Rudolf Steiner LOS DOCE SENTIDOS DEL HOMBRE Como el yo vive en el mundo exterior a través de nuestros doce sentidos De: “Ser del mundo y ser del yo”, Berlín 6.6.-18.7.1916 … “¡Doce imágenes estelares, a través de las cuales el curso solar transita en el año allá afuera en el macro-cosmos – doce sentidos, en lo cuales el yo del hombre vive de hecho, aquí, en el plano físico! Por cierto, allá afuera, las cosas que suceden en el curso del tiempo poseen otro carácter: el sol se mueve desde Aries a través de Tauro, hasta retornar a Aries desde Piscis. El curso solar anualempero, transita a través de estas doce imágenes estelares. También todo aquello que portamos en nuestro interior, lo que vivenciamos anímicamente se encuentra en relación al mundo exterior a través de nuestros 12 sentidos. En aquel entonces, he nombrado a estos doce sentidos: el sentido del tacto, el sentido de la vida, el sentido del movimiento, el sentido del equilibrio, el sentido del olfato, el sentido del gusto, el sentido de la vista, el sentido del color, el sentido auditivo, el sentido del habla, el sentido del pensamiento, el sentido del yo. Por cierto en el entorno de estos doce sentidos, se mueve toda nuestra vida anímica del mismo modo como el sol se mueve en el entorno de estas doce imágenes estelares. Pero, ya la comparación externa va mucho más allá. Recordamos que durante el año, el sol tiene que transitar por las constelaciones de Aries hasta Libra, que el Sol por cierto a la luz diurna pasa por las constelaciones superiores, y durante la noche por las constelaciones inferiores y que ese paso del Sol por las constelaciones inferiores en principio se halla oculto a la luz exterior. Lo mismo acontece con la vida del alma humana en estos doce sentidos. Sentidos diurnos, en realidad son aproximadamente tan solo una mitad de los mismos, del mismo modo como la mitad de las constelaciones tan solo son constelaciones diurnas y las otras, constelaciones nocturnas. El sentido del tacto realmente es algo de lo cual podemos decir, que empuja al hombre a la vida nocturna de lo anímico; dado que con el sentido del tacto, a tientas nos acercamos burdamente al mundo exterior. Y tratemos tan solo explicarnos alguna vez cuan exiguamente el sentido del tacto está relacionado con la conciencia diurna, vale decir, con la vida anímica real y consciente. Esto lo podemos saber por el hecho de que las impresiones de los otros sentidos las podemos guardar sin problema en la memoria, mientras que resulta difícil, conservar en la memoria, la experiencia del sentido del tacto. Intentamos recordar la textura de una tela que hemos tocado años atrás y hasta nos daremos cuenta del poco interés que sentimos por recordarla. Esto ya se sumerge, de la misma manera como la luz se apaga hundiéndose en la penumbra, cuando el sol en la constelación de Libra desciende hacia la noche, hacia la región de la constelación nocturna. Y plenamente ocultos para la despierta y abierta vida anímica, se encuentran entonces los otros sentidos. El sentido de la vida: en la menor cantidad de las consideraciones referidas al alma dadas por la ciencia externa, hallamos una alusión a este sentido de la vida. Habitualmente se habla tan solo de cinco sentidos, los sentidos diurnos, de la conciencia despierta. Este sentido de la vida, es el sentido mediante el cual podemos sentir dentro de nosotros nuestra vida, en realidad empero, tan solo, cuando algo la trastorna, cuando se enferma, cuando algo nos duele; entonces aparece el sentido de la vida y nos indica: te está doliendo aquí, o allá. Cuando la vida goza de salud, está sumergida en los fondos, del mismo modo como la luz está ausente, cuando el Sol se encuentra en Escorpio, en sí, en una constelación nocturna. Lo mismo acontece con el sentido del movimiento. Este sentido del movimiento es aquello, mediante lo cual percibimos, de qué manera se nos acontecen los hechos por la razón de que algo estamos poniendo en movimiento. Recién ahora la ciencia externa está diciendo algo acerca de este sentido del movimiento. Recién ahora sabe, que por la manera en la cual las articulaciones hacen presión las unas sobre las otras – por el hecho por ejemplo, de que estoy inclinando el dedo la superficie de esta articulación hace presión sobre la otra-, puede ser percibido el movimiento que nuestro cuerpo está llevando a cabo. Caminamos, pero lo hacemos de manera inconsciente. A ello subyace un sentido: la percepción de la facultad del movimiento, a su vez vertida en la noche de la conciencia. Tomemos ahora, el sentido del equilibro. En realidad, en la vida lo conquistamos de manera paulatina. Pero no lo tomamos en cuenta, dado que se encuentra en la noche de la conciencia. El niño pequeño aun no lo tiene, se arrastra por el piso. Recién está adquiriendoal sentido del equilibrio. Recién en las últimas décadas, la ciencia ha descubierto al órgano sensorio referido al sentido del equilibrio. Yo he hablado acerca del hecho de que en el oído se encuentran los tres canales semicirculares, que se encuentran de manera vertical los unos sobre los otros en las tres direcciones del espacio. Al sufrir un daño los mismos, nos provoca mareo, lo que significa que hemos perdido el equilibrio. Del mismo modo como para la audición tenemos la oreja, para la visión, el ojo, para el equilibrio tenemos los tres canales semicirculares, que tan solo por un resto especial de parentesco del sonido y del equilibrio, se encuentran sujetos al oído. Pero, se encuentran allí dentro en la cavidad del peñasco del oído. Se trata de tres semicírculos, formados por diminutos huesecillos. Pero al sufrir un daño a su vez se pierde el equilibrio. Recién en el curso de nuestra primera infancia adquirimos la capacidad del manejo de este sentido del equilibro; pero está inmerso en la noche de la conciencia. No lo notamos. Luego llega a la luz crepuscular que avanza hacia la conciencia. Imaginemos empero, lo poco que tienen que ver con nuestra vida anímica aquellos sentidos que además se hallan un poco ocultos, el sentido del olfato, el sentido del gusto – en un sentido superior. Tenemos que sumergirnos en la vida corporal, para poder entrar efectivamente en el olfato. El sentido del gusto ya se encuentra dentro de un fuerte estado de albor para los hombres, una claridad que ya avanza hacia la conciencia. Pero podemos valernos aun del experimento anímico, que he mencionado con respecto al sentido del tacto: resultará ser difícil recordar las percepciones del sentido del olfato y del sentido del gusto. Y tan solo entonces, cuando la vida del alma se sumerge en mayor medida en lo inconsciente, el sentido del olfato se convalida algo más para la vida consciente del alma. Tal vez ustedes tengan conocimiento del hecho, que hubo artistas del sonido que experimentaron una inspiración especial al estar rodeados por las mismas fragancias vivenciadas en oportunidad de otra creación tonal. Y no es la fragancia que resucita en la memoria, sino los mismos procesos anímicos llegan a la conciencia plena que están relacionados con el sentido del olfato. El sentido del gusto para la mayoría de las personas ostenta una marcada luminosidad. Pero la mayoría de las personas muestran que el sentido del gusto, así y todo, aún se encuentra en la penumbra de la vida del alma, no aun, en el pleno día de la vida anímica; dado que la menor cantidad de personas se contentan con la impresión meramente anímica del sentido del gusto, dado que si algo nos ha gustado mucho, tendríamos que estar contentos con el mero recuerdo, de la misma manera como si lo estuviésemos comiendo. Y como sabemos, esto no es así. Quieren tenerlo nuevamente, no les satisface el mero recuerdo de aquello que le ha gustado. Luego empero, con el sentido de la visión llegamos al lugar, donde sale el sol de la conciencia, con el sentido de la visión llegamos a la plena conciencia del estar despierto. El sol asciende a una altura cada vez mayor. Al sentido del calor llega, hasta el sentido del sonido, desde el sentido del sonido hacia el sentido del habla. El solse encuentra en la posición del mediodía. Entre el sentido del sonido y el sentido del habla se encuentra la posición del mediodía de la vida del alma. Luego viene el sentido del pensar, el sentido del yo. ¡El sentido del yo, no es el sentido del yo propio, es algo muy diferente! Eso, en aquel entonces he explicado en las conferencias de Antroposofía. Al respecto lo importante no es tener conocimiento del yo propio, sino que nos encontremos parados frente a la otra persona y que esa persona nos abra su yo. La percepción referida al yo del otro, ese es el sentido del yo, y no la percepción del yo propio. Estos son los doce sentidos, frente a los cuales la vida anímica del hombre aparece como el sol, frente a cada una de las doce constelaciones. Esto nos está mostrando que el ser humano, en el real sentido de la palabra, es un micro-cosmos. Frente a estas cosas, nuestra ciencia en muchos sentidos aun es de una ignorancia completa. Nuestra ciencia le otorga aun validez al sentido tonal del sonido, pero ya no al sentido lingüístico, a pesar de que la palabra hablada jamás podría ser captada en su significadosuperior, a raves del mero sentido del sonido. Para ello tiene que adicionarse el sentido lingüístico, el sentido dela importancia de aquello que se expresa en la palabra. Y el sentido del habla a su vez no es igualitario al sentido del pensar, y el sentido del pensar no concuerda con el sentido del yo… La palabraemitidacon cariño, cobra un efecto inmediato, ¡comparable al efecto del colorsobre nuestro ojo! Y aquello queen el alma vive a modo de amor, sobre las alas de la palabra es llevadoa nuestra alma, al igual como el colores llevadoa nuestros ojos. Se trata de una percepción directa, y no es el caso de una interpretación. La ciencia recién nos tiene que ultimar en nuestra egoidad mediante su desatino, para no remarcar de que, al convivircon nuestros congéneres, y he dicho: en el sentido del yo, el sentido del pensar, el sentido del hablar de esto se trata – vivimos de manera directa con sus almas. Vivimos con las almas de los demás, del mismo modo, como vivimos con los colores, los sonidos, y quien no concuerda con ello, nada sobre la vida anímica. Eso es lo más importante, que justamente entendamos estas cosas. En la actualidad se divulgan amplias teorías acerca de que todas las impresiones que obtenemos de otras personas tan solo son simbólicas y pueden ser interpretadas a partir de las expresiones. Nada de esto es verdad. Ahora empero, formemos la imagen frente a nuestra alma: salida del sol, aparición de la luz, luego ocaso del sol. Es la imagen macro cósmica para lo micro cósmico de la vida anímica del hombre, que está en movimiento, de hecho ahora no en movimiento circulatorio, sino así como es necesario para la vida anímica humana dentro de las doce constelaciones de la vida del alma, vale decir, lo doces sentidos. Cada vez que percibimos a yo de otro, nos encontramos en el lado diurno del Sol del alma. Cuando nos sumergimos en nosotros mismos, en nuestro equilibrio interior, si tomáramos en cuenta nuestro movimiento – no lo tomamos en cuenta por tratarse del lado nocturno – no halamos en el lado nocturno de la vida del alma. Y entonces no les parecerá tan inverosímil les digo: al estar pasando el hombre por la época entre la muerte y un nuevo nacimiento, para él adquieren especial importancia sobre todos los sentidos aquellos – porque entonces se espiritualizan – que aquí entran a su interior, que aquí se sumergen y los sentidos que aquí están naciendo. De la misma manera como el solva subiendo, así se va elevando el alma del hombre, diríase, entre el sentido del gusto y el sentido de la visión, para luego sumergirse en la muerte. Cuando en la época entre la muerte y una nueva encarnación encontramos allá un alma, entonces la hallamos como interiormente relacionada con nosotros. No, al hallarnos frente a ella en lo exterior, recibiendo la impresión de su yo desde afuera sino que la percibimos mediante la conexión. Allí el sentido del tacto se convierte es espiritual. Y lo que entonces permanece en estado subconsciente, perteneciente a lo nocturno, podría decir, queda, el sentido del equilibro, sentido del movimiento, todo esto posee el rol mayor, de manera espiritualizada, en la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento. De hecho es así, que nos movemos en el conjunto de la vida, como el sol se mueve a través de las cuatro constelaciones. Entramos a nuestra vida, al producirse en cierta manera nuestra conciencia con respecto a los sentidos junto a una columna del universo, yendo al ocaso en la otra columna universal. Pasamos frente a estas columnas, cuando en el cielo estelar ciertamente pasamos del lado nocturno al lado diurno. Esto han querido señalar a su vez esas sociedades ocultas, simbólicas, denominando Jakim, la columna del nacimiento, por el cual el hombre pasa en el momento de entrar a la vida del lado diurno. En definitiva, a esa columna la tenemos que buscar en el cielo. Aquello que durante la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento es mundo exterior, son las percepciones del sentido del tacto, dispersadas por todo el mundo, donde no estamos palpando, sino que somos palpados, donde sentimos, que los seres espirituales nos están tocando por doquier, mientras que nosotros aquí estamos tocando lo demás. Durante la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento, estamos viviendo en el movimiento (BEWEGUNG!), de modo tal que a ese movimiento lo sentimos de manera tal como si aquí en nosotros, como si aquí dentro de nosotros, o un músculo, estaría sintiendo su movimiento propio. En el macrocosmos, nos sentimos en movimiento entre un nuevo nacimiento y la muerte acontecida, sentimos el equilibrio, y sentimos estar integrado en la vida del conjunto. Aquí, nuestra vida se halla definida dentro de nuestra piel, allá nos sentimos en la vida global, conjunta, y en cada situación sentimos el hecho de brindarnos equilibrio a nosotros mismos. Aquí la fuerza de gravedad de la tierra y nuestra especial constitución corporal nos brindan el equilibrio, y en realidad nada sabemos acerca de este hecho. Este equilibrio lo estamos sintiendo de manera constante, en la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento es una sensación directa, el otro lado de la vida del alma. A través de Jakim, el hombre entra a la vida terrenal, siendo que Jakim le asegura: aquello que se encuentra allá afuera en el macrocosmos, ahora está viviendo dentro de ti, tu ahora eres un microcosmos, dado que esto es lo que significa la palabra “Jakim”: dentro de ti, lo divino vertido sobre el mundo. Boas, la otra columna: la entrada al mundo espiritual a través de la muerte. Aquelloque está resumido en la palara Boas, significa aproximadamente: aquello que hasta ahora he buscado en mi interior, la fuerza, la hallaré vertida sobre el mundo en su totalidad, en él estaréviviendo. Estas cosas empero tan solo las podremos comprender, al penetrar en las mismas, a través del conocimiento espiritual. En las comunidades simbólicas, son interpretadas de manera simbólica. En mayor medida son señaladas en nuestro quinto espacio post-atlántico, por la razón de que no se pierdan del todo para la humanidad, para que más adelante puedan llegar nuevamente seres humanos, que puedan entender aquello que se ha conservado según la palabra…
21.9.2017 |