos arbitrarios”, sin realidad. Ya no se sabía, que mediante las imaginaciones nos ubicamos en un mundo, en el cual estamos colocados con una parte completamente diferente al de nuestro ser humano físico. Así, en la representación ambos mundos se hallaban uno al lado del otro; y mediante la postura del relato un carácter tal que hacía creer, que los acontecimientos espirituales que se relataban, hubiesen acontecido tan perceptibles entre los físicos, como estos mismos son perceptibles. A ello se adicionó, que a muchos de estos acontecimientos físicos se los entremezclaba en esos relatos. Personas, cuyas vidas se hallaban separadas entre sí a través de siglos, aparecen como contemporáneos; acontecimientos son situados en lugares no correctos y épocas equivocadas. Hechos del mundo físico son contemplados por el alma humana, de manera tal como puede ser contemplado tan solo lo espiritual, para lo cual, el tiempo y el espacio tiene otro significado que para lo físico; el mundo físico es representado en imaginaciones, en lugar de pensamientos; el mundo espiritual en cambio, es entretejido en el relato de manera tal como si no se tratara de otra forma existencial, sino una consecuencia de hechos físicos. Una comprensión de la historia, que tan solo se atiene a lo físico, piensa que se adoptaron las antiguas imaginaciones de Oriente, de Grecia, etc., entretejiéndolas con materia poética e históricas, que por entonces ocupaban a los hombres. En los escritos de Isidora de Sevilla, del siglo séptimo, de hecho se tenía una verdadera colección de antiguos “motivos de leyenda”. Este empero, es un modo de contemplación visto por fuera. Tiene algo significativo tan solo para aquel que no tiene sentido para la constitución anímica humana, que con su existencia se sitúa aun en la conexión directa con el mundo espiritual y se siente impulsado a expresar ese conocimiento en imaginaciones. Cuando luego en lugar de la imaginación propia se emplea una transferida históricamente, a la cual nos hemos habituado, entonces eso no es lo esencial. Esto está dado por el hecho de que el alma está orientado hacia el mundo espiritual, de modo tal, que a su propio accionar y al acontecer de la naturaleza los ve insertos en ese mundo. Sin embargo en el modo de narración de la época anterior a la era de la conciencia, podemos observar extravío. En ese extravío, la observación, acorde a lo espiritual observa el accionar del poder de Lucifer. Lo que al alma empuja a recepcionar imaginaciones en su contenido vivencial, en menor medida se corresponde con las facultades que tuvo en épocas pasadas – mediante una clarividencia onírica – sino más bien a aquellas existentes en los siglos octavo hasta el décimo cuarto de la era cristiana. Estas facultades ya marcaron un impulso hacia una comprensión mediante el pensamiento, de lo percibido a través de los sentidos. En la época de la transición, ambas facultades existieron a la par. El alma se ubica entre la orientación antigua, con dirección al mundo espiritual y que al mundo físico lo percibe como sumido en la neblina, y la nueva orientación y la orientación nueva con orientación hacia el acontecer físico, en la cual palidece la contemplación espiritual. En ese oscilante equilibrio del alma humana, actúa el poder luciférico. Quiere impedir al hombre, encontrar la orientación plena en el mundo físico. Trata de mantener al hombre en regiones espirituales, que ha sido apropiada para él, en épocas pasadas. A su contemplación imaginativa onírica del mundo, no quiere que penetre lo puramente pensativo, orientado a la comprensión de la existencia física. De hecho, de manera injusta puede apartar su contemplación del mundo físico. En cambio empero, no puede mantener de correcta manera la vivencia de las antiguas imaginaciones. Es así que le hace reflexionar imaginaciones, sin poder trasladar de manera anímica, al mundo, donde las imaginaciones cobran validez plena. En el comienzo de la era de la conciencia, Lucifer impera de manera tal que a través de él, el hombre es trasladado a la región suprasensoria próxima-limítrofe con la región física. Esto lo podemos saber a partir del “Saga del duque Ernesto”. El duque Ernesto entra en conflicto con el emperador, que quiere eliminarlo mediante una guerra. El duque se siente impulsado a escapar de esa relación conflictiva, participando de una cruzada hacia oriente. En las vivencias por las cuales tiene que pasar hasta llegar a la meta del viaje, se entreteje a modo de “leyenda”, lo físico con lo espiritual de manera señalada. En el camino, el duque por ejemplo llega a un pueblo, donde los habitantes tienen cabeza de grulla; con sus naves es atraído por una “montaña-imán”, de modo tal que las personas que se acercan, quedan allí detenidas. El duque Ernesto y su sequito logran liberarse, rodeándose de pieles de grifos, aves, que acostumbran llevar como presa las personas sujetas en la montaña del imán. En su viaje luego llegan a un pueblo, cuyos habitantes tiene orejas tan largas que pueden envolverse en las mías a modo de vestimenta; llegaron a otro pueblo donde las personas tienen pies tan grandes que, cuando llueve pueden acostarse en el piso usándolos a modo de paraguas. Llegan a un pueblo de enanos y otro de gigantes, etc. Todo esto, y mucho más se relata con respecto al viaje de cruzada del duque Ernesto. La “Saga”, no permite sentir de correcta manera, como allí, donde por doquier allí se presentan imaginaciones con orientación a un mundo espiritual; como allí se habla de cosas y de imágenes que tienen lugar en el mundo astral, relacionados con la voluntad y el destino de seres humanos terrenales. Lo mismo sucede con la “bella leyenda de Rolando”, en la cual el ejército de Carlo Magno avanza contra los paganos españoles. Allí, haciendo mención a la Biblia hasta se afirma, que para que Carlo Magno pueda lograr una meta por él buscada, el sol se detuvo en su marcha, de modo que un día tomó la dimensión de dos. Y en la “Leyenda de los Nibelungos”, vemos, como la forma aquella que se mantuvo en los países nórdicos, conserva en pie con pureza mayor la contemplación de lo espiritual, mientras que en Europa central, las imaginaciones se aproximan a la vida física. En la forma nórdica el relato se expresa, que las imaginaciones se refieren a un “mundo astral”; en la figura central-europea de la canción de los Nibelungos, las imaginaciones se desplazan a la contemplación del mundo físico. También las imaginaciones que aparecen en la leyenda del duque Ernst, en realidad se refieren a aquello que se vivencia entre las experiencias en la esfera física en un “mundo astral”, al cual el hombre pertenece de igual manera como al físico. Cuando a todo esto enviamos la mirada espiritual, vemos como el entrar a la era de la conciencia, significa el salir creciendo, de una fase evolutiva, en la cual los poderes luciféricos triunfarían sobre la humanidad, a no ser que mediante el alma consciente, con su fuerza de la intelectualidad, entraría una nueva tendencia evolutiva al ser del hombre. La orientación hacia el mundo espiritual, que está por entrar a las vías de la desorientación, es impedida por el alma consciente; la mirada humana es extraída e integrada al mundo físico. Todo lo que acontece en esa dirección, sustrae a la humanidad del poder luciférico, que la confunde. Ya desde el mundo espiritual Micael cumple una tarea para la humanidad. Desde lo suprasensorio, está preparando su obra posterior. Otorga impulsos a la humanidad, que amparan la preliminar relación hacia el mundo espiritual-divino, sin que ese amparo adopte un carácter luciférico. Luego, en el último tercio del siglo diecinueve, Micael avanza hacia el mundo terrenal físico mismo, con la actividad, que desde lo suprasensorio ha practicado, desde el siglo quince hasta el siglo diecinueve. Durante algún tiempo, la humanidad tuvo que pasar por el desarrollo espiritual de manera tal de liberarse de la relación hacia el mundo espiritual, que amenazó de tornarse en algo imposible. Al cabo de ello, mediante la misión de Micael, este desarrollo fue guiado a vías, que a la sucesión de la humanidad terrenal, nuevamente ubicaron en una relación hacia el mundo espiritual que le es saludable. De esta manera, Micael con su accionar se encuentra entre la imagen universal luciférica y el intelecto universal ahrimánico. En él, la imagen universal se convierte en sabia manifestación del mundo que a la comprensión del mundo, revela como divino accionar universal. En este accionar del universo, vive la preocupación del Cristo por la humanidad, que así, a partir de la revelación universal de Micael, puede revelarse al corazón del hombre.
4.1.2018 (Cuaderno uno de tres. Ultimo legado de Rudolf Steiner, escrito en marzo de 1925) Por consultas, dirigirse al Dr. Miguel da Graca, 1545576391.
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