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Gabriele Pohl

¿TENER O SER? ¿Qué conceptos de valores podemos o queremos implementar hoy aún en las familias?

¿Qué puede significar para la vida familiar, cuando el tiempo que comparten los padres y el hijo en lo cotidiano, se reduce a una hora, cuando el fin de semana también es empleado para trabajar y las vacaciones se pasan en hoteles donde funciona un jardín de infantes durante el día entero, para que los padres por fin puedan descansar? Cuando la vida familiar casi no existe, cuando poco lugar hay para formación, conjunción, orientación mutua, a causa de presión procedente de afuera – auténtica o imaginaria – y el tiempo que el niño quiera compartir con nosotros y al no lograrlo lo muestra de mal humor, se traslada a la niñera mediática.

¿Cómo puede ser, que las familias se vean obligadas a entregar sus hijos a instituciones, también cuando ellas no lo consideren deseable? El trabajo realizado en la familia no es valorado de manera financiera ni de manera social. Cada madre, cada padre tendría que poder decidir si una persona ajena vivencia los primeros pasos de su hijo, escuche la primera palabra.

Otras personas en el entorno del niño son importantes y no le causan daño. Tan solo que debe tratarse de personas capacitadas de poder ofrecer vínculos duraderos, dentro de los cales el niño puede hallar morada permanente. La guardería no es aquello que los niños requieren, ni siquiera, cuando no tienen hermanos. Aprenden todo lo que requieren aprender cuando simplemente pueden quedar de cómoda manera en casa con mamá, o con papá, investigando al mundo a su manera, probar aquello que les interesa, realizar experiencias con todas las cosas fascinantes que los rodean aprendiendo lo que necesitan saber. El contacto casual con otros niños sería suficiente. Las casas-cunas, tan solo las necesitan los adultos para sus hijos, para poder ir a trabajar. (La existencia de familias cuya vida cotidiana no les es del todo favorable a las posibilidades del niño en su desarrollo, es una realidad, pero a su vez es una excepción)
A menudo sucede que los padres temen poder brindar una adecuada educación en el hogar y el necesario fomento. Por todos lados reciben la sugerencia de que también en la educación infantil es menester la tarea de especialistas: maestros de gimnasia, hasta las especialistas en el fomento lingüístico. Cuando más caro, tanto mejor.

LA EDUCACIÓN NECESITA RELACIÓN

El desconcierto de los padres es muy grande, pocas personas se consideran componentes para poder dominar la misión educativa sin asistencia. Así se ha generado un enorme mercado con la intención de venderle a los padres sus servicios, que hasta poco tiempo atrás han sido asunto de los padres y podrían seguir siéndolo. Puesto que nadie mejor que los padres mismos pueden ejercerla educación. Por el hecho de que educación está relacionada con relación, con amor y con gran ocupación. Y es lo que ofrecen casi todos los padres. Otro asunto muy diferente es, que más tarde, cuando los niños requieren un complemento a la vida cotidiana escolar y de la familia, se integren especialistas (entrenadores, músicos, pintores, artistas del teatro, artesanos, etc.).
De todos modos es deplorable, cuando se quita valor a la vida familiar. Lamentablemente, esto a menudo sucede a causa de carencia económica.
¿Qué sucede empero cuando detrás de ello se oculta el prestigio, que para muchos tan solo parece existir en la vida profesional, la avidez del consumo o la presión social? Si es cierto, necesitamos esas personas inspiradas por buenas ideas, a veces trabajando como poseídos, que ayudan al logro de importantes proyectos, que para todos nosotros llevan a cabo importantes tareas. Y en la mayoría de los casos no pueden preparar un postre con los niños al mismo tiempo, o participar de las representaciones en la escuela. Además, lamentablemente existen muchas familias a las cuales el dinero de un solo sueldo no les alcanza.
A veces empero, vivenciamos la tendencia de personas, que alentadas por las sugerencias de la publicidad, corren detrás de requerimientos aparentes, con lo cual limitan la vivencia de su vida propia y la de su familia.

¿Acaso no tenemos la capacidad de ubicar al ser por encima del tener? Dicho de otra manera: ¿acaso la vida vivida en plenitud no es más importante y satisfactoria que la tenencia de cosas que no echamos de menos al no tenerlas, o las que pronto se convertirán en hábito al poseerlas, razón por la cual no aumentan nuestra felicidad?
¿Tiene que ser sin falta la pantalla gigante del televisor, el auto más caro, o el viaje en avión al destino más extravagante? ¿Las prendas de diseño son aquello que enriquece la vida? ¿Los hijos necesitan el smarthphone – último modelo?

La razón que nuestro sentido de la responsabilidad frente al medio ambiente nos impone modificar nuestro comportamiento referido al consumo, es un hecho que si no profundizaremos. La preocupación en este sentido empero ha propuesto diferentes caminos creativos, referidos a una conciencia más responsable.
Al no permitir ser guiados por necesidades aparentes, en la actualidad existen muchos caminos viables, para poder manejarnos con menos bienes de consumo, menos dinero, sobre todo en el caso de familias jóvenes. Hoy existen muchas posibilidades para obtener de manera favorable o gratuita, lo que necesita un joven hogar. (Por ejemplo “free yourstuff”, una plataforma de internet, en la cual se reciben cosas regaladas, o se las puede regalar, o “Mamikreisel”, donde de favorable manera podemos obtener ropas para niños, las cuales ya quedan chicas otros niños). Los “mercados de pulgas” y los “mercados a la vuelta”: hoy es aceptado de hecho por la sociedad, acudir a esos lugares.

Sí, los niños cuesta dinero y no todo lo podemos obtener de modo usado: ni las clases de violín, ni tampoco las vacaciones. Aun cuando emprendemos el viaje con la carpa, todo cuesta mucho dinero, la visita al museo no puede ser reemplazada por un tomo de imágenes de la librería y las buenas pinturas tampoco los recibimos como obsequio. Pero mucho de ello puede ser solventado mediante la capacidad inventiva. Conozco muchas familias de estudiantes que se arreglan con muy poco dinero. Personas con desempleo, que tienen un magro ingreso que empero debido a ideas salvadoras, llevan una vida agradable, aun sin orientación al consumismo.
Para los niños es favorable, aprender a valorar las cosas por el hecho de que no estén disponibles siempre. Al mismo tiempo también aprenden que no necesitamos todo aquello que nos propone la publicidad, y que se pueden reparar cosas en lugar de tirarlas de manera inmediata.
Y con ello, ganamos más tiempo para dedicarlo a los niños.

Más adelante, nuestro niño recordará aquello que ha vivenciado con los padres, y no de aquello que les han comprado.
Nuevas formas de vida pueden colaborar para la obtención de una mejor calidad de vida. Las restricciones que muchas familias afrontan por tener que estar pagando las cuotas de la casa propia, son enormes a lo largo de muchos años. Otros modelos de vivienda compartida, podrían significar un alivio, existen modelos respectivos en medida cada vez mayor. En el curso de la vida se registra una variante de la percepción social de aquello que cobra validez a modo de fortuna y a modo de pobreza. A menudo de manera radical: menor ingreso y menor status y en cambio mayor auto-desarrollo y auto-configuración, son evaluados como ascenso en lugar de descenso. De creciente manera existen personas que esto lo consideran como correcta perspectiva vital. Y esta postura a menudo la encontramos en seres humanos que son padres.

En la publicidad y en las series pre-nocturnas, de hecho siguen prevaleciendo las series que no contemplan a los niños, a lo sumo alguna vez son materia, y esto por buena razón: por cierto, los singles pueden ser obtenidos en mejor medida para los bienes de consumo, dado que se hallan mejor equipados con los bienes necesarios.
Hoy, la mayoría del tiempo lo estamos viviendo en mundo artificiales y en amplia medida hemos perdido la relación a los procesos naturales: empezando con el parto natural, hasta la muerte sin el estar conectado a aparatos. La naturaleza apenas ocupa aun un rol, y cuando lo tiene en la mayoría de los casos, tan solo podemos descubrir un propósito sentimental en su trasfondo: la naturaleza ya no es vivenciada como parte de nuestro propio ser, sino a modo de área digna de recibir nuestra protección.

Son los niños que nuevamente nos hacen vivenciar la naturaleza y no tan solo porque con ellos el mundo de clara manera pierde esterilidad, sino porque los niños de intuitiva manera van en su búsqueda gracias a su intuitivo acceso. Quien puede acceder a ello, y con los niños emprende el viaje a los descubrimientos hacia aquello que es el fundamento de nuestra vía, recibirá el obsequio de un sentimiento de amparo, de unidad, de ligadura, que sin los niños difícilmente puede ser encontrado.

El hecho de que ambos padres tengan empleo de horario completo no cobra validez tan solo para profesionales ejecutivos, sino que de frecuente manera se debe a fundados temores existenciales. Se oculta un problema social, que no puede ser resuelto de modo individual.
Ocasionalmente tenemos que soportar la sacudida entre la profesión y la familia, siendo que ambas son importantes. Y tenemos que hacer reducciones en ambos casos. Siendo que cuando trabajamos, sentimos pena de no estar con los niños y cuando estamos con los niños, en realidad añoramos la tarea profesional. Muchos padres son conocedores de esto.

Así y todo: vale la pena contemplar las reales necesidades y considerar al tiempo gestado en cosas infructuosas, superfluas, por ejemplo el smartphone.

27.5.2018