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Stefan Leber

Sexualidad y Misión Educativa

Traducción Ana María Rauh

Prologo

En los congresos públicos llevados a cabo desde hace años por las Escuelas Waldorf, una y otra vez se ha formulado la pregunta: ¿Qué dice la Pedagogía de Rudolf Steiner acerca de la educación sexual?.- Reprime, niega, la sexualidad? ¿Qué aspectos emergen de una comprensión cientifica-espiritual del hombre? Tanto en la vasta obra de R. Steiner, como también en las experiencias de las escuelas Waldorf existen amplios y significativos impulsos cognitivos, que empero no han sido tomados por escrito. Así confrontarnos con este tema., de inmediato resulta un problema básico, que en 1955 fue definido por Schelsky de la siguiente manera: “Hablar del comportamiento sexual publicamente, o escribir acerca del mismo, pertenecía a los asuntos vedados para el hombre común, permitido unicamente en casos ocasionales de mucha envergadura para un científico... La justificación de una postura tal, aun hoy esta ampliamente expandida a modo de traba anímica, es tomada empero por los intelectuales modernos, seguros de una conciencia multilateral y apertura espiritual sin prejuicios, como postura perdidamente anticuada... Así y todo, considero como exclusivamente correcta esa postura anticuada”.

Y como eso fue, y es así, el campo fue copado por aquellos que con respecto a la sexualidad tomaron una postura mas “liberada” que empero demasiado a menudo se inclino hacia la unilateralidad. Para el modo de ver a discernir aquí por nosotros, se torna consciente, de que en las diferentes posturas “se expresa la plena orientación del alma”, que por ello “se trata de toda la forma y la concepción del alma” cuando se habla de la sexualidad. Al respecto, “el mal entendido y la verdad” están separados únicamente por una “pared de tela de araña”.

Stefan Leber

SEXUALIDAD-INIDVIDUALIDAD-CONCIENCIA. A. Suchantke.

I.- Uno de los temas mas debatidos en el campo pedagógico es la enseñanza sexual, la educación sexual en la escuela. Los debates se llevan a cabo con los argumentos más diversos. Mientras que por un lado sé esta señalando sobretodo, que de este modo no se toman en cuenta para nada ni se brinda respuesta a las interrogantes existenciales evolutivos ni las necesidades de desarrollo del niño; el lado que apoya la iniciativa parte prevaleciente de aspectos socioculturales actuales y socio-politicos, de cuestiones que provienen del mundo de los adultos, y cuyos representantes en la mayoría de los casos se encuentran casi siempre alejados del trabajo pedagógico concreto con niños. No toman en cuenta por lo tanto, que los concernidos, los niños y los jóvenes se encuentran en contradicción. En una encuesta de gran envergadura, en la cual el joven de las diferentes capas sociales debía dar información acerca de la instancia mas adecuada según su opinión: escuela, medica de la familia o casa paterna, para brindar esclarecimiento, las respuestas fueron sorprendentemente singulares-la mayoria preponderante se inclino por los padres, en segundo lugar figuro el medico mientras que la escuela y maestro ocuparon un tercer lugar.

SEXUALIDAD Y MISION EDUCATIVA- STEFAN LEBER

EDUCACION SEXUAL-INCERTIDUMBRE EN ESTE SIGLO

En el curso de este siglo, la cuestión del “esclarecimiento” del niño con respecto acerca de la sexualidad y procreación –cuando y como- se ha conformado en excepcionalmente apremiante. Esto queda demostrado por el hecho que existe un verdadero diluvio de publicaciones científicas y científicas populares, indicaciones y folletos que tratan el asunto. Ese hecho muestra a su vez empero, la incertidumbre existente frente a esos temas. Dado que, en las cuestiones en las cuales el hombre ha adquirido seguridad acerca del contenido y acerca de la manera y acerca del como, por supuesto que huelga insistir una y otra vez mediante exposiciones escritas. Ha sido entonces la incertidumbre que se ha planteado, pero también la postura critica frente a una tradicional practica de iniciación que finalmente ha conducido a que se ha acumulado un inmenso material acerca de la pregunta de cómo ha sido llevado a cabo el esclarecimiento en las diferentes culturas. Es así, que la antroposofia cultural pudo mostrar maneras muy dispares a las situaciones actualmente imperantes- tal vez se trate de un grado inicial del modo, en el cual a los niños se le transmitía un conocimiento de la procreación y el parto, así como de la evolución embrional intermedia. Esa transmisión era, tanto en lo que al lado biológico se refería, como así también con respecto al contenido explicatorio, imaginativo-mitologico, armónico y concordante y uniforme a lo largo de extensas etapas de tiempo, con lo cual aseguraba su permanencia durante largas etapas del tiempo. Las imágenes y la transmisión empleados, variaban, según la vivencia respectiva a la infancia. Es así, que Magared Mead muestra en sus ya clásicos estudios tres tipos de infancia completamente diferentes, en un espacio reducido geográficamente; los mansos Arapesh de las montañas, los desconfiados Mundugumos con su rivalidad de los sexos y los Tshambuli, caracterizados por su matriarcado (“juventud y sexo, en las comunidades primitivas”).

La postura frente a los sexos marca la infancia, así como los comportamientos sexuales; esto lo estamos mencionando aquí, pero no profundizaremos el particular. De la misma manera, existen así mismo diferentes formas matrimoniales: al lado de la poligamia del hombre, tal, como lo conoce el Islam, la forma occidental de la monogamia con todos sus quebrantos, pero en algunos pueblos también, por ejemplo, nómadas tibetanos, o los esquimos, la poliandria; en uno de los casos, porque el suelo nutre únicamente una determinada cantidad de descendencia, en el otro, por existir escasez de mujeres, con lo cual un cazador casado posee derechos aun sobre otra mujer además de la suya. Así y todo, la vida se encuentra supeditada a severas reglas. Asombrados, los investigadores descubrieron que eran posibles aun normas muy dispares a las occidentales, relativizandose así, la tradición propia. Por diferentes que pudiesen ser los actos de introducción sexual para los adultos allí, son, por cierto, menos problemáticos para los niños que aquellos de nuestra actualidad.

En siglos pasados, esto cobraba vigencia también para nuestra propia cultura. Es así, que el historiador francés Philippe Aries ha comprobado, que por un lado a través de toda la Edad Media y hasta la Edad moderna, falto por completo toda concepción por lo típicamente infantil, vale decir, por el valor especial de la existencia infantil y por otra parte, por lo tanto no existía ni temática, ni campo vital reservado a los niños. Dicho de otra manera: vivenciaban con mayor o menor claridad una gran parte de aquello que esta relacionado con el acontecer procreativo y del parto, recibiendo respectivas explicaciones procedentes de contenidos de imágenes y de mitos, aprendiendo a conocer así, todas las circunstancias de la vida, incluyendo las interpretaciones pertinentes con toda naturalidad incluso, la muerte.

Recién cuando en la época del Renacimiento se fue plasmando un espacio de lo “privado”, que se apartaba de lo “publico”, vale decir de la vida cotidiana, que luego tomo forma así mismo en lo arquitectónico, la esfera de la unión sexual se fue separando del acontecer general, como algo casero, familiar y con ello, algo intimo-oculto: por vez primera en las construcciones edilicias el dormitorio es vedado a la mirada del conjunto familiar y de los huéspedes, constituyéndose en lugar de lo privado, de cuya “vida interior” de allí en mas, no participara la comunidad. Esto acarrea luego profundos problemas psicológicos, como así por ejemplo; también la cuestión de la “explicación” sexual. Dado, que recién cuando para el niño la percepción de la sexualidad se retrae a causa de repregarse hacia el dormitorio, aparece la pregunta referida a la transmisión del conocimiento. Al mismo tiempo desaparecen así mismo, los prototipos de interpretación imaginativa tradicionales, por el hecho de que ya no se entiende su contenido. Las Neurosis aparecen por lo tanto primero en la burguesía, la capa portadora de esa evolución.

Esa paulatina transición hacia lo privado se lleva a cabo paralelamente con aquel fenómeno histórico, que acarrea profundas influencias sobre la vida de la fe religiosa: la REFORMA. Ha sido la Reformación , que sobre todo en su expresión calvinista-puritana ha tenido también consecuencias decisivas para la revolución del ser humano para con la sexualidad. Mientras que en las épocas medievales un grupo destacado, o sea el orden del monasterio y el clero buscaron sobreponerse a la sexualidad, conformando a la castidad en esencial contenido de su búsqueda espiritual-religiosa, esa postura fundamental frente a la sexualidad es generalizada de manera tal por el puritanismo, que la sexualidad fuera de las misiones de procreación conyugal concuerda con el pecado. De allí en mas, la sexualidad como tal, es considerada licenciosa, como algo de lo cual no se habla o se habla tan solo en lo oculto. Por el hecho empero de que el poder instintivo de lo sexual seguirá imperando para el mantenimiento de la humanidad biológica, pero al mismo tiempo choca con la tradicional concepción moral cristiana al reprimirse el ámbito “inferior”, el comportamiento frente a la sexualidad se torna discrepante, vale decir, carente de protección.

Esa contradicción no obtuvo su expresión definitiva desde un comienzo, sino recién cuando el critico movimiento del racionalismo, el “esclarecimiento” filosófico del pensar en el siglo 17/18, permitió la permanencia existencial únicamente de la actividad intelectual de aquello “que se ve”, siendo eliminado y suprimido todo lo milagroso, misterioso de esa concepción del mundo. Así y todo, el ámbito de la fe religiosa siguió existiendo a pesar de ello, como fuerza imposible de suprimir, por dos motivos: en primer lugar, el hombre vivenciaba dentro de sí algo poderoso, algo, que él reconocía como divino; y en segundo lugar, en los fenómenos de la naturaleza hubo permanencia de lo inexplicable: los terremotos, la sequía, las catástrofes de las grandes tormentas en la tierra y en el mar, que seguían ocultando sus orígenes, colocando al hombre frente a enigmas. En la medida empero, en la cual la certidumbre de la fe se opone al esclarecimiento meramente racionalista, se va formando un ambiente de hipocresía, de estrechamiento, de mojigatería. Y ha sido sobre todo el final del siglo 19 que aporto un determinado clima de invernadero, de falta de veracidad interior. El catolicismo se vio menos afectado por esa situación de doble fondo, dado que a la par de la observancia de determinados contenidos de la fe, existía así mismo espacio para una vida con plenitud de los sentidos, tal, como nos muestra por ejemplo; la cultura del barroco.

Es así, que desde la finalización del siglo 19, el hombre se encuentra frente a una misión cognitiva; “... tomar conocimiento del ámbito de la sexualidad, darnos cuenta, de que se trata, cuando hablamos de procreación; cuando hablamos del desarrollo embrional y el proceso del parto”, tal como un segundo ejemplo de inseguridad del conocimiento nos ejemplifica ese hecho tal vez con mayor intensidad aun: En “Panorama de la ciencia y la Técnica ” (N° 17, 1978) se discute la cuestión, si no es posible determinar de antemano el sexo del niño o nacer y corregirlo, en el caso de que no resulta ser el sexo preferido. ¿Por qué los padres que están esperando la llegada al heredero varón tienen que confrontarse con la decepción de la llegada de una niña? ¿Acaso no podrá ser planificada primero la llegada del varón, y luego, tal vez, la llegada de la hija? ¿Qué consecuencias podrían ser acarreadas a causa de una intervención manipulada?. En la exposición mencionada se supone, que entonces se realizarían 106 a 107 nacimientos de varones, frente a 100 nacimientos femeninos; por el hecho de que nuestra sociedad, marcadamente machista, evidentemente se le otorga una importancia mayor al advenimiento al portador del apellido. Existen empero un sabio proceso de distribución de los sexos, hasta la fecha no descifrado, en el caso de que la naturaleza actúa sin trabas: el numero de nacimiento de las niñas es siempre levemente mayor a aquel de los varones. En ocasión de las guerras, en las cuales mueren prevalecientemente hombres, el estado así equilibrado variaba de manera tal, que entonces nacían mas varones, en una relación de 108-110-100; evidentemente, para equilibrar nuevamente la desproporción ocasionada por el accionar humano. Este hecho ha sido observado en diferentes países, al cabo de acontecimientos bélicos, a través de varios años, hasta que luego se llego nuevamente a la relación anterior, habitual.

¿Qué características debe poseer una imagen humana para que integre esa proporción de sabiduría imperante en la naturaleza, con una comprensión real de la vida, y sin interpretarla meramente como mecanismo muerto? Antes de dedicarnos a la profundización de este tema, tendremos que tomar en cuenta los cambios de gran envergadura que han tenido lugar en el criterio de la humanidad frente al tema sexual.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 2

QUITE DEL VELO Y MITO

Quien abre una revista impresa vente años atrás, o treinta años atrás y compara su contenido con la oferta actual, podría creer estar transportado a la púdica Edad Media. De alguna manera se esta insinuando también años atrás “características sexuales secundarias”, pero, en la mayoría de los casos, aun se hallaban cubiertas. Ahora, están “destapadas”. Ninguna revista, que nos descubre completamente todo en la imagen de la corporeidad humana, que otro estuviese velado medianamente mediante “vestimenta”. Si nos preguntamos, que es lo que apareció en oportunidad de ese quite de velo, podemos afirmar, que en principio es la imagen de la carne. Pero, ¿El quite del velo llevado a cabo ha revelado realmente algo? ¿O acaso, esa forma del descubrimiento solo ha tapado la mirada con respecto a aquello que en realidad debería ser revelado?.

De hecho, ¿Qué es el misterio de la figura humana y el misterio de la procreación y el alumbramiento?

Ya en 1968 aparecio0 en la República Federal de Alemania, y editado por el ministerio de la Salud de Bonn, un atlas del estudio sexual. En poco tiempo que editaron muchos miles de ejemplares. Ese atlas se adjudicaba la misión de colaborar en la tarea del esclarecimiento sexual de los niños. Al respecto, aporto un “rendimiento” significativo; redujo los procesos fisiológicos y anímicos, inseparablemente ligados a la sexualidad humana, a un problema espacial, un problema topográfico. De este modo, la sexualidad se conforma en un problema del “estudio del terreno” de zonas erógenas, exigencias mecánicas, accionadores de estímulos, etc., .

Si a ese hecho lo confrontamos con otro hecho que revela una mayor vivencia anímica interior, se clarifica aun mas, la incompetencia de ese intento, por cierto ensayando con buena voluntad: al ser consultados los jóvenes y los estudiantes se supo, que solo el 10% de los padres- y nunca mas del 20% habían brindado información acerca de lo sexual a sus hijos. En la mayoría de los casos había sido la “calle”, vale decir, los de la misma edad, o algo mayores, o bien, un determinado tipo de adultos, que habían transmitido el “conocimiento” necesario. Al ser preguntado los jóvenes, por quienes les hubiese gustado recibir la información, resulto el dato exactamente opuesto: el 90% hubiese querido que lo hicieran los padres, el restante 10% deseaba haber recibido la información por médicos, sacerdotes o sicólogos; en ultimo termino, y eso es un dato asombroso, fueron mencionando los propios maestros. Al pensar no para el niño, sino desde el niño, la expectativa semiconsciente, infantil, tendría que constituirse en frente que determina el comportamiento del adulto.

Si ahora la información sexual se ha constituido en materia escolar, esto puede conformar una alternativa justificada tomando en cuenta la deficiencia paterna, que se encuentra empero en contradicción con la postura interior de los niños en desarrollo y los jóvenes. Seria lo natural e indicado y es lo deseado por los niños, que sus propios padres le brinden la información sexual. (Klaus Thomas: “Educación sexual-fundamentos, experiencias y guías para médicos pedagogos y padres”). Dado que, con el proceso de esa información se toca una región anímica y del sentir, que requiere de la intimidad, así como de la protección plena de confianza. Un proverbio dice: “Lo que ignoro, no me calienta”. Por otra parte, esto significa así mismo; lo que sé, promueve algo, a cuya altura deberá hallarse el portador del conocimiento. El saber es siempre una cuestión de madurez y de fuerza anímica. Es por ello, que puede observarse en los adultos que en la comunicación a otros a menudo buscan un medio para liberarse del conocimiento que los oprime (no elaborado). Al no hacerlo, el mero conocimiento “carcome” en el alma, consume. Es valedero entonces; Todo conocimiento sin conexión interior a la experiencia habida del alma, vale decir, sin la correcta preparación, solo puede significar Dolor. Por lo tanto, en un principio el conocimiento es empobrecimiento, por el hacho de que lo hasta entonces oculto, envuelto por un velo, intuido, frente a la luz muestra ser desnudo, yace a modo de peso que ha tomado conocimiento. Lo que antes estuviera protegido por un velo, oculto en lo profundo, ahora adquiere contornos, es llevado a la superficie; de todos modos, al lado del aumento del conocimiento, se produce una perdida, que deberá ser tolerada y soportada interiormente por el niño que recibe ese esclarecimiento. La revelación que transmite la información conforma tan solo el lado exterior, pero no el lado interior, sustraído a lo sensorio.

¿Qué es entonces aquello, que no puede ser descubierto por ninguna explicación exterior? Miremos, al acto del coito; muestra un caracter de acción y con ello, se torna observable, pero no por ello, comprensible para el niño. Es asombroso en principio, que la investigadora de comportamiento Jane Godall en sus estudios de muchos años reiteradamente pudo observar el siguiente proceso en chimpancés que vivían en libertad: cuando la madre de un machito adolescente se copulaba en su presencia c9n un macho, el joven era presa de gran excitación y atacaban al macho para defender a la madre. El coito es vivenciado como agresión, porque el joven “no posee una comprensión innata del comportamiento del coito, percibido visualmente”. Tampoco en el niño humano existe un fundamento natural para la evaluación de ese proceso, es por ello, que el presenciarlo” puede tener un efecto traumático y provocar daño anímico”. (Bernhard Hassenstein: criatura-animal y ser humano infantil frente a la investigación del comportamiento comparativo”).

Ese proceso de la procreación no puede ser esclarecido para una visión “exterior”. En épocas pasadas era representado por cavernas, o alegorías marítimas, mediante lo cual en el mundo conceptual se producía algo, imponderable. Menos comprensible aun empero, “desde afuera”, es la fecundación, la procreación, que al igual que el desarrollo embrional, tiene lugar en lo oculto del cuerpo. Al querer observar ese suceso tenemos que emplear las “palancas y las pinzas de la anatomía”.

Al respecto se suprime en hecho simple, pero esencial: recién cuando se le ha dado muerte al embrión para investigarlo, se puede saber su tamaño, su peso, etc. Todos los hechos que se transmiten acerca del comienzo y el desarrollo de la vida humana, pueden ser averguados recién cuando esa vida deja de existir. Evidentemente, el conocimiento no puede ser obtenido en ese caso de otra manera. Como en la PEDAGOGIA SEXUAL NO PUEDE TRATARSE DE UN EXAMEN DE CADAVER, el conocimiento obtenido en el preparado muerto, deberá ser adecuado pedagógicamente de manera tal, que se corresponde con el gesto de lo viviente y sus leyes, sin ostentar únicamente el rostro de la mera abstracción y de la arbitraria comparación buscada. El conocimiento no puede estar supeditado a la burda referencia material-concreta, ni a la mera abstracción. La vida se manifiesta en el cambio, en la transformación. La transformación, empero, puede ser vivenciada dentro de la visión interior de los diferentes estados, a través de la fuerza imaginativa de la FANTASIA , mediante un gesto indicador del proceso: la ALEGORIA. Ambos se mantuvieron vivos en la historia, sobre todo, cuando de fuerzas del crecimiento se trataba. Es así, que la fuerza creadora, generadora en el mundo ha sido caracterizada por los griegos, mitológicamente en los actos de Zeus, del mismo modo como la fertilidad primaveral a través de la imagen más pálida de la liebre de pascuas que pone huevos. Al igual que el real proceso de la procreación, también la vivencia misma, antes, y durante la unión sexual es puramente INTERIOR. Justamente ese hecho requiere de aquel que brinda información, que transmita aquella parte que debe ser ofrecido como conocimiento, y que quiere ser conocida por el niño a una determinada edad, por un lado en correspondencia con el alma indagadora del niño y por otra parte, que intente ir en búsqueda de la parte oculta del suceso: mediante imágenes. Solo así podrá estar presente aquello oculto, que se retrotrae a lo sensorio en el proceso de procreación propiamente dicho, así como en el desarrollo embrional, del mismo modo como lo hace el instinto frente a lo conceptual. También el adulto experimenta, que el propio instinto, que emerge de la corporeidad, posee una vida no en principio conceptual, sino que vive a modo de sentimiento como gesto anímico de orientación hacia el otro ser, el ansia de encontrar ese otro ser humano, pero no en conceptos ni raciones topográficas.

Al mirar las imágenes tradicionales, que en el interior se han tornado incomprensibles para la conciencia, y las percibe como lejanas y ajenas, con cuya ayuda en épocas pasadas se llevo a cabo la información sexual, nos encontramos en todos los casos con temas mitológicos. (Como ejemplo podemos citar a Otto Franke en: “Concepciones con respecto a la procedencia de los niños en las diferentes regiones de Alemania, en “ La Comunidad Cristiana ” 12/1977: En la planicie del norte, el portador de los niños es la cigüeña; en Priegnitz, la lechuza; en Prusia oriental, el cuervo y la corneja; a orillas del Rhin, los recién nacidos proceden del Arbol de los niños; en Siebenburgen, antes de nacer moran en el Nogal; en Suiza y los Alpes alemanes, el arroyo de los niños pequeños es morada de los nonatos; en Elsass, el recinto del aljibe; en el Erzgebirge, están al cuidado del rey de las aguas. En Vocalberg, antes de su nacimiento, los niños se encuentran ocultos debajo de rocas y piedras; en Baviera son cuidados por duendes en grutas; en el bosque de Bohmen, se encuentran al cuidado del zorro en su madriguera”. Esas imágenes pueden ser interpretadas por separado, según su contenido pueden tener significado diverso. Todas las imágenes señalan el hecho, que el espíritu del hombre procede de los espacios cósmicos, el alma, de esferas planetarias, la vida, del flujo eterico; las imágenes unen el ser interior con el cuerpo. Con todo ello, el embrión se encuentra sustraído de la acción de la gravedad, de modo que a causa de ese hecho, no puede ser despertado su voluntad; la ausencia del flujo respiratorio impide el accionar del sentimiento y los sentidos dormidos imposibilitan el pensar, las imágenes se refieren a ese mundo del estar dormido rodeado de sueños). Todas estas imágenes aportadas por la tradición proceden de una conciencia diferente a la vigente actualmente, una conciencia de clarividencia dentro de los sueños. Al respecto, miremos un ejemplo aportado por el etnólogo A. Lommel: Los Umbal, una tribu del noroeste de Australia conocían la razón de su desaparición. El trabajo que llevan a cabo junto a las personas de raza blanca y el encuentro con la civilización, les impide “soñar a sus hijos”, hecho imprescindible para la procreación y la concepción. “El hombre Umbala esta facultado a procrear un hijo recién cuando en su Sueño ha llegado al agua profunda, donde se encuentran las almas nonatas, y donde por los espíritus guías le es revelado el nombre del niño. Solo, cuando ha escuchado ese nombre y lo ha guardado en su memoria, puede participarlo a su esposa. Esa participación acontece de la siguiente manera: en un proceso de sueño, el hombre entrega el alma del niño que ha encontrado a su mujer, y ella sueña, haber recibido un alma infantil. (Mas Hoffmann: La preparacion suprasensoria de la encarnación”). Cuándo de esta manera el hombre y la mujer han encontrado al alma, conocen también el sexo del niño y su nombre!. Recién cuando se conoce su nombre, puede ser alcanzado el ser que en la encarnación se unirá al cuerpo y puede ser llamado.

A causa de la civilización, se ha perdido el estado de conciencia tradicional. Lo que queda, es el informe a modo de imágenes, que poco puede ser comprendido ya. Pero, en el interior, aquí también sé esta anunciando un cambio: el lado oculto de la procreación, en los últimos tiempos esta entrando nuevamente a la conciencia. En relación con la consulta hipnótica (“Vida antes del nacimiento, sorprendentes resultados muestran: existe una vida antes nacimiento), con respecto al estado prenatal por Helen Wambach, el 81% de las 750 personas consultadas recuerda haber tomado la decisión de encarnarse, siendo, que otros seres le habían ayudado a tomar la decisión correcta. Las almas al ser encarnadas tenían ante su visión espiritual, el móvil de la encarnación, plasmado en imágenes. Para el 87% se sobre entendía, que ellos mismos habían elegido los propios padres, por hallarse dentro de una profunda relación con los mismos. La memoria retroactiva es una de las partes; la otra, comparable a la vivencia de los Umbal, consiste en que algunos padres poseen vivencias claras y reales del hecho de que sus hijos quieren unirse a ellos. Aparecen en medida cada vez mayor, experiencias “de cómo niños aun no nacidos se comunican con los padres... (acerca de) vivencias de sueños.... nombres, que han sido participados y relaciones concretas entre la madre y el niño recién nacido”.

Las imágenes tradicionales son tomadas, sin excepción, de lo sensorio y en su lenguaje señalan lo no sensorio. De este modo, se decía que la CIGÜEÑA , un ser del mundo de las aves, trae los niños. Tomado a esa imagen de modo físico sensorialmente, parecería estar sin realidad alguna. Tomándosela empero a partir de su contenido espiritual, llama nuestra atención sobre el hecho, que por ejemplo: en el momento del alumbramiento, con la primera respiración, el ser anímico del hombre entra a la corporeidad. Para el griego, el alma, la psiquis, a su vez era emparentada a la mariposa (paycharion). Algo del entorno, que se mueve sobre las ondas del aire, entra al cuerpo, al pulmón, animado a través de la respiración al cuerpo, hasta la ultima de sus células. Ese ser, que allí entra, hace posible que de allí en mas, algo que se encuentra en su interior responda de allí en mas, a los estimulos del mundo circundante. En un comienzo, dentro del grito, mas tarde, diferencialmente, dentro del balbuceo, en el estallido del jubilo de la alegría, y finalmente, en la singular expresión del habla. Esta sigue siendo durante toda la vida un medio de expresión completamente personal. ¿Acaso aquello que ondea con el alma sobre el pulsar de la respiración no es comparable a las aves que con las alas abiertas se deslizan a traves del ámbito del aire, comparable a la cigüeña?. La cigüeña, que busca su alimento en el estanque, ¿No es acaso a su vez imagen de aquel proceso de vida que tiene lugar en el embrión, que enriquecido con nutriente sé esta configurando dentro del liquido amniótico del cuerpo materno?. Y más aun; ¿Acaso, el útero y los ovarios en el cuerpo materno en sus contornos no poseen la misma forma que el pájaro que vuela con sus alas abiertas?. El medico y pedagogo Thomas I. Weils, llama nuestra atención sobre este hecho (“Nacimiento y Concepción, en defensa de la cigüeña, R. Steiner: “ La Misión de la nueva revelación espiritual”, GA 127). Lo mismo cobra validez para el otro ámbito procreativo, donde el hombre ostenta creatividad: el HABLA. Reproducimos las siguientes apreciaciones de Weils: “Los órganos de la procreación están dispuestos de manera similar a aquellos del habla... En la signatura de la paloma....aparece.... la imagen arquetípica del Espíritu Santo, que cobra configuración en formas del cuerpo humano. Nadie, tampoco nuestros niños, ha creído jamás, que esta historia conforma una explicacion causal cientifico-natural. Señalaba empero en la imagen, la generacion de la forma humana sobre la tierra. La paloma es la imagen arquetípica pura de la figura humana espiritual. La cigüeña empero... une la forma-espiritu, con las aguas nacimiento, de las cuales surgimos”.

Luego el autor se refiere a la obra de los seis días de la Génesis , donde habla de la deidad, generando de este modo estados del ser, que muestran una convincente relación con las etapas del desarrollo embrional. (Ha sido K. Konig, quien como primero comprobó la relación de embriología y Génesis (1966). Una relación similar es ofrecida y detallada por Kaspar Appenzeller: La Génesis a la luz del desarrollo embrional humano” (1976). Por lo tanto, ¿No esta dado en la imagen de la cigüeña un descubrimiento, una Apocalipsis, mucho mayor que en aquella de la ostentación de la carne? ¿No tendría que esforzarse en cambio aquel que esta en búsqueda del conocimiento, a compenetrar las imágenes recibidas por la tradición en el campo de la información sexual con un entendimiento tal, que puedan hablarle de un nuevo modo y a través de el, al niño?. De esta reflexión resulta, que la misión de la información acerca del sexo no puede consistir meramente en el modo de funcionamiento de la organización genital, de la mecánica del sexo, sino como complemento de los hechos fisiologicos-anatomicos necesita la otra parte, la esencial espiritual-invisible, por la cual, aparte del interés por el exterior, el niño posee una receptividad especial.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 3

PERSPECTIVAS FREUDEANAS

El modo, con el cual en la actualidad es tratada la cuestión de la información sexual esta ligado preponderantemente con el nombre de una personalidad investigadora excepcionalmente meritoria: con Sigmund Freud (1856-1939). En su investigación partió primeramente de un planteamiento limitado, aunque muy importante: como entender el fenómeno de la histeria. En el análisis de la biografía de histéricos, llego luego a conclusiones de largo alcance, en el sentido de que aquello que acontece en la infancia. Posee su efecto hasta la avanzada edad durante el curso de la vida. Freud enseño a pensar en pasos evolutivos. Con ello se conforma en un destacado pensador sicologico de nuestro siglo. (Los fundamentos se encuentran en: Sigmund Freud, “tres tratados de la teoría sexual y publicaciones al respecto”).

De todos modos, ese planteo debe ser colocado dentro de un contexto más amplio, para observarlo con mirada critica. El descubrimiento de la represión del instinto como causa de la neurosis, que ha sido presentado por Freud en 1905, se refería a una paciente de Josef Breuer, de 21 años de edad, a quien Freud tomo en tratamiento en 1882: su brazo estaba paralizado, y su capacidad visual alterada, repetidamente entro en estado de ataques histéricos espontáneos. Breuer publico el caso conjuntamente con Freud. La histeria es una consecuencia de una vivencia traumática, que ha sido reprimido a lo inconsciente, de modo tal, que difícilmente puede ser detectado en su figura causal-original. Cuando el estado emocional original puede desagotar, desaparece el síntoma. “Los síntomas, que tienen un significado no intranquilizan, lo opuesto sucede con aquellos que no pueden ser coordinados o interpretados”.

A través de Freud, la teoría de la neurosis es acoplada a la sexualidad humana, que con sexualidad se alude a otra cosa mas allá del mero acto sexual. Mas tarde, las causas de la neurosis fueron vistas no solamente promovidas por vivencias infantiles traumáticas por otros analistas, sino ya en el momento de la concepción misma: “Dado que uno de los sin numero de espermatozoo tiene acceso al óvulo, a pesar de que este hecho le vale la perdida de su cola: castración numero uno, los demás quedan afuera ofuscados, mientras que los dos sujetos medios se amalgaman amorosamente, los que han quedado afuera acumulan culpa sobre culpa”. Este modelo básico de un trauma ya aparece biológicamente, pero también en el desarrollo anímico de un ser individual, así como hasta en la evolución de la humanidad. “La regresión de Freud retrocede mas lejos aun: en épocas arcaicas, los hijos adultos atacaban a sus padres, matándolos... Los pacientes están enfermos a causa del banquete mortuorio, los sanos, a duras penas escaparon a esa enfermedad”.

Frente a ello, Van den Berg elucida sus objeciones fundamentales frente a esa interpretación alegando, que esa forma de la neurosis históricamente se concreta solo condicionalmente y que las vivencias transmitidas por los pacientes, constituyen sobre todo, sus propios inventos: “El terapeuta no sabia nada, ni decía nada; el paciente no sabia nada, y decía todo. Eso ultimo era lo que de el se estaba esperando... El terapeuta del siglo diecinueve daba crédito únicamente al pasado... como positivista autentico creía únicamente en acontecimientos sólidamente delimitados... creía en hechos, y por lo tanto recibía inventos”.

En el paso de la historia y el desarrollo de la conciencia de la época moderna fue despertando en medida cada vez mayor, una independencia de la vivencia interior y la cognición, podría decirse: esta despertando el alma consciente, a partir del cual el mundo social se fue transformando profundamente: desprendidos del amparo de sólidas relaciones con los vecinos, vivimos en grupos diferenciados. Cada grupo esta constituido de manera diferente, aguarda algo diferente de nosotros, modificamos nuestro comportamiento, al encontrarnos en el tranvía, en un aula, en la iglesia o en la cancha de bolos, etc. “Somos una legión, dentro de nosotros llegan a la realización tantas “individualidades” como grupos existen a los que pertenecemos. La neurosis consiste en un conflicto entre los diferentes “egos” sociales (Srotkin). El neurótico muestra un trastorno que en realidad afecta a todos, de la cual empero solo el muestra visiblemente la patología: el trastorno, DE NO PODER SER EL MISMO, vale decir: no ser idéntico consigo mismo en diferentes contactos y diversas situaciones”. El hombre es dominado por un doble, no posee la capacidad de establecer un contacto hacia el mundo, se aísla del mismo. A partir de este hecho puede ser interpretado lo inconsciente a modo de fenómeno comunicativo, como “INDICE DE LA PROXIMIDAD O LEJANIA EN EL TRATO CON OTROS”. No las vivencias de la temprana edad infantil, ni las vivencias sexuales reprimidas son las causas subjetivas de la neurosis, sino que los factores desencadenantes llegan desde afuera. El propio yo no puede mantenerse firme dentro de las cambiantes relaciones sociales, se aísla, se torna solitario. En ese sentido, el silencio, la mojigatería imperantes en el siglo pasado fueron un factor neurotizante, tal, como en la actualidad lo son otros factores. El neurótico padece a causa de la sociedad, seria más equitativo entonces, de hablar de socioris en lugar de neurosis”. “Los síntomas neuróticos muestran tan solo una comprensión especial, un “ser diferente”, un desplazamiento. En un principio, esos “desplazados” son relegados, o empujados a un costado, en algunos casos, son “especiales”: especialmente hábiles, especialmente talentosos, otros, son precursores, visionarios de lo futuro”. Toda esta evolución esta relacionada con el moderno descubrimiento del espacio infantil propio, al cual aquí no nos referiremos en sus pormenores. Freud de inmediato reduce su propio emprendimiento por su comprensión puramente biológica del mundo en términos generales, llevándolo (según nuestro criterio) a lo uni-dimensional. Evidentemente logra diferenciar solo de modo ambiguo entre lo fisico-animico por un lado, y lo espiritual por el otro. A todo lo corporal, y con ello, a todo proceso de vida, le es propio lo anímico, vale decir, lo interior, pero también, toma conciencia. Empleada en el ser humano, la idea freudeana significa, que toda vida y toda existencia va en busca del despliegue de placer. Sobre esto se edifica ahora todo desarrollo humano. Frente a esa vasta búsqueda del placer se encuentra la realidad objetiva sujeta a los hechos, el principio de la realidad. En el PRINCIPIO DE LA REALIDAD , la BUSQUEDA DEL PLACER se encuentra con la limitación y hasta el impedimento del placer. ¿Qué promueve ese hecho en el desarrollo? Disgusto, enfado, el replegarse a uno mismo, fracaso, represión del instinto, frustración, pero también congestión y agresión encubierta contra aquello, que impide al placer (libido).

La fuerza universal de la búsqueda de placer, la “libido”, o impulso sexual, lo cual se entiende como coincidente, se presenta dentro de diferente forma en el desarrollo humano, en un principio, ampliamente pre-genital, en el lactante, en la región bucal como reflejo de succión (fase oral). (El sicoanálisis atribuye todos los apetitos sensorios, también la búsqueda de afecto y ternura, y la búsqueda de contacto, al ámbito de la sexualidad infantil, que no debe ser confundida con la sexualidad en el sentido mas estrecho”, (“Manual de los niños especiales y siquiatría juvenil” de Harbauer).

Luego, la libido penetra a mayor profundidad del cuerpo, acompañada por una mayor toma de conciencia, cuando concuerdan por un lado el placentero dominio de los procesos de eliminación promovido por la creciente maduraron biológica y la orden paterna de limpieza por el otro, (principio de realidad). La experiencia de ese dominio sobre los procesos de eliminación otorga tanto “poder”, como placer; con ello, el deseo de placer se desplaza hacia la salida del intestino (fase anal). Finalmente, el centro del desarrollo de la libido se dirige al ámbito de los órganos sexuales, que aun sin estar maduros, de allí en mas dominaran fuertemente las proyecciones anímicas. Freud observo un expreso interés del niño en los órganos genitales propios, así como por los ajenos en la época del 4°, 5° hasta el 7° año de vida, sobre todo por el pene varonil, es por ello, que le dio el nombre de fase fálico. Observaciones similares se podrán hacer una y otra vez y llama la atención sobre todo, el “frecuente” toque de los órganos propios. Esto es tomado a menudo como forma de “masturbación infantil”. (El termino de “masturbación infantil” abarca un estado de cosas, al que no acceden todos los observadores. Según Kinseg, en algunos niños puede existir la posibilidad del órgano antes de la pubertad. Además: “La erección completa del pene, es posible desde el primer día del nacimiento”).

Es arriesgado, suponer de antemano que los comportamientos infantiles son sexuales, solo porque dan impresión a los adultos, cuya sexualidad ha alcanzado un estado de madurez. De ninguna manera se podrá aseverar que un lactante que esta jugando con sus genitales vivencia todas las sensaciones complejas que se presentan, cuando personas adultas o jóvenes se masturban... “Podemos suponer que los juegos sexuales infantiles, informados por los adultos, no poseen la importancia adjudicada por los adultos a estos juegos. Lo concreto es, que comportamientos aparentemente sexuales poseen significado para los niños que para los adultos. D. Muller: “En la actualidad, el juego de un lactante o de un niño pequeño en los genitales no es concebido por nadie como actividad sexual o masturbación de lactante”. (Investigación neurológica y diagnostico en la edad infantil).

En las diferentes fases del desarrollo infantil, se van generando instintos parciales, que luego se van integrando al conjunto de la sexualidad. Lo que originalmente a sido deseo de placer general, mas tarde conformara parte de la sexualidad, resurgiendo como impulso regenerado en el conjunto del suceso instintivo sexual, es recapitulado. Se describe de esa manera, que el impulso amoroso y el cortejo de los adultos comienza con fantasías de diversa índole con respecto a la pareja. En la aproximación de la pareja, reviven impulsos parciales de la temprana infancia, en la secuencia de su aparición original: primero, el “toque de la piel”; allí, se reitera lo que fuera el “calor y la proximidad” de la madre. Le sigue, la “aproximación oral”, en el beso, repetición del placer infantil con respecto al ámbito bucal. Algo mas descalificada es la etapa siguiente (fase anal) en la cual “la mano se deposita en la cadera o la region glutea”. Los “impulsos-parciales” sirven generalmente al placer sexual preliminar del adulto, que conforma una repetición abreviada del original desarrollo infantil, caído en el olvido, hasta lograrse el placer final en el acto amoroso, mediante el orgasmo, vale decir, a través de la centralización de todos los impulsos parciales sobre el proceso genital directo”. (T. Brocher: Bases sico-sexuales del desarrollo”).

Han sido sobre todo siquiatras, los que pusieron objeciones contra la tesis de Freud en el sentido de que únicamente aquellos investigadores “que pueden sondear los comienzos de la vida sexual humana” pueden poseer la paciencia y la capacidad de conducir los análisis hasta los primeros años de vida de los pacientes”. N. Nachmansohn alego al respecto: “El mismo Freud reconoce, que nunca ha observado ni tratado niños... Todo el comportamiento del niño sano muestra etapas preliminares de la sexualidad, pero de ninguna manera, una vida sexual propiamente dicha... ya que esto conforma una imposibilidad biológica... Ni la boca, ni el ano, ni la piel son genitales sustitutos”.

Las zonas erógenas; son “puertas de estimulo/excitación”. Al faltar la excitación genital, no podemos hablar de sexualidad. Dado que es ella, la que como diferencia especifica, conforma al sentimiento, en sentimiento-sexual. Sin esa limitación, el concepto sexual se perdería dentro de lo ilimitado... Mediante esa ampliación no esta dado empero una clarificación ni diferenciación del problema sexual, sino una superficializacion excepcional”.

El análisis anímico de los histéricos, depresivos y demás adultos con impedimentos o trastornos síquicos condujo a Freud, así como luego a otros analíticos, a dar un valor significativo especial a la fase fálica del desarrollo libidinoso. Mediante el análisis de los sueños de niños a esa edad se observa: muchos contenidos de las proyecciones de los sueños giran alrededor de lo sexual. El modelo-base a descubrir al respecto al que asocia luego el desarrollo de la maduración “sexual” esta relacionado siempre de modo especifico con el otro sexo, al que no pertenece quien esta soñando, a menudo, con la parte paterna del sexo opuesto. Es por ello, que Freud le dio el nombre de fase-edipal, en recordación a la figura trágica de Edipo, a quien por el Oráculo de Delfos se le había pronosticado antes de su nacimiento, que mataría a su padre para contraer luego matrimonio con su madre. Es por ello, que según la interpretación sico-analitica, el varón durante la fase edipal en sus fantasías inconscientes poseería la meta de casarse con la madre, vale decir, unirse sexualmente con ella, encontrándose empero con un adversario en la figura de su padre, a quien, considerándolo como rival, quiere eliminar, si fuese necesario, a través del asesinato. Como esto es casi imposible, o posible únicamente en el sueño, estas proyecciones a su vez liberan un temor en el varón, que a su vez, el padre amenace su propia sexualidad (miedo de castración). (Este mito ha sido empleado por Freud en conexión a una obra de Otto Rank: “Mito del nacimiento del héroe (1909) y también con referencia a la religión, vale decir, con respecto al Mosaismo: El hombre Moisés y la religión monoseista”).

En las niñas, el contenido de las imágenes soñadas es el inverso. Quisiera sacar del medio a la madre, para ocupar su lugar. En lugar del temor a la castración, en ella aparece la “envidia por el pene”. En conexión al mito antiguo, aquí podríamos hablar del complejo de Electra. Creemos, que los datos mencionados pueden ser acertados en el caso individual, pero no en forma generalizada, la interpretación teórica, indeficiente, y hasta errónea. (Harbauer: “A causa de cambios en las concepciones sociales y los estilo educativos, las condiciones han experimentado un cambio. Un acercamiento de la autoridad de la madre y una merma de la autoridad del padre son notorios. Las situaciones-Edipo, antes más frecuentes, ahora se observan en menor medida, por el hecho de que el rol de los patriarcas familiares, se ha tornado anacrónico”). Mas adelante nos ocuparemos de ello, a partir de la visión del Estudio del hombre. Aquí hemos tenido que referir estas concepciones, por el hecho de que puede suceder una ocupación ideológica de la conciencia, y, viceversa, a partir de una teoría equivocada puede a su vez resultar una practica absolutamente errada, cuyas consecuencias por cierto no tendrán que soportar de manera inmediata los actuantes, sino “los tratados”, vale decir, los niños y mas tarde los adolescentes y adultos. Esa concepción teórica de Freud aporta consecuencias en dos direcciones, actualmente: 1°, en el campo de la política social, 2° en el cambio de los parámetros acerca de la información sexual a los niños.

Con respecto al 1°: ¿El conflicto entre el principio de placer y el de la realidad es inevitable de manera tal, que la transformación represiva de la estructura instintiva humana es indispensable?. Si Freud sostiene, que el desarrollo sexual promueve enfermedad anímica y agresión a causa de una opresión constante, así opina Herbert Marcuse, el pensador que intervino decisivamente en le horizonte ideológico de la década del 60, entonces no podemos permanecer dentro de la postura de Freud de aceptar simplemente las patologías anímicas y curarlas después de su aparición. Según esa opinión tenemos que orientarnos hacia las raíces del suceso, vale decir, las causas mismas de la enfermedad y dar curso ya en la temprana infancia a un libre desarrollo sexual, sin reprimir el instinto. Un emprendimiento, que por los conservativos ha sido denunciado políticamente como “sexo con niños”, sin que con ello se hubiese dado en el blanco. La libertad sexual correspondiente en el desarrollo sexual infantil, fue señalada como “trabajo en pro de la paz y una sociedad liberada”.

Con respecto al 2°: todas una serie de autores, Giese, Comfort, Reich, Schmidt, Kentler, en sus reflexiones giran alrededor de la idea de cómo reducir la agresión intra-especifica estimulada por la represión sexual. Dicen, que es necesaria una “reprogramacion de la ética, siendo, que el intento no es considerado a partir de una búsqueda interior de un mundo de valores con intuiciones morales, una postura de firmeza de carácter, decisión personal con respecto a metas impuestas por uno mismo en una búsqueda de lo verdadero y de lo bueno, sino, en un trato con el sexo, la sexualidad, para lo cual se propone una “moral nueva”, que a su vez deberá fundamentar una nueva ética. Y tan simple se lo ve: La moral se desarrolla sin esfuerzo, simplemente en la practica de los instintos.

Es así, que se postulo una “nueva moral”, que recomienda: “1° Masturbación durante toda la edad infantil”. 2° Transformación del tabú del incesto entre padres e hijos, al no ser excluidos estos, injustamente, sino que padres e hijos puedan realizar experiencias mutuas y que los intentos del coito mutuo fracasan a partir de la decepción y de la inoportunidad. 3° La autorización y el apoyo de juegos sexuales a la edad escolar, para facilitar la capacitación al coito y la instrucción de los jóvenes en practicas sexuales perversas, para lograr la diferenciación de su vida sexual. 4° Practica sexual a partir de la madurez sexual, tanto en el ámbito privativo, como en el ámbito escolar, brindándose así enseñanza sexual practica; y en consecuencia 5° entrega sin limitación, de anticonceptivos para las jóvenes”. (La critica Christa Meves resume la nueva moral de la siguiente manera: DESMESURA MANIPULADA. PELIGROS SIQUICOS EN LA VIDA TECNIFICADA. LIBERADOS HACIA LA SAEXUALIDAD , INDUCIDOS A LA DEGENERACION.

Tenemos, que remarcar aquí, que este catalogo no puede ser atribuido a Freud mismo. Aunque ha suministrado los fundamentos al respecto, para luego empero hacer deducciones completamente diferentes, si se quiere, “convencionales”. “La libertad individual no es un bien cultural. Alcanzo su expresión máxima antes de cada cultura, por cierto empero, por entonces, sin valor, puesto que el individuo no estaba en condiciones de defenderla. A través del desarrollo de la cultura experimenta limitaciones y la justicia requiere, que nadie quede excento de esas limitaciones. Lo que en una comunidad humana se mueve como impulso de libertad, puede conformar rebelión contra una injusticia existente, favoreciendo a su vez entonces una evolución cultural, una compatibilidad con la cultura. Puede empero, proceder así mismo del resto cultural original, una personalidad no domada por la cultura, constituyéndose así, como base de la hostilidad cultural. (S. Freud: “El malestar en la cultura”).

De ser llevadas a cabo las practicas recomendadas de la “nueva moral”, se observara no obstante una discrepancia reproducida por Anna Freud de la siguiente manera: “El esclarecimiento sexual de los niños...generalmente no logra la meta esperada, a pesar de todas las esperanzas que se tienen al respecto. Lo que aquí se habla en reciproca contradicción, son por un lado los hechos reales de la vida adulta y por el otro, la inmadurez de la constitución sexual infantil...Tampoco los efectos de la libertad de masturbación no son los deseados. Lo que había tenido como propósito el nuevo permiso, era la eliminación de torturantes sentimientos de culpa; lo que al mismo tiempo tiene como consecuencia, es un déficit no esperado en el lado del desarrollo moral...y más imposible es, proporcionar a los niños, la prevista liberación de temores. Donde desaparece el miedo frente a la severidad paterna, crece el miedo provocado por la conciencia; donde mengua la severidad del super-yo, los niños se encuentran dominados frente a la propia fuerza de los instintos, al que permanecen expuestos sin la objeción de instancias exteriores o interiores...Los niños que crecen bajo el nuevo régimen, no estarán más libres de miedos y conflictos y por lo tanto no se verán menos expuestos a trastornos neuróticos y de otra índole síquica. (Anna Freud: “Caminos y Extravíos en el desarrollo infantil”).

(En este momento -6.2.2002- estoy escuchando en la radio que en Japón sé esta preparando un útero artificial de plástico transparente, tal como lo presagiaba Aldus Huxley en su libro “La humanidad feliz”. Esta noticia se basa en un articulo de Clarín: 5.2.02)

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 4

ESBOZO D EUNA NUEVA COMPRENSION DEL SER HUMANO,

ANTE EL TRASFONDO DE LA TEMPRANA EDAD

Miembros del Ser

Pensemos en un recién nacido. Vivenciamos en primer lugar la corporeidad, aunque inconclusa, plenamente humana. La piel, fuertemente rojiza, casi violeta, a causa de la fuerte irrigación sanguínea, luego, la maravillosa fragancia, todo esto se manifiesta a los sentidos del espectador. ¡Cuan sensorio es ese cuerpo! Posee figura, peso, extensión y fragancia. Pero así y todo, queda la pregunta: ¿Ese cuerpo, ya es el hombre? Justamente en lactantes puede ser observado de modo impresionante, que aun esta actuando otra cosa. Notamos en ellos, o, a través de ellos, algo así como la replica de una realidad mucho más profunda: Repentinamente se dibujan en ese semblante movimientos de una dramaticidad, como nunca después podrán ser vistos. Constantemente tiene lugar en el gesto algo altamente diferenciado, que como espectador difícilmente podemos captar. Comparativamente, en lo que al adulto respecta, este nos hace recordar con su mímica a un actor sobre el escenario que justamente sé esta riendo por un chiste de un cómico, y, cuando el cómico de inmediato pasa a dar un anuncio trágico, el primero aun presa de lo dicho en primer lugar, sigue riéndose. Recién al cabo de un rato se pasara a realizar el contenido apesumbrante del segundo anuncio, y la mímica tomara una forma rígida. En el lactante, se observa justamente lo opuesto: reflejos anímicos, altamente dinámicos se van formando constantemente en el espejo del gesto; a modo de ondas provenientes del insondeable mar del interior, sin que pudiésemos captarlos plenamente, jamas. ¿Eso insondeable, inconsciente, que paulatinamente se va apoderando consciente, intencionalmente del cuero, configurándolo, dominando, no es acaso el ser espiritual del hombre, que sé esta encarnando? Al lado de lo sensorio, aparece algo que se halla detrás del mismo, que se refleja en el juego fugaz del gesto, sin tomar aun morada permanente.

Al lado de una DINAMICA que pasa rápidamente en el tiempo, como ser esa mímica y las características corporales (peso, aspecto), existe una manifestación adicional, de mucha más difícil comprensión, aunque no menos impresionante: ese cuerpo sensorial mismo se va transformando LENTAMENTE de manera tal que podríamos decir: no “es”, sino que “sé esta haciendo”. Si no hemos visto un niño durante algún tiempo, apenas podremos reconocerlo. ¿Quién podría captar plenamente esos cambios que han tenido lugar paulatinamente? Nadie!. Unicamente, que guardemos en la memoria la percepción anterior, para compararla con las similitudes presentes. Esto conforma un acto de actividad espiritual, la memoria, que podría facilitar en lo posible, estados futuros en nuestra fantasía.

Esas transformaciones, que tendremos que tener presentes en nuestro interior, son, en el mundo de las manifestaciones algo diferente que aquello que tiene lugar en el juego de la mímica, señalando otra realidad, la anímica, de modo tal, que ya podemos señalar tres maneras de ser de la existencia humana:

1° Primeramente, la corporeidad, aquello, cuyo peso puede ser definido, por ejemplo: 6132 gramos . Tiene peso, por tratarse de materia. Llamémoslo físico; es la corporeidad exterior a la que denominamos CUERPO FISICO.

2° Existe empero luego otra capa, que se expresa en estados constantemente cambiantes, en expresiones, vale decir, en comunicaciones de lo interior hacia fuera; ya sea, en aquellas formulaciones inimitables de sonidos, de exigencias, que en el niño muy pequeño luego pasan al sollozo, hasta conformarse, finalmente, en enérgico grito de solicitud. Aquí, estamos frente a SENTIMIENTOS insertos dentro de esta corporeidad, sentimientos con estados anímicos interiores, que actuan en alternancia. Lo que de esta manera se manifiesta, dado su estrecha unión con la corporeidad, lo llamaremos CUERPO ANIMICO, o CUERPO DEL SENTIR.

3° Y entre esto, que se manifiesta como alma y la corporeidad, yace aquel ámbito de la vida, que también esta relacionado con el cuerpo, que se desarrolla completamente dentro del tiempo, vale decir, esta sujeto tiempo con un desarrollo procesual. Se documenta en procesos del crecimiento, de la configuración del cuerpo, de su desarrollo, pero también en el metabolismo. Podemos hablar entonces de CUERPO DE LA VIDA , o CUERPO DEL TIEMPO, al estar señalando lo que en el tiempo aparece configurado. El hecho de que una corporeidad con todo el cambio de materia reciba su figura, que va transformándose en el tiempo, es una fuerza plasmadora de cuerpo, que como estructura, puede ser denominada Cuerpo de vida, o, según tradición mas antigua, cuerpo eterico.

Existen entre niños de edad diferente aun otros fenómenos peculiares: al parecer un cochecito-cuna, se sienten atraídos por él y tratan de mirar hacia adentro. En niños muy movedizos, que habitualmente hablan en un tono de voz elevada, se observa una sorprendente transformación al estar mirando al lactante. Contemplan en silencio y entrega y hasta podría decirse con devoción al nacido después de ellos; se puede tener la impresión de que su silencio es el de reverencia. ¿Qué estarán percibiendo los niños en ese caso? Tal vez, algo similar que los adultos. Seguramente, el milagro del estar situado mas cerca de lo Perfecto, el esplendor de la imagen humana arquetípica en su forma aun en evolución. Damos un ejemplo como ilustración: Junto a un semáforo se encuentran parados dos autos, uno al lado del otro, en un caluroso día de verano. Desde la ventanilla baja de uno de los vehículos un chico de unos siete años, saluda al vehículo de al lado diciendo: “Hola” a su conductor, saludándolo con la mano en alto. El hombre, con un rostro muy serio, ocupado en su interior con sus problemas, levanta la mirada fastidiada, luego cambia su expresión y sonríe al niño. Luego pregunta: “¿Cómo te va?. Seguro que vienes de la escuela y tuviste matemática.” La respuesta del niño: “sí”. ¿Seguro, que no te gusta demasiado?” “No”. “A mí tampoco me gustaba”. En eso, el semáforo pasa a amarillo, ambos vehículos inician la marcha, en el volante, un “hombre cambiado”, afectado por el ser de lo infantil, de algo superior.

4° ¿Qué acontece de esta manera por el niño, que aporta a nuestra existencia? Se trata de un efecto, que se basa en lo imponderable, que no pertenece tan solo a la corporeidad, ni a los procesos de crecimiento, ni al reflejo anímico, que constituye en cambio, lo específicamente infantil. Posee un efecto excento de material, es perceptible a través del sentir. Irrumpe en la estructura cerrada del adulto, aportando su hechizo; puede olvidar entonces por un rato, sus preocupaciones cotidianas. ¿De donde proviene ese imponderable, ciertamente “navideño”, extra-infantil, que posee ese poderoso efecto? Un fulgor rodea al niño, que en el caso del adulto se ha interiorizado, “encarnado”, aportando desde adentro, LA CONCIENCIA DEL PROPIO SER. Con ello esta relacionado el sentimiento de la propia certidumbre, supremacía, pero también el sentimiento de la preocupación.

Es el “Yo-preexistente, proveniente de lo pre-natal, que rodea al niño, dándole fuerzas incomparables. “El hombre alcanza su culminación humana recién a la edad adulta. El niño participa aun en lo divino. Es por su naturaleza, divino-humano, antes de tornarse plenamente humano. Y entre los seres humanos, en realidad es tan solo el hombre quien llega al pleno piso humano. Si no altera su ser, la mujer aun posee participación en lo divino y naturalmente sigue siendo divina-humana. Mediante y a través del ser-infantil como imagen arquetípica, que se refleja en la naturaleza del niño y a través del misterio de lo eternamente-femenino en la naturaleza de la mujer, la humanidad se eleva por encima de sí misma. Ese doble, misterio se refleja en todas imágenes transfiguradas de la Navidad , de la Madonna con el niño Jesús. (E. Bock "“infancia y Juventud de Jesús"” Es así, que tenemos que registrar otro factor al lado de aquel que actúa en el cuerpo físico, en el cuerpo del tiempo y del alma: una vez que el ser humano se ha conformado en "“hombre"” como adulto, le falta ese resplandor que aun rodea al niño. Se ha conformado entonces en centro dentro del cual se halla encerrado su naturaleza espiritual, a veces, llamándolo a acciones, a veces fatigado, a veces congestionado, a veces sublimándolo, empujándolo, elevándolo sobre si mismo.” (Teosofía GA 9).

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 5

FUERZAS IMPULSORAS ANIMICAS, SU NATURALEZA POLAR

El hombre encarnado muestra ser consistente de entidades, colocadas una dentro de la otra, entidades diferentes, cualitativamente diferenciales, posee empero, una entidad humana uniforme. Ante la diferenciación mencionada de manifestación física, procesos de la vida, sentimientos y la concepción del propio ser ¿Qué lugar ocupan las fuerzas impulsoras de la concepción freudeana, libido (placer) y thanatos (muerte/destrucción)? ¡Dónde tienen su asiento? Recordemos la despierta vida interior dentro de la auto-observacion, que traspone el alma, día tras día, nos encontramos con nuestra vida imaginativa, vale decir, todo aquello que ante el horizonte de la clara conciencia aparece, con respecto a imágenes de percepciones mas o menos elaboradas y recuerdos. Polarmente situado a ese tejido conceptual, dentro del alma tenemos al oscuro campo de la VOLUNTAD. Sin el contenido de los pensamientos, es experimentable únicamente como FUERZA, como efecto, que difícilmente puede ser definido con palabras. Posibilita empero la realización futura, lo que le falta a la voluntad, es el contenido imaginativo, es por ello, que fácilmente se retrae a la percepción. Como empero, así y todo, se apoyan a el concepciones, que pueden unirse a ella de modo determinante, puede conformarse en meta de un acto, en motivo, no empero como voluntad, llegando así a la conciencia, viceversa, la fuerza de la voluntad, puede promover una orientación definida dentro de la concepción: A través de ella se promueve todo el pensar consecuente. Ambos polos, la concepción, y la voluntad, pueden así mismo quedar sin su realización, permaneciendo retenidos dentro de sí mismos. Entonces, el contenido de la concepción y la fuerza de la voluntad se conforman en cada caso, en un GESTO VIVENCIABLE DEL ALMA, que se expresa en el sentimiento. La acción de la concepción se conforma en ANTIPATIA, en el gesto del suprimir/interrumpir, confrontar, rechazar, replegarse hacia algo; se conforma en SIMPATIA, en el gesto de abrirse, amalgarse, deslizarse, unificarse con algo.

A partir de las contraposiciones de concepción y voluntad, se producen sentimientos polarmente opuestos. Al retrotraermo sobre mí mismo, hacia la antipatía fuertemente vivenciada, que en su extremo abarca al asco, esto significa al mismo tiempo un percibirme a mí mismo, vale decir, mi sentimiento se orientas hacia mí. Cuando ese sentimiento de antipatía luego actúa hacia fuera, sin experimentar la purificación de un reconocimiento más sutil, se conforma en odio. Cuando ese odio se apodera de la voluntad, promueve como impulso del sentir, a agresión, y la destrucción. Cuando empero con la simpatía a modo de flujo entro en algo, o en alguien, el contenido del sentimiento se hunde dentro del Todo. Uno dentro de lo amparado y se amalgama y lo remanente, es siempre, un estado anímico de dicha. Desaparece en cambio la claridad de conciencia y se torna opaca. En la entrega amorosa-activa, que es el polo opuesto de toda destrucción, puede nacer lo insospechado, lo nuevo. La creación acontece siempre acompañada por AMOR. La vida del sentir, la interioridad propiamente dicha, por lo tanto esta constituida por dos fuerzas impulsoras, la antipatía, y la simpatía, que en cambio constante de la retracción hacia adentro y la entrega amplificadora hacia fuera la sístole y la diástole, la inspiración y la espiración, se manifiestan como constante presencia del alma misma.

Si hubiese cuerpo y vida únicamente, como en el caso de la planta, el destino del hombre seria ausencia de deseos y de impulsos/instintos. Con el primer respiro empero, al cuerpo viviente del niño entra su ALMA portando esas dos fuerzas bases y sustancias, que se encarnan en el cuerpo como alma-espiritu. A pesar de esa encarnación del alma, la presencia de sus fuerzas es cambiante: durante el sueño son exhaladas ciertamente con simpatía al universo, durante la vigilia se centralizan, brindando conciencia, siendo, que son tapadas/cubiertas por las percepciones y concepciones, mucho más claras. Al respecto, la antipatía se relaciona en medida mucho mayor con el reconocimiento consciente, sobretodo, con el despierto accionar de la concepción, la simpatía en cambio, con el oscuro querer, que “en su oscuro impulso, por cierto que puede TENER CONCIENCIA del correcto camino”.

En la alteración del estar despierto y del estar dormido, de antipatía y simpatía existencial, el yo crea la continuidad, vale decir, que dentro de todo ese cambio, en distancia y en entrega, mantiene en pie la vivencia de la identidad propia. Como la simpatía y la antipatía como fuerzas anímicas son entidades independientes, pero “abiertas” hacia lo mas intimo del ser del hombre, vale decir, que en el mejor de los casos se constituyen en sus siervos mas abnegados, naturalmente penetran también a los procesos vitales del cuerpo, y por lo tanto, son influenciados y determinados por el, por hallarse arraigados en el mismo.

La encarnación, vale decir, alumbramiento, significa, que las fuerzas anímicas “toman asiento” dentro del cuerpo en cuya creación han colaborado, razón por la cual están relacionados con el mismo y pueden ser referidos a partir de el. Es así, que el cuerpo muestra su mayor perfección en el momento del nacimiento en lo que a los sentidos respecta y también en parte del sistema nervioso, y donde alcanza su “madurez” en primer termino. Maduro, por ser accesible a la conciencia, generando imágenes maduras, no empero obras perfectas en el mundo real; esa, es actividad del sistema nervioso. Cargado de futuro, mas bien disposición y no aun instrumento terminado, ese, es el sistema de los miembros; conforma el germen constante dentro de la dispar maduración del cuerpo, por el hecho, de que de el surge todo proceso evolutivo, todos los actos, mientras dura la vida física. Recién en la época de la mayoría de edad, y después, la musculatura alcanza su madurez y su punto culminante del desarrollo de las fuerzas. El sistema nervioso con su maduración temprana, tempranamente puede dar lugar a la concepción, aunque, por supuesto, sigue desarrollándose. Pero, el cerebro. Y el sistema nervioso no tienen nada que ver con el reconocimiento mismo, sino únicamente con la expresión del reconocer dentro del organismo físico”. (G A 293).

Las fuerzas CONFIGURADORAS, son las animico-espirituales, dado, que materia sigue siendo materia, ya sea amorfa o cristalina, no-organica. Es así, que toda configuracion madura señala hacia atrás, hacia el precedente actuar espiritual. El gesto reconocedor se denomina configurar, tomar conciencia, se vincula con la antipatía, que también esta señalado lo pasado. La FUERZA de la concepción (y no los CONTENIDOS de las imágenes) señala hacia atrás de una manera tal, que hasta abarca la existencia espiritual-prenatal.

Esa idea, presupone una pre-existencia para el espíritu del hombre, considerada en todo su alcance, la reencarnación. (La idea de la reencarnación cuenta con una existencia esencial antes del nacimiento; ver al respecto: Alan Haward “Sexualidad a la luz de reencarnación y libertad”). “La acción de la concepción es imagen de todas las vivencias que han sido experimentadas antes del nacimiento, o bien, antes de la concepción física del cuerpo. Y de la misma manera como las imágenes, espejo en el espacio, su vida entre la muerte y un nuevo nacimiento se refleja en la vida actual, y ese efecto-espejo es la concepción”. (G A 293). Lo opuesto ocurre en el caso de la voluntad: es liberada hacia una meta desde la corporeidad en la actividad humana; sigue viviendo, orientada hacia futuros imprevisibles, dentro de los efectos que genera. Toda obra, cada acto, origina consecuencias, que en el momento de su generación no pueden ser abarcados en toda su magnitud. Es así, que poseen siempre algo tendiente a la evolución. Se trata siempre de comienzos, gérmenes, (iniciativa significa: colocar gérmenes, comienzos). También en lo que a lo humano respecta, cobra validez de que comparado con maduras ejecuciones conceptuales (por ejemplo: en las ciencias) y actos de destrucción (en las guerras), los actos de amor aparecen primeramente delicados, a modo de un germen. Su realidad plena, su existencia madura, es alcanzada por la voluntad recién en el futuro, cuando todos los efectos de nuestro actuar están plenamente desarrollados en la voluntad. Es por eso, que tardíamente, tal vez, demasiado tarde, se torna visible el efecto de todo quehacer del hombre en la naturaleza, y esa visión se conforma de inmediato en renovado llamado a la acción, en impulso moral. “El querer dentro de nosotros, porque con el tenemos simpatía, porque ese germen que encuentra su desarrollo recién después de la muerte, tenemos simpatía. (G A 293). La voluntad se torna contemplable en el movimiento de los miembros, allí, se “expresa”. Físicamente esta arraigada en el sistema muscular y en la sangre que colma de musculatura, polo de generación y germinacion constante del hombre. Ese es el lugar de la encarnación de su voluntad.

Aquello, que dentro del hombre se encuentra en constante búsqueda de placer, satisfacción, fusión, amparo, es una fuerza anímica fundamental, que, cuando se apodera del cuerpo, parece tener dependencia física; al permanecer en lo interior aparece como simpatía y cuando es elevada a la autodeterminación, promueve hechos desprendidos de moral, en libertad. Alcanza su plena realidad recién en el futuro, por el hecho, de que toda acción es tan solo una parte en la cadena conjunta de todos los actos. La suma de todos los actos en los cuales ha estado presente se torna contemplable recién, cuando la fuerza promotora se libera de la limitación del cuerpo: después de la muerte. Recien entonces se torna posible realizar la suma de todo lo constructivo.

El niño pequeño se destaca por su orientación abierta y plena de simpatía as su medio circundante y las personas de su entorno, incondicional: Por sus sentidos esta plenamente abierto hacia el mundo que lo rodea y se entrega al mismo, sin desconfianza. Esta embargado de esperanza, y de futuro, casi desbordante, y por lo tanto, tan necesitado de amparo. Dado, que del entorno no solamente le llega bendición, sino también lo otro: ¿Acaso, los sentidos no reflejan también decepción (maja)?.

Eso otro, que actúa dentro del proceso sensorio, en la retrovision, o, mas exactamente, en la reflexión, configura al cuerpo sobre todo en la maduración del sistema nervioso. Así, se forman conexiones nerviosas (sinapsen) y las envolturas-myelin de los nervios con, y en los procesos nerviosos y recién por ese hecho, pero, ciertamente en la desilusion, la vivencia se retorna a sí mismo y despierta hacia sí mismo, refleja al espíritu, la conciencia, obteniendo de esa manera distancia de la circunstancia dada. Recién a partir de la reflexión, la distancia y del confrontarse puede surgir el intento de abrirse paso al mundo de una manera nueva, de penetrar a el modo mas profundo. En ese expandirse y reflexionarse, el hombre se realiza a sí mismo, se configura: espiritualmente y anímicamente, de modo tal, que su ser más profundo puede tomar decisiones en el acto.

En un comienzo empero, las “vivencias de retroceso”, vale decir, los actos de toma de conciencia del niño, se manifiestan en los movimientos del niño: los no definidos se conforman en definidos. Cuando ese proceso se lleva a cabo sin el amparo de la amorosa dedicación anímica, el niño, dentro de su temerosidad se crea un ámbito de protección propia: se orienta hacia sí mismo, se aferra a sí mismo. Esto sucede en el caso de deprivacion social (hospitalismo), donde, a causa de descuido pueden ser observados actos de estereotipia, orientados hacia el cuerpo propio. En el caso del adulto se trata de dominar al medio circundante experimentado como temible, destruyéndolo, o amedrentándolo. De antipatía surge destrucción.

La fuerza destructiva, que según Freud proviene del impulso de la muerte (Thantos), que daña a otros, que se mantiene como tal, que promueve al hombre a destruir objetos, apropiarse de bienes, ejercer dominio, oprimir, conforma por lo tanto, aquella fuerza-basica, anímica, polar con respecto a la simpatía: la antipatía, que se presenta en diversas cualidades. Al ser elevada al plano de lo espiritual, se coloca al servicio de la concepción y de la cognición. Al ser colocada al servicio de lo corporal, vale decir, del instinto, lo relaciona todo consigo mismo, se apropia de todo, hasta puede destruir, y ocasionalmente se torna necrofila. (E. Fromm): A partir de allí puede entenderse también “el odio mortífero de los sexos” (Nietzche), lo destructivo dentro de lo sexual. “Dado, que fuerzas de atracción y de deseo casi invencibles, tienen que transformarse en odio, cuando por los involucrados no son elaborados de manera personalizada, transpuesta del yo. Cuando una y otra vez nos dominan pasiones eroticas-sexuales a modo de ataque, amenazando por esclavizar a nuestra personalidad, podemos comenzar a odiar a aquel, quien parecería ser la causa de tal pasión dominante. En el comer, se lleva a cabo una inclinación egocéntrica (morder, masticar, digerir) del alimento. Desde allí, hay un paso tan solo para llegar al asesinato con motivación sexual. Personas que padecen carencia de contacto, que tienen problemas de desprenderse de sí mismo para entregarse a un Tu, humano, en autentico amor, esas personas están expuestas de sobremanera a los abismos de lo erotico-sexual, vale decir, los tormentos sexuales. El apareamiento de muchos animales se asemeja a una lucha, un duelo doloroso. Lo que allí se lleva a cabo en un estado excento de yo, puede irrumpir a modo de un oscuro acontecer en sueño en la espera del ser-humano; como revelación terrible de las fuerzas eroticas-sexuales que actúan en las profundidades. Todo mero codiciar es egocéntrico, y como tal, sujeto a desprecio y hasta destrucción. Codiciar a la pareja, reclamar exigir, apoderarse de la misma, se justifica, y no involucra peligro, en la medida en la que hacemos a su vez entrega de nosotros mismos. Entonces, el suceso erotico-sexual se conforma en unión dentro de un estado mas sublime. Otto. J. Hartmann, “Lo masculino y lo femenino”). Para llegar a un mayor entendimiento de este fenómeno, tenemos que clarificarnos la diferencia entre el deseo del alma y la avidez, la codicia, aquella fuerza que se radica entre el sentimiento y la voluntad. En el desear, lo anímico va en busca de lo atractivo-simpatico, para estar cerca, o para llevar a cabo la conjunción. Las dos fuerzas de lo anímico, conformadas por la excitabilidad y el deseo, son empero, simpatía, y antipatía. En el deseo, predomina la simpatía. “Como SIMPATIA tendremos que señalar la fuerza, con la cual una entidad anímica atrae a otra, para fusionarse con ella, haciendo valer su parentesco con la misma. Antipatía es en cambio la fuerza con la cual entidades anímicas se rechazan, se excluyen, con la cual afirmar su particularidad”. (G A 9). Cuando la codicia obtiene el predominio en el alma, la atracción que parte de un impulso anímico como lo emite la simpatía se ve eclipsada por la avidez, tomando la misma un carácter egoísta. La simpatía esta compenetrada por el gesto del afecto, siendo que todo lo demás es rechazado o, al menos, no tomado en cuenta. La codicia juega un rol egoísta en el ámbito anímico. Rechaza mucho, atrae lo buscado, como en simpatía. Aparece la avidez, insaciable, como si no pudiese llegar jamas a la satisfacción, por el hecho de que la antipatía imperante rechaza tanto de aquello que viene a su encuentro, de modo tal, que no puede producirse el contento. (G A 9).

Justamente en el encuentro sexual experimentamos en menor medida lo anímico y en medida mayor el estado corporal propio, que es vivenciado en la avidez. “La consecuencia es, que los hombres que no buscan otra relación en lo anímico, verán, que la sexualidad pura, paulatinamente los separara del otro”. (W. Gadeke: “La cortina abierta”). La unión sexual como tal, es un gesto de simpatía... No es posible realizarla con brazos o piernas cruzadas. Ese gesto de apertura corporal, esta presente básicamente tanto en el hombre como en la mujer...” (ídem). La separación entre los hombres ya en la unión sexual esta dispuesta por la avidez, a no ser que mediante la relación anímica es creada otra calidad de un nuevo apoyo.

Como entidad anímica, la antipatía procede de una dimensión temporaria muy diferente: el pasado. En nuestra reflexión, las fuerzas anímicas fundamentales, se consideran no-provenientes del cuerpo; cuerpo también poseen las plantas, sino inversamente: Son las fuerzas anímicas, las que toman al cuerpo como espacio interior, como instrumento del espíritu imperecedero. Desde el comienzo del desarrollo embrional, el cuerpo es creado conjuntamente con lo espiritual, anímico: mediante los sentidos y el cerebro recibe el órgano, a través del cual puede accionar dentro de la antipatía y tomar conciencia de la misma; del mismo modo tenemos en los miembros el polo energético y del movimiento, que conduce a actividades, con las cuales el alma quiere relacionarse en la simpatía. De esta manera, finalmente el alma se constituye (yo) ya que es él, quien como único puede proporcionar identidad y durabilidad en todos los cambios en las impresiones y los movimientos. Al mismo tiempo, así supedita al alma a un orden superior; promueve cognición, conserva memoria, y permanece en concordancia consigo mismo. (W. Buhler “El cuerpo como instrumento del alma”).

Por cierto, que la relación de cuerpo y alma y de alma a espíritu no esta fijada estáticamente, sino se trata de una relación evolutiva. En el momento de nacer, el cuerpo ni siquiera posee la maduración suficiente como para poder sobrevivir por si mismo, y menos aun lo son las funciones del alma, y de modo alguno, el espíritu consciente de sí mismo. Queda en evidencia así, que la sexualidad humana es parte de un contexto más amplio y que solo desde allí puede ser coordenado objetivamente.

11.02.2002.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 6

“NACIMIENTOS” Y TRANSFORMACION CORPORAL.

Como la relación de los factores efectivos del cuerpo, del alma y del yo, recíprocos, experimentan cambios a lo largo de la biografía, y es ese cambio que recién puede tornar comprensible realmente el desarrollo infantil y humano, pasaremos nuevamente a echar una mirada al recién nacido. En él, no se observa casi ninguna organización con maduración plena y capacidad funcional: ya sea en la digestión, o en los miembros, ya sea en el cerebro o en el sistema circulatorio, es menester el desarrollo adicional. Madurez ostenta tan solo una parte de los órganos sensorios. Pero ya aquello que es transmitido por el proceso sensorio, no puede ser elaborado de modo inmediato, es menester en cambio, un proceso de maduración que va plasmado y “terminado” aquellos “órganos de elaboración” existentes en la predisposición. Aunque el sistema nervioso central se encuentra ampliamente “terminado” en su cantidad de células nerviosas en el momento del parto, no lo es en lo que a su estructura interior se refiere. En muchas de sus partidas aun esta excento de forma, tanto, en lo que a las circunstancias y surcos, como así también a la red interior entre las células cerebrales. Esa delicada arquitectura tiene que ser implementada aun. Y esto sucede esencialmente, dentro de una intima relación reciproca con el medio circundante, a través, de los sentidos. Ya desde las primeras semanas de la vida, el cerebro se diferencia por las percepciones sensorias. Se trata de un proceso interior-fisico de crecimiento y de configuración, mediante el cual, lo anímico, que en un comienzo aparece tan solo esporádicamente, se apodera DURADERAMENTE en medida cada vez mayor, de la propia corporeidad. La FACULTAD DE IMITACION ocupa un lugar decisivo al respecto, o sea, se trata de una cualidad espiritual que interviene en configuración de la plástica orgánica. Mediante la imitación, lo anímico puede intervenir de una manera mucho más “intencional, objetiva y puntual” en la corporeidad y su configuración, arraigarse en la misma y servirse de ella. Lo anímico, vale decir, esas vigorosas fuerzas de la simpatía y la antipatía, inicialmente esta adherido por completo a los diferentes distritos sensorios de la superficie corporal, para experimentar luego una “profundización” en la dirección al cuerpo, liberándose por otra parte del mismo para constituirse en disposición de facultad. Es así, que por ejemplo, en el curso del tercer año, se alcanza un primer grado de “madurez cerebral”, y de ninguna manera es él ultimo, en el cual el niño (y eso se puede observar exteriormente) comienza a realizar las primeras reflexiones; vale decir, el niño “piensa”, aunque, inicialmente de un modo totalmente diferente, afecto a las imágenes, con saturación concreta de lo sensorio, a como lo hace el adulto con su lógica intelectual.

Con anterioridad, en el sistema nervioso ya maduran los “centros motrices”, que en medida cada vez mayor, permiten los movimientos con orientación definida. Es así, que un recién nacido en un primer momento no puede llevar a cabo movimientos intencionales, definidos y coordinados (con excepción de algunos reflejos, sobretodo el reflejo de la succión). En el curso del primer año de vida, el ser del movimiento ya alcanza una madurez tal, que pueden ser movidos intencionalmente, primero la mirada, luego las manos, los brazos y luego, con la erección y los primeros pasos, también las piernas.

De la misma manera “descendente” de desarrollo, de la cabeza hacia los pies, que, pasando de los ojos a los brazos y llegando a los pies, de modo creciente FACULTA al hombre (maduración) para lo anímico intencionalmente puede posesionarse del cuerpo, parecen estar dispuestos también los demás procesos de maduración. Por lo tanto, en la temprana infancia el cuerpo humano es supeditado a una “segunda” maduración biológica, ciertamente post-embrional, en cuyo final se encuentra una especie de “segundo nacimiento”. (El concepto del segundo nacimiento socio-cultural) se radica el lenguaje sociológico; Claessens: Un estudio con respecto “al segundo nacimiento socio-cultural” del hombre, 1967). Aquí, mas allá del mismo, se diferencian entre sí, aun otros “nacimientos”, que acompañan paralelamente la madurez escolar, la del sexo y la de la vida, notan evidentes exteriormente, que empero se tornan comprensibles con mayor efectividad en oportunidad de los conceptos dados de la observación sutil.

Tenemos en primer lugar la entrada a la madurez escolar. En el lapso transcurrido entre el nacimiento y la madurez escolar, el ser humano ha transformado profundamente a su cuerpo. Cobra validez al respecto, que en ocasión de toda transformación rige un sistema de dinámica y de perfección: la cabeza con un sistema sensorio y nervioso. Durante el así llamado primer cambio de la figura, entre los cinco y los siete años, el niño se estira, sobre todo en la región pectoral y luego también en los miembros mas alargados, de modo tal, que ahora con su brazo extendido por encima de la cabeza puede tocar la oreja. Este procedimiento ha sido empleado con niños en las filipinas con edad desconocida, para determinare la madurez escolar.

Ese cambio a su vez coincide con el cambio dentario: los dientes de leche, heredados y formados ya en el vientre materno, caen, mientras que debajo de los mismos ya se han formado las coronas de los segundos dientes, a los que aun les faltan raíces. Ese proceso, que sobre todo abarca la maduración de la estructura visible, microscópicamente fina de los órganos físicos, significa, que de allí en mas las fuerza de configuración tienen que actuar con menor intensidad en ese lugar; el órgano en cuestión esta configurado, tal vez tenga que crecer un poco, solo debe ser mantenido. Por ese hecho empero, las fuerzas configuradoras se transforman de fuerzas plasmadoras físicas en fuerzas que en lo futuro sirvan al alma del niño para su desarrollo. De fuerzas originalmente físicas sujetas al cuerpo, se transforman a fuerzas anímicas. De esta manera, de la madurez cerebral resulta sobre todo, la facultad de la libre concepción y de la memoria, la inteligencia liberada.

Ese proceso de la primera maduración en la temprana infancia, evidentemente se divide en varias etapas: en los primeros tres años, en la adquisición de la capacidad del caminar, hablar y pensar. ¿Qué significa esto? Las fuerzas anímicas polares de la antipatía y la simpatía, que como sensación pura se apoderan de cuerpo, se arraigan en el mismo con mayor profundidad, o tal vez también podría decirse, el cuerpo se transforma por ellas. Dado, que la sensación de placer y de dolor a través de la reflexión aprende a contenerse y refrenarse en la vehemencia del ser así, en el momento en que le es dado “expresarse” a través del habla. El alma habla y se participa hacia fuera, y al hablar se experimenta en una delicada distancia de sí misma. El habla comienza a ordenar el cambiante curso del destino de las fuerzas anímicas y de los sentimientos, sin eliminarlas. De esta primera disposición, la lingüística, emana luego otro distanciamiento adicional (un segundo orden superior) la reflexión pensativa-conceptual. En los primeros años, todo acontece dentro de la disposición y en inicios, por el hecho de que el cuerpo en medida cada vez mayor se constituye en órgano de las fuerzas anímicas, vale decir, que las recibe y por su función les ayuda al logro de la auto-percepcion y la conciencia. (Karl konig: “Los tres primeros años del niño”). Cuando en el tercer año de la vida comienza a aparecer el pensar, la configuración corporal post-embrional puede orientarse hacia regiones mas profundas: la compenetración de los órganos, vale decir, los procesos de maduración, que en los primeros dos años estaban concentrados al cerebro, tal como lo muestran la adquisición de la organización motriz, la lengua, y el inicio de la facultad pensativa, ahora se abocan en mayor medida al espacio conformado por el pecho. Entre el tercer y el quinto año de vida, lo anímico en su peculiaridad se relaciona en medida mayor con la región del sistema circulatorio de la sangre y el ritmo respiratorio. Esa fase concuerda con aquello, que Zeller en su teoría constitucional denomino RELLENO CORPORAL, a diferencia de la anterior, y la posterior etapa de estiramiento del cuerpo. (B.C.J. Lievegoed, “Fases de desarrollo del Niño”). Esto halla su expresión en la libre vivencia, en la inclinación personal hacia un adulto, o el rechazo hacia el mismo o hacia otros niños. En el ultimo tercio de la temprana infancia, del cuarto al séptimo año de vida, experimenta su formación una región física aun más profunda/baja; haciéndole permeable para el paso de lo anímico. (Naturalmente, que sigue activa paralelamente la configuración y maduración biológica del cerebro, de la región del tórax, así como el crecimiento conjunto de todo el cuerpo). Ahora recibe su desarrollo adicional el ámbito digestivo y sobre todo, el ámbito de las piernas (¡alargarse!), así como la organización genital intermedia, sin que por ello podría hablarse de maduración. A partir del desarrollo en su conjunto, o sea, el modo en el cual las fuerzas polares del alma se apoderan funcionalmente de la corporeidad diferenciada, adecuándola como órgano propio hasta en los últimos pormenores, se torna entendible luego también la sexualidad como un ámbito parcial dentro del conjunto, nunca empero, lo inverso: el hombre, desde la sexualidad. Originales y causales para todo el desarrollo, son las fuerzas animico-polar. No puede ser adquirido el habla, ni tener lugar el desarrollo corporal, sin la amorosa y hablada dedicacion; sin ella, el niño languidece. La propias alma del niño no puede responder a lo animico-circundante. El alma se posesiona primeramente de los sentidos, luego de la estructura nerviosa pertinente, mucho más tarde recién de la respiración y los sistemas orgánicos pertinentes, y más tarde aun, de la organización sexual: recién entonces aparece la sexualidad, se articula como parte dentro del circuito de la vivencia anímica.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 7

LA ASI LLAMADA “FASE EDIPO”, SU SENTIDO E INTERPRETACION

Se trata de esa fase (desde los cinco a los siete años aproximadamente) que concuerda con aquello, que Freud ha señalado como “fase fálica” del desarrollo infantil. (Hoy se presume, que las observaciones de Freud deben ser miradas en dependencia con la valoración existente en la sociedad. Unicamente en “condiciones educativas autoritarias con moral sexual rigurosa” puede suponerse el temor a la castración y similares. F.Koch: “Informe literario con respecto al tema “Estudio del sexo en la escuela”). ¿Qué sucede allí?. Toda la temprana edad con su configuración corporal y su crecimiento, en su maduración abriga sobre todo la meta, que el hombre con la maduración transforme aquellas fuerzas, que inconscientemente trabajan en su cuerpo y que el de hecho no percibe por hallarse “dormido”, pensemos tan solo al tiempo mucho más extenso del estar dormido del niño, en fuerzas, que vigorizadas, intencionalmente y volitivamente sean puestas a disposición para los propósitos propios. En ese sentido, con el séptimo año de vida, con el cambio dentario, alcanza su madurez el sistema nervioso, y todo el ser-cabeza, teniendo lugar así, el “nacimiento” del hombre como ser-inteligente. Con mayor madurez que en su nacimiento, pero, de ninguna manera “Terminado” en su formación esta el sistema circulatorio y de la respiración, ni tampoco el ámbito metabólico y de los miembros, así como la organización genital.. En un primer paso de la formación física se obtiene un perfeccionamiento, pero, de ninguna manera ya una “maduración” plena y definitiva. Y cuando entre el 4/5° y el 7° año de vida se produce la así llamada fase de Edipo, esto significa nada mas ni nada menos, de que los procesos de vida a esa edad están “elaborando” también el ámbito de la organización sexual, preparándolo para la posterior posesión anímica.

De ninguna manera se puede hablar de sexualidad, puesto que esta se edifica sobre la tensión del instinto y de la satisfacción del instinto a través de actos sexuales, vale decir, sobre estimulo, excitación y rechazo. Lo que sé vivencia durante la época de la así llamada fase de Edipo en una serie de niños, de ninguna manera en todos, llegando a la media conciencia, ascendiendo al estado de sueño, puede ser comprendido como “fase de creación, preparatoria, dado, que no se conoce naturalmente, el objeto del instinto. Ese aprendizaje del conocimiento del objeto se produce dentro de otro circulo funcional, o sea, los padres. A causa de ejemplos no adecuados o insuficientes por parte de los padres, en esa fase, puede producirse un desarrollo equivocado, de modo tal, que se bloquea la base para una posterior elección objetiva del otro sexo. Por estos hechos se genera en la persona un aumento de posibilidad de alteración con respecto al hallazgo de pareja sexual, puesto que con la ayuda de procesos de represiones, esto puede conducir a vastos impedimentos instintivos.

El sentido biológico de la fase de Edipo consiste por lo tanto en una especie de proceso de aprendizaje previo, al servio de la conservación de la especie. La barrera del incesto, vivenciado por el niño como miedo del castigo por parte de la parte paterna del mismo sexo es un censor sicologico-evolutivo, que impide una fijación erótica desmedida hacia los padres. (Ch. Meves).

En el momento, en el cual el cuerpo de vida, configurador, en un primer paso de maduración se ocupa de la región del metabolismo y de la organización sexual, antes de emanciparse luego a los siete años en el ámbito de la cabeza de los proceso del cuerpo, comienza un aprendizaje, que consiste sobre todo en el hecho de vivenciar al otro sexo como diferente al propio. (Wolfgang Schad: “Educación es arte”). Ese proceso de aprendizaje es absolutamente NO-SEXUAL, comparable a la experiencia de que una margarita es diferente a la rosa, con la salvedad de que aquí el aprendizaje se refiere a la manera misma del hombre.

Cuando las funciones vitales se apoderan configurativamente el amito del sexo, se genera una sensibilidad, una apertura, una disposición de abrirse anímicamente ante la diferencia del ser-humano, lo cual incluye así mismo el ser-sexual, de comprender al hombre no meramente por la diferenciación de hallarse allegado mas íntimamente a una persona que a otra. Todo niño posee una apertura elemental y una disposicion participativa frente a todo adulto; no obstante, los padres, y sobre todo la madre, posee una posición destacada. Como ser con una inclinación amorosa hacia el niño, se encuentra en una relación más intima hacia el que cualquier otra persona. Pero también esa relación es, al lado de la innata, que se manifiesta en el lactante en la mirada que va del pecho materno hacia los ojos de la madre, una relación adquirida, que ha pasado por un acto de toma de conciencia infantil, siendo, que ese aprendizaje de poder diferenciar a la madre claramente de otras personas, acontece aproximadamente entre el 6° al 8° y el 14° mes. Paralelamente a ello se produce muy llamativamente una fase del rechazo ante la persona desconocida.

De manera parecida podemos hablar de una “fase sensible” (Hassenstein9 con miras al aprendizaje de la diferencia de los sexos, sin que estuviese relacionado nada sexual con ello. Bajo el termino de sexualidad nos referimos estrictamente a la madura función procreativa: 1°: madurez fisiológica (facultad de procreación), 2°: la vivencia de placer en relación con la organización sexual, 3°: relación real o imaginaria hacia una pareja, 4°: conciencia mas, o menos marcada de la estructura de los valores y/o normas sociales, 5°: facultad del accionar y del manejo. Del mismo modo, como nadie calificaría al reflejo del asir al tocar la palma de la mano de un recién nacido como facultad para escribir, no podemos tampoco entender el fugaz o reiterado contacto “placentero” de los órganos sexuales como sexualidad, o masturbación.

Al respecto, es llamativo, que una orientación hacia el cuerpo propio se produce de manera acrecentada, cuando es reducido, o falta por completo, el contacto sensorio, sobre todo, el contacto de la piel y el grato movimiento ritmo (mecer, acariciar, etc.), que el niño puede esperar desde un mundo circundante que amorosamente a el se orienta. Entonces, el niño reemplaza esa carencia por el chuparse el pulgar, morderse las uñas, etc., por un lado y por estereotípicas casi mecánicas por el otro, que van mas allá del descubrimiento natural e independiente del cuerpo propio.

Mientras que por lo tanto un ámbito parcial afectado por el desarrollo no es coordenado objetivamente por una persona facultada al conjunto de las cosas, se llegara a juicios equivocados. Un juicio de esta índole es aquel que se refiere a la masturbación de la temprana infancia, tal como lo henos visto. Para poder escribir, así como para poder sostener el cuchillo que corta el pan y lo unta, es menester la facultad del asir; es practicada con el lápiz y el cuchillo u otros objetos, sin que ello significaría escritura, ni acción de untar el pan. A la sexualidad le corresponden los órganos sexuales, pero; mucho más!. Al ser tocado los órganos genitales, esto percibido como grato también por el niño, pero, esto no es sexualidad (en el sentido desarrollado), del mismo modo como el asir del lápiz es sinónimo con la escritura. La eleccion errónea del termino, meramente asociativa, pero no objetivamente justificada, confunde así los hechos sugiriendo concepciones equivocadas.

En la fase aquí contemplada, se “reconoce” al hombre en su especie, diferenciada en dos sexos. Ese proceso permanece por debajo del umbral de la conciencia, se documenta sin embargo en las preguntas infantiles y también en la percepción del niño. Biológicamente, estamos frente a una “MADURACION NO-ARMONICA”. Dado que “los comportamientos instintivos, que se componen de muchos actos aislados no maduran a modo de un conjunto armónico, sino diversos fragmentos de actos se evidencian con anterioridad a otros. Pueden aparecer además, con anterioridad a la maduración del órgano físico respectivo, de modo que también por ese motivo aun no pueden cumplir con sus funciones posteriores. (Bernhard Hassenstein: “Cría animal y niño humano a la luz de la investigación comparativa del comportamiento”). Durante esa fase, el niño aprende algo, es "“marcado"” siendo, que lo así aprendido se articula mas tarde dentro del circulo de formas de la sexualidad: "“No solamente en el caso de la cría animal existe una fase sexual preparatoria anterior a la maduración sexual. Una erotizacion ANTERIOR a la pubertad es mas bien una fuente de fijaciones erradas”: (ídem anterior).

El mismo proceso es definido por Ch. Meves de la siguiente manera: en la así llamada fase de Edipo, aproximadamente a los cinco años de edad “la imagen del padre y de la madre se graba en el alma del niño, de una manera, que puede teñir de un modo decisivo, su postura ante sí mismo y ante sus futuras parejas en la vida. Esa fase comienza, cuando el niño ha llegado a una madurez tal, que puede experimentarse a sí mismo como contrastado del mundo circundante. Se diferencia ahora de los demás, se confronta ciertamente con las personas de su entorno... En esa época, se modifica el rol educador para el niño. Ahora necesita, conscientemente por primera vez, por ejemplo, la concepción de una meta hacia la cual vale la pena orientarse. Para poder discernir esa meta es menester empero, una diferenciación que se observa únicamente el miedo como síntoma físico de una afección sicosomatica”. (Ch. Meves). En circunstancias similares, algo parecido cobra validez también para el desarrollo de las niñas. De ningún modo esto quiere decir que ya la visión de un cuerpo humano desnudo (de los padres) ya signifique un peligro para el saludable desarrollo sexual.

Los ejemplos nombrados muestran, que TANTO EL ABORDAR UNILATERAL COMO SOBRE MARCADO con respecto a la diferencia sexual entre los hombres, acarrean problemas posteriores en la vida, aunque no necesariamente. Las disposiciones individuales y todo el entorno educativo ejercen un efecto conjunto. Esto cobra validez también para el otro caso: que a partir de una postura puritana, negativa frente al cuerpo, rechaza toda pregunta infantil, conduciendo por ejemplo, el contacto de los propios genitales a una excesiva reprimenda (celota-moral) del niño. Al imperar un moralismo profundo y riguroso en el entorno del niño, al cabo de la entrada a la madurez sexual, esto puede acarrear una grave depresión. Afirmaciones tales como: “Quien se mancha a sí mismo, es un tremendo pecador”, fácilmente conducen a NEUROSIS “EKKLESIOGENAS”. “Ya no puedo aparecer frente a la mirada de Dios, por lo tanto, ya no quiero seguir viviendo”. “EKKLESIOGEN” equivale a: proveniente de la iglesia, “porque tal educación con especial frecuencia sucede en el marco de la iglesia, haciendo referencia, aun injustamente, a la iglesia, vale decir...que sostiene el concepto que la sexualidad es algo pecaminoso. (Thomas)

Orientémonos ahora al contenido imagen del mito Edipo (y Electro), que ha promovido a Freud, a denominarla fase de aprendizaje de los 5 a los 7 años, con el nombre de esas figuras del mito. Tomo su material de observación de la practica siquiatrica, vale decir, de pacientes que mostraban una afección y hasta un trastorno grave en su desarrollo anímico. Por su origen, esa materia tenia una limitación y no puede tener validez representativa para la evolución infantil en general.

Las observaciones y las declaraciones de los pacientes contenían elementos de imágenes que, cuando por el terapeuta eran referidos a un contexto razonable, ese era para Freud justamente el mito configurado, arrojaban un sentido interior. El sustrato siquico-biologico subyacente al acontecimiento-Edipo, puede ser interpretado como temor de castración en el varón y envidia de penis en la niña, en los casos, cuando se concentra en temor complejo.

El procedimiento psicoanalítico es transparente: Los elementos de las imágenes en los sueños se estructuran hasta obtener un conjunto pleno de un sentido, mediante el empleo de los contenidos simbólicos de los mitos tradicionales, y desde allí, el contenido de las imágenes es llevado a una relación con el desarrollo fisico-siquico e interpretado como simple proyección orgánica. El lugar de la conexión conforma por lo tanto, la comprensión misma del antiguo mito. De la manera como es interpretado por Freud, somáticamente, vale decir, que es llevado a modo de un contenido conceptual acerca de lo corporal, el mito puede ser referido con la misma justificación, a las realidades espirituales, siendo, que en ese caso de una interpretación simbólica, se tendrá que presuponer un concepto de lo espiritual-esencial. La realidad espiritual necesita para su captación, una TOMA DE CONCIENCIA. La conciencia, que despierta, que se ilumina, se torna más espiritual, es espíritu. Esclarecimientos de la conciencia, claridad, visión conjunta, ha sido llevado a cabo siempre a partir del sentimiento, de la intuición. El sueño es siempre más rico y más profundo, de mayor multiplicidad que el concepto, o él termino. Recién dentro de la IDEA , la conciencia, y con ella, el espíritu comienza a ser participe de una nueva realidad, más rica. En lo que al mito concierne, no estamos en mayor medida frente a proyecciones de etapas evolutivas físicas, como más bien frente a recuerdos de toma de conciencia humana en imágenes. El hecho de que con respecto a los mitos se trata de un proceso dentro de la conciencia del adulto, ¡y no, la conciencia del niño!, que en imágenes presenta, sucesos de la conciencia interior, a modo de acontecimientos exteriores, casi sensorios, ha sido comprobado reiteradamente por los entendidos. (Friedrich Hiebel: “El mensaje de Hellas- Del alma griega a espíritu cristiano”).

Es así, que nos cuentan, que ya en los tempranos misterios helénicos, los maestros señalaban a sus alumnos, que para el desarrollo de su conciencia necesariamente debían romper la heredada relación hacia la cadena de las generaciones, para así, afirmarse sobre sí mismos. Esos alumnos de los misterios eran guías de sus tribus y sus pueblos, que recibían su formación en los misterios por los sacerdotes (Adeptos): El proceso de la instrucción interior luego era expresado simbólicamente de manera tal, que el ser empeñado en evolución, en emancipación, debía destruir lo paterno dentro de sí, vale decir, el contexto existencial portante hasta ese entonces. Edipo es un “héroe”, cuyo nacimiento ya había sido presagiado con un lema de sabiduría por el oráculo de Delphi. Lugar misterio: mataría a su padre y contraía matrimonio con su propia madre. Es por ello, que es abandonado. El “Hijo de rey” empero, recorre el camino que le fuera señalado por los dioses: es encontrado, crece en la corte real de Corinto. Se independiza y en el cruce del camino que conduce a Delphi, el máximo oráculo de Apolo, se encuentra con su padre, que obstruye el paso y lo trata con desprecio. Edipo le da muerte, y prosigue su camino, que lo lleva junto a la temible figura de la esfinge. Le formulas la adivinanza cuya no-respuesta le significaría la muerte. Contesta correctamente la pregunta, que se refiere a la naturaleza mas profunda del hombre, y muestra así, ser morador en lo espiritual. A continuación, el monstruo se abalanza al abismo, y con ello, a la muerte. Habiendo venido del Oráculo del dios luminoso, regente de la razón, Edipo puede interpretar a partir de su entendimiento, y no a partir de alguna visión, que el hombre siendo niño se desplaza sobre cuatro apoyos, como ser maduro sobre sus dos pies y siendo anciano, apoyándose sobre un bastón, vale decir, que supo abarcar con su mirada la figura temporaria de la biografía y su fruto.

Edipo, y de por sí, el alumno, “no debía entregarse ya a la acción inconsciente de la colectividad tribal, iba en busca del ser-propio, es así, que simbólicamente se lo llamo “hijo de la viuda”...

Esto expresa el hecho, de que el alma de un hombre empeñado en la búsqueda de su ser superior, tuvo que unirse al espíritu del pueblo. El espíritu del pueblo era empero, la conexión con el mundo materno. (F.Hiebel). Como INICIADO, esa persona recibía siempre el nombre de su propio pueblo. El lugar de la conciencia tradicional de tribu, era ocupado por una conciencia nueva, completamente individual y propia. Con ello, en la antigüedad es asumido por algunos pocos, ese estado de hombre emancipado y autoconciente, que en la actualidad corresponde a todos los seres humanos. El drama de Edipo, es un fenómeno arquetípico de la transición helena de la conciencia tribal a la conciencia individual. (F.Hiebel). Pero la ruptura con el tradicional orden divino y su protección a partir de la fuerza de la individualidad y su intempestuoso impulso, condujo también a una trágica confusión, tal, como el mito así mismo nos refiere. Así y todo, Edipo es, ciertamente, el iniciador de un nuevo desarrollo, sin él y su acción no hubiese sido factible la obra de Socrates, Platon y Aristóteles. “Los críticos filósofos de Grecia anteriores a Socrates, los pre-socratistas y los sofistas, prácticamente han destruido su tradición mitológica nativa. Sus nuevos intentos de aproximación a los enigmas de la vida y del ser humano y del destino, concordaban con la lógica de las incipientes ciencias naturales... En la India empero, se llevo a cabo lo contrario. Allí, la mitología nunca dejo de servir al pensamiento filosófico y la posibilidad de su expresión”. (H. Zimmer: “Filosofía y Religión de la India ”). Mucho más tarde en el tiempo, nos volvemos a encontrar con el mismo mito, en su contenido, sujeto a la figura de Judas Ischarioth, quien traiciono al Señor. “Edipo-Judas”, es el hombre en el momento evolutivo, en el cual “es solo hombre, después, que con anterioridad estaba inserto infantil-divinamente en el universo, el cielo paterno y la tierra materna. Cierta vez, el hombre se desprende...con fuerte impulso propio, dejando atrás al cielo, en marañandose en lo terrenal, olvidando, “al padre en los cielos”... La tierra. Otrora, la madre sagrada, se conforma en escenario y objeto del placer y de los instintos, de la avidez de poder y el egoísmo... el intelecto despierta dentro de el, con cuya ayuda encuentra la respuesta frente a la esfinge. ¿No es empero acaso el intelecto, proveniente de la cabeza, supeditado al Yo, el arma, con el cual el hijo, ignorante ya frente a los enigmas más profundos de la existencia, le da muerte al padre? (Emil Bock: Cesares y Apóstoles. Cristianismo arcaico”. R. Steiner se refiere al “complejo de Edipo” en “La renovación del arte pedagogico-didactico a través de la ciencia espiritual, G.A 301, diciendo; “Actualmente existe la tendencia de resumir indebidamente como leyes generales, teorías que son correctas para un determinado campo limitado. Para ello, el sicoanálisis es un ejemplo... El complejo de Edipo...es algo muy interesante, y por supuesto, también muy atrapante. El error esta dado empero por el hecho, de que en la serie de manifestaciones presentadas, no se mide el alcance necesario de todas las demás manifestaciones con las cuales esta relacionado”).

Esas interpretaciones, que insinúan algo de la profundidad mítica, sin llegar a su entendimiento tal, imposible, por otra parte, de colocar en su justo lugar algunos datos extravagantes de la interpretación de Freud y agudizar la mirada para el mito en sí: todo el mundo de las imágenes míticas esta señalando cualidades de conciencia mas elevadas, en este caso, de abstracción, casi sobre-racionales, que reemplazan relaciones semiconscientes, intuidos, a favor de una concepcionalidad definida; posible de abarcar con la mirada. El así generado “mas” en claridad, paga el precio de un “menos” en amparo, o sea, por una perdida. Es por ello, la auto-maceracion que Edipo se ocasiona: se vacía los ojos, al darse cuenta de su obra disoludora. ¿Y, acaso no todo “hijo de rey”, y todo hijo de hombre pasa por lo mismo en su desarrollo, al conquistar las fuerzas anímicas al cuerpo, conformándolo en órgano de una nueva conciencia, que, por mandato de dioses, sé autodetermina en medida creciente? ¿Acaso, a causa del nuevo conocimiento adquirido no sufre también el dolor de la ceguera, que se produce mediante el juicio más consciente, la inteligencia?

El mito conduce la mirada hacia un proceso de conciencia en el mundo de los adultos, que crea una mayor claridad, no empero sobre los poderes configurativos y del instinto que semiconscientes duermen dentro de la naturaleza física que a modo de un sueño dominan al niño. Es característico para cada imagen o símbolo, que no declare ni fije de manera contundente su contenido interior,. Es así, que Freud a partir de su reducido emprendimiento ha comprendido e interpretado el contenido de las imágenes de una manera reducida. De esta manera, la pedagogía sexual, tal como ha sido manejada por algunos de sus seguidores, ha llevado al engaño de una supuesta liberación. Esto puede ser comprendido recién, cuando se logre entender al proceso biologico-siquico de la maduración después del cuarto, hasta el séptimo año de vida como proceso de aprendizaje y al mito de Edipo, dentro de su significado evolutivo humano.

Entonces, la interpretación de Freud puede conformarse en una contrariedad creativa, que puede conducir a un comportamiento del educador hasta cierto punto apropiado para el niño. A ello nos referimos brevemente a continuación.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 8

ASPECTOS PEDAGOGICOS EN EL PRIMER SEPTENIO

De hecho los niños una y otra vez formulan la pregunta acerca de la procedencia y el nacimiento del ser humano, ya sea, que formulan la pregunta por impulso propio ya sea, que surga estando frente a un recién nacido. Esta, como toda otra pregunta, merece una clara respuesta, jamas empero, un esquivarse o un desplazamiento o el intento de reprimir. En un sentido, los niños son realistas absolutos, no racionalistas, pero, en otro sentido siguen viviendo dentro de una conciencia magica-mitica, relacionados con su medio circundante. Es por ello, que en la charla padre-hijos, tendría que apare ser simultáneamente, tanto el realismo como el mito, siendo que con realismo podríamos señalar el lado mas bien sensorio de la realidad y con el mito, el lado real-espiritual. Arquetipicamente, esto nos muestra la historia del nacimiento de Jesús de Nazareth, tal, como es referida en el Evangelio de Mateo. Allí, se narra de modo pormenorizado, como a través de tres veces 14 generaciones ha sido preparada la corriente hereditaria de la cual nacería Jesús: Finalmente, el versículo 16 nos dice: “Jacobo procreo a José, el hombre/esposo de María, de la cual fue procreado Jesús, quien es llamado el Cristo”. Este es el lado realista, sensorial de la procedencia humana. Luego empero, leemos dos versículos mas adelante: “Cuando su madre, María, estuvo comprometida con José, sucedió, que quedara encinta del Espíritu Santo, antes de haberse unido en matrimonio”. Esto constituye un lógico quebrantamiento con respecto a lo antes dicho, que lo anula por completo en su contenido y que podría haber podido ser omitido por el autor. La impresión del quiebre se acentúa aun por el dato, que José pensaba abandonar a María, por el hecho de que estaba encinta, antes de que él la “reconociera”, lo cual luego se revirtió por la indicación del Angel durante un sueño. (Para épocas pasadas, la copula era en arte algo que se encontraba profundamente por debajo del umbral de la conciencia diurna; por otra parte existe por ejemplo: en la traducción de Luthero un vocablo tal, como “reconocer”. El proceso es seguido con de modo mas despierto, apelándose de esta manera a la percepción de correspondencia mutua de la pareja. Lo primero procede de la vieja tradición germana, lo segundo de la judía). Para que el primer informe del registro de las generaciones cobre un sentido frente al segundo, referido a la fecundación a través del Espíritu Santo, esto se podrá obtener tan solo, cuando el ultimo es considerado como parte mítica, real, espiritual de todo nacimiento, sin perjuicio de otras capas teológicas profundas. El ser-espiritual que se dispone a entrar a la corporeidad, procede de otra esfera, no es de “este mundo”. Lo que es valedero para el Niño_Dios, cobra validez también para el nacimiento de todo niño. Según su descendencia espiritual, la individualidad procede de mundos espirituales, sobre amplias alas. Mientras que ambos procesos no son completados en visión conjunta a modo de proceso unitario que se configura desde el lado físico y el lado espiritual, no se llega a la realidad en su conjunto. Transmitirla, es la verdadera respuesta a la pregunta infantil, que se refiere a la procedencia corporal y la procedencia espiritual.

Y ninguna explicación puede llegar en definitiva a la verdad y a la realidad del suceso procreativo humano sin tomar en cuenta, esa duplicidad de cada nacimiento, del mismo modo como una exposición de la mecánica del coito nada puede revelarnos acerca de aquello que es vivenciado en ocasión de la relación sexual y lo que se edifica allá con respecto al vinculo humano.

Aquí, yace el real aspecto de lo oculto, y hasta hoy no ha podido ser desprovisto de su carácter de misterio. El niño se encuentra más próximo a los misterios, dentro de la realidad de la vivencia, se va alejando empero, con el despertar de la conciencia: entonces, se genera preguntas. Preguntas acerca del nacimiento, la procedencia del niño, acerca de cómo llega el niño al cuerpo de la madre. La imagen del “hallarse bajo la sombra del Espíritu Santo” es mítica, pero también aquellas, de la “comparación de la tierra y la semilla”, a esa edad, “la única respuesta correcta”. (L.Schenk-Danzinger: SICOLOGIA DEL DESARROLLO). Puesto, que la concepción infantil aun es “pre-logica”, emocional”. Las imágenes míticas, para el niño poseen valor de realidad. “Las observaciones realizadas al respecto muestran, que también en nuestro mundo objetivizado, hasta el 6° o 7° año de vida en la mayoría existe un interés por los cuentos... La concepción realista del vientre de la madre difícilmente se correspondería con la capacidad de realidad del niño pequeño”. (H.Oesterruch: “Educación sexual en la primera década de vida”). Un niño, que ha recibido reiteradas explicaciones acerca del sexo, coloca un turrón de azúcar sobre el marco de la ventana para la cigüeña. “La explicación se reitero, pero con el mismo resultado negativo”. Cuando la madre al día siguiente hizo un nuevo intento de explicar las cosas, el niño le interrumpió con la furiosa exclamación: “¡Estas mintiendo!”. (Bittner/Riebens: “Sicoanálisis y Educación” A. Janzig da el siguiente ejemplo: “El pene del hombre constituye un puente, una unión entre el hombre y la mujer. Mediante el mismo, puede entregarle el semen a la mujer. Para ello, introduce el pene endurecido dentro de la vagina de la mujer”). Este contenido de imagen es reducido en pro de lo realista-prosaico).

Para la etapa de la temprana infancia no puede haber una educación sexual propiamente dicha, puede constituir, en todo caso, una parte de la educación global. El niño, que puede desarrollarse saludablemente, a través de una saludable educación es alcanzado también con miras a la sexualidad, para ello, no es menester implementar un esfuerzo extraordinario. La educacion global requiere la sensación de seguridad basada en la dedicación amorosa, que se nutren de la orientación hacia el niño, que a su vez responde con su propio ser, radiante de alegría. Esto significa empero a su vez, que deberá ser hallado un equilibrio entre la búsqueda infantil con respecto a experiencia; gozo y de la negación proveniente desde afuera. Sin malcriar, al dar cumplimiento a todos los deseos, y sin constantes represiones a través de prohibiciones para paralizar la voluntad infantil, es menester, brindar un ejemplo valido a ser imitado. Los actos de los adultos deben ser portadores de un sentido, deben ser consecuentes y claros, para estimular así, los correspondientes procesos de maduración. El niño capta a través de los sentidos; todo lo sensorio posee continuación hasta dentro de lo corporal y los gestos. Ante los actos, palidecen todas las reflexiones teóricas y las explicaciones. Podemos aprobar lo afirmado por T. Brocher, en el sentido de que la meta del comportamiento social “debe consistir en capacitar a un Yo relativamente independiente a poder tomar decisiones entre las exigencias de las normas morales que en el curso del desarrollo han experimentado una interiorizacion, por una parte, facultando por otra parte a los impulsos y necesidades innatas a las más diversas satisfacciones instintivas. No es menester, imponer al niño conocimiento sexual, vale decir “esclarecerlo” en el mal sentido. Si en la temprana infancia se produce un interés por lo sexual, por ejemplo: en los tan conocidos juegos de doctor, esto posee un significado absolutamente comprensible, que puede ser llevado fácilmente, y sin presión, a la charla pedagógica, plena de sentido. Ya que se trata de un síntoma de procesos interiores de maduración. Así por ejemplo: declaro una niña de cinco años a cabo de una charla con un hermanito menor, expresión de la envidia de pene; “Mas adelante, yo también me voy a comprar algo así”. En la charla con la madre, luego pudo ser llamado la atención sobre la importancia especial de la niña, la madre y lo femenino, la mujer en si, lo cual condujo a una satisfacción profunda del propio ser-asi.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 9

LA EPOCA ESCOLAR

Fases de desarrollo

Al observar el tramo medio de la infancia, o sea, la época del cambio dentario hasta la pubertad, veremos que el desarrollo de la configuración física, que hasta entonces preponderantemente se encontraba en el ámbito de la cabeza, con la madurez escolar se desplaza hacia las regiones inferiores del cuerpo. Mientras que el cerebro poco cambia en su estructura interior, sino que solo experimenta un leve aumento en su tamaño, ahora observaremos un desarrollo en el tórax y los órganos interiores, así como en las relaciones rítmicas de sangre y respiración, se van diferenciando, configurando y entran en la maduración, mientras que los miembros experimentan conjuntamente con la musculatura arbitraria, su forma definitiva y su desarrollo de fuerza, recién al cabo de la maduración sexual. El desarrollo del cuerpo situado entre la cabeza y los miembros requiere nuevamente un lapso de tiempo de siete años, finalizando luego con la entrada a la madurez sexual. En ese sentido, la madurez sexual no solamente abarca la entrada a la facultad procreativa, sino el volumen completo de cambios somáticos y anímicos, por lo cual esa transformación debería señalarse como madurez terrenal. Similarmente como en la temprana infancia, los procesos configuradores comienzan “arriba”, vale decir en este caso, en el ámbito del habla, que en la época escolar puede ser empleado con mucha mayor diferenciación, bajando paulatinamente hacia la organización sexual y la glándula genital. En un estado intermedio ase sitúa la “madurez respiratoria” (entre los 9 y los 12 años cumplidos), (ese proceso es expuesto en toda su importancia biográfica por Hans Muller-Wiedemann “Mitad de la Infancia ”), siendo, que el ámbito del pecho recibe la compenetración mayor, de modo tal, que al niño ostenta una gran armonía en lo anímico, así como también en su desarrollo físico. A la vez, sigue siendo completamente “desprovisto de sexo”, vale decir, pre-sexual, también podría decirse: humano; y se comporta de un modo grácil.

Antes de llegar a la madurez sexual, se produce el SEGUNDO CAMBIO DE LA FIGURA , una fase de la expansión del espacio toraxico, unido a un considerable crecimiento de alargue de los miembros: inicia la pre-pubertad, que finaliza con el comienzo de la madurez sexual, vale decir, la primera menstruación de la niña y la primera eyaculación del varón, entre los 1° y los 14°, o bien entre los 15° y los 16 años, para conducir a la adolescencia. Paralelamente a la configuración física, tienen lugar cambios anímicos de profundo alcance: un incremento de la inteligencia (facultad conceptual), de la memoria, de los sentimientos, del carácter, de la perseverancia, etc., a los que no podemos referirnos en detalle.

La infancia media recibe su marco por dos incisiones importantes, a los 10 y 13 años. Para nuestro planteo, esto significa, que la primera etapa de los 7 a los 9 años se destaca por el hecho de que tiene lugar algo así como una reversión del interés infantil. Si en la así llamada fase-Edipo el niño mostraba un interés en el otro sexo, al lado de otras inclinaciones, ahora, el otro sexo le es casi indiferente. Es como si el aspecto sexual de su interés se hubiese evadido, o tal vez, escondido. Justificadamente, esta fase evolutiva ha sido llamada por Freud “Epoca-latente”. En los grados con alumnos mixtos, esto se observa claramente. Las amistades abarcan sin diferenciación ambos sexos.

Después del tercer año escolar a los cumpleaños de varones casi siempre se invitan exclusivamente los amigos y las niñas invitan sus amigas. A la pregunta, porque los varones no invitan también a las niñas y las niñas a los varones, se recibe la contestación de los niños de la misma edad con respecto al otro sexo: “son demasiados estúpidos”, o, “son unos laxos”, según la jerga en uso, que es adoptado después de escucharlo de los alumnos mayores.

Esta inserción sicologica promueve un cambio no solamente inter-humano, sino también frente al mundo, sé vivencia ahora de un modo tal, que se depende de uno mismo. A menudo, se producen los primeros quebrantos en la relación originalmente armoniosa con los padres o con los maestros. La vivencia del niño se transforma de manera tal, que se rompe la unidad en la que vivía hasta ese entonces con el mundo y con los padres. La temprana edad llega a su fin, despierta una primera independencia, que al mismo tiempo significa separación. Se traspone un limite, que separa lo pertinente a la temprana infancia de la vivencia mas emancipada de la infancia media; Rudolf Steiner lo denomina RUBICON. De un lado y del otro del limite impera una constitución completamente diferente. Pueden producirse primeras dudas frente a la natural autoridad de padres y maestros. Del mismo modo aparece una postura interrogante con respecto a la propia procedencia, la pertenencia genética. ¿Mis padres, son mis padres?. O, en el caso de un solo educador, la pregunta acerca de la otra parte paterna. ¿Quién soy? de donde vengo; quienes son mis “verdaderos” padres, acaso soy adoptado?, esas inquietudes están presentes en el alma del niño de 9/10 años. Algo similar que en el décimo año de vida, acontece nuevamente en el décimo segundo, también aquí, una separación y egocentricidad que empero con otro indicio muestra una apertura hacia un amigo de la misma edad. Estas amistades generalmente se establecen con niños del mismo sexo, recién mas tarde, con la pubertad, aparece un interés mayor, a menudo oculto, frente al otro sexo.

Volvamos hacia el noveno año incluido: ahora, la relación hacia los compañeros del otro sexo se torna reticente, a veces distanciada, a menudo aparece antipatía, y en ocasiones, ya algo trabada, en fin: ya no impera la naturalidad. Finalizada la etapa del "“estado latente”, vale decir en relación con el paso a través del Rubicon, en algunos casos puede presentarse algo así como una metamorfosis de la ya pasada “fase del aprendizaje”: que aparezca, según la manera en que se ha vivido la época de la infancia, algo así como una relación neutra, no-interesada hacia lo sexual, o, una especie de curiosidad encubierta, o trabada. Con disimulo se observa a los demás; o puede suceder, que se levanten polleras, o se bajen pantalones, además de practicarse “posturas ocultas”, “juegos de doctor”, en un circulo reducido, etc,. También se practica el delatar: “Francisco esta diciendo malas palabras” (o algo parecido), y a la pregunta, ¿”Cuales”?, se enumera todo un vocabulario, que a pesar del tono acusador, revela todo un deleite de poder pronunciado. (T.Brocher). Allí, se documenta un aumento en el interés sexual.

Hacia el décimo año cumplido, le sigue el Rubicon una época del mayor equilibrio, donde, aunque los del mismo sexo se apartan, lo que no excluye empero los juegos y los emprendimientos en común. Con interés, se observa al otro grupo, aunque un grupo se cree superior al otro, según el sexo. Tanto en los varones, como en las niñas el crecimiento es muy similar, y también la figura: equilibrado y armónico. Ostentan algo así, como el habito del paraíso. Si preguntamos a los niños preescolares, lo que anhelan para el futuro, nos dirían, que la escuela es su meta. Los adolescentes también poseen un cumulo de proyectos para el futuro. Solamente durante la mitad de la infancia el estado que sé esta viviendo, es el mejor no se anhela otra cosa, el presente es el momento mas lindo. Antes de la caída a la diferenciación de los sexos, el “pecado original”, el comienzo de la unilateralidad del ser-humano, el niño esta viviendo en el Jardín de Edén.

Hasta en la capacidad física, en esta edad existe apenas diferencia alguna entre varones y niñas. Esto observa un cambio un poco antes en las niñas, alrededor del décimo segundo año cumplido. Allí entonces se observan transformaciones, relacionados con el ser-sexual humano. Tienen lugar no solamente procesos de crecimiento y de maduración, como ser en los ovarios así como en la glándula genital del varón, sino también las así llamadas características sexuales secundarias en la percepción son las primarias, se predisponen y pasan a desarrollarse. La vellosidad del pubis y las axilas, el crecimiento de la barba en el varón, el ensanche de las caderas y el crecimiento del busto, así como el deposito de grasa subcutánea en las niñas, la espalda más ancha en el varón, así como ambos, la aparición de aquellas glándulas sudoríferas, que trasmiten una exhalación determinada, todo ello acontece dentro de un proceso de maduración, que comienza con la pre-pubertad y necesita varios años hasta su conclusión. (D.F.Ausubel: “La edad Juvenil”).

A partir de ese momento empero los sexos cobran un “interés” del uno por el otro, de una nueva manera. A menudo puede observarse entre ambos una descortesía y hasta grosería y una disputa verbal, siendo, que las jóvenes casi siempre son las mas habiles en lo intelectual y en lo lingüístico. En el grupo de los de la misma edad, sobre todo en los varones, se va formando una manera de hablar que puede llegar a lo obsceno, que en el fondo intenta ocultar tanto la inclinación hacia el otro sexo ( a través de la rudeza y el tono ordinario), como la propia vulnerabilidad e inseguridad del comportamiento.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 10

INSTANCIAS PERTINENTES

En relación con la edad escolar (edad infantil media) tenemos que formular nuevamente la pregunta acerca de que instancia es competente acerca de la pedagogía sexual. Generalmente, la intimidad necesaria esta dada en el seno familiar, mas que en ninguna otra institución. “Ninguna institución pedagógica puede asumir la educación sexual bajo las mismas condiciones como los padres, es por ello, que no puede ser asumida por otras instancias sociales (se refiere a la escuela) sino que solo puede ser complementada por las mismas (Kluge). Como empero esta misión, que sin duda existe, es llevada a cabo por los padres de manera diferente, es omitida, necesariamente queda a cargo de la escuela, o, de la calle. Actualmente, la misión de la información sexual es considerada, al lado de la transmisión del conocimiento adecuada a la edad, “necesaria para facultar al niño a expresarse lingüísticamente de un modo apropiado, evitando las así llamadas denominaciones vulgares y los términos medicinales técnicos, además, de humanizar la sexualidad del ser humano” (Kluge).

En contra de este emprendimiento, totalmente fundamental y comprensible, que puede justificar las misiones propias de la pedagogía sexual escolar, se objeta empero a su vez, que el educador, dada su procedencia de clase media se ve impedido a “relacionarse acuanimamente con el plano lingüístico de los jóvenes. Existen limites objetivos para poder captar en todo su alcance, la expresión lingüística vulgar de los jóvenes proletarios... Esa incapacidad explica el afán denunciador, con el cual el así llamado lenguaje vulgar, como lengua del bordillo” es tratado de ser extirpado de la practica escolar” (Guntther Amendt: “Lenguas y Sexualidad”).

SE deja de lado el hecho, de que la educación no debe ser mera fijación de lo tradicional, vale decir, cultivo de aquello que el niño ya ha adquirido, ya la carencia de una denomina unitaria en el lenguaje usual para los órganos sexuales, es un fenómeno que habla por sí mismo. ¿No muestra, que el ámbito de lo intimo evidentemente en cada pareja, en cada familia es recreado por denominaciones propias e individuales, vale decir por una “procreación lingüística”, tratándose del ámbito de la procreación biológica y la orgánica pertinente?. Desde esa creación lingüística individual luego se deslizan denominaciones al lenguaje vulgar, por ejemplo: 90 para la vagina, para la masturbación, alrededor de 40, igual numero para el pene, etc. (Brocher); así y todo, no existe una denominación neutral, uniforme, excepto de las palabras en latín, o su traducción, dentro del vocabulario cientifico-medico. Ese lenguaje (vacante en lo neutral y en lo emotivo) se tendrá que utilizar en la instrucción escolar, según la legitimación pedagógica; por cierto, que podrá ser empleado activamente por el niño, si al mismo tiempo se cuenta con la presencia de su propio lenguaje, así como el de los padres y compañeros.

Es así, que a pesar de toda la concordancia de los pedagogos en el sentido de que los hogares cumplen solo deficientemente su misión, no se ha podido llegar al acuerdo de un mandato para la escuela, aunque en el interior se ha llegado a un acuerdo constitucional con respecto a esa misión, queda abierto tanto el modo, como también la envergadura, (Kluge), así como el método y el cómo de la transición. (En el plano, didáctico de la cuidad de Bremen se presentan los siguientes temas para la etapa primaria: Bases biológicas (sexualidad, procreación, diferenciación sexual, instinto sexual); Organos sexuales (construcción y funciones); Comportamiento en la infancia (Onania, juegos sexuales, comportamientos de los niños, etc.,) Encuentro de los sexos (conocerse, enamorarse, amistad, amor); problemas del comportamiento social, además: desnudez (vergüenza, mojigatería); cuidados del cuerpo e higiene social; procreación, embargo; falsos amigos de los niños).

Es esta, ciertamente, una expresión del deficiente conocimiento del desarrollo infantil, y con ello de la receptividad y afinidad con respecto al problema de la sexualidad. Es por ello, que no puede existir una materia dedicada al estudio de la sexualidad, si empero, el aspecto de la educación sexual como parte del así llamado proceso educativo, que como tal debería ser tomado en cuenta conocimiento por el educador (padres como maestros).

Puede observarse una fuerte generalización, así como también una sistematización del tema (en el sentido de meta de aprendizaje y examen exitoso), así como una generalizada precocidad. ¿Qué sucede empero con los contenidos, cuando sus delicadas cualidades se conforman en materias didácticas y de aprendizaje? ¿Acaso, no se enajenan del alma interrogante e intuyente? Un alumno del tercer grado tenia “estudio sexual” y al respecto y para asegurar el conocimiento tenia que realizar su tarea del hogar. Una tía, ocasional visitante, pregunta al niño sin saber con que estaba ocupado el niño, cuanto le faltaba para finalizar la tarea. Respuesta: “Solo tengo que pintar de azul mi útero” (sobre un croquis preconcebido). Esto nos muestra, de que manera se mueven los niños dentro de la materia escolar: se torna “objeto”, lo cual es ventaja y desventaja a su vez. Queda la pregunta: ¿Acaso, debajo de ese mundo del estudio realista de los objetos transmitido por la escuela no se edifica una esfera oculta, intima, personal, tal vez atascado, que luego cobra una existencia dual: aquí el conocimiento, allá, lo propio? ¿Y como se obtiene la concordancia? Es difícil saberlo. (El temor, de que la educación sexual, se conforme en una enseñanza de estudio sexual, sigue vigente. Al respecto, Rudolf Affemann nos dice en su libro “La sexualidad en la vida de los jóvenes” (1978): La enseñanza transmite “conocimiento del estudio del sexo”. Es captada con la conciencia del alumno y es elaborada mas, o menos. No llega empero al inconsciente del alumno. La educación sexual intenta en cambio, brindar una formación integral al alumno”) Si aquí se apela en contra de una pedagogía sexual institucionalizada y formalizada, es a causa del hecho de que aunque se exige el estar despierto, la espontaneidad y sensibilidad del maestro frente a las preguntas de los alumnos a partir de la misión educadora misma, considerando a su vez empero, que la precocidad y la sistematización y toda examinacion del conocimiento constituyen una “Invasión de la escuela” al distrito interno del alma infantil. En el caso de una apelación prematura se impone, además, el interrogante, de que manera actúan contenidos para los cuales no existe aun, una correspondencia anímica interior, puesto que esa sexualidad, que erróneamente se supone existente del nacimiento hasta la muerte, en actividad, se forma como cualidad recién en la época de la madurez. No a partir de una represión disfrazada, sino a partir de un propósito humano, en el desarrollo infantil no se hablara de un modo sistematico-penetrante, sino en todo caso de modo incidental-discreto y con respecto al temario sexualidad. La objetivación que ocasiona la escuela con casi todos los asuntos que toma en sus manos, no promueve un desengaño solo, cuando el maestro posee libertad de configuración y no persigue simultáneamente pretendidas metas implícitas. La así llamada Educación libre de represión, orientada hacia una sociedad en busca de placer, posee metas dispuestas por adultos y no por los niños. Las valoraciones subyacentes no resisten el análisis critico, tal como lo hemos observado en el emprendimiento de Freud, encubren a su vez, la realidad antropológica. 103 A diferencia de otras materias didácticas, que deberían desarrollar el conocimiento y las facultades allí involucradas durante un tiempo que se extiende mucho mas allá de la época escolar, la misión de la pedagogía sexual escolar puede ser considerada únicamente en la centralización en el niño, su estado, sus vivencias, su ser.

Toda instrucción institucionalizada necesariamente desconoce esa realidad requerida por la situación especial de cada niño en particular, con su estado anímico de tinte peculiar, único, las circunstancias individuales de los alumnos aquí, y ahora que deben ser tomados en cuenta.. Para nosotros, humanidad existe únicamente cuando son evaluados los sentimientos emotivos, las intimas tensiones y la carga del conocimiento y de la desilusion, con referencia exclusiva a cada niño. El poder lograr esto, preponderantemente es asunto de la familia: la madre, el padre. Existe empero la antítesis, que la capacidad paterna es algo cuestionable, es por ello, que también la escuela, aunque no institucionalmente, pero si, a través de los maestros en particular y acorde a las necesidades, puede aportar su asistencia. La misión de la escuela no posee carácter original, es mas bien, subsidiario. Debería ser, prevalecientemente, misión de la escuela, dar y brindar a los padres las necesarias ayudas pedagógicas: conocimientos psicológicos, evolutivos, o sea: cuando determinadas preguntas posiblemente aparezcan con anterioridad a lo previsto, cuando se mueve un interés especial acerca de las cuestiones de la sexualidad, lo que sucede en el grado, etc. Podrán observarse notorias diferencias entre los niños. A través de informes y charlas en las reuniones con los padres, por ejemplo: a partir del tercer grado, esa “instrucción” de los padres puede hallar su lugar pleno de sentido dentro de la misión pedagógica de la escuela, a través de la cual colabora en la educación en su conjunto: acerca del estudio de la naturaleza, los mitos y captando las preguntas que viven en el niño, tal, como ya hemos dicho. Como la sexualidad conforma una parte del ser humano, a su vez, la educación en su conjunto participa en la educación sexual, y no solamente la enseñanza referida a las ciencias naturales o a la religión, sino, toda enseñanza: la estética, así como la historia, o la educación artística. De modo inconfundible, todo tiene que prestar su aporte a la formación de la personalidad, tal, como también mas adelante a partir de la personalidad deberán ser dominado los impulsos sexuales. Una pedagogía bien entendida dará respuestas a preguntas y problemas y descubrirá las necesidades respectivas, a partir de las premisas de los alumnos, su situación, la percepción comprensiva así como a partir de los procesos evolutivos. Entonces, el maestro estará facultado a su vez, a poder actuar, hablar, clarificar, aconsejar, orientar.

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23-2-2002

Es así, que a lo largo de toda la época escolar esta vigente el problema de los “amigos de los niños”, y, al lado del hogar paterno, debería ser encarado también por la escuela. Según su ser, el niño es abierto, y confiado, vale decir, poco desconfiado, bellas cualidades lamentablemente muy poco frecuentes en los adultos. De este hecho se vale el “seductor”, de los cuales muchos existen, pide “ayuda”, despierta curiosidad, “promete algo”. Demasiado a menudo proceden del circulo de conocidos de los padres; luego, existen a su vez las exhibicionistas de todas las edades, los que dan rienda suelta a sus instintos, los groseros, y aquellos que se deleitan hablando de lo sexual y para los cuales constituye un placer y un estimulo tocar a un niño. La misión pedagógica es, conservar la confianza y un estar atento, vale decir, un comportamiento no-infantil. No es necesaria la explicación exhaustiva del propósito de estas personas y el porque de su actuar, para establecer un equilibrio.

De todos modos, el tema de la “violencia sexual”, así como el del maltrato sexual infantil, es un capitulo penoso. Se supone, que solo uno de cada 18 o 20 caso de acoso sexual a niñas llega a publico conocimiento. (Bergit Diebel: “Las solitarias niñas pequeñas”), esto equivale empero, que en 1986 se conocieron unos 1.300 casos de violación de niñas y 3.000 casos de víctimas varones de violencia sexual; siendo la edad de las víctimas variaba en la mayoría de los casos entre los 6 y los 14 años, lo cual entonces arrojaría una cifra real de 300.000 niños y jóvenes, (información del Parlamento Federal).

Según las investigaciones inglesas, y también las americanas, en el 5, a 10% de todas las familias acontecen maltratos infantiles-sexuales en el mismo seno de la familia. Los casos son excepcionalmente diversos, van desde el exceso por parte del mismo padre hasta aquel llevado a cabo por amigos de la familia. Por el hecho de que casi todas las personas consideran inaudito este abuso, no se habla del asunto, ni siquiera en la intimidad. Prejuicios hacen que el tema sea tabú: se opina, que se trata de lamentables caos aislados, ejecutados por trastornados síquicos; se supone, que ocasionalmente pueda suceder en las capas bajas de la población; y se alega que debemos cuidarnos de hacer caso a la fantasía infantil... Es un hecho real empero, “que las niñas con frecuencia mayor, están expuestas a violencia sexual en el intimo circulo familiar y el de las amistades, de lo que hasta ahora se suponía”. (Birgit Diebel). Se torna difícil, desmantelar esos hechos. A menudo existen “sistemas alterados en sus relaciones dinámicas”, a menudo con desaparición de limites entre generación y generación. Las violaciones se realizan casi siempre antes de la pubertad. “Una violación, o un maltrato sexual no es comunicable. Es así, como las mujeres describen su silencio siendo niña. No existen palabras posibles para aquello que vivencian o han experimentado. Si así y todo hacen el intento de participación y se encuentran con la mínima señal de duda del interlocutor, caen dentro del silencio... Después de la primera experiencia de violación, nada es ya como fuera antes... Las consecuencias de la violencia sexual son muy dispares individualmente. A menudo no es posible descubrir la relación entre estos hechos y posteriores afecciones síquicas y sicosomaticas. El ocultamiento de las experiencias de abuso a menudo es tan perfecto, de modo tal, que existen los padecimientos sicosomaticos, con causas desconocidas”. (Birgit Diesel).

Volvamos a la pregunta acerca de aquello, que debería ser contenido de toda información: “No es decisivo el contenido, sino la relación de contacto que brinda seguridad, es decir, que posibilita una identificación con el adulto, lo cual en definitiva permite la asimilación y aceptación de los contenidos que han sido reconocidos”. (Brocher). O: en un principio se recomienda no avanzar activamente, sino en varias materias, ofreciendo contenidos para su discusión”. (Brocher).

Como educador tenemos que recordar siempre la apertura del niño hacia el adulto y su orientación plena de confianza hacia el mismo. Para validez generalizada, que el joven luego se libera de ataduras tradicionales, para replegarse hacia la interioridad que esta despertando en el. Se abandona a sus añoranzas y sus sufrimientos, recluido en su interior. Suele cerrarse frente a padres y maestros en lo anímico, hasta que encuentra nuevos ideales, de su propia elección. La única atadura que posee cierta durabilidad es la que lo une a un amigo de la misma edad, o de un grupo. Es por ello, que la relación paterna hacia el niño hallara resonancia correspondiente en mayor medida antes de la pubertad propiamente dicha, que decrece después de los 13 años, y a veces abruptamente.

A través de la orientación casi siempre mayor hacia los jóvenes de la misma edad, existe a su vez una posibilidad efectiva de influenciacion del púber, dado que dentro del grupo a menudo se transmiten los modos de comportamiento y las normas que se apartan del mundo de los adultos y se propagan allí, conceptos de valores, que aparentan ser “propios”, que a menudo empero son introducidos por mayores. La comercialización actual que impera en todos los ámbitos de la vida, ha descubierto por cierto esas influencias y las utiliza para sus propios fines. ( Es así, que a través de una chapucería fílmica, que en un principio parecía estar orientada hacia los adultos, se sugiere en nombre de la ciencia y la denominación “Reporte de la joven estudiante”, aquello que se aporta de la concepción de los padres y de la cultura hasta ahora vigente, la relación sexual necesaria con la entrada a la madurez sexual para la descarga de los deseos sexuales. Entre los “jóvenes de la misma edad” que aparecen en la película, se desacredita una joven que aun no fue “exitosa”).

De esta manera, en la actualidad un determinado interés de aprovechamiento económico utiliza el hecho de que debe ser tomado en cuenta por los padres de niños de esa edad: el paulatino alejamiento “natural” del alma infantil de las ataduras recibidas, sobretodo, por parte de “autoridades” anteriormente apreciadas, por cierto, también la receptividad con respecto a consejos de jóvenes de la misma edad, y lo que propaga serlo, sobretodo, en los medios, en el mercado discográfico, etc.,. Es por ello, que es necesario establecer valores ya con anterioridad a la entrada a la madurez y transmitirlos. Es importante al respecto, que en todos los casos que el niño formule preguntas, estas sean contestadas siempre y que en oportunidad de las crisis puedan presentarse, los padres pueden situarse en el lugar del propio niño, tomando un sincero interés en su vida interior, sin ser cargoso. Con ello, llegamos a la edad juvenil propiamente dicha, que comienza con la pubertad. (14-15 años).

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 11

LA EDAD JUVENIL. LA PUBERTAD

Se trata aquí de una etapa de maduración, que abarca varios años, en termino medio desde los 13 a los 16 años, siendo que las niñas comienzan antes su desarrollo y a su vez lo terminan antes. Durante esta fase podemos observar una cierta rudeza en los varones y coquetería en las niñas, como característica exterior, de un comportamiento inseguro en su conjunto.

Los varones muestran un comportamiento ya inseguro, rígido otras veces y sobre activos y por ello, forzado, a veces torpe, las niñas en cambio, con risitas, majaderas, charlando con las amigas.

A ello le sigue, en fluida transición, una época dedicada a la búsqueda de ideales, que llega hasta aproximadamente los 18 años (que no posee una mayor manifestación hacia fuera); podríamos denominarla entonces, de “búsqueda interior”. El alma esta dominada por esa búsqueda del héroe, al que se puede seguir. El deseo de comprender el mundo mediante el esfuerzo propio, la edificación de ideales propios, comprensión de la religión y un concepto acerca del universo determinan el aspirar y pretender. (Charlotte Buhler “La vida anímica del joven”).

A esa edad se torna posible, otro grado de comunicación frente a la sexualidad, que ahora posee plena madurez de función. Para ello, es menester empero, que el educador posea conocimientos fundamentales acerca de la sexualidad, referidos a lo psicológico y lo sociológico.

La orientación hacia el otro sexo a menudo permanece dentro de lo no-expresado, oculto, omnipresente. La madurez sexual lleva la sexualidad a su desarrollo. La palabra sexualidad proviene del SECARE latín, lo que significa, cortar, dividir. La unidad del ser-humano, se divide en la dualidad de lo masculino y lo femenino. Los sueños y añoranzas con respecto a seguridad y amparo, a amistad y amor, en un principio experimentado quizás tan solo en el interior, indican, que el ser humano como “ser genérico”, o sea en su configuración como hombre y mujer, constituye una unilateralizacion, buscando por tal razón la “complementacion” en la orientación hacia la pareja del otro sexo. Cada ser experimenta en su interior la propia unilateralidad, es por ello, que se produce la búsqueda semiconsciente de aquella otra “parte”, que parece faltarnos y que necesita de complementacion, para obtener así la plenitud humana. El joven, que ha alcanzado la madurez sexual, ha obtenido así, la madurez biológica, en el mundo social existente, le falta aun, la madurez de vida, o madurez social. Entre la madurez biológica y la adultez se interpone un lapso de retardo, una gran ambigüedad una carencia de armonía y concordancia. Mientras que el animal en concordancia con su madurez sexual obtiene su estado de adultez, el ser humano aun tiene que adquirir su rol social y su propia identidad. Es por ello, que la edad juvenil (Erikson) es una época de constantes cambios, supeditada a la búsqueda de configuraciones del estado de adultez. “el ser humano quiere saber quien es, que puede creer, que considera valioso, que quiere lograr y obtener en la vida. Después de que el joven pudo establecer una relación con la forma cambiada de su cuerpo, con las nuevas posibilidades del sentir y del actuar, modificando su autorretrato acorde a todo ello, los jóvenes se encuentran frente a una constelación de importancias completamente nuevas dentro del espacio de vida... En la temprana edad juvenil, las relaciones hacia el otro sexo se caracteriza por primeros contactos tímidos (formas preliminares del petting), búsqueda furtiva en libros, películas y también en la vida real, en la mayoría de los casos, a través de encuentros grupales. Recién en la edad juvenil más avanzada tiene lugar la formación de una primera pareja, pero no necesariamente una relación duradera.

En la temprana edad juvenil, el joven busca su independencia en nuevos ámbitos, como por ejemplo: en los asuntos relacionados con la fe religiosa, o en citas (rendezvous, dating), pero, lo lleva a cabo de modo muy similar como en años anteriores: en la búsqueda de mas privilegios, mayor independencia de supervisiones y encierros...para poder así, seguir a las prescripciones del grupo de los jóvenes de su misma edad. (L. Joseph Stone+Joseph Church: “Infancia y juventud-sicologia del desarrollo”). Se diferencia una época previa a la entrada de la madurez sexual, la época pre-puber, en la que se trasponen primeros estados de madurez del crecimiento físico, del cambio de las proporciones corporales, las características sexuales secundarias: pechos, vellosidad del pubis y las axilas se van formando, y maduran los órganos sexuales primarios. La madurez sexual se manifiesta en las niñas a través de la menstruación, en la existencia de espermatozoides en la orina del varón (visibles mediante el microscopio). “Ni en las niñas, ni en los varones, la pubertad esta nítidamente delimitada. Al comienzo, la menstruación es casi siempre escasa, para desaparecer luego por algunos meses. Los varones a menudo sienten un fuerte impulso fálico y descubren, que la proximidad de personas del sexo femenino constituye un estimulo de alta efectividad para la erección, no poseen empero capacidad para la eyaculación todavía...En 1965 la edad media para el inicio de la menstruación era de 12,5 años (con oscilaciones de entre 10 a 15 años). Los varones llegan a la edad púber, generalmente dos años mas tarde que las niñas”. (Id. Anterior).

Tenemos que tener expresa conciencia de que la madurez sexual es tan solo una parte del proceso de maduración mucho más amplio. Es así, que entre los 14 y los 20 años (con tendencia decreciente) los miembros adquieren su largo definitivo, en la niña, se ensancha la pelvis, en el varón, la espalda recién al cabo de esto, madura la musculatura del esqueleto, que mueve los miembros, adquiriendo su máximo desarrollo vital (hacia los 18 a 20 años). Debido a esa maduración corporal sucede, que el joven psicológicamente se halla frente a su corporeidad cambiada, como si no le perteneciera. Los miembros, a través de la creciente osificación no solo se alargan, sino también aumentan su PESO, siendo, que ese peso no puede ser dominado simultáneamente a través de una fuerza muscular paralela, dado, que la maduración de ese sistema se va produciendo solo paulatinamente. Se extiende la vivencia de una fractura, o separación, frente a la familiaridad imperante hasta ese entonces con respecto al cuerpo, y con ello, también al medio circundante en sí. Se pierde toda sensación de seguridad y de amparo, imperando en cambio, un clima de abandono, de soledad, una tormenta interior de sentimientos cambiantes, falta de deseos de vivir y hasta deseos de morir transponen el alma, en todos los casos empero también el dolor. Todo esto es promovido por el hecho, de que el antes mencionado cuerpo del alma sé esta independizando, adquiere autonomía, sin que pudiese ser dominado aun, plenamente por el propio Yo. Sucede, que aquello que sé esta desarrollando dentro del joven entre los 15 y 16 años y los 20 y 21 años es algo, que puede ser comparado al dolor. Esa penetración para llegar a la efectividad del cuerpo astral en vías de liberación dentro del cuerpo físico, es, en realidad, el padecimiento de un dolor constante. Aquello, que sé esta sintiendo, nos impulsa de inmediato a ocuparnos de nosotros mismos. (Schelsky). Ese es el motivo de la introversión imperante, que, cuando el joven vive dentro de una comunidad de edades fuertemente dispares, fácilmente puede llegar a la exaltación. La experiencia primitiva de esa separación de lo “subjetivo”, o sea del propio mundo de los sentimientos, de lo “objetivo”, de la propia corporeidad así como el mundo circundante, ya sean los padres, los maestros, o de índole social, como las manifestaciones naturales del mundo, promueve, al lado del dolor, numerosas interrogantes enigmáticas, desordenadas, dentro del alma. Vale decir, aun no se ha adoptado una postura frente a las mismas, falta aun el juicio, pero no, la capacidad de llegar al mismo. A ello pertenece, a modo de una referencia muy especial, el interrogante con respecto al ser del otro sexo, así como la añoranza y la esperanza de encontrar en él, aquello, que a uno mismo le falta: el equilibrio, el amor, la confianza, la inclinación orientada, el cariño, la simpatía.

A partir de la mención de este vasto contexto de todos los procesos de maduración juveniles, nos abocaremos ahora meramente al aspecto de la maduración sexual y su significado humano. Impone exigencias especiales a los jóvenes, mas aun, por el hecho de que el hombre, como único ser en los reinos naturales le es posible, separar el ayuntamiento de su fin natural al servicio de la procreación. Con ello empero, entran al campo visual también las preguntas con respecto a la valoración de la responsabilidad etica-moral. Únicamente por esta razón, la pregunta acerca de una pedagogía sexual puede ser formulada como parte de la pedagogía general.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 12

ANTROPOLOGIA DE LA SEXUALIDAD- EL DESEO

Para comenzar, haremos algunas acotaciones acerca del carácter antropológico de la facultad procreativa. El cuerpo material-fisico esta transpuesto por fuerzas de vida como así también por fuerzas configurativas. Ninguna substancia de la cual se edifica mantiene dentro de la su estructura propia que posee dentro de la naturaleza, sino, que el “organismo” mismo le da una nueva forma y lo coloca al servicio de sus misiones y funciones. La CORPOREIDAD VITAL , invisible y experimentable únicamente dentro de los efectos producidos y la que a una determinada cantidad de proteínas lo conforma de este modo en estructura orgánica, es la que promueve crecimiento y reproducción y la conservación biológica, vale decir, determina a su vez, el comienzo y el final del organismo, su “figura temporaria”. Dentro de hormonas y actividad glandular el cuerpo de vida encuentra su expresión material, química, o bien, orgánica. En el momento, en el cual esa estructura funcional del cuerpo de vida alcanza su madurez, sobre todo, en el sistema de la cabeza, es decir, se torna facultada al funcionamiento y con ello, experimenta su “alumbramiento”, esa “fuerza” queda a disposición de la actividad conceptual e intelectual; ya no es utilizada organico-vegetativamente, necesita empero todo un septenio, para plasmar y desarrollar al resto del organismo de modo tal que queda facultado a la reproducción de la especie, él genero. Recién entonces se ha llegado a la conclusión de la maduración física, en su totalidad, hasta el ámbito de los organos sexuales. Unicamente el ámbito de los miembros luego sigue creciendo, siendo, que a la par se abren nuevos circuitos funcionales, que facultan al yo a una medida cada vez mayor de su accionar.

Del mismo modo como el aspecto físico general para por una transformación, eso sucede con el rostro: la nariz y el mentón toman su forma de carácter individual, en las jóvenes se forma una capa de grasa subcutánea, que otorga una redondez de contorno, mientras que los varones adquieren un aspecto anguloso y musculoso. Al lado de la vellosidad de pecho y piernas, que en algunos varones es fuerte, a ambos sexos les es común un fuerte olor a transpiración. Un crecimiento así crónico, dispar, ocasionalmente causan la impresión de ausencia de armonía (se destacan la nariz, el mentón, las piernas y los brazos). Por tal razón se genera por una parte algo así como una timidez o un desconcierto, que caracteriza toda la edad juvenil, por otra parte, una época de revolución interior, de tempestades y tribulaciones. De esta manera aparecen irreversiblemente entrelazadas la maduración física y la transformación anímica, a pesar de tratarse de fenómenos tan dispares.

Por tal motivo, a la configuración del cuerpo de vida y sus fuerzas esta sujeto otro proceso de maduración: la comprensión del mundo, orientada hacia fuera y aquel de la trans-animacion interior. Aquello, que con anterioridad ha madurado físicamente, ahora es transpuesto con fuertisimos sentimientos. Lo que con anterioridad a la madurez sexual estuvo al alcance del ser humano con respecto a percepciones anímicas, fuertemente ligado a lo corporal, ahora se encuentra a su disposición como libre facultad, que puede llegar a ser apasionada, afectiva, emocional, que lo posibilita a colocarse dentro de una posición completamente personal frente a las manifestaciones del mundo. Si observamos ese elemento anímico dentro de la vida conceptual, veremos lo siguiente: donde un sujeto se determina en relación con los objetos mundiales, se habla de JUICIO. Es la FACULTAD DE JUICIO personal, que conjuntamente con esa madurez, también podríamos decir, con el nacimiento del cuerpo anímico, compenetra de modo creciente el proceso cognitivo y la vida conceptual. Al mismo tiempo empero, se abre paso la misma fuerza, que empero esta situada en otra capa del interior humano, en un lugar mucho más profundo: la fuerza del DESEO. También el deseo, al igual que el proceso del formular un juicio, no el contenido del mismo, esa de índole anímico, sentimental: es en dirección de querer poseer algo; es posesivo, sin haber logrado esa posesión. La fuerza de asumir un juicio, otorga relaciones subjetivas, se apodera de los contenidos cognitivos y logra la clarificación a partir de los mismos. Del mismo modo, la fuerza del deseo puede asociarse con los impulsos del cuerpo procedentes de los procesos de vida: se incrementa de esa manera en avidez, concupiscencia. A partir del estado fundamental de vida de los instintos generales no-orientados (cuerpo de vida), se va generando la clara dirección hacia la avidez de los instintos (cuerpo del alma). En sus comienzos es muy generalizada, dirigida al sexo opuesto con intención procreativa, hasta que luego también en ese particular resulta una tendencia más personal, orientada hacia un Tu: anuncio del yo propio, en vías de fortificación.

Cuando el instinto de apareamiento aparece en la naturaleza, nos hallamos frente a la expresión de lo genérico y los procesos de vida, que sirven al mantenimiento de la especie. El cuerpo de vida a su vez, como portador de los procesos orgánicos de la procreación ya en el reino vegetal lleva a cabo la reproducción, casta, exenta de apetencia: al aparecer en cambio la cualidad de la excitación interior, del estimulo, del placer, de la tensión y el relajamiento de lo referido a la avidez del instinto, los procesos vegetativos experimentan una transformación hacia lo afectivo-emocional, con lo cual se compenetran: el rayo de lo anímico hace impacto en ellos. El instinto impulsa al apareamiento, la avidez instintiva clama por realización (anímica). En ello, poseen gran similitud el reino animal y el reino humano, se diferencian empero en el hecho, de que en el reino animal la sexualidad, se encuentra al servicio exclusivo de la conservación de la especie, mientras que el hombre puede desconectar la satisfacción de los instintos del propósito reproductivo, mediante la anticoncepción. De este modo, la unión sexual se puede constituir en “una fuente autónoma del placer”, en una finalidad anímica, que posee existencia propia, hallando su culminación a través de la corporeidad. Esto empero en realidad oculta mas de lo que revela. Puesto, que en el hombre, otra fuerza tiene la posibilidad de interferir en ese proceso. En un principio, muchas culturas no han separado los ámbitos de Eros, reproducción y sustento económico, de todos modos para el varón. “A partir de profundas causas anatomico-fisiologicas, la sexualidad del hombre puja buscando relajamiento, descarga. Rápidamente, como crece la tensión, tan rápidamente el varón llega a la calma... Lo mismo sucede en el caso de los mamíferos: la hembra es acorralada, y dominada. No hay espacio para el juego amoroso, el cortejo erótico, la aproximación anímica. Todo esta al servicio de la reproducción, es sexualidad impersonal y no, eros personalizado, y justamente por ello, culto divino. (Hartmann). Lo propiamente humano, lo referido a la persona y al Yo, puede sumergirse dentro del ámbito de la sexualidad.

El ser humano vive con, y a través de un “impulso sexual sobrante” (Geehlen), que jamas puede gastar plenamente en la sexualidad. Es así, que la sexualidad se presenta siempre, promoviendo al mismo tiempo relaciones humanas. “Es por ello, que otras instancias de conducción, que las biológicas son necesarias en el caso del ser humano, el impulso, así como la avidez del instinto desde siempre están supeditados a una conducción cultural, sobre todo, todas las energías del instinto humanas que se refieren al actuar bajo/entre varios individuos: la sobre-estructuracion de os impulsos sexuales pertenece, con toda seguridad, a las conquistas culturales primarias y exigencias existenciales del ser humano como lo son las herramientas y la lengua hablada, y hasta puede verse en esa reglamentación de las relaciones sexuales y de la reproducción del hombre, la forma social primaria de todo comportamiento humano.

Las contribuciones de la sobre-edificacion de formas sociales frente a la estructura del impulso sexual humano se orientan en dos direcciones: ante todo, la reglamentación social de las relaciones sexuales significa un control y una disciplina frente a la convivencia y la utilidad biológica...Además, la sobre-edificacion cultural determina el desvío de las energías que no pueden ser colocadas en el comportamiento sexual, hacia metas no-sexuales o seudo-sexuales (Schelsky).

Lo que por un lado experimentan en transformación a través de la plasticidad sexual los impulsos procedentes de las fuerzas de vida, obtiene por otra parte una placentera sobre-edificacion, a partir de las fuerzas del deseo, siendo que estas pueden hallar su sentido dentro de sí mismo, en la obtención de placer, pudiendo liberarse parcialmente de su origen biológico. En el placer, la sexualidad, realizan su encuentro, a la vez personas con entidad esencial inconfundible. Por tal razón, las relaciones entre esas personas deberán ser configuradas como humanas, acorde con su ser, por el hecho de que solo así podrán ser justificados de modo personal frente al otro ser y frente al ser-propio. Con ello, se apela aun a otra capa, la responsabilidad, de la persona, del propio yo, del ser interior. Unicamente el ser humano puede percibir esa responsabilidad, no esta empero obligado a ello. “Solamente él discierne, elige y juzga, solamente él puede otorgarle duración al instante”. Posee libertad. Por tal razón empero, el comportamiento frente a lo sexual, no se conforma únicamente en una cuestión del disfrute de los instintos, la evacuación de los deseos, sino también de la configuración moral y la responsabilidad etica-personal. El ser humano no esta constituido únicamente de cuerpo, vida y avidez del instinto, sino también por la fuerza del yo y su responsabilidad. Y es esto, lo que diferencia al hombre del animal.

“El anhelo sexual se orienta hacia algo que es igual a sí mismo y no a un opuesto excento de vida. No sé esta buscando comida ni bebida, sino la presencia de un ser humano. (H. Giese: “Sicopatologia de la sexualidad”). Por el hecho, de que el ser humano dispone de una identidad del ser, o por lo menos la lleva dentro de sí como posibilidad, todos los procesos biológicos como anímicos se encuentra supeditados a esa instancia superior, el propio yo. Mientras que no ha alcanzado la madurez vale decir, que ha “nacido” y presente, se produce ese peculiar estado de DUALIDAD, que traspone a la edad juvenil, siendo observado con mirada critica y a menudo extrañada. Llama la atención “La amplitud y ausencia de limites” así como un elevado grado de compenetración y comprensión, por otra parte empero también que el notorio rendimiento intelectual poco o nada tiene que ver con el comportamiento desconsiderado para con el otro. Las relaciones amorosas a menudo son apasionadas, pero de corta duración. Los objetos elegidos pueden ser abandonados, sin tomar en cuenta los sentimientos de la pareja, y cambiados por otros. Los objetos así abandonados son olvidados rápida y totalmente. (A. Freud).

Ese estado de cosas referido por Ana Freud muestra, la irrupción de sentimientos y que también se activa la facultad de juicios, no habiendo empero llegado a su madurez el orden a partir de la identidad del ser. Dado que, recién cuando las cogniciones determinan también el accionar propio, y estas a su vez son tomadas como referencia con respecto a la vida propias, o sea, la duración del propio ser, se produce la madurez de vida. Recién entonces el propio yo se responsabiliza de los sucesos. Por cierto que visto desde esa meta final, las ejecuciones de maduración anterior quedan involucradas en la misma. (“Durante mucho tiempo, los sicólogos han hablado de instintos primarios o congénitos, que luego son desarrollados como producto de la experiencia. Esa diferenciación es de hecho superflua, puesto que todos los instintos/deseos son el resultado de experiencias. El concepto de que desde el nacimiento existen instintos listos, pre-formados, en condiciones de poner en marcha un determinado comportamiento, es un remanente de la sicología de Hippokrates. Ha sido desarrollado hasta su extremo por teóricos psicoanalíticos...Para poder sostener, que el hombre nace sin instintos ni emociones, sino con facultades para desarrollar a ambos se necesitan suposiciones y posturas mucho menos insostenibles. No existe deposito alguno, donde se almacenan los instintos/deseos con anterioridad al parto” (Ausubel).

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 13

LO MASCULINO Y LO FEMENINO EN LA NATURALEZA HUMANA

Cuando con la entrada a la madurez sexual el ser, anteriormente pre-sexual se singulariza en dirección a lo genérico, es decir, que entra a la bi-sexualidad, se ha alcanzado la MAXIMA MADUREZ DE LOS PROCESOS DE VIDA, mientras que a su vez la condición referida al instinto carnal constituye algo supra-sexual, algo que une a los sexos, algo, que le es común a ambos. Es el principio de vida que ha llegado a la maduración, al que evidentemente le es propio una peculiar dualidad; el caso es, que posee un rostro hermafrodite: masculino-femenino, o, femenino-masculino a la vez. En todo ser humano aparece una naturaleza bi-sexual, que tanto muestra en el varón cualidades femeninas, como también en la mujer cualidades masculinas. Debemos tener presente este hecho, sistemáticamente. Como ya lo hemos dicho, al cabo del cambio dentario, las fuerzas plasmadoras de vida, configuradoras del cuerpo físico y sobre todo, del sistema nervioso, salen de los órganos ya configurados, maduros, ya que solamente es menester su mantenimiento y ya no su edificación configuradora. Esas fuerzas son despedidas de la misión biológica, siendo disponibles a partir de ese momento en medida cada vez mayor como fuerzas conceptuales o inteligencia (“nacimiento del cuerpo de vida). Es empero EL CUERPO DE VIDA, sobre el cual cobra acción toda educación después del cambio dentario. Si en la temprana infancia todas las impresiones cobra efecto hasta dentro de la CONFIGURACION CORPORAL FISICA, el producto de todas las concepciones de libre formación, todos los procesos de aprendizaje estarán ligadas al cuerpo de vida en el sentido de que acordemente cambiara y se enriquecerá la estructura de vida en su conjunto.

Los esfuerzos implementados en el aprendizaje, vale decir, sus resultados, a su vez se graban a modo de contenido, como “experiencias” en el cuerpo de vida mismo. Con ello formara un “sistema” de realidad espiritual, de auto-enseñanza, en crecimiento. Al respecto cobran acción por una parte, disposiciones corporales-fisicas sobre este sistema, como también experiencias personales y genéricas (cuerpo eterico). “La transformación y el crecimiento del cuerpo eterico (a través del aprendizaje y a través de toda clase de educación, S. Leber) significa transformación, o bien desarrollo de las inclinaciones (1), costumbres (2), de la conciencia (3), del carácter (4) de la memoria (5), de los temperamentos (6). (R. Steiner. “ La Educación del niño” G A 34) Con anterioridad ya hemos hablado de la inteligencia liberada, que pertenece al mismo circulo de formas. A través de SEIS CUALIDADES. A las que más adelante nos referimos mas detalladamente, se circunscribe en la cita el contenido de vida aumentado. Lo que ha sido resumido bajo el termino global de cuerpo de vida, o cuerpo eterico, por lo tanto y para agudizar la cognición, puede ser contemplado bajo tres aspectos: el biológico, el del aprendizaje y el del producto obtenido.

•  EL ASPECTO BIOLOGICO (FISIOLOGICO), describe las manifestaciones del crecimiento, de la reproducción, el movimiento interior de los jugos y sustancias, la configuración de los órganos, la maduración; por lo tanto, aquí el cuerpo eterico es el “constructor y plasmador” del cuerpo físico, su morador y su arquitecto. Podemos entonces denominar al cuerpo físico como replica, o como expresión de ese cuerpo. (G A. 34). Al cuerpo eterico le es propia la FUERZA PLASMADORA DE LA ESPECIE , que dispone que el cuerpo se conforme en cuerpo humano, pero a su vez masculino, o femenino. Constituye lo genérico.

•  EL ASPECTO DEL APRENDIZAJE: con la maduración orgánica del cerebro se transforman las fuerzas creadoras de la inteligencia “natural” propia del cuerpo, conformándose en fuerzas de libre facultad conceptual, que de allí en mas, facultan al ser del hombre, al Yo, para el aprendizaje orientado hacia metas. Por cierto, que también con anterioridad el mundo circundante puede influenciar el proceso de aprendizaje y configurarlo, a través de normas, ordenes, hábitos, rituales, etc.

•  EL ASPECTO DEL PRODUCTO DE VIDA: lo que ha sido aprendido, experimentado, conforma a través de una disposición caracterologica una estructura básica casi “corpórea” de la personalidad; se trata de una figura temporaria, y con el “contenido interior”: inclinación, temperamento, memoria, carácter y otros, son sus características. Esa estructura-base experimenta una influenciacion inmediata a través de la profundización en las obras de arte...Al recibir el ser humano el presentimiento de algo superior, de algo más sublime de aquello que ofrece el entorno sensorio, transformara su cuerpo de vida. (G A 34).

En concordancia a estos tres diferentes aspectos del cuerpo de vida, también la sexualidad deberá ser mirada de manera diferenciada. Los procesos BIOLOGICOS del cuerpo de vida tienen su correlato en la economía hormonal y en la actividad glandular, siendo, que entre varón y mujer se observan diferencias especificas: La Testosterona (perteneciente a los Androgenas) tiene que entrar en acción, para que se produzca el crecimiento de la barba, el cambio de la voz y la espermatogenesis; estimula el crecimiento muscular y fomenta la síntesis proteica. Frente a ello, los estrogenos juegan un rol destacado en el crecimiento de la musculatura uterina, en la menstruación, etc.; al producirse el embarazo, aparecen como específicos, los GUTAGENE. Las hormonas son expresión para la actividad del cuerpo de vida. “La diferencia entre el ovario y los testículos con respecto a la formación de hormonas esta dada por el predominio de determinados sistemas encinas y la distribución de las hormonas sexuales que marcan las características secundarias en el varón y la mujer, es en primer lugar un problema cuantitativo, y no un problema cualitativo. (Rein, Scheneider: “Sicología del hombre”). El cuerpo de vida, como morador y arquitecto del cuerpo físico es, por lo tanto, completamente diferente en el ámbito de la organización sexual del varón y de la mujer. Al mismo tiempo empero, en el acontecer hormonal actúa también un factor anímico (astral) que llega hasta las funciones corporales, dado que “las hormonas son mediadoras del accionar astral en otros campos”, vale decir, en los procesos vitales del cuerpo. (Husemann/Wolff: “La imagen del hombre como base del arte curativo”). Sobre todo, las hormonas sexuales, los esteroides, son “mediadores de los impulsos astrales... que trasladan el carácter de otro modo des-componente, tal como puede expresarse en el efecto despertador de la adrenalina, entre otros, a procesos de edificación. A través de ellos, el cuerpo astral actúa de modo configurador, plasmador, dentro del cuerpo eterico. (Husemann-Wolff).

Para el ASPECTO DE APRENDIZAJE, cobra validez algo muy diferente que para el fundamento hormonal: aquí impera algo, que se sitúa en lo supra-generico, algo cualitativamente idéntico para ambos sexos, puesto que la fuerza conceptual, la inteligencia son valores simplemente humanos.

3.- ¿Qué sucede empero con respecto al tercer ámbito, el PRODUCTO DE VIDA? De las seis “cualidades” referidas; inclinaciones, hábitos, conciencia, carácter, memoria, temperamento, la memoria y la conciencia poseen un carácter fuertemente INDIVIDUAL, ya que abarcan experiencias y encuentros personales, vivencias subjetivas. La memoria se edifica sobre impresiones/inculcaciones, que, como vivencias se insertan hasta dentro de los procesos de vida. (“Aquello, que hallamos conciencia, no es otra cosa que el resultado del trabajo del yo en el cuerpo de vida a través de una serie de encarnaciones. Cuando el ser humano reconoce, que no debe hacer esto, o aquello, y cuando mediante ese reconocimiento experimenta una impresión de magnitud tal que llegue hasta su cuerpo eterico, se genera la conciencia” (G A 34, pag, 316). Algo muy diferente sucede con la predisposición del temperamento: es condicionada por la constitución, determinada tan fuertemente de la corporeidad, como la memoria y la conciencia de la personalidad, el yo. Una posición intermedia ocupa aquello, que va sumándose con respecto a producto de vida, mediante experiencias, carácter, lo que llega al hombre mediante elaboración y discernimiento: esta del mismo modo influenciado por el temperamento, como marcado por la personalidad. (Kretschmer: “Estructura corporal y carácter”).

EL CARÁCTER (En el carácter se manifiesta aquello, que ha quedado impreso como interioridad: “Una manifestación tal de un ser interior esta presente en aquello, que denominamos carácter...Entendemos bajo ello una uniformidad (formada por la personalidad) (R. Steiner: “Metamorfosis de la vida del alma” G A 59- 29.10.1909), las INCLINACIONES, los HABITOS, conducen a maneras especificas del comportamiento. ¿Podemos acaso observar en ellas a su vez algo especifico-sexual?

R. Steiner reitero en diversas oportunidades, que diversas manifestaciones enigmáticas se dilucidan en el momento de reconocer, que “en cierto sentido el ser humano ha conservado un remanente de la antigua bi-sexualidad (vale decir, su original naturaleza andrógina) radicada en su corporeidad de vida. Dado que en el “varón”, el cuerpo físico es masculino y el cuerpo eterico es femenino y en la mujer es al revés...La capacidad de sacrificio de la mujer relacionada con el hecho de que su cuerpo eterico es masculino, mientras que podemos explicarnos la ambición del hombre, al reconocer la naturaleza femenina de su cuerpo eterico! (R. Steiner: “Teosofía del Rosacruz” G A 99). De modo similar, M: Mead califica como rasgos femeninos y virtudes: paciencia, constancia, perseverancia. R. Steiner, conferencia acerca: “La cuestión femenina” 17.11.1906 en “los enigmas del mundo y la antroposofia” G A 54) ( corresponde a la pag. 128).

Orientación personal-individual

12Conciencia

Memoria

Carácter

 

Cuerpo de vida

3 


Hábitos

Inclinaciones

Temperamento

Condicionamiento físico, o constitucionalmente.

Se sobre entiende, que aquí no nos referimos al aspecto biológico, sino a aquel ámbito medio, que coordinamos al producto de vida con sus inclinaciones, hábitos y rasgos del carácter. Se trata del cuerpo de vida, transformado a través del aprendizaje, y también por el yo. Terminologicamente, con el concepto de cuerpo eterico se sintetizan todas las manifestaciones sujetas al mismo, que funcionalmente empero se articulan perfectamente. Si ahora Steiner, sorprendentemente, afirma que el cuerpo eterico es del genero-polar a la manifestación física, eso se refiere exclusivamente al cuerpo eterico “transformado”; ese cambio de la visión se justifica, puesto que clarifica hechos, que nos pueden sorprender en el comportamiento: “En realidad, en la persona material física, tenemos frente a nosotros únicamente la expresión física de una personalidad integral. El alma del hombre construye su cuerpo del mismo modo como el imán se edifica de dos polos. El alma edifica una parte masculina y una parte femenina, una vez, como cuerpo físico una parte, la otra vez, como cuerpo de vida. Es así, que con respecto a aquellas pasiones que están sujetas al cuerpo de vida, tales como entrega, valentía, amor, la mujer podrá ostentar cualidades de carácter evidentemente masculinos, mientras que el hombre puede aparecer como marcadamente femenino. En cambio, con respecto a las cualidades del carácter que están sujetas mas bien a lo que el cuerpo físico respecta (fuerza física, energía, decisión, etc.,), la consecuencia del genero cobrara expresión en la vida exterior. Es por ello, que nos debe parecer plausible, que, al querer contemplar en su integridad a una persona, debemos saber que estamos frente a manifestación que posee dos partes, una parte visible-material y otra parte oculta-espiritual. Y será un ser integro perfecto aquella persona, que con una entidad masculina exterior es capaz de combinar un bello carácter femenino...Y que esa cultura unilateral masculina (en la cual vivimos actualmente) tiene que hallar su complementacion a través de aquello, que vive en todo varón. Es por ello, que los místicos, al hablar desde lo más profundo de su alma, han señalado a esa alma como algo femenino.

Esa entidad femenina presente en el varón, y la entidad masculina en la mujer, que se encuentra por debajo del umbral del deseo físico, tal vez constituya de modo más vigoroso la tracción entre los sexos, que el aspecto exterior. Muestra empero al mismo tiempo, que por ejemplo: que él genero femenino a avanzada edad se aproxima al genero masculino, así como a la inversa el masculino se aproxima al genero femenino. Esto cobra validez tanto con respecto a las así llamadas características secundarias como también con respecto a la voz, que en el caso de la mujer baja, mientras que asciende en el varón. (Wener C Simonis: “Los trasfondos espirituales con respecto a la generación y el cambio/transformación de los sexos”: Después de la menopausia la mujer tiende a bajar la voz o desarrollar barba. Esto señala la tendencia de un aumento de la acción del cuerpo eterico masculino, cuando el cuerpo físico tiende a fallar mas y más, constructivamente). Desde esta ángulo podemos contemplar también el fenómeno de la HOMOSEXUALIDAD. Durante la época de la inestabilidad juvenil frente a las fuerzas intempestivas de los instintos y con anterioridad aun a las amistades con el sexo opuesto, se producen amistades con jóvenes del mismo sexo. De allí pueden surgir, eventualmente, relaciones con el mismo sexo, que en su cualidad a menudo pueden tener poca duración y conformar un estado de transición, dentro del movimiento de búsqueda juvenil. Pueden producirse empero asimismo relaciones sexuales duraderas hacia el mismo sexo, que evidentemente no pueden ser modificadas, por estar arraigadas profundamente en la naturaleza. Dentro del orden de valores burgueses, tales relaciones homosexuales entre hombres se castigaban, no empero aquellas sucedian entre mujeres: así y todo, ambas eran consideradas anormales. Aquí no se trata de una evaluación, sino de una cuestión de comprensión. ¿Acaso, lo “anormal” esta dado en el hecho de que uno de los componentes de la pareja frente al ser del mismo sexo percibe en menor media “el lado visible-biologico, lo erótico, orientado en cambio la mirada hacia lo femenino en el hombre, o lo masculino en la mujer, por lo cual se siente atraído, y lo que recién entonces promueve lo sexual? ¿Acaso, en ese fenómeno esta dado una especie de vislumbre de la “otra naturaleza” hacia la cual luego se inclina decididamente la atracción?. Si esto fuese así, el estimulo sexual partiría de ese lado caractereologico profundo, para actuar de modo inmediato sobre la naturaleza del deseo instintivo. Entonces podría ser causante empero de este hecho, otra facultad perceptiva, que esta configurada, aunque sea en arte, en la así llamada fase Edipo. (“La homosexualidad pertenece a la imagen normal, y no a la patología, cuando determinamos la norma no a través de los números. Podemos observar sexualidad entre el mismo genero en muchos animales. La homosexualidad, durante mucho tiempo desprestigiada y descalificada, nos trae el comprobante del predominio del amor antes de la “finalidad” de generar descendencia: ( Frieling) La relación homofila es “anormal” por no corresponder a la finalidad biológica, de todos modos, esto no excluye al sentir del alma, sino todo lo contrario. Los hechos, agravados por numerosos prejuicios se oponen a la real toma de conocimiento, del mismo modo como la ausencia de oportunidades de percepción para el observador no-homosexual. Para la comprensión podría ser asumido tal vez un ángulo visual hipotético, en el sentido de que lo corporal se interprete como expresión e instrumento de lo anímico, al ver el ser-espiritual humano ya vislumbra una forma de encarnación que se corresponde con sus intenciones, en épocas prenatales para poder realizar determinadas experiencias.

Estas pueden ser, por cierto, de naturaleza unilateral, limitada, como lo son en realidad todas las encarnaciones. Si a este punto de vista lo denominamos “mirada desde arriba”, la homosexualidad, ni tampoco las relaciones heterosexuales son algo meramente corporal, abarcando en cambio el conjunto del encuentro humano del mismo sexo; (Freud a este dilema, en cierta oportunidad un autor evangélico hizo la propuesta de emplear en lugar del termino HOMOSEXUALIDAD para el conjunto del encuentro humano del mismo sexo, la denominación HOMOTROPIA, “la inclinación” hacia el otro sexo. A su parecer abarca los tres planos HOMFILIA, como amor en lo espiritual, HOMOEROTICA, como atracción anímica y HOMOSEXUALIDAD, como plano corporal: Gabriel Looser: “HOMOSEXUALIDAD sin prejuicio”, 1980), podría hablarse de un caso especial de orientación sexual del mismo genero, que, bajo el quite de lo sexual, conforma un hecho cotidiano.

Los homosexuales son discriminados por diversos motivos. (A continuación nos remitimos a reflexiones dadas al respecto por Christoph Kranich). Las PERCEPCIONES PROPIAS de aquellos que emiten un juicio, se ven dificultados por el hecho, de que generalmente no pueden ser definidas las personas con orientación homosexual. Muchas personas tienen que ocultar esa homosexualidad para no ser discriminadas de relaciones humanas, lo cual dificulta poder llegar a saber como viven, y que significado e importancia tiene en su vida, la inclinación homosexual.

A causa de este ocultamiento, se van nutriendo en medida cada vez mayor, los PREJUICIOS acerca de la vida “típica” y el comportamiento de las personas homosexuales. Por una razón, solo llaman la atención aquellos pocos, que no se ocultan, que a causa de su aspecto, su vestimenta y su comportamiento se adecuan al concepto, cliché divulgado, por ejemplo: porque se oponen contra ese tener que esconderse y se resisten a la presión adaptadora social, que le impone la vida “normal”.

Otra vía, a través de la cual se profundizan los prejuicios es, por ejemplo, el que pasa por los médicos: el prejuicio de que la homosexualidad es una enfermedad se ve confirmado aparentemente por el hecho, que por cierto hay quienes llegan al medico con la esperanza de poder ser “curado” de la homosexualidad. Unicamente un medico que a su vez también es investigador social y conoce las limitaciones, impedimentos y discriminaciones a los que están expuestas las personas que viven homosexualmente, puede llegar a concretar la idea, que la enfermedad propiamente dicha, o, la causa de la enfermedad, pueden ser EL SUFRIMIENTO CAUSADO POR ESAS CONDICIONES.

En definitiva por así mismo también estos prejuicios, que dificultan la “mirada desde arriba”. ¿Por qué es posible en la pedagogía antroposofica abstenerse de una critica de evaluación moral en una medida tal, que también el alumno más endeble y deficiente es un ser espiritual en el fondo plenamente valioso, mientras que esta postura es de tan difícil logro en determinadas desviaciones de la así llamada “norma”, como en el caso de la homosexualidad? ¿Acaso el motivo esta dado en el hecho de que esos jóvenes, aun en formación, a menudo son tan indefensos y que por tal razón simplemente pueden ser conformados en objeto del “amor” y la inclinación, mientras que muchos homosexuales, autoconcientes se hacen cargo de su “desvío” y se oponen a todo “tratamiento curativo”? ¿O será, que las personas que viven y aman dentro de una situación homosexual, hacen, recuerdan a las “demás” personas a una posibilidad reprimida, no vivida plenamente, que esta latente en todos nosotros, que empero ha sido despertada solo por pocos? Otro motivo para ello podría ser, que lamentablemente nos e conoce ninguna manifestación publica acerca de la homosexualidad.

Antes de poder obtener COGNICIONES acerca de la homosexualidad, orientación hacia el mismo sexo, o, amor, y antes de poder impartir esos conocimientos, deberá practicarse una observación libre de PREJUICIOS, basada en autenticas PERCEPCIONES. Afirmaciones tales como: “en mi consultorio este año he visto mas homofilos, por lo tanto, la homofilia ha ido en aumento” no son correctas, ni aportan ayuda alguna. Tampoco las afirmaciones globalizadas en el sentido de que en los círculos homosexuales es mucho mayor la promiscuidad (frecuente cambio de la pareja), tal como se escucha reiteradas veces en relación al SIDA, contribuyen al conocimiento objetivo. (por ejemplo: “el frecuente cambio de pareja de los homosexuales varones”, de: Paolo Bavastro: “SIDA, aspectos con respecto a la homosexualidad”. O, si se habla de los “así llamados baluartes de la homosexualidad, en los cuales, la regla es el frecuente cambio de pareja, con el agrado “por supuesto, que existen también las relaciones duraderas entre homosexuales, pero son por cierto, las excepciones”, de: Michael Debus, en: Imagen natural de la enfermedad del SIDA. ¿De donde sacan estos autores su conocimiento?) Si mi información data por ejemplo, de personas que se han enfermado de SIDA estamos frente al mismo circulo cerrado que el mencionado con anterioridad con respecto a la teoría de la “enfermedad de homosexualidad”: si pregunto a los homosexuales que viven en promiscuidad y los observo, de hecho llego a la afirmación de que los homosexuales que he observado, viven en promiscuidad; ¿esa conclusión cobra empero validez también para los demás, que por ejemplo: viven en pareja sólida, cuyo numero empero desconozco, y los que por lo tanto no he podido consultar?. Manifestaciones acerca de hechos SOCIALES son más problemáticos, que aquellas acerca de los hechos NATURALES, por el motivo de que somos nosotros mismos, los que configuramos la vida social, vale decir, que nosotros mismos somos parte del “campo a investigar”. Y si observamos algo que no hemos configurado nosotros mismos, así y todo, se adiciona, se inserta nuestra FACULTAD EN PRINCIPIO a tal configuración, y puede adulterar la percepción. Es así, que por ejemplo: la HOMOFOBIA , que puede ser observada en muchas personas (el temor frente al mismo sexo y la homosexualidad), puede ser interpretada como participación propia, reprimida.

La “mirada desde arriba” tiene como contenido el reconocimiento de la ley de las reiteradas vidas terrenales (reencarnación). Del mismo modo como en la pedagogía la inclusión de esa dimensión, a modo de POSIBILIDAD, le otorga un sentido profundo al esfuerzo del maestro con respecto al más “débil” de sus alumnos, también en el caso de la contemplación de temas específicos, decisivos para la vida humana, ya la toma en cuenta de la mera POSIBILIDAD de la idea de la reencarnación conduce a asombrosos nuevos interrogantes. En el caso del amor entre el mismo sexo podríamos preguntare entonces: ¿Qué se ha propuesto un ser humano, que hasta dentro del ámbito erotico-sexual busca personas de su mismo sexo? La respuesta a esa pregunta deberá ser buscada por cada una de las personas involucradas. Lo decisivo es aquí únicamente, formular la PREGUNTA , y señalar la dimensión referida. Al lograrse esta, mucho se ha obtenido!

A pesar de que según su cualidad interior, las fuerzas del deseo, vale decir, las fuerzas del cuero del alma al igual como aquellas de la personalidad de ninguna manera se diferencian según el sexo de las personas, de hecho en lo anímico se producen determinadas diferenciaciones según lo masculino y lo femenino. Es así, que la mayor capacidad de comprensión en el caso de problemas y sus soluciones, sobre todo en el ámbito inter-humano, es característico mas bien para la mujer, al igual como el análisis racional y las principales estrategias para las soluciones corresponden en primer lugar al hombre. Con la madurez aparece tanto el deseo, como la profundización del sentimiento y las subsiguientes emociones y el incremento de la pasión, pero, también, la capacidad de critica, así como la de desarrollar una amplia gama de proyectos para el futuro. Todas esas facultades están sujetas en ambos sexos al cuerpo anímico o astral; ya estaba predispuesto antes del nacimiento, ahora empero, se conforma en configuración anímica dominante, que a su vez puede ser dominada, de la cual puede valerse la personalidad, el ser interior. Dado que, “el cuerpo y el alma son portadores del yo, dentro de ellos actúa”. (R. Steiner. Teosofía, G A 9). Como Yo, entendemos esa figura de fuerza, que transmite la vivencia de entrega a algo, de unirse a metas por uno mismo propuestas, a través de actos, concordar, para luego desprenderse de lo logrado para emprender el avance. El yo, crea lo nuevo, sin detenerse en lo logrado empero, busca avanzar, conservando así mismo el pasado; posee responsabilidad y asegura la perduracion en el cambio, otorga identidad y continuidad. El adulto actuar, auto-responsable esta dado recién con la madurez de la vida. Aparece empero ya, con la madurez sexual, sobretodo, dentro de la vivencia propia de los sentimientos.

Quien tiene contacto con los jovemes en edad puber, tiene conocimiento de la diferencia existente entre varonees y niñas y el comportamiento de ambos: las niñas muestran una sorprendente seguridad y madurez, a modo de pequeñas damas, un razonar a menudo es mas diferenciado e inteligente que el de los varones; estos no solo son inseguros y retraídos, sino, también menos diferenciado en sus sentimientos, son en cambio a menudo verdaderos “zafios y palurdos”. Lo que puede notarse es, que el cuerpo astral en las niñas cobra una importancia mayor que en el varón...durante toda la vida...El cuerpo astral de la naturaleza femenina, es de por sí mas diferenciado, y de una articulación esencialmente más rica que el cuerpo astral del hombre, que de cierta manera es menos articulado, menos diferenciado, mas burdo. La niña en cambio se desarrolla de modo tal, que entre los 13 y los 14 años y entre los 20 y los 21 años su yo paulatinamente es absorbido por el cuerpo astral, por lo cual, al entrar a la etapa comprendida entre los 20 y los 21 años en la niña tiene lugar un gran esfuerzo para llegar al Yo. En el caso del varón, el cuerpo astral absorbe al yo en mucho menor medida. A causa del no ser absorbido él yo y por otra parte la no-independencia del yo, el varón a esa edad se conforma con mayor facilidad en un mojigato que la niña... Por cierto; que se busca amigos...pero a su vez se siente el deseo y la necesidad de ocultarse dentro de uno mismo, para vivenciar ideas, percepciones muy especiales...esas cosas están finamente diferenciadas...en el caso de las niñas, el yo es absorbido, mas, o menos por lo astral. Por tal razón, la niña, mas, o menos hacia su interior...Lo natural seria el franco y sincero apostarse frente al mundo, que, al unirse con unos sentimientos algo egoístas, se conforma en el querer mostrarse en el mundo...en una situación extrema puede llevar a la coquetería y la vanidad...el paso se transforma, la postura se transforma, la cabeza es portada mas libremente...(G A 302).

Estas acotaciones podrán guiar las observaciones del modo correcto y comprender con mayor profundidad, las manifestaciones de la edad juvenil. A pesar de que se refiere a un tiempo limitado, allí se refleja de por vida algo de la diferencia de expresión de o anímico del varón y de la mujer, más simple y poco articulado, o rico y más diferenciado, siempre y cuando no es configurado de manera distinta por el yo mismo o por predisposición individual, o personal. Y son justamente esas diferencias que generan aquellas ondas anímicas entre el hombre y la mujer, que preceden a todo encuentro profundo de los seres. Al mismo tiempo, el alma se abre en la misma medida en la cual la corporeidad sé unilateraliza frente a lo humano; todo lo que sucede en la naturaleza y en el mundo, puede estimular al alma, moverlo. Esto sucede empero de diferente manera en cada sexo. “La mujer mira la humanidad de modo tal, que preferentemente se basa en JUICIOS VALORATIVOS...Según su intimo ser, el hombre porta la humanidad de tal modo dentro de sí, que en realidad percibe lo humano como un ENIGMA...Mientras que la mujer por lo tanto vivencia la humanidad mas bien dentro de la IOMAGEN , el hombre la vivencia como DESEO, con carácter de enigma...El amor es algo muy diferente en el hombre y en la mujer. En la mujer, el amor parte de la fantasía y esta vinculado siempre a la formación de una imagen. La mujer jamas ama simple y exclusivamente al hombre real que esta allí parado en la vida...esta contenida la imagen, que procede de ese mundo que es una dádiva del cielo. El hombre en cambio ama con deseo; el amor del hombre porta un expreso carácter de deseo...El máximo ideal, puede contener aun deseos; lo instintivo-sexual, puede ser producto de la fantasía. Entre el amor del hombre y el amor de la mujer existe empero esa radical diferencia. EL AMOR DE LA MUJER ESTA SUMERGIDO EN FANTASIA; EL AMOR DL HOMBRE ESTA SUMERGIDO EN DESEO. De esa manera conforman algo, que en la vida entra en armonía”. (R. Steiner: “El desarrollo saludable del ser del hombre” G A 303).

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 14

CONSECUENCIAS PEDAGÓGICAS. Contenidos didácticos.

Quien desea educar en el campo de la sexualidad, necesita poseer un conocimiento de la misma. Al saber, que el comportamiento juvenil es especialmente receptivo para las influencias por jóvenes de la misma edad, o un poco mayores, nos damos cuenta de la posibilidad de cómo transmitir por dos vías recomendaciones, normas, incentivos, de un tipo tal vez diferente al joven: a través del hogar paterno y/o la escuela y el grupo de jóvenes de la misma edad. La “liberación sexual”, que había prometido superar las posibles trabas del pudor, puede ser tomada así mismo, como una intromisión en el ámbito más profundo de nuestro interior. En la edad, en la cual el joven se repliega dentro de sí mismo, se ruboriza, o palidece, fácilmente puede ser lesionado, o tocado penosamente, en su ámbito interior más íntimo. Como muro protector, suele adoptarse a menudo el lenguaje grupal, muy vulgar; un comportamiento recargado, o falso heroísmo, todo ello, señal de la ausencia de seguridad, así como del aún no logrado equilibrio. El maestro debería conocer aquello, que acontece en el interior del joven, sin querer penetrar por su parte en aquello, que está situado “por debajo de las líneas de la vida”. Lo sexual se impone como deber, como misión, que debe figura el joven. “Donde las presuposiciones interiores de una coordinación plena de sentido”, de lo sexual que ha despertado, no han sido afirmadas aún, generalmente se produce un paro evolutivo...: Los intereses culturales, productivo-configuradores, espirituales e inter-humanos se paralizan y devastan. Como faltan los equilibrios interiores, o salen de servicios, el peso principal de la auto-conciencia se desplaza a las primitivas armas de la lucha sexual “generalmente, a lo exterior de la propia corporeidad...” (Wolfgang Metzger). ¿Qué hacer entonces? “Los jovenes esperan, que los problemas sexuales propiamente dichos y las interrogantes, sean tratados en las clases...Cuando la escuela se limita a las relaciones funcionales, esto producirá la oposición de los alumnos. Los jóvenes, en medida cada vez mayor, aguardan ayudas de orientación y parámetros de valores”. (Janzin: Es una experiencia reiterada del maestro, que en la clase de religión surgen preguntas de biología, y en las clases de biología, preguntas acerca de ética, siendo, que a los jóvenes les interesa escuchar la opinión del ser humano y no la del profesional).

Esos parámetros pueden ser obtenidos tanto por el joven, como también por el maestro, al ocuparse antropológicamente y socio-culturalmente con formas de asociación y de comportamiento de diferentes culturas. Esto es una tarea pedagógica, que parte de la iniciativa de despertar el interés por el mundo, para evitar un recurso anímico y transmitir una rica experiencia universal. Ese camino puede ser indirecto, pero beneficioso en las penurias de la pubertad.

Un ejemplo de ese estudio, que abarca tanto, lo histórico, lo biológico, como también la fijación de valores puede proceder de manera tal, que represente al ser humano morfológicamente (en conexión a la relación a la interdependencia espiritual-animica y la corporeidad, tal como es presentada en la época del estudio del hombre en el 9° y el 10° año). Allí, llama la atención la tri-membracion de cabeza, tronco y extremidades. A estos tres ámbitos le corresponden determinados procesos fisiológicos y también síquicos, que Steiner busca captar ya en su dinámica a través de la eleccion de sus términos. (Enigmas del alma GA 21. Además: Lothar Vogel: El hombre tri-membrado, bases para un estudio general del hombre, W. Schad: “Mamíferos y Hombre. “Morfología dinámica del corazón y la circulación sanguínea). Es así, que el SISTEMA NERVIO-SENSORIO es formado en la región de la cabeza por cerebro, nervios y órganos sensorios. Es el centro de la representación del mundo en las concepciones. El centro nervioso propiamente dicho se encuentra dentro de la cápsula craneana, en el cerebro, los órganos sensorios en cambio, en la periferia corporal y los órganos mas importantes penetran a modo de golfos del mundo exterior hacia el interior del cuerpo. Entre ambos centros, cerebro y órganos sensorios, se encuentra el sistema de las cavernas de aire y el organismo lingüístico, claramente diferenciado en lo morfológico. Laringe y cavidades son algo como el centro, entre el sistema sensorio, orientado hacia el mundo circundante, y el sistema nervioso, que en el interior elabora, por ejemplo: también las impresiones sensorias.

Si observamos la organización polar en el ámbito del hombre inferior, vemos, que también esta membrada en una configuración orientada hacia el mundo, que se manifiesta en las extremidades y una que debe ser vista en el mantenimiento del organismo en lo que a metabolismo y digestión respecta. (R, Steiner califica a ese complejo funcional como SISTENA METABOLICO Y DE LOS MIEMBROS). Aquí, la orientación hacia la actividad en el mundo exterior, allá, la actividad y los procesos del automantenimiento en el interior.

En la actividad de las extremidades esta representado el propio yo. Articulado entre ambos polos, conformando nuevamente un centro, tenemos a la organización sexual; esta edificada claramente de un modo polar, según el sexo. En el caso del organismo femenino, la organización reproductora se encuentra inserta en medida mayor a la cavidad abdominal, lo cual le da su forma, mientras que la organización masculina es configurada correspondientemente por el carácter de las extremidades, concordante con el medio ambiente.

Entre el sistema superior y el inferior, se encuentra el sistema propiamente del medio, de la respiración y la circulación sanguínea, con los centros orgánicos de corazón y de pulmón, señalado por R. Steiner como SISTEMA RITMICO. Aquí no existe una organización mediadora, tal, como es el caso en el sistema superior y el sistema inferior, entre la respiración y el latido del corazón, antes bien, justamente la cooperación de ambos polos, o sea, de corazón y pulmón, el proceso rítmico, conforman, constitutivamente ese lugar medio. (W Schad: Morfología dinámica de corazón y circulación). Esquemáticamente, las funciones y sus bases orgánicas pueden ser presentadas de la siguiente manera:

ORIENTACION HACIA CENTRO ORIENTADOS HACIA

EL MEDIO AMBIENTE EL ORGANISMO

Cabeza sentidos organismo lingüístico nervios/cerebro

Pecho pulmón rítmico corazón

Vientre bajo extremidades sexo Metabolismo

Masculino femenino

Lo que de esta manera se expresa en configuración corporal, no esta relacionado solamente con procesos somáticos y funciones, sino también con anímicos, y sobre todo, espirituales, vale decir, con procesos de la conciencia. Con ello, queda demostrado, de que manera la naturaleza espiritual del hombre se expresa en la física y al mismo tiempo se revela en ella.

Aquí, observaremos únicamente a la “parte media” con mayor detenimiento, y solo en la medida en la cual así se clarifica algo acerca de lo sexual. Dado, que para una observación más exacta pronto se notara que entre las organizaciones del medio, de lengua y de sexo, ciertamente existe una relación, pero, también con la parte media, rítmica. ¿De que consiste empero?. Visto desde los procesos orgánicos consiste en que aquí cobran efecto procesos elementales y vitales de lo creativo, de lo “generador”, de un modo muy especifico, no accesible de modo espontaneo a la conciencia, y con ello, al alcance del manejo humano. Visto desde otro aspecto, vemos, de que manera las bases orgánicas del medio, de modo primario pueden crear formas sociales, al promover a través de sus funciones y lo concerniente a las mismas, una determinada agrupación de las relaciones sociales, vale decir, entre humanas.

•  Siempre se ha sabido, que la lengua posee fuerza creadora; puede saberse así mismo, que le incumbe la cualidad de relacionar a las personas socialmente, siendo el medio de comunicación humana por excelencia. Sobre todo, aquellos que hablan la misma lengua, vivencian a través del habla su espíritu de cuerpo, su comunidad. Esta vivencia indujo a los griegos, a señalar como bárbaros (Krachzer) a los macedonios, que no dominaban su modo culto de expresión. En las diferencias múltiples, existentes entre las tribus y las ciudades, la lengua en definitiva era lo único que unía a los griegos, conformaba ciertamente una estructura elemental, macro-sociologica.

•  Pensando en las ligaduras de familias y tribus a través de los lazos de la sangre, se nos clarifica, de que manera esta constituida la relación del rico mundo de los sentimientos, con los rítmicos procesos del medio. Dado que, toda pertenencia tribal es protegida biológicamente, al lado de la regulación de los valores, tal como aun hoy sucede en grandes familias orientales: la similitud sanguínea, edificada sobre el matrimonio, parentesco, aseguraba una vivencia similar frente a las mismas manifestaciones. Este estado de cosas, que se refleja hasta la sicología, es referido en la inconsciente búsqueda y luego encuentro, dentro del matrimonio entre hermanos, tal como es el caso entre Sigmund y Sieglinde, en la leyenda de Siegfriedo.

•  Lo creativo de la organización sexual se encuentra velado para la conciencia humana, se insinúa empero, en la denominación de los procesos biológicos, cuando sé esta hablando de generación fertilidad, reproducción, maduración, alumbrar. Justamente el impulso que se orienta hacia el sexo opuesto, la pareja, crea ligaduras sociales, que en el hombre, con respecto al reino animal, muestran su peculiaridad. El hombre es pobre de instintos, medido en el comportamiento pleno de sabiduría, guiado por el instinto de los animales: como lo especifica Gehlen, nace como ser no identificado, que recién dentro de un proceso de aprendizaje tiene que adquirir aquello que el animal posee de modo innato.

“ La situación biológica del hombre se diferencia en dos rasgos esenciales del comportamiento sexual de los animales, orientado por el instinto en su puesta en acción, su curso, y en su finalidad de conservación de la especie, mostrando en el caso del hombre una marcada reducción instintiva, acompañada por un exceso de impulso sexual, y la separación del sentimiento del placer sensual de la finalidad reproductora, con lo cual, el placer asume una nueva finalidad dentro del comportamiento sexual. “ (H. Schelsky, Siegfried Keil: Sexualidad, cogniciones y parámetros).

El hombre carece de ritmo anual de los impulsos sexuales (celo); además, a causa de la condición constante del impulso sexual puede generarse un exceso impulsivo de energía sexual, que no puede ser agotado por completo dentro de maneras de comportamiento sexual. Mientras que por un lado el ser humano a causa de la reducción de instinto ha escapado de la presión de la atadura al medio ambiente y la rigidez del instinto, puede y debe ejercer un control sobre sus impulsos, a través de actos conscientes”. Frente a una “PLASTICIDAD” casi universal del comportamiento sexual humano, la vida humana de los impulsos, depende casi por completo de una conducción y reglamentación cultural”, tal, como ha sido elaborada por la antropología filosófica. Al ser supeditados a exigencias de índole social los comportamientos sexuales, la norma social ocupa el lugar de la inseguridad instintiva. “La sobre-estructuración cultural de los impulsos sexuales pertenece por cierto a las regulaciones culturales primarias y exigencias existenciales del hombre, que puede ser considerada como la forma social primaria de todo comportamiento humano”. (Schelsky).

La imposición de normas a lo sexual a través de las diferentes sociedades es de una multiplicidad tal, como las mismas formas sociales y religiosas, constituyendo por lo tanto valores absolutos sino que están supeditadas a la relatividad histórica. No es empero la cognición de la “relatividad” cultural vale decir, la relatividad del comportamiento sexual con respecto a las condiciones históricas de las diferentes culturas, la que disminuye y ablanda hoy la moral sexual, sino el hecho poco reconocido, de que el lugar de los parámetros religiosos-metafísicos estremecidos y alterados en su validez está siendo ocupado por el DOGMATISMO Y ABSOLUTISMO DE LO “NATURAL” EN EL SENTIDO DE LA BIOLOGÍA COMO NORMA SOCIAL. La discrecionalidad del comportamiento sexual y su valoración encuentra su justificación básica en la variabilidad biológica y la plasticidad de las disposiciones naturales, mientras que el hecho de las diferencias culturalmente condicionadas de las reglamentaciones sociales, se emplean únicamente para la fundamentación posterior. Con todo ello, el dogmatismo biológico de nuestra época no está dado en el hecho de que la vinculación de aportes altamente espirituales, artísticos y sociales por un lado y las disposiciones biológicas de impulso instintivo y las necesidades del hombre por el otro, son tomados en cuenta, sino en el hecho, de que la cognición de esa dependencia en todas las formas del accionar de lo biológico-vital, se desvaloriza como antinatural, toda formulación social limitante y disciplinadora, defendiéndose como derecho social, la variabilidad de las disposiciones corporales e impulsos o las manifestaciones patológicas. (Schelsky). De esta manera, se están confrontando los requerimientos del “libre desarrollo sin impedimentos de la facultad amorosa” por un lado y los requerimientos que buscan nuevas normas para el comportamiento sexual. Siendo, que esta última postura parte de la convicción de que en “la ascética, sobre todo en la sexual, el ser humano crea una cultura de impulsos opuestos a la culminación de lo meramente instintivo, cuya existencia es base y fundamento de toda organización social y cultural superior”. (Schelsky).

Puede llamar la atención, que evidentemente la base biológica de la sexualidad cobra influencia sobre lo anímico del hombre, en el sentido de que lo anímico a su vez es llamado a apelar a una instancia superior, el yo, para que formule los fundamentos biológicos. Una especie de yo en lo exterior, un “segundo yo social” (en Freud: el super-yo) formula las normas, que pueden así, suplantar la acción propia. Causa de críticas o discusiones, o hasta es reemplazada por una estructura de índole completamente diferente, recién entonces, el propio yo, auto-responsable es llamado a conducirse a sí mismo, a tomar una determinación, o, en caso contrario sucede una regresión: la base biológica misma, avanza sin forma alguna y llega a la acción.

Mirando el estudio comparativo de los pueblos, llama la atención, que existe una tangible relación entre el ser yo y la formación del pudor. “Cuánto más consciente es el hombre, con tanto mayor celo cuida el misterio de su sexo...La cognición crea para el hombre aquel aislamiento de la conciencia del yo, que lo separa de las fuerzas portantes de la naturaleza, exigiendo auto-responsabilidad. El hombre-yo, conocedor, se aparta del cúmulo del paraíso...Y abandonamos nuestra posición-isla únicamente, cuando nos apareamos con otro, conformando una unidad natural. Entonces, a su ve, desaparece nuestro pudor; La entrega del sexo Alcanza formas, como las hallamos como permanentes en los pueblos primitivos, que viven en constante intercambio con el otro en auténtica colectividad y cuya conciencia puede ser llamada mágica-mítica. “(Frieling).

El ser humano auto-consciente tiene que conducirse empero por sí mismo. Cuando más descendemos, internándonos en la naturaleza, tanto más elevada tendrá que ser nuestra razón; y los realmente grandes resumen mayores y más agudos contrastes que los mediocres... Los genios son siempre personas con fuertes impulsos instintivos... Cuando el ser humano con esos instintos arraiga en la colectividad, escapa al peligro de la degeneración. Los pueblos primitivos, sumidos en la magia, aún no dotado marcadamente por el yo, no perciben una lesión del sentimiento en el hecho de mostrar su cuerpo desnudo.” (Frieling).

Cuando empero comienza la centralización de una cultura en cada individuo, tal, como ha sucedido desde el renacimiento, luego en el barroco, así como con la revolución francesa, en el liberalismo, y en la época presente en etapas de impulso siempre renovadas, se liberan aquellas fuerzas impulsivas, que pueden ser adoptadas por el yo, como puramente naturales: Nosotros opinamos: que el fundamento orgánico del medio ofrece estímulos, que por un lado pueden incentivar al yo en su razón para la configuración creativa, que a su vez empero pueden ser empleados, para incrementar la auto-vivencia, y orientarse hasta en contra de lo comunitario, desde donde provienen. > La fuerza generadora de lo social inherente a la lengua, de la vida temperamental, de la sexualidad, deja de ser algo que solo transpone a la comunidad, sino, es tomado al servicio por alguien, o por un grupo, a partir de un interés egoísta, para lograr, y para ejercer dominio. Ya una fugaz mirada a la lengua y la vivencia con plenitud sanguínea nos lo pueden ilustrar.

•  ¿Qué sucede, cuando aquello, que elementalmente surge de la organización lingüística con respecto a la estructura social se modifica y se tuerce por el hecho de que intereses individuales o grupales se apoderan de la lengua? De esa manera, se generan “ídolos”, como Bacon los llama y se trata de falsificaciones de la verdad, provocadas por ligaduras a un ser: ideologías, o utopías (S. Leber “ autorealización, mayoría de edad, sociabilidad”), concepciones que se forman para y acerca de una comunidad, que empero emanan de “una falsa conciencia”, por el hecho de que puede ser sobre-estructurada por atadura a determinados intereses.

•  ¿Qué se genera, cuando dentro de aquello que surge del SUCESO SANGUÍNEO Y RESPIRATORIO con respecto a formación comunitaria, se introduce determinado egoísmo grupal? Entonces se desarrolla el nacionalismo, o, en su figura acrecentada, el racismo. R. Steiner se expresó al respecto de la siguiente manera: “Es la misma fuerza que yace en la reproducción que se expresa así mismo en el énfasis nacional” (G A 180 verdades de los misterios e impulsos navideños-viejos mitos y su significado),y : “El nacionalismo es producto del crecimiento de cada hombre, que, mancomunado por la sangre con una tribu o está sujeto por otro vínculo a su pueblo... Son dos las fuentes en la naturaleza humana, que subyacen al nacionalismo y al internacionalismo. El nacionalismo es el egoísmo llevado a su máximo desarrollo. (“Futuro Social” G A 328, pág. 200).

•  Aquello, que busca la consciente sexualización con respecto a liberación pura de impulsos instintivos. ¿Se trata realmente de un desarrollo de la facultad humana del amor? ¿Bajo amor se entiende que un ser amado por sus propiedades mismas y no por el hecho de que uno mismo posee cualidades que se sienten satisfechas si se “ama” este, o aquel ser, (Misterios del umbral, G A 147) entonces sí, por supuesto la obtención de placer sexual puede estar tremendamente alejado del amor, pero estrechamente emparentado con el egoísmo; ¿qué sucede entonces dentro del orden social?. Si de hecho las ideologías y el nacionalismo son la consecuencia cuando el egoísmo humano adquiere formas sociales elementales y las transforma, entonces debemos preguntarnos, qué sucederá a través de una extensa sexualización de la cultura, en el caso de que ésta de hecho se tornaría dominante en medida cada vez mayor. Al respecto, hay que tomar en consideración: A la anulación de toda restricción sexual se siguen oponiendo poderosas barreras a través de círculos sociales aún muy efectivos. Dado que de ningún modo un modelo de comprensión se abre paso por sí sólo en una sociedad plural. Así y todo, en la reflexión deberán considerarse las consecuencias, en el caso de que la sexualización de todos los ámbitos existenciales en un determinado estado de conciencia se propagaría con ello, por vez primera la sexualidad crearía una forma social acorde a lo natural, y elemental, que empero no actuaría con valores neutros, siendo aceptado con simpatía, sino que estría abierta a la presencia del egoísmo.

Donde en el animal aparece la conducción a través del instinto, en el hombre impera por un lado el exceso impulsivo y la reducción del instinto por el otro, Y es justamente por esta razón, que se torna necesaria la sobre-estructuración de la sexualidad. Al ver empero “la nueva moral”, como ya lo hemos dicho la “cultivación” del hombre de modo tal, que la “sexualidad sea extraída de su proceso puramente natural, para tornarla apta para la cultura” (Kentler) se produce aquello, que Steiner formulara de la siguiente manera: “El hombre nada sabrá, ni querrá saber de un mundo espiritual. En medida cada vez mayor no sólo predicará que las ideas éticas más elevadas del hombre son tan sólo perfeccionamientos de los impulsos instintivos animales, no sólo afirmará que el hombre acorde a tal convicción vivirá de tal manera. Descenderá hacia los meros impulsos animales y pasiones animales cayendo dentro de una sensualidad sin finalidad”. (G A 108).

Después de que ideologías y nacionalismos se han efectivizados históricamente en nuestra época, tal vez podamos intuir lo que sucede cuando reglas sociales elementales son creadas e implementadas egoístamente a partir de una comprensión humana insuficiente. La investigación del comportamiento, que para sus estudios del comportamiento humano se vale del animal puede darnos una visión de esa forma social que de sus defensores es señalada por ejemplo: como humanitaria; aunque aquí remarcamos de modo limitante únicamente la exactitud del traslado.

“El sicólogo americano profesor Y. B. Calhoun encerró veinte ratas masculinas y veinte femeninas en un predio de mil metros cuadrados a los que convirtió en un verdadero país Jauja. Por lógica, al cabo de 27 meses, los roedores tendrían que haberse multiplicado, llegando a la cantidad de 5000. Tanto el espacio, como la alimentación lo hubiesen permitido. Sin embargo, en el lugar vivían únicamente 150 ratas adultas, una cifra, que tampoco más adelante experimentó un cambio significativo.

¿Cómo podemos explicarnos esto? Tan pronto la densidad poblacional excede un valor límite, decaen los hábitos de otro modo sorprendentemente buenos de estos animales. Los machos comienzan a violar a las hembras. Éstas dejan de construir nidos, sino que llevan a cabo el parto sobre el suelo duro, se desentienden de la cría, que llora lastimeramente. Finalmente losa recién nacidos son devorados por machos vagabundos. La consecuencia es una mortandad infantil del 96%, una mortandad materna del 50% y muerte prematura de muchos machos también por estrés, agotamiento total o duelo con final de muerte. Y todo esto, a pesar de que sobra espacio y alimento para todos!...El investigador de comportamientos vienés, profesor Otto Koenig, quien quiso estudiar los efectos de la opulencia, ha sido testigo de abusos similares. A través de un suministro excesivo de alimentos le ofreció a su colonia de garzas “el cielo en la tierra”. Pero, se convirtió en un infierno. El orden social y la vida familiar de las níveas garzas se alteraron por completo. Mientras que la vida sexual de la sociedad masiva se incrementó, llegando a lo grotesco, el número de la descendencia descendió rápidamente. Los padres-aves que en libre coto de caza viven en austera monogamia, se abocaron plenamente al adulterio, a las relaciones triangulares, la poligamia, la violación y el incesto...Sangrientos y embarrados pisoteaban los huevos en los nidos, y abandonaron a la cría. Los polluelos que lograron sobrevivir ni siquiera aprendieron a abastecerse por sí mismos. “( Vitus Drocher: Control natalicio en los animales)”.

La presión existencial es contenida y soportada por las diferentes especies en el mundo animal por el hecho de que el sabio instinto natural (en el interior), que sigue actuando únicamente en su conducción de comportamientos, pleno de sentido, mientras así lo aseguran los requerimientos del medio circundante. La consecuencia son las manifestaciones de degeneración. La presión “exterior” puede conformarse así mismo en una presión “interior”: cuando ocasionalmente, o regularmente nace mayor cantidad de descendencia de la posible a criar por los padres, se producen “fenómenos de estrés social” que, o impiden la activación sexual de los animales adultos, o destruyen a los descendientes. “En el caso de las lauchas y otros roedores en el caso mencionado, los óvulos fertilizados son abortados de inmediato. En el caso de los conejos silvestres, los embriones aún medio desarrollados en el útero de la hembra son devorados. Además, en ocasión de los síntomas de estrés, sucumben los adultos de mayor edad, o los más débiles. (Droscher) La misma función (como los instintos en el animal) poseen las “normas para los hombres” (Wickler). Pueden, y justificadamente tendrán que desaparecer en el futuro en medida cada vez mayor, cuando el hombre se las impone él mismo, como ser moral y autoresponsable, a partir de convicción y en libertad. Donde en cambio solamente son derribadas, dejando un vacío en ocasión de una carente autodeterminación, o bien, se propaga tan sólo la norma de la ausencia de normas, se genera justamente lo contrario de un orden social humano. Existe, por cierto, la posibilidad, que ciertos instintos e impulsos, procedentes de la vida sexual humana, penetren en la vida social produciendo configuraciones que serían tremendamente espantosas. Sobre todo, promoverían a los seres humanos, mediante aquello, que entraría a su sangre a causa de la vida sexual, a no desarrollar ningún sentimiento humano frente a los demás. Y los científicos dirían al respecto: es una ley natural. ( G A 150).

Con ello, se señala una conexión, de cómo a través de la postura con respecto a la sexualidad por un lado y a causa de infecciones que por el otro lado que se producen a través de la vía sanguínea, como el SIDA, el orden social puede experimentar un profundo cambio en el sentido que se rechace el sentimiento frente al prójimo. (Aporte de W. Schad en este libro). Puede generarse un estado de ausencia de estructura, en el cual impera la animalidad pura, porque la comprensión humana de la cual se parte, no se apodera del hombre, o bine, se apodera de él, solamente en su animalidad. Así, como la ideología y el racismo y el nacionalismo se generan en el momento en el cual el egoísmo humano se apodera de contextos de la humanidad, tal como se presentan en un orden social elemental apenas transpuesto aún por la conciencia, la idea de la secularización contiene los mismos elementos: en lugar de posesionarse de hecho y conscientemente de una determinada estructura social y darle configuración, se apuesta a la posibilidad de que en el caso de un desenfreno de las fuerzas generadoras a través de ciertos mecanismos, necesaria y automáticamente conducen a un orden social humanitario. Sin embargo, los mecanismos adoptados aseguran, que no tiene lugar, como esperado el progreso, sino una regresión, tal como ya ha sucedido con respecto a aquellas ordenes sociales que se basa sobre la lengua y sobre la sangre. Donde el ser humano es conceptuado tan sólo como animal, no faltan tales fenómenos regresivos.

Las exposiciones recién mencionadas han conformado la base de varias clases en el marco del estudio social. Y justamente como contraste puede ser tratado luego la importancia y el significado del afecto humano verdadero, de la confianza, la responsabilidad, el amor, a partir de lo cual pueden surgir luego también las relaciones sexuales. A la temática mencionada, pueden adherirse en las charlas luego todos los demás temas, que emanan de las necesidades de los alumnos. Sin querer imponen una postura en particular, podrá ser debatida la tensión existente entre la temprana maduración biológica y retrasada madurez social (mayoría de edad), así como la responsabilidad frente a la pareja, a partir de preguntas recibidas de parte de los alumnos, siendo, que la charla reflejará así mismo los criterios dispares con respecto a los valores de los alumnos ( y sus hogares).

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 15

PREVENCIÓN DE EMBARAZO. ABORTO

Sin tomar en cuenta, que la literatura mencionada le da tratamiento también a los anticonceptivos, es necesario, que el educador mismo se haya ocupado éticamente de la pregunta. Una mera enumeración de las posibilidades, está dejando de lado los verdaderos valores. La intromisión más profunda conforma la “píldora” (obstaculizador de la ovulación), dado, que maneja la tarea hormonal. Sus efectos, colaterales aún no se conocen en su totalidad, es por ello que los médicos en su casi totalidad rechazan el uso en el caso de las jóvenes. Los “medios mecánicos” mismo, son perceptibles como “medios”, puesto, que molestan, o circunstancialmente dañan la salud (pesario intra uterino). Quedan entonces los así llamados “medios químicos”. Algo muy diferente constituye la regulación según el ciclo natural de Ogino-Knaur. Su empleo por cierto es posible tan sólo dentro del matrimonio. Parece ser la única adecuada éticamente desde el aspecto de la dignidad del ser humano; así expuesto, por W. Hassauer, en : “Vivir con niños”.

Una postura con respecto al aborto, puede surgir únicamente a partir de una embriología correctamente extendida. En consecuencia, únicamente por terminante indicación médica y en todo caso ante la presencia de motivos sociales, muy excepcionales, puede ser tomado en cuenta esa posibilidad, puesto, que ya desde el primer instante la individualidad a encarnarse está participando de la configuración corporal. (Peter Petersen). A partir del lejano pasado cargado de destino se va formando la estructura espiritual-anímica del ser humano, quien con la decisión de la encarnación busca un cuerpo a su medida. En un extenso movimiento de búsqueda, el cuerpo astral recorre el mundo en pos de una “oportunidad adecuada”. Se busca una “pareja paterna adecuada”, que a partir de las fuerzas hereditarias para recibir así, la “mujer oportunidad de concordancia corporal con el mundo astral y etérico buscado. Y esto lo puede brindar únicamente la pareja de padres más indicada. En esa búsqueda actuar entidades, que guardan similitud con aquello, que solemos llamar espíritu de los pueblos. ( “Teosofía del Rosacruz” (G A 99). A causa de la captación meramente externa de los fenómenos, están velados para el hombre las capas profundas de los acontecimientos, lo cual le otorga una aparente libertad de acción. La libertad existe empero únicamente recién, cuando se involucra también la dimensión profunda de poderes existenciales configuradores del destino, en la cuestión del aborto, y no se toma en cuenta únicamente lo técnicamente posible. Esto nos protege de decisiones de corto alcance.

Por la rotura de la estructura normativa social, todo ser humano en medida cada vez mayor, tendrá que colocar su propio yo en reemplazo de la misma. Para el joven esto es difícil, por el hecho de que debe ser llevado a cabo en un momento, en el cual aún difieren la madurez corporal y la madurez personal. Es por ello, que se torna necesaria la charla. Necesaria se torna una educación sexual del dialogo, que consiste en el interrogatorio mancomunado con respecto a la sexualidad por parte del educador y del educando y que debe conducir a la responsable auto-determinación. En ese interrogatorio está contenido la liberación de la sexualidad, de una manera tal, que se le pregunte con respecto a su necesaria sujetación: ¿Liberación no sólo de qué, sino también para qué. Para quién, o para qué? (Bottcher).

Nadie queda redimido de ir en busca de su camino y encontrarlo, y esto hasta en relación con un ser por el amado, que a su vez lo ama. En este sentido, I. Illies señala, que el sentimiento del pudor posee una función protectora, similar al sistema inmunológico y que ese sistema no se depone frente a una persona amada, sino que sólo se amplifica, de modo tal, que rodea a ambas personas de la pareja, cubriéndolas con su amparo frente al mundo exterior. La pareja no sólo se une físico-biológicamente, sino anímicamente en un destino compartido. “Con ello, se está señalando una dimensión de profundidad de la sexualidad, que está relacionada con la encarnación del ser humano y su destino”. (G A 99).

Al lado de la misión educativa, la escuela puede suministrar un aporte decisivo para la configuración del “sistema valórico”, clarificando a los jóvenes la posición especial del hombre en los reinos naturales, en el mundo y en la vida social, de modo abarcativo de las materias. “En el mundo, no se puede crecer hacia atrás, sino únicamente hacia adelante... La vida erótica está dispuesta de modo tal, que debemos insertarla correctamente en la vida. Tal, como aparece en el ser humano y en su determinada edad, así se desarrolla también dentro de un cierto contexto cultural... Cuando las demás cosas se desarrollan de modo saludable, se desarrolla así mismo una saludable erótica. Lo programado es lo que causa el mayor daño... “(R. Steiner: La misión cognitiva de la juventud)”. La educación sexual es por lo tanto, una parte de la educación global, nunca, una materia aislada.

02-04-02.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 16

ERÓTICA Y PUDOR/VERGÜENZA

Conjuntamente con la inseguridad en el comportamiento juvenil que se produce en conexión a la madurez sexual, sobre todo, frente al sexo opuesto, existe un fenómeno de mayor profundidad: el del pudor, y la erótica.

 Al observar con mayor detención lo atractivo, aquello, que actúa entre los sexos, entonces de la sexualidad pura puede ser desprendida una capa, que puede ser señalada como erótica (empleando al concepto de otra manera que anteriormente). Lo propiamente sensual puede ciertamente quedar retenido y puede permanecer dentro de la mera percepción, la “contemplación de lo bello". Entonces estamos frente al ámbito de lo erótico. La sexualidad está sujeta a la excitación del deleite sensual pura, de especie sexual directa, es física-corporal, y a través de la excitación sensual del cuerpo se apodera así mismo del alma. Algo diferente acontece con la erótica contra sujeta a la “bella apariencia”.

Por encima de ello, estará situado, como grada adicional, el sentimiento de entrega al otro, excento del deseo sensual, excento de exigencias ni pedidos o deseos, en cambio vertiendo amor, como gesto interior, que puede ser calificado como amor verdadero. Entre el amor puramente anímico, tal como lo entendía Platón, y la sexualidad, se ubica la erótica con su “carácter básicamente estético”. “El sentido estético posee una estructura vivencial, cuando, sin apetencia carnal real o de posesión se basa sobre la unificación de las almas, frente a un objeto CONTEMPLATIVO, ya sea real, o imaginado. En todo gozo estético, tiene lugar una especie de UNIÓN MÍSTICA entre lo anímico-subjetivo y la vida del objeto, siendo, que si el objeto mismo no puede ser considerado como posible de animar, yo pueda infundirle algo “anímico en sí” a través de mi compenetración dentro de su figura visible a la contemplación. Esa clase de unión puede ser llevada a cabo únicamente en lo referido a aquello que puede ser contemplado y lo gráfico”. (E. Spranger: Sicología de la edad juvenil”).

La erótica puede desarrollarse y acontecer de alma a alma, siendo, que la apariencia exterior física, vale decir, algo sensorio, puede promover el sentimiento de entrega. “La fascinación frente a la belleza, la gracia o fuerza del cuerpo ajeno, es la raíz de la erótica. No es tan sólo el cuerpo, acaso el color vivo o el trazo de las líneas, sino que es el CUERPO VISTO COMO EXPRESIÓN DE UN ALMA. La forma del alma es, que al traslucir, embellece al cuerpo”. (Eduard Spranger).

Como fenómeno arquetípico, por lo tanto, la belleza del cuerpo compenetrado por el alma, puede promover sentimientos eróticos, del impulso hacia el otro. “Para ese modo del mirar y del vivenciar, la juventud posee un órgano especialmente fino, por el hecho de hallarse aún muy próxima a aquellas fuentes. En definitiva, toma esa fuerza para ver de esa manera, de su propio ser. Es por ello, que penetrando con su sentimiento, idealiza también aquello, que tal vez no lo merezca según el objetivo estado de las cosas. Tal vez, para ello es menester el fundirse con la otra vida y parece ser, que el ideal puede ser generado recién a través de ese abrazo nupcial. Por lo tanto, también el proceso procreador anímico-espiritual se basa sobre el principio de la dualidad... Nos introducimos dentro del misterio universal de mayor profundidad, al descubrir esa creación, ese crecer de una imagen ideal concreta y plástica a partir de la fecundación de la fantasía a través del amalgamarse puramente contemplativo de dos almas... En el alma del joven, en un principio se encuentran tajantemente separados la erótica y la sexualidad frente a su conciencia”. (Eduard Spranger).

Tenemos que diferenciar por lo tanto, entre la admiración (respeto-veneración), la entrega, del amor que fluye libremente, por un lado y la sexualidad pura. La erótica es la que guarda el equilibrio entre ambos: entrega hacia una persona avanzada, que se edifica sobre la percepción de su personalidad y que se manifiesta como amor hacia la belleza plena de vida, la belleza plena de alma. Esto puede evolucionar de modo tal, que se conforme en amor hacia la belleza pura del alma, tal, como la enseñara Platón. “El eros hacia la belleza corporal es un estar capturado por la imagen de rebosante juventud... En un comienzo, la compenetración del sentir al ritmo, la forma, la íntegra animación de la figura; luego, algo de gratitud y la admiración hacia el crear de la naturaleza, que ha producido ese milagro... Vale decir, que a esa altura se trata ya de una intuida espiritualidad de la naturaleza que se ama. Para el enamorado, lo bello adquiere un carácter de revelación. Se adiciona un tono religioso. (Eduard Spranger). El sentimiento de la exaltación, parte de la erótica, y es así, que no puede asombrarnos, que sobre ese plano más bien anímico, donde no se apela al impulso del propio yo, ese sentimiento puede orientarse hacia todo lo dotado con alma: la naturaleza, pero también al alma humana unida por parentesco. Este hecho es germinado ya en la pubertad: comenzando en la pre-pubertad, tenemos amistades entre varones, o entre niñas, vale decir, amistades entre el mismo sexo, que luego, después de la pubertad, ocasionalmente empero pronto experimenta un cambio mediante una inclinación exaltada hacia determinados individuos del sexo opuesto. Pero, la erótica, o la autoerótica. Esto generalmente empero pronto experimenta un cambio mediante una inclinación exaltada hacia determinados individuos del sexo opuesto. Pero, la erótica como rasgo especial de las incipientes facultades del alma, no está sujeta a diferencias del sexo, ella misma tampoco orienta deseos de contacto. Se contempla, y se admira de lejos. Es así, que el sentimiento erótico tiene la posibilidad de elevarse hacia el amor ideal. Esto equivale empero a su vez, que luego en el amor se puede elevar hacia el ideal, hacia el espíritu. Así, Platón describe el amor. (En alemán, el concepto amor se extiende desde aquello que en Platón se llama ágape, a través de erótica, hasta sexualidad. En el original sentido cristiano, amor es: servicio, es perdonar y es dar, es a su vez, el accionar del amor hacia Dios. “Los padres de la iglesia no han trazado barrera alguna entre “amor” y “amor”; porque ni siquiera se les ha ocurrido, que se pudiese borrar la diferencia entre ambos. Hasta en ocasión de emplear imágenes altamente eróticas, lo hacen con total despreocupación, por no imaginar siquiera de que alguien pudiese quedar prendido en la imagen sensoria. La narración más grandiosa del amor terrenal-sensorio nos ha dado Zeno de Verona: “Cada cual tiene que conocer la peculiaridad del auténtico amor... Puesto, que existe otro amor, verdaderamente opuesto a nuestra bienaventuranza, al cual con razón se da una figura humana, por el hecho, de considerarla perecedero y frágil. Se lo pinta con figura muchacho, por el hecho de que su lasciva obscuridad no animosa siquiera con el paso de los años y la ancianidad. Está desnuda, porque su voluntad es la des-vergüenza... Ese amor ha encendido con su antorcha prendida al pecho de Eva y con sus disparos ha dado muerte a Adán... Promete, canjea, otorga, quita...Adolf von harnack: “La misión y expansión del cristianismo en los tres primeros siglos”.

Por otra parte empero, la erótica puede orientarse también hacia la sexualidad, vale decir, tanto hacia el impulso, como el instinto sensual. El despertar sexual a veces acontece repentinamente para la conciencia propia. “Sería pensable, que ESTA vía nuova, más aún, como aparece ligada a fuertes sentimientos de placer, podría ser experimentada como fuente de dicha pura; podría suponerse, que desde allí irradiara una luz benéfica y hasta transfiguradora sobre la vida toda. Pero no es el caso. Sino, que el primer sentimiento con el cual se perfora la envoltura que conduce a ese “misterio”, es PAVOR Y ESPANTO... Simplemente, la mirada a lo natural-metafísico mismo que aquí se lleva a cabo, posee un tinte tan sombrío... Por doquier existen personajes de una profundidad de vivencia tan exigua, que sienten únicamente el placer sensual, sin prestar atención al pálpito de su alma”. (Harnack). Extraído de un diario: “Por fin obtuve lo tantas veces deseado. Muchas veces había imaginado y había deseado dormir con una mujer, pero cuando vi lo que de ese modo se me ofrecía, de pronto tomé conciencia, de que el coito por sí mismo no es lindo, ni bueno, hace falta algo más, tal vez podamos llamarlo amor”. (Fischer).

Este tema, llevado al límite de la experiencia, de otro modo podrá ser expuesto de la siguiente manera: El deleite así experimentado es un tema secundario y no sentido y meta de la unión sexual de los seres vivientes. La “voluptuosidad” vivenciada (en los seres humanos el así llamado “orgasmo”), posee misteriosa familiaridad con el morirse. Dado, que una dualidad y un estar-separado va a morir dentro de una unidad... Si aquí quisiéramos hablar de placer y deleite, al mismo tiempo tendríamos que nombrar “profundïsima pena” y “dolor de aniquilamiento”, que por cierto, prontamente conducen a una resurrección. Los reales poetas y místicos han percibido en todas las épocas al Eros no como placer o como dicha, sino como un misterioso “muere y renace”. Si los hombres de la actualidad vivenciasen al “orgasmo” no meramente y superficialmente como voluptuosidad sensual, sino como la proximidad de una deidad, no podrían calificarlo y buscarlo simplemente como “felicidad”. (Hartmann).

La mera sexualidad no transmite la vivencia de un renacimiento, sino, más bien, lo opuesto. Conforma a la vez, algo tentador, y algo terrible. Cuando a lo sexual le quitamos el velo de lo misterioso, el encanto anímico, la erótica, “estamos frente a algo que es tan común, como el comer, o el beber u otras satisfacciones corporales elementales... Mientras que lo erótico señala hacia arriba, hacia el lado luminoso propio de Apolo, lo sexual parece conducirnos hacia el oscuro lado nocturno de Dionisio. Recién, donde AMBOS se unifican irrestrictamente, se produce el cambio. El mero despertar hacia lo sexual en el ser humano juvenil, aún desprendido de la erótica, es un abrirse paso a oscuros misterios... El pudor más profundo despierta a la par de la nueva orientación de las vivencias”. (Spranger)

A partir de esa vivencia, nada fácil de dominar, de la propia sexualidad, y del misterio con ella relacionado, se genera la clandestinidad, lo que al mismo tiempo equivale a: el pudor. Es el pudor que promueve, que las relaciones sexuales prematuras son “relativamente pocas veces un efecto inmediato del impulso sexual”, por el contrario, el pudor ofrece al joven alma la protección suficiente, siempre y cuando no han sido otros factores los que han actuado a modo incentivo. (Spranger). Estos pueden ser: normas grupales, ambición de ponerse a prueba uno mismo, estímulo recibido por mayores, sobre todo, en el caso de varones, en el caso de las niñas, indicaciones por parte de amigas “que conocen la vida”, atildamiento, vanidad, etc. El impulso sexual sin erótica en la temprana juventud es en la mayoría de los casos aún es “excento de alma en la elección de su objeto”. Así, aparecen capas profundas, que desvían de lo inculcado. “En el alma humana yacen, debajo de las capas superiores y puras, fuertes capas de impureza”. (Spranger)

Esta sub diferenciación hecha por Spranger, que sin duda posee algo convincente, no ha quedado sin réplica. Ha sido interpretada como la polaridad anímica general, que se manifiesta en la separación de eros y sexo como caso especial. Esa polaridad, por nosotros captada como la pareja conceptual de simpatía y antipatía, es tomada como intensidad (vehemencia) y extensidad (profundidad). Lo sexual, con relativamente poca regularidad va en busca de metas localizables de impulsos del instinto, siendo por lo tanto, aislado y aislante, abrupto y expuesto, envolvente en todos los sentidos y de una acción moderadora. (Se sostiene, que la separación es promovida por el yo, no existiendo como efecto natural) W. Fischer.

A pesar de estas diferenciaciones justificadas, la fuerza anímica del deseo en la erótica, se orienta con fuerza mayor a la manifestación sensoria, apunta, por lo tanto, a la percepción (cuerpo anímico); mientras que en la sexualidad se orienta en mayor medida a los impulsos sensuales arraigados en el cuerpo (cuerpo de vida). Por tal razón, en el caso de la erótica, el alma es llevado a algo así como estar suspendido, flotante; en el caso del sexo, en cambio, es arrebatado en dirección al remolino, a la atracción de la avidez sensual.

El hecho de que estas regiones más bajas poseen una tracción excepcional y que a su vez son sentidos y experimentados intensivamente, puede atribular al joven del mismo modo que al adulto. Esa atribulación parte de un sentimiento del pudor. ¿Cómo podemos entender ese pudor? En su otra “Wanderjahre (I/9) años de recorrida: “Me he convencido, de que nuestras convicciones, que por cierto son lo que más amamos, las tenemos que guardar, con profunda seriedad, cada uno dentro de sí mismo. Cada uno sabe solo por sí mismo, lo que sabe. Y a eso lo tiene que mantener en secreto... “Esa cualidad del mantenimiento en secreto adquiere una nueva dimensión en la época de la maduración. Si al pudor lo pudiésemos señalar como “reacción inculcada de aversión” que se produce mediante la lesión de la esfera de la intimidad, debería ser posible a través de la educación, reparar lo inculcado que produjo esa lesión. Ese replegarse interior, ese ocultarse y consecuentemente con ello, la inseguridad, parten del sentimiento de pudor, profundamente arraigado. Proviene de la naturaleza humana y no de la educación. La sensación de la “desnudez” que conduce a querer ocultarse, tal como se lo narra en la Génesis , no es adquirido a través de la educación, sino está relacionado con la propia toma de conciencia, con una profundización de la toma de conciencia del bien y del mal, que aparece con la época de maduración; se trata de otro aspecto de la facultad del formar un juicio. En la época de la pubertad se torna, perceptible, el sentimiento del pudor, que se apodera de todo su ser. El sentimiento del pudor es aquel que recorre toda la naturaleza humana; el sentimiento del pudor, que consiste en que el hombre sienta: que tiene que integrar a su existencia algo, que no revela al mundo; tiene que portar secretos dentro de sí... Y esto se produce hasta dentro de la fase más inconsciente de la vida anímica-espiritual”. (Steiner- G A 302): es así, que podemos observar, una y otra vez, que niños que hasta ese entonces se mostraban desnudos, se cubren, se encierran en su habitación, se apartan, etc.

Podría alegarse, que en contra del pudor “Innato”, por lo menos con respecto a un aspecto del pudor, el sexual, son justamente los pueblos naturales han dado una prueba opuesta. Esto es empero en todo caso un indicio con respecto a que la intensidad toma de conciencia propia es menos pronunciada y que el ser individual en toda maduración se sabe amparado en la comunidad, mientras que la experiencia del propio ser para el joven en los estados industrializados se produce de modo mucho más conflictivo en lo que a la separación entre el sentimiento subjetivo propio y la objetividad del mundo circundante, se refiera, pero así mismo aquella referida a su propio cuerpo.

El pudor tiene su origen en la manera, en la cual fuerzas corporales-anímicas y espirituales dentro de cada persona entran en relación mutua. Esto empero se revela únicamente al consciente y austero auto-conocimiento, y no a la mera reflexión académica. “Al penetrar el ser humano dentro de sí mismo para observar esta o aquella de sus cualidades, estará en condiciones de mejorarlas o, tal vez en la actual situación de su vida no lo estará. En el último de los casos, su alma estará invadida por una sensación que debemos calificar de vergüenza. Así actúa de hecho la sana naturaleza del ser humano: a través del auto-conocimiento experimenta diversas formas de vergüenza. (R.steiner, “La ciencia oculta”, GA 13).

El pudor/vergüenza está por lo tanto relacionado con el hecho, de que en el hombre existe una fuente de lo conciente, pero imperfecto, insuficiente, vale decir, su alma, que está juntando experiencias, frente a un ente sabiamente ordenado y perfecto, al que no está adecuado: la corporeidad, y la organización de vida. Al darse cuenta de ello, comienza a emerger el sentimiento de vergüenza y con los procesos de maduración y formación de las fuerzas del criterio propio, como pudor en el ámbito sexual. (W:Schad: “La vergüenza”). Esa vergüenza se genera, cuando las fuerzas incompletas, no perfectas del alma, se confrontan con las maduras funciones corporales, cuando lo interior, el alma, descubre lo exterior, mas objetivo, el cuerpo, vivenciado dentro de esa percepción la propia debilidad e insuficiencia. Ese sentimiento, de aparición natural, puede ser desfigurado en doble sentido, por la cultura y por la educación: en dirección a la desvergüenza. Y por ello, hemos arribado a la misión educativa en la edad juvenil.

Sexualidad y Misión Educativa - Parte 17

PREGUNTAS QUE FORMULAN LOS JÓVENES – Desarrollo embrional

Al lado de todos los aspectos que ya hemos tratado, en la edad juvenil permanece latente la necesidad, por una parte, de obtener un conocimiento exacto acerca de la construcción y el modo de funcionar de los órganos sexuales del sexo propio y del sexo opuesto, acerca del acto sexual y el acontecimiento reproductivo, y por la otra, con respecto a las preguntas de relaciones sexuales prematrimoniales, prevención de embarazo y aborto, para poder así, formularse un criterio propio. Lo escuchado en clase, quiere ahora ser llevado al conocimiento para la evaluación y valorazión propia. Se trata de un interrogante que se presenta a través de correr de las generaciones, que se repite, sin necesitar siquiera de la inducción externa (Por ejemplo por revistas). Aquí, se sostiene el punto de vista de que la sexualidad es algo que pertenece a la espera del pudor y que debería imperar la intimidad en ocasión de las charlas, aún sabiendo, que en oportunidad de las conversaciones entre jóvenes de la misma edad no parecería estar presente la intimidad. Es indudable, que los jóvenes mismos, sienten a la sexualidad como misión, como compromiso: “determinar y gobernar la excitación sexual en su valor de manera tal, que armoniza con nuestras propias medidas”. (Fischer). Para ello, el joven necesita de la asistencia pedagógica. “Al fracasar los educadores, al acusar en lugar de prestar ayuda; cuando su sabiduría pedagógica sexual consiste únicamente en la prédica de indicaciones acéticas, en superficialidades patéticas y el ocultamiento de las relaciones objetivas y éticas y de los problemas, puede suceder que los jóvenes decepcionados busquen sus parámetros en la calle y junto a los recovecos, para imitar luego a sus modelos subversivos...convirtiéndose en juguete de su proceso de fuerzas y energías orgánicas, destituido de su voluntad configuradora...Es así, que la educación tiene que tomar en cuenta el modo de consulta en el cual los educando ven lo sexual. (Fischer). ¿Está en condiciones para tal finalidad de educación institucionalizada, vale decir, la escuela? ¿O, acaso esa asistencia reclamada y también necesaria no se basa sobre una elección y una relación completamente personal?

Vemos un círculo temario, que queda a cargo de la escuela: el suceso de la reproducción. Posee a su vez un aspecto puramente biológico, que a causa de su fundamento organológico, a menudo es tomado como excluyente. Deberá ser tratado en las clases de biología. En la escuela Waldorf, esto es materia del 11 año, en relación con el sistema celular, siendo que ya en el 10° año son tratadas las funciones orgánicas en su relación con lo anímico y lo espiritual. A partir del asunto, afecta de modo inmediato al sentimiento, así como también las leyes de la herencia. Es así, que en el ciclo superior se genera una imagen del desarrollo en su conjunto, desde la concepción, hasta la maduración, el alumbramiento. Adicionalmente, pueden ser entendibles, y de profundo efecto también en la temprana edad juvenil, las exposiciones referidas al desarrollo embrional, llevadas a cabo por conocedores de la materia. (W: Schad: “El enigma del yo”). Es justamente la embriología, con su impresionante lenguaje evolutivo de la configuración orgánica, que permite intuir algo de la sabiduría allí imperante, que de modo inmediato actúa en lo moral del ser humano, vale decir, que así mismo educa. Pertenece así mismo a los conocimientos necesarios, el saber de cómo cobra influencia sobre el desarrollo embrional y con ello, al niño en la evolución, el mundo circundante, ya sea a través de las materias, ya sea a través del alma de la madre. El efecto del CONTERGAN, sobre la disposición de los brazos y de las piernas se ha conocido con posterioridad a través de una “catástrofe” en numerosos cuerpos formados con imperfecciones. Menos sabido es, que el pulso cardiaco del niño nonato se acelera marcadamente, cuando la futura madre fuma aún un solo cigarrillo. Un efecto similar cobran las drogas tales como el alcohol, las píldoras que tienen influencia sobre la síquis, las drogas en general, que pueden ser responsables también por malformaciones y daños orgánicos permanentes. La Paternidad , esto queda clarificado de este modo, no sólo exige un determinado modo de pensar del padre y de la madre sino, que requiere el gesto básico de aquello que el amor involucra siempre: pensar desde el otro. En este caso, el amor hasta es más amplio aún: se refiere al ser no nacido, esperando, con la pregunta acerca de qué lo beneficia y le hace bien. El propio yo tiene que practicar un renunciamiento, para ceder la palabra a ese ser, aún invisible que se anuncia en la encarnación. Por el hecho, de que ese otro yo, aún no está presente ¿Estará hablando “sin palabras” pero así y todo, de un modo real? O sea, en la mancomunión de dos “yo-presentes” en su relación de amor. “Varón y mujer sólo tienen que darle la envoltura al niño. No por ello, el amor materno y paterno pierden su grandeza. La individualidad de un ser humano está en existencia mucho antes del acto generador de los padres. Una especie de amor inconsciente conduce al niño hacia estos padres determinados. Como respuesta, ambos generadores entregan al niño su amor paterno. (R. Steiner: Hombre-Mujer y Niño a la luz de la ciencia oculta” en El conocimiento del alma y del espíritu G A 56 pág. 160).

Se sobre entiende, que la enseñanza restante tiene que contribuír de múltiple manera a la comprensión y al despertar de las fuerzas que nos unen al prójimo, y las fuerzas del amor: desde la literatura, a través de las clases de estética así como el estudio social.