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Preguntas con respecto al trato con la sexualidad y su esclarecimiento      (Michaela Gloeckler)

La aclaración, la ilustración tiene lugar en la vida misma y traspone al plan didáctico de la escuela Waldorf en su conjunto. Así y todo, nos muestra la experiencia diaria, que a pesar o tal vez justamente a causa de la omnipresencia de los temas y los modos de actuar sexuales, el mutismo y la falta de interés frente a las preguntas planteadas  y las situaciones existentes conforman problemas candentes. Por tal razón, a continuación nos referiremos a algo de aquello que a menudo se pregunta.
En el jardín de infantes los niños juegan aquello que traen de sus casas, incluso, las así llamados juegos del doctor. Aquí, es importante observar el acontecer y en oportunidad de conductas especialmente llamativas recurrir a la ayuda y el consejo profesional (pediatra, consejero social).
En el primer año escolar prosigue la narración de los cuentos. Según la situación de la consulta en el grado o en el trasfondo hogareño, se puede integrar algo, aun de modo muy concreto, en el modo de contar el cuento, algo, que le ayude al niño a contestar sus preguntas a menudo inconscientes.
En el segundo año escolar, las leyendas de los santos brindan un rico material para mostrar, como un hombre que ha pasado por experiencias de “las prostitutas y el alcohol” y una “juventud entregada a los vicios” –tal como ha sucedido con Francisco de Asis- así y todo, puede convertirse en un santo. En el relato referido a la vida con anterioridad a la santidad, puede ser integrado algo de aquello o ser remarcado sucesos que este o aquel niño ha tenido que vivir en su casa paterna. Podrá experimentar de esta manera, una objetivización y una orientación positiva.
En el tercer año escolar, en el marco del tratamiento del Antiguo Testamento es referida la Creación del Hombre y la diferenciación de los sexos, y Adán y Eva así como la serpiente pueden ser dibujados mas o menos detalladamente. Cuando los niños de esta edad –3º, 4º año escolar- ocasionalmente preguntan a sus padres acerca de su procedencia, en realidad no aguardan  una explicación biológica, sino que a menudo solamente quieren saber, si realmente son el hijo de estos padres. Puesto, que a esta edad los niños vivencian por vez primera –en el Estudio del Hombre de Rudolf Steiner se denomina la vivencia del rubicón- que son individualidades y no simplemente parte de la familia o del contexto de la vida, dentro del cual hasta ese entonces se han sentido como el pez en el agua. De pronto se siente, que se es muy diferente a los demás y consecuentemente en realidad puede imaginarse que se ha llegado también a esa familia como niño expósito, o, de “otro lado”. Por un lado, los niños preferirían escuchar la respuesta: eres realmente nuestro hijo, y por el otro lado también sentirían una profunda satisfacción interior, si el adulto dijera de pronto: “querido niño, ahora tengo que decirte la verdad...
Al cabo de estas perspectivas de aclaración de orientación mas bien social y espiritual en el 5º, 6º y 7º año escolar le sucede la temática que tiene lugar mas bien en lo anímico interhumano, en forma de la mitología griega, donde el casamiento entre si de los dioses, entre dioses y héroes y entre los seres humanos, en relación con guerras y conclusiones de la paz, juegan un rol importante. Puede ser tematizado todo aquello que a modo de emociones puede suceder entre el hombre y la mujer.
Sigue luego, el desarrollo de la historia temprana, así como la primera época del estudio de los  pueblos, eventualmente también acompañado por las canciones populares y las danzas que remarcan lo masculino y lo femenino.
En el 8º, 9º, 10º y 11º año escolar las épocas de biología ofrecen espacio para la iluminación de diferentes aspectos de la aclaración sexual, siendo que el estudio de las células y el desarrollo embrional son materias del décimo primer año escolar, seguido por la evolución de las especies, incluyendo el nacimiento y el desarrollo del niño en los tres primeros años de su vida. A modo de acompañamiento, se llevan a cabo reuniones de padres y en general se celebran consejos con los padres, en el sentido de que las preguntas biológicas técnicas sean tratadas en el hogar sobre la base privada, para colocarlas bajo la responsabilidad del maestro y del médico escolar en el caso de que en el hogar no exista un clima adecuado para el tratamiento de estas preguntas. Cuando a veces se alega de que en la escuelas Waldorf las teenager quedan embarazadas con frecuencia mayor que en otros lados, esto por cierto no está relacionado con el plan de estudios y los puntos de contacto con este tema, sino, en todo caso con una carencia de contacto entre padres e hijos en el hogar y entre maestros y alumnos en la escuela. A ello se agrega además, que los padres de las escuelas Waldorf se expresan en contra del aborto y que por tal razón se conoce  y se lleva a término el embarazo. Y: que los teenager hoy saben con toda certeza de que se trata. De hecho, es una consecuencia de la “sexualización”de nuestra época, que esta temática tan tempranamente se conforma en tema predominante también entre alumnos, de que de hecho se conforma en símbolo de estatus tomar la píldora, o bien, arriesgar un embarazo. Frente a esa situación es interesante que el plan de estudio Waldorf justamente en el ciclo inferior dilucida los aspectos sociales y espirituales de lo masculino y lo femenino y el niño remarca al hombre en su desarrollo individual, independientemente de su condición de hombre y de mujer. A ello se agrega, que la intensiva actividad artística y la implementación de incentivos multilaterales tienen como consecuencia, que la conciencia de los niños y los jóvenes no se fije o limite prematuramente al ámbito de lo sexual.

¿Cómo podemos manejarnos con la aceleración?
Hoy cobra validez, que una niña se debe haber enterado de parte de su madre o de una persona de confianza, de todo aquello que “se debe saber prácticamente”, antes de que en término medio a los 11,5 años tenga su primera menstruación. Al respecto, es importante, que sienta una alegría por ese acontecimiento de convertirse en mujer –lo mismo cobra validez para el padre y el hijo, aproximadamente, un año mas tarde. Con la pubertad, crecen las demandas hacia los jóvenes, dado, que el desarrollo corporal se produce constantemente a menor edad. En 1860, la edad media para la primera menstruación se ubicaba aun en los 16,5 años, en 1920 en 14,5 años, en 1920 en 14,5 años y se supone que en el año 2010 ya se ubicará en los 10,5 años. También la edad de la primera relación sexual se adelanta claramente. El 50% de las jóvenes de 15 años ya la han pasado y el número de los abortos en las jóvenes menores de 18 años ha aumentado un 75% entre los años 1996-2002 en ocasión del retroceso observado en general con respecto al aborto. Por tal razón, existe por ejemplo en Alemania, sin necesidad de receta, la “píldora del día después” en las farmacias. Por tal razón es necesario, que en un lugar apropiado pueda hablarse de prevención, del instinto y del amor, de la responsabilidad y la pareja, las enfermedades que pueden ser trasmitidas por el sexo, la homosexualidad, la violación, la pornografía, el aborto y la fecundación in vitro. Al respecto es decisivo empero, que el modo en el cual el adulto se refiere a estos temas, integre aspectos sociales, anímicos y espirituales del tema. El estudio sexual jamás debería referirse aisladamente. Por el contrario, debiera quedar en claro, que la sexualidad y el trato con la misma es parte de una postura de vida, representando una posición importante dentro de las cuestiones del desarrollo en la edad juvenil y en la adultez.

 

¿De donde proviene lo dominante en la atracción sexual?
Al reflexionar acerca del poder excepcional y la fascinación que la sexualidad ejerce sobre el hombre, una y otra vez aparece el motivo de la identidad. En el caso de las crisis matrimoniales, los consejos de pareja o en las charla con respecto a una separación en lo posible cordial  en el caso del divorcio matrimonial, se conforma en el concepto central. Dado que, ¿en definitiva, que es lo que torna tan dolorosa la imaginada o efectiva separación del otro –en el caso de que lo hemos amado realmente?
En el trato con la sexualidad, podemos aproximarnos de modo especialmente profundo, a este misterio del desarrollo humano. Dado, que se trata de nuestra propia identidad, que proyectamos al ser humano amado. La vivencia de la identidad puede ser extendida de manera tal a la pareja del sexo, que una ruptura de la relación –por lo menos transitoriamente- puede asemejarse a una pérdida de identidad. Por mas que podamos lamentar la rotura de la relación y la pérdida por años podamos padecer por la misma, no existe un medio mejor para contemplar la cuestión de la identidad de una manera diferenciada, en su confusión de amor propio y el amor hacia otra persona, como a consecuencia de una separación concientemente elaborada. Cuando aquellos que piden nuestro consejo nos cuentan, que la vida sin el otro ya no tiene sentido, que uno se siente vaciado, que el mundo es gris sobre gris, o, que una y otra vez aparece una terrible ira, y un odio contra el otro, naturalmente no es posible decir de manera lapidaria: todo esto, son señales del amor que sientes por ti mismo –no es el otro al que estás echando de menos, sino que es la pérdida de tu elevado sentimiento propio, que has vivenciado junto al otro, lo que ahora hace, que sientas esta ira, esta desesperación. Es tu amor propio, que se había encendido en el otro. Has proyectado a ti mismo y tus necesidades hacia el otro, de modo tal que ahora, cuando aparentemente, o realmente se separa de ti, experimentas este estar vacío, estar hueco, lo sientes como la pérdida de ti mismo. Una verdad de esta clase, naturalmente es en un principio indigerible. Generalmente, es necesario un proceso mas bien largo de charlas y de acompañamiento hasta que la persona misma llega a esta conclusión, y –en el lenguaje de Parzival de Wagner- puede cerrar la herida con el mismo arma, mediante la que fue originada: a partir de la fuerza del Yo.

¿Qué son las perversiones sexuales?
De especial oscuridad e impenetrabilidad muestran ser los acontecimientos de las así llamadas perversiones. En la sexología clínica 5 en la actualidad se ha llegado a un acuerdo, de que no existen descripciones de modelos de comportamiento sexual, que podrían ser clasificados como perversos, o no perversos. Mas bien en la actualidad es vivenciado y considerado como perverso todo acto sexual que es llevado a cabo en la pareja sin su consentimiento. Esto comienza ya en un contacto cariñoso o un beso al que el otro no puede responder y por lo cual se siente acosado. Los aborrecibles escenarios de

5 Hertoft, P: Sexología clínica, Deutscher Aerzte-Verlag, Colonia 1989

violencia pueden hasta finalizar con el asesinato con motivación sexual. Queda empero la pregunta, porque está en la esencia de la sexualidad que pueden presentarse estas aberraciones, este desliz abismal y del ejercicio del poder desenfrenado sobre otros. Rudolf Steiner coordina a ello también al nacionalismo y al odio con el relacionado a los “extraños” y a los “otros”. Dado que el cuerpo astral activo, sujeto al cuerpo físico, actúa en los apetitos y en los instintos, sujetos a la constitución del cuerpo y del pueblo y en las de allí procedentes relaciones sanguíneas. En lo anímico, el cuerpo astral vive en la tensión entre simpatía y antipatía. Es el portador de la vida de la percepción y del sentimiento, en parte sujetos al cuerpo físico y en parte libres del mismo. Ocasiona movimiento en el cuerpo físico, atracción y rechazo, tensión y relajación. Al actuar con excesiva fuerza, puede desplazar la conducción del Yo, cuando esta no pudo desarrollar la suficiente competencia propia mediante la educación y la vida: entonces el hombre está en condición de reacciones hacia las cuales lo incentiva el entorno respectivo. Cuanto menos seguridad de identidad posee en lo espiritual, tanto mayor es la añoranza por amparo y estabilidad en lo anímico-corporal. La necesidad de amparo en el grupo, la añoranza de ser reconocido o el temor de ser excluido pueden conformarse entonces en móvil para comportamientos destructivos. En el nacionalismo y en el fanatismo se evidencia una identidad colectiva de sustitución, que ocupa el lugar de la no existente o solamente débilmente existente identidad personal. Toda forma de desarrollo grupal, basada sobre ideologías, alberga por lo tanto el peligro de la pérdida de personalidad y de identidad y fomenta la búsqueda del goce de los instintos sexuales. Apoya la des identificación y la entrega y la dependencia de otros, ocupando el lugar del Yo individual. A menudo, estando frente a una persona, nos parece imposible que haya cometido un asesinato, una violación o algo similar. A menudo dan el aspecto de ser tiernos, sentimentales y están marcados por la auto compasión, allí, en el cumplimiento de la pena. Pretensiones infantiles frente a la vida y temor de si mismos se encuentran en crasa contradicción con respecto al comportamiento frente a sus victimas. Lo que afirma el antiguo proverbio: cuando los dioses abandonan el templo, entran a imperar los fantasmas, cobra validez también en este caso para el cuerpo humano: cuando el Yo se retrotrae o no puede encarnarse debidamente otras potencias ocupan su lugar. Pensamientos, sentimientos y motivaciones son realidades –ya sea que lo reconozcamos o no. El mundo espiritual, con sus fuerzas y sus seres se yergue dentro del alma humana, que es el escenario del desarrollo del espíritu humano, o, tal como Schiller siendo aun joven lo hace decir en su obra “los ladrones” a Karl Moor: ‘Yo mismo soy mi cielo y mi infierno’ (tomo 1 página 153). Se da cuenta, que depende de él y de la actividad de su Yo, en que imperio anímico o espiritual se mueve.

 

¿Cómo puede entenderse el hecho de la homosexualidad?
La erótica y la añoranza homosexual en la pubertad aparece como inclinación pasajera en casi todos los varones y niñas, hasta que quede conformada la orientación sexual definitiva en el sentido de la sexualidad hétero u homosexual. Recién al cabo de esta fase transitoria queda demostrado en quien se impone la tendencia duradera de la homosexualidad. Para estas personas es entonces, el “estado normal”. Al respecto, puede tratarse de hecho, de personas de un alto nivel espiritual y ético y hasta de personas sobresalientes. Desde el punto de vista del diagnóstico evolutivo empero puede decirse, que constitucionalmente no han llegado a la madurez plena y que durante toda su vida conservan un algo juvenil. De ello nos hable el hecho, de que la orientación sexual de estas personas puede experimentar un cambio en el curso de su vida. En estos casos persiste la ambivalencia de la edad juvenil de manera latente. No solamente existen situaciones en las cuales una persona con disposición homosexual mas adelante pueda entrar en una relación heterosexual, fundando una familia, sino también puede suceder lo opuesto: al cabo de 10 a 15 años de matrimonio, con uno o varios hijos se llega a la separación y un integrante de la pareja sigue viviendo una relación homosexual, o, tal vez ha sido uno de los motivos de la separación. Visto de esta manera, la homosexualidad puede ser considerada a modo de una persistente forma adolescente de vida.

 

¿Existe un destino de la homosexualidad?
Si. Dado, que aquí son imaginables muchas causas posibles, por los cuales el sexo propio puede ser atractivo, mientras que el opuesto deja “frío”. Puede haber asimismo causas del destino para compenetrarse con un profundo rechazo frente al sexo masculino o femenino. Quien a lo mejor por causas políticas u otras ha estado obligada como mujer a entregarse una y otra vez a hombres, lo ha vivido tal vez como una humillación y deshonra tal, que a su vez se ha desarrollado una profunda aversión del ser-mujer. Correspondientemente, es imaginable a su vez con motivo de su incapacidad de manejarse con su sexualidad de modo compatible con lo social ha dañado a una mujer o a muchas mujeres que –a lo mejor al cabo de su muerte- le ha causado una profunda antipatía frente al sexo masculino. Como, según lo afirmado por Rudolf Steiner, se alternan las encarnaciones masculinas y femeninas, es imaginable que en tales casos en ocasión de la siguiente encarnación se buscan condiciones previas hereditarias y sociales, que a la persona en cuestión la confrontan con la homosexualidad. También podríamos estar considerando un destino de forzada abstinencia sexual (por ejemplo en el claustro), u otras formas de vida unilaterales en el sentido sexual. Al atractivo sexual propio de la procreación, se agrega casi siempre el componente en definitiva decisivo, personal, siendo, que la persona o las personas que durante una vida amamos de manera especial, se encuentran encarnadas en un cuerpo masculino o femenino. Es menester, hallar las personas con las cuales estamos ligadas a través del destino para solucionar nosotros mismos o en comunidad con esas personas, las preguntas formuladas por la constelación del destino.

 

¿Qué ayuda podemos prestarle a los niños y también a los padres, quienes ocasionalmente pueden sentirse profundamente afectados, al notar, que su hijo muestra una predisposición homosexual?
Es difícil referirnos de modo breve a este complejo de preguntas. Lo decisivo es saber, si el interés por la personalidad del niño, por el ser humano en el niño o el joven es lo suficientemente fuerte. Dado, que el desvalimiento frente al hecho de la tendencia homosexual se basa justamente en la realidad de que (aun) no se ha llegado a la aceptación de las circunstancias del destino y no se ha logrado la identificación con el cuerpo o de la inclinación sexual. Cuando la idea normativa de la “mujer correcta” o, el “hombre correcto” cobra una importancia mayor que la búsqueda de la identidad eterna que es percibida con claridad mayor que con aquello que como ser humano justamente en este cuerpo y en esta inclinación sexual queremos vivenciar en nosotros mismos, aprendiendo algo nuevo, entonces, se producen problemas de identidad de profundo alcance. Solucionarlos, a menudo es imposible sin la ayuda profesional. Por tal razán, la recomendamos decididamente en este lugar. Cuando el maestro no tiene el interés primario puesto en el niño ni en su individualidad, tampoco el puede aportar su ayuda. Cuando puede empero elaborarse un concepto de individualidad eterna del ser humano, de la esencia de la personalidad que reúne experiencias en las situaciones mas dispares de la vida, en cuerpos masculinos y en cuerpos femeninos en la infancia, la juventud y en la vejez que cobran importancia para el avance del desarrollo, podrá aportar buenos consejos.

 

¿Qué sentido podría tener, vivir como homosexual viviendo su biografía, por así decirlo, “en el ser diferente” que los demás?
Por cierto, que esta pregunta posee diferenciado peso en el destino individual. Del mismo modo como existen diferentes maneras de encarar la propia sexualidad tampoco puede ser comparado, el cometido impuesto por el destino de una persona con aquel de otra persona. Lo que empero siempre viene al caso, es el “ser diferente”. Ya que es –sea hombre o mujer- diferente a la mayoría. ¿qué significa empero, pertenecer a una minoría, tener conciencia de ello? ¿No formar parte de la gran sociedad, tener que luchar por el reconocimiento de su forma de vida? Lo positivo de una situación tal del destino es, por cierto siempre, que de esta manera la conciencia de la personalidad propia, el afirmarse en uno mismo, tal como se es, experimenta un fortalecimiento. Cuan fácil es en cambio, ser “normal” y flotar adaptado en la gran corriente de los contemporáneos. Mientras que el pertenecer a una minoría significa siempre, llamar la atención, tropezar, tener que justificarse, admitir, confesar, -para ser aceptado- hacer mayores méritos que otros. Es menester mucho valentía y un amor verdadero, vivir una relación amorosa y llevarla a cabo, cuando en negada por el reconocimiento de la sociedad, o dificultada por la misma. Es por tal razón que puede despertar nuestra alegría especial, cuando una pareja homosexual envía la participación de su casamiento, por que se sabe, que detrás de ello se encuentran años de lucha y del temor de “que se sepa”.

 

¿En que situación se encuentra un joven que en si mismo descubre inclinaciones hacia el mismo sexo?
Si esto acontece  en un medio pedagógico comprensivo, esto no debería ser diferente a cuando el joven desarrolla por vez primera, una seria inclinación sexual hacia el otro sexo. Se trata de  una vivencia de profundo alcance, y puede llegar a algo así como un shock que se apodera del joven

 

¿A quien puede confiarse un joven o una joven en el caso de que le medio tiene un expreso rechazo frente a la homosexualidad, tal como en la actualidad aun se observa en el caso de muchos padres y maestros?
Sería deseable, que por ejemplo médicos escolares y terapeutas en las escuelas Waldorf pudieran asumir el papel de escuchas y consejeros, o también una que otra personalidad docente, esto cobra validez asimismo, para la sexualidad en general. También los jóvenes heterosexualmente dotados tienen preguntas con respecto a la sexualidad, referido a las cuales no encuentran la suficiente comprensión en el hogar, siendo de incalculable valor, si encuentran una persona de su confianza en la escuela. Al respecto tenemos que acotar, que también existen jóvenes –ya sea heterosexuales como homosexuales- que sienten con toda claridad que quieren adoptar ellos mismos toda la responsabilidad con respecto a su sexualidad y prefieren hallar la aclaración sexual a través de la vida misma o una lectura en lugar de hallarla a través de personalidades de su confianza. De todos modos debiera tematizarse   en la formación de los docentes de que manera los niños y jóvenes potencialmente o efectivamente homosexuales pueden experimentar una confirmación positiva. La manera mediante la cual se hace referencia acerca de este tema –despectivamente o positiva-objetivamente- puede ser a veces decisivo para toda una vida. Debiera ser mencionado en la enseñanza asimismo, la orientación homosexual de personalidades famosas. Si este hecho no es pasado por alto cobra un efecto benéfico y tranquilizador sobre los pocos alumnos afectados por este problema en el grado. A partir de una acotación en este sentido, tal vez un afectado a atreve a entrar en una charla con el maestro. Por la manera como se expresan estos hecho, los personalmente afectados se sienten condenados, despreciados, o, entendidos y aceptados y hasta afirmados. Y ese sereno diálogo con los alumnos es mucho mas importante que “el hablar acerca de todo”.

 

¿De que manera podríamos aliviar dentro del contexto escolar el arreglarse consigo mismo y con su medio circundante de los afectados? ¿En que lugar de las clases podría hablarse de la homosexualidad y otras cuestiones de la sexualidad? ¿Cuál sería el momento adecuado?
El momento adecuado está dado siempre, cuando determinadas preguntas mueven a los alumnos. Solo entonces es el momento justo para abocarnos a esta temática, aun, cuando circunstancialmente no tiene cabida en el contenido de aquello que estamos enseñando en ese momento. La sexualidad es algo tan universalmente humano y llega de la esfera biológica a través de lo anímica hasta la esfera espiritual, a través del trato con la misma, de modo tal que no puede ser situada dentro de una sola materia. En definitiva, toda la manera de enseñanza del maestro, debería tener un efecto aclarador, revelador sobre los alumnos. En el modo como comenta los procesos de la vida, como explica esto y aquello, su trato con los hombres y las mujeres, con los alumnos y las alumnas, -todo eso es revelador en el mejor sentido de la palabra y crea confianza y la base para poder referirse a cuestiones delicadas-  casi siempre individuales.

 

¿Qué aspecto tiene la situación de maestros y maestras homosexuales? ¿Constituyen un peligro  para los alumnos?
La pedofilia es inconciliable con la profesión de maestro, no así la homosexualidad. El trato con la homosexualidad –independientemente de su forma- tiene que ser aprendida y manejada individualmente por cada ser humano. Cuando esto no se logra y se llega a perversiones o comportamientos inaceptables que perjudican a la pareja y a los hijos, tiene que tener lugar una intervención social o terapéutica. Cuando el desarrollo empero se lleva a cabo de manera saludable, el adulto puede controlar sus inclinaciones sexuales y vivir con la pareja por él elegida. Y del mismo modo, como la homosexualidad no es idéntica con violación de menores y seducción de menores, así la heterosexualidad no es sinónimo de un comportamiento impecable en lo moral y en lo social. El límite de aquello que debe ser evaluado críticamente se sitúa siempre en el lugar en el cual el ser humano pierde el control de sus actos, la pareja se siente privada de la libertad o un niño es expuesto a malos tratos o violado. Justamente en la profesión del maestro sucede una y otra vez que alumnos –sea cual fuese su orientación sexual- se enamoran de su maestro y que el maestro es requerido a contestar ese amor de manera apropiada, ese amor juvenil exaltado; este es un problema fundamental, mas allá de la homosexualidad y heterosexualidad. Lo que atrae a los hombres, en amor y en el odio –se encuentra siempre fundamentado en el destino de los involucrados y en la vida terrenal pertinente requiere de la elaboración consiguiente, el saludable esclarecimiento y también del renunciamiento de deseos egoístas, para poder fomentar al otro en su camino, en la medida en la que no es posible.

 

¿No existe un modelo de explicación específicamente antroposófico en el Estudio del Hombre con respecto a la aparición de la homosexualidad? ¿Esto tiene que ver algo con el así llamado cuerpo etérico masculino y femenino?
El estudio antroposófico del hombre aunque no suministra un modelo de explicación con respecto a la aparición de la homosexualidad, aporta empero buenos fundamentos para una comprensión diferenciada de sus fundamentos del estudio del hombre. En uno de sus cuadernos de apuntes, Rudolf Steiner ha esbozado un esquema del cual surge, de que manera un miembro del ser actúa sobre el otro

 

El cuerpo del Yo, otorga

En lo físico: la forma
En lo etérico: el  movimiento interior
En lo astral: vida interior
En lo espiritual: animación

El cuerpo astral, otorga

En lo físico: movimiento
En lo etérico: desear-anhelar
En lo astral: sentimiento
En lo espiritual: pensamiento

El cuerpo etérico, otorga

En lo físico: vivencia propia
En lo etérico: auto reconocimiento
En lo astral: auto mantenimiento
En lo espiritual: memoria

El cuerpo físico, otorga

En lo físico: la presencia del ego +
En lo etérico: concepción +
En lo astral: sensibilidad, sentimiento
En lo espiritual: percepción

 

Este efecto recíproco de los miembros del ser que ejerce el uno sobre el otro, es excesivamente beneficioso –con referencia a todas las preguntas referidas al estudio del hombre. Ahora, para el concepto del cuerpo etérico masculino y femenino: El nuevo paradigma médico-pedagógico, que ha sido integrado por Rudolf Steiner al respecto de la investigación de la evolución, es el paradigma de la doble naturaleza del organismo etérico, vale decir, la identidad de “vivir” y de “pensar” de inconciente vida corporal y conciente vida del pensar, que en el curso de la evolución infantil se diferencian la una de la otra. (ver página ...).
Nada existe con respecto a la dinámica del pensar y funcionalidad, que no pueda ser hallado también como dinámica y funcionalidad dentro de las funciones del organismo. De un modo muy significativo es elaborado por Rudolf Steiner con respecto al maduración de la corona de esmalte en relación con la salida primera de los dientes permanentes. Las fuerzas de crecimiento, que promueven la madurez de las coronas de esmalte, luego se retiran por completo del órgano terminado, razón por la cual los dientes nunca mas pueden regenerarse, sino que en el caso de averías obligan a la persona a consultar al dentista. Paralelamente con ese proceso de maduración de las coronas de esmalte, el maestro puede observar un dramático cambio en la vida anímica de los niños: donde antes hubo una memoria infantil rítmica-sanguínea, ahora aparece la abstracta facultad de recordar y memorizar, por así decirlo, el “mordisco” espiritual. Esto puede ser observado perfectamente en un primer grado, donde hay niños a los que se llenan de brillo los ojos cuando se anuncia la narración de un cuento, por “volver a escuchar” ese amado cuento y otros niños que también lo conocen, reaccionan desganados, diciendo: “Pero a ese cuento ya lo conocemos”. La diferencia entre la fuerza etérica en el pensar, que procede de la maduración de las coronas de esmalte y las fuerzas y posibilidades de función de otros órganos es solamente aquella, que con respecto a los otros órganos –para que puedan conservarse con salud- siempre tiene que quedar “encarnada” una suficiente actividad etérica, para poder regenerar el ámbito orgánico en cuestión y mantenerlo con vida. Las fuerzas, que empero proceden del crecimiento, al finalizar el crecimiento pueden ser metamorfoseadas para la actividad del pensar, así como también las fuerzas que proceden de la actividad de regeneración del organismo en vías del envejecimiento y –cuanto mas viejo se pone el organismo- en medida cada vez menor están a disposición para la actividad vital regeneradora. Es así, que la maduración y el crecimiento del pensar-espiritual se empalma de modo inmediato a lo físico-corporal y puede tener una duración de por vida. Este paradigma nuevo excepcionalmente útil en medicina y pedagogía, constituye a su vez la posibilidad de comprensión para el estudio del así llamado cuerpo etérico masculino y femenino. Ya que es un hecho procedente de la embriología, que hasta la séptima semana del embarazo, el embrión masculino y femenino está dispuesto bisexualmente, vale decir, que se forman ambas disposiciones sexuales, indiferentemente del propio sexo cromosómico. Recién al cabo de este tiempo, se retrotrae el otro sexo y se produce la maduración del organismo típicamente masculino y femenino. En el hombre permanecen en existencia solo mínimos rudimentos de las disposiciones de procreación femeninas y, a la inversa, en la mujer rudimentos de la disposición masculina. Esos rudimentos remanentes empero muestran, que la plena capacidad etérica que hubiese podido servir para la formación del sexo opuesto, aunque no es utilizado físicamente, etericamente sigue conectado al organismo, quedando capacitado para el funcionamiento. Correspondientemente, el dotado con clarividencia con respecto al aura humana puede ver en la mujer, las etéricas fuerzas etéricas del hombre, activas y libres del cuerpo dentro del aura y a su vez en el caso del hombre, aquellas de la mujer. De esta manera, el hombre y la mujer son diferentes no solamente en el sentido físico, sino diferenciadas asimismo, en el sentido anímico-espiritual.
Condicionado por la metamorfosis de las fuerzas del crecimiento en fuerzas del pensar, por un lado, se desarrolla el respectivo sistema, masculino o femenino de los órganos sexuales. En el pensar empero, predomina la dinámica funcional del sexo opuesto. Vale decir, tanto el hombre como la mujer, en lo etérico son “plenamente humanos”. Tienen a su disposición las fuerzas etéricas del sexo propio en lo físico y aquellas del sexo opuesto en lo espiritual. En la dinámica funcional masculina del pensar impera por lo tanto –al igual que en los desarrollados órganos sexuales femeninos- la capacitación para la maduración regular y calma de los pensamientos. Unido a ello se observa una mayor inclinación hacia la sistemática, hacia el crecimiento espiritual, una facultad para dejar reposar los pensamientos y sobre todo, un talento para llevar en mayor medida los pensamientos hacia el interior y no largarlos con facilidad, “pulverizándolos”. Lo completamente opuesto ocurre en el caso de la mujer: su vida del pensar es mas flexible, espontáneo, reactivo, “pulverizado”, en cambio, menos continuo, constante. Un ejemplo de la vida cotidiana: es evidente, que una mujer raras veces hace una lista de los productos que va a comprar, antes de salir de su casa, mientras que los hombres generalmente prefieren hacerlo. Correspondientemente, los hombres vuelven relativamente pronto a casa, con aquello que habían anotado, mientras que las mujeres “ya saben lo que necesitan”, y además reciben un estímulo durante la realización de la compra a través de aquello que están viendo y a veces hasta pueden volver a casa sin el producto por el cual habían salido de compras...
¿Qué puede aportar una reflexión de esta clase con respecto a la homosexualidad? Por un lado, el hecho por el cual justamente en la edad juvenil la mayoría de los jóvenes vivencia fases de atracción homoerótica. Dado, que el cuerpo etérico es el asiento de la atracción erótica, mientras que el cuerpo astral lo lleva a la conciencia, manteniendo la avidez a través de la vivencia del deleite, que a su vez acrecienta la atracción erótica. Como la definición constitucional aun no ha madurado, ni ha alcanzado solidez, la constitución femenina eróticamente es mas sensible para la fuerza de atracción masculina en lo espiritual etérico de la otra mujer y, a la inversa la masculina, para la fuerza etérica femenina espiritual del hombre. Como la constitución del homosexual –si se interpreta homosexualidad como fase de desarrollo persistente de la adolescencia- permanece de pro vida dentro de esta condición no del todo encarnada, se produce la atracción homo-erótica primaria en ambos sexos. Esta luego se acrecienta adicionalmente por los parámetros fisiológicos-cármicos asociados y conduce, mas temprano o mas tarde, al “coming-out”, vale decir, a la homosexualidad, concientemente aceptada y vivida.