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Wolfgang Leonhard
¿CÓMO PODEMOS CAPTAR Y ENTENDER EL ENIGMA  VITAL DEL TEMPERAMENTO?


 El temperamento como oscilante sistema mercurial.
En los dos trabajos anteriores, el temperamento ha sido expuesto con respecto a la respiración y la terapia, asi  como bajo el aspecto de los elementos y las fuerzas etéricas. Finalmente quedaron en evidencia tres escalas de la transformación y la cura de los temperamentos revelándose que el corazón tiene relación con los cuatro temperamentos, y que únicamente a partir  de su activación, el temperamento puede ser transformado. Esto cobra validez sobre todo para la auto-educación, pero también en el caso de la pedagogía cuando intentamos vigorizar lo que atañe al futuro, lo micro cósmico y lo macro cósmico a un nuevo equilibrio, aun cuando en un principio acontece sin la conciencia del niño, del paciente.

Hoy queremos llegar a un redondeo, siendo que edificaremos sobre los trabajos anteriores. Se recomienda por lo tanto estudiar exhaustivamente los mismos. En primer término empero, quiero agregar algo con respecto al método de captación del temperamento, lo cual en realidad pertenece a la primera parte. La mirada tipificadora, estrecha la mirada referida a lo exclusivamente individual!. La mirada debería ser de manera tal que pueda captar la multiplicidad de la individualidad. ¿Cómo se torna posible, en el caso de cuatro tipos básicos? Nos podemos preguntar: ¿Qué temperamento tiene esta persona? SINO: ¿Cómo se expresa? ¿Qué temperamento tiene esta, o aquella cualidad, este o aquel estado anímico, esta o aquella conducta? Entonces, no estamos tipificando la persona, lo cual solamente encajonaría. Pero tratamos de entender con profundidad mayor manera de reacción, al no decir simplemente: reacciona de tal o cual manera, simplemente se trata de su manera de expresión. Asi jamás podríamos captar nada de los misterios más profundos de la vida, perderíamos en medida cada vez mayor, la vivida relación con las condiciones fundamentales de la vida y del desarrollo físico. Del mismo modo, como la naturaleza puede expresarse de modos diversos según las estaciones anuales de primavera, verano, otoño o invierno, cada comportamiento, cada acción, cada proceso anímico espiritual, puede ser contemplado desde cuatro ángulos y evaluado respectivamente. Para ello nos presta ayuda el cuadro de captación del temperamento emitido en el primer trabajo, con el cual podemos trabajar de hecho en las escuelas. También puede tratarse de otro método. Lo importante es avanzar a la definición, de modo tal que el temperamento se convierte en algo asi como un instrumento de múltiple sonido, siendo que entonces puede resultar que está afinado a un sonido fundamental, o que posee un clima anímico-base que empero puede ser abierto y complementado.

  1. EFECTOS MERCURIALES DEL CALOR EN EL TEMPERAMENTO
    Hemos hablado de la calidez del corazón que puede ser activado para incentivar un cambio del temperamento. Por entonces hemos llegado a lo mas intimo de nuestro ser, después de haber tomado el camino a través de las  cualidades, la respiración, los elementos y el éter. Como seres humanos dotados de un yo, vivimos dentro de nuestro calor, desde donde intervenimos activamente en el organismo, cobrando acción asimismo en el alma, en la conciencia. Todo el pensar , sentir, querer y actuar dentro de nosotros, en definitiva se encuentra acompañado siempre por corrientes cálidas, efectos de la calidez. En el caso del temperamento por un lado se trata de un estado anímico en lo profundo del alma, y por el otro lado por una tendencia inconsciente, o semi-consciente, orientación volitiva en diversa expresión. Visto de esta manera, se trata de IMPULSOS CALORICOS. Al intentar insertarnos en esa dinámica-calórica de los temperamentos, pueden generarse las siguientes preguntas: ¿hacia dónde se orienta el impulso del COLÉRICO, inmerso en su calor, y dónde permanece fijado?
    Rudolf Steiner comenta su relación con el sistema metabólico-sanguíneo, vale decir con la sangre, siendo que la misma pertenece al sistema metabólico. Al trasladarnos a su dinámica calórica podemos decir: trata de alejarse de la calidez sanguínea, yendo en busca del calor de la acción. En la sangre se halla atascado, y corre el riesgo de fogosidad, la vehemencia. Bajo ese aspecto la búsqueda de la acción es una desviación, un efecto calórico mercurial.
    El MELANCÓLICO, queda atascado en los miembros, en la calidez de los miembro y va en busca de la cabeza la calidez de la cabeza y también podemos decir la calidez del pensamiento también en este caso el calor transmite alivio.
    El SANGUÍNICO, se halla en el calor de la cabeza y el cerebro, en lo referido a los nervios, de las concepciones sujetas al constante cambio y fracciones de ideas que lo convertirían en un manojo de nervios, a no ser que el calor lo desviara hacia afuera, hacia la calidez sensorial que le proporciona la orientación hacia el mundo aun cuando el elemento-cabeza, una y otra vez lo aleja: el FLEGMATICO se encuentra atascado en los sentidos en la calidez de los sentidos y trata  de descender y entrar al calor metabólico de la sangre , eso lo tranquiliza ciertamente de otro modo de sus sentidos se dispersarían. Con el calor nos situamos entre lo etérico y lo físico, contiene ambas partes, aporta la mediación hacia lo etérico, el lado futuro de los temperamentos, pero también hacia abajo, hacia lo referido al aire, el sistema nervioso y el riñón. En el FLEGMÁTICO, hacia lo acuoso, el sistema sensorial y el hígado. En el MELANCÓLICO el calor ejerce su mediación hacia abajo, hacia lo referido a la tierra, los miembros, el pulmón. Y en el caso del COLÉRICO el calor se torna fogoso, se apodera de la sangre y del corazón. En el ámbito físico el corazón y el pulmón pertenecen al temperamento colérico y melancólico. En el ámbito etérico en cambio, la sangre y el corazón portan todos los temperamentos. Al hablar por lo tanto de la calidez del corazón y su fuerza de transformación nos estamos refiriendo al CORAZÓN ETÉRICO y al CALOR ETÉRICO.
  2. EL ACCIONAR DE LO ETÉRICO EN EL TEMPERAMENTO DE LA VEJEZ Y EN ORGANISMO
    ¿Cómo es que hemos tenido que coordinar el éter calórico al temperamento infantil sanguínico, a pesar de que en la infancia en lo orgánico físico inequívocamente dominan los efectos – SAL?
    Estos se producen por el accionar de las fuerzas QUIMICAS-ETÉRICAS que llegan hasta la formación de la solida estructura ósea (Ciencia Espiritual y Medicina, G A 312, conferencia 18, página 344). Durante la edad juvenil hasta la edad media, nos hallamos en mayor medida frente al ACCIONAR LUMINICO Y MERCURIAL, y en la vejez frente  a EFECTOS CALORICOS Y PROCESOS-SULFURICOS.
    Aquí podemos prestar atención a la actividad etérica, orientada hacia dos lados, cuya esencia calórica en la niñez conforma el fundamento del alma, siendo que su fuerza química hacia el interior del cuerpo para desarrollar la estructura terrenal. El cuerpo etérico como cuerpo temporal no solamente se modifica en el tiempo sino también su accionar orientado hacia el alma y hacia lo espacial del cuerpo, se encuentra en el cambio en el curso de la vida. Mientras que en los primero tiempo la vida actúa de manera “quimizadora”, solidificante o con aporte-sal sobre el organismo infantil luego en medida cada vez mayor, tanto en lo profundo del alma como también en los procesos físicos cobran un primer plano efectos a modo de luz que actúan hacia ambos lados por el hecho que los efectos sal disminuyen y los procesos mercuriales preponderan, queriendo establecer un equilibrio entre arriba y abajo, abajo y arriba, adentro y afuera, afuera y adentro. Al avanzar en edad mayor empero, la vida se encarga de que los efectos calóricos en lo físico – vale decir, procesos sulfúricos – cobren una importancia cada vez mayor,  mientras que en lo que al alma respecta, con anterioridad a la mitad de la vida, cobran notoriedad el éter químico, en la edad avanzada se hace notar la vida misma, el éter de la vida a diferencia de la infancia, en la edad avanzada, en los procesos orgánicos solo actúa un resto del éter químico y cobre todo del éter de la vida. En la persona vieja, el proceso-Sal se muestra tan solo aun en la figura, que se ha tornado mas y quebradiza, interiormente, se encuentran procesos sulfúricos, procesos de combustión y de disolución, que se llevan a cabo preponderantemente. Terapéuticamente es menester sobre todo brindar apoyo a estos procesos, vigorizarlos, o en el caso que sean excesivos, amenguarlos, armonizarlos. En el niño acontece lo inverso: allí tenemos que preguntar siempre: ¿Cómo se está llevando a cabo el proceso-Sal? ¿Cómo podemos guiarlo, apoyarlo o reducirlo, equilibrarlo? Es por ello que a los niños deberíamos suministrarles principalmente tratamientos basados en raíces o raíces y hojas, y no en flores.
  3. TRATAMIENTOS “ACTIVOS”  Y “PASIVOS” Y EL PECADO ORIGINAL
    Al tener frente a nosotros un niño o un joven vemos que lo cálido que rodea al niño, y también lo luminoso que parte del joven puede ser percibido con relativa facilidad. En cambio es más difícil de captar lo químico-etérico, y lo etérico-vital, de la edad media o la edad avanzada. Esto se debe a lo siguiente: Rudolf Steiner relata que mediante el pecado original, el hombre obtuvo la posibilidad de emplear su calor y su luz para sí mismo, para su egoísmo, que empero no puede emplear de la misma manera al éter de la vida y al éter químico, por el hecho de que se los habían retenido ciertamente para ser guardado para más adelante, para que no se “malogren” de la misma manera por el egoísmo como el calor y la luz. Todos conocemos las siguientes coordinaciones: el colérico posee mucha fuerza y mucha excitabilidad, el sanguínico, poca fuerza  y mucha excitabilidad, el melancólico, mucha fuerza y poca excitabilidad, y el flegmático poca fuerza y poca excitabilidad. Fuerza tienen sobre toso el colérico y el melancólico. ¿Por qué? Fuego dominante, tierra dominante, vale decir, el colérico es fuerte, porque con su fuerte fuego puede vencer la resistencia que viene a su encuentro desde la tierra – de manera ciertamente “activa”. El melancólico es fuerte, porque mediante su fuerte tierra y la capacidad de soportar el dolor, puede resistir de manera ciertamente “pasiva”. La fuerza se basa sobre el fuego, o bien sobre el calor, la excitabilidad se basa en la luz y en el aire. En el caso del colérico, es en medida mayor la luz, en el caso del sanguínico es en medida mayor en aire, que producen la excitación. El melancólico y el flegmático poseen escasa excitabilidad, porque el melancólico tiene sobre todo una falencia de la luz y el flegmático tiene una falencia de las fuerzas respiratorias. Veamos de que se trata.
    En un principio empero se trata de lo “activo” y lo “pasivo” del temperamento. El colérico se encuentra colmado de su luz, el sanguínico estimulado por su calor, de modo tal que se orientan activamente hacia el exterior, el uno en el hacer, el otro en la entrega al instante. El melancólico se orienta hacia lo profundo, sumido en sus pensamientos, haciéndolo puede caer en la abstracción, la plena realidad se le escapa  y existe el peligro de que se “instale” con desmedida en su cuerpo – en aquello que se “guisa” en el hígado, la bilis, el estomago (R. Steiner), lo cual significa que en cierta medida se retrotrae de la vida, se torna más pasivo frente a la vida. ¿Qué postura adopta el flegmático frente al éter químico? De hecho posee el agua dominante, y con ello el éter químico, de un carácter de cierto derrame, tal como ya lo hemos constatado. En su caso, esa fuerza en medida menor se orienta hacia el interior, sino hacia fuera, con el agua que desborda. Por tal razón es el flegmático quien con mayores posibilidades puede hallar ocupación en la economía y su engranaje, con una capacidad ciertamente instintiva es palpable que en ambos casos el quemismo real ciertamente solo es tocado desde afuera. De esta manera el flegmático tiene la posibilidad de actuar en la vida externa pero asi y todo no se convierte en una persona realmente activa.
    Recién cuando el melancólico se profundiza, y tal como lo hemos indicado mediante la activación del corazón se abre hacia fuera, puede reencontrar al éter universal, químico, macro cósmico, cuyo acceso hasta entonces le había sido vedado. Entonces, el alma cobrara resonancia interior y podrá pulsar con el mundo y con la vida.
    Hablemos del éter de la vida: es él quien como la más profunda y abarcativa fuerza etérica-solar, lleva a cabo y regula todo accionar etérico en el curso de la vida ¿Qué significa eso, cuando decimos: esa es la vigorosa fuerza del flegmático? ¿realmente es fuerte? Aquí nos asiste tal vez la mirada hacia Jonás, el profeta del Antiguo Testamento. Según mi criterio, era claramente flegmático. Recibió un llamado, pero no quiso oírlo y huyo al mar. La vida lo habría llamado, pero no lo escucho, está sentado en su bote y deja que la correntada lo lleve en el maro que es un imagen de la vida todo- Abarcadora. Posee ciertamente una vida propia, frente a la vida todo-abarcadora que lo porta. Se produce una turbulencia, se alzan las olas, es arrojado al agua y se encuentra en peligro de …
    ¡Cuando el flegmático tiene que confrontarse con la vida, se acaba toda la comodidad flegmática! Jonás recibe ayuda al ser devorado por un ser viviente del gran mar; ahora está sentado dentro del pez, ¡y ya no dentro de la embarcación propia! Se ha aproximado en medida mucho mayo a la vida que en el barco. Y en medida mayor aun cuando el pez lo lanza a la orilla. Entonces escucha nuevamente el llamado de la vida y sabe lo que  debe hacer- es interesante como sigue el asunto: llega a cabo una misión que le ha sido encomendada, apela a la conciencia de las personas, se asombra empero, que no se cumple la profecía dada por Jehová con respecto al ocaso de Nínive, y hasta eleva su queja a Jehová al respecto y no se percata del hecho de que  el cumplimiento de su misión tenga que ver algo con la prevención de la desgracia. Sucede que el flegmático, en la mayoría de los casos  coloca su luz bajo el celemín.
    También en este caso sucede, que primeramente tiene lugar un encuentro de limitación (embarcación), o bien un encuentro avasallador (pez) y recién cuando el flegmático se abre a la vida a través de su corazón – ahora es colocado sobre tierra firme -  puede situarse en la vida como ser activo, el éter de la vida que había sido sustraído se le participa nuevamente al ser humano. En medida cada vez mayor, comienza a percibir la gran vida macro cósmica, comienza a captarla. ¿de qué manera, se transforman la “actividad” y la “pasividad” de los temperamentos, cuando se logra el cambio a partir del corazón? En los temperamentos “activos”-coléricos y sanguínicos- entrará una calma mayor, mayor reflexión y constancia, vale decir el éter calórico y lumínico presa de egoísmo, se transforma, adquiere una entrega mayor a lo macro cósmico. En el caso de los temperamentos “pasivos”, se notará una actividad mayor, yendo al encuentro de la vida (melancólico) observando una mayor actividad volitiva en la vida (flegmático), vale decir el éter químico y el de la vida suprimidos, retornan y actúan nuevamente. Aquí queda de manifiesto, como la apertura del hombre hacia el cosmos, lo coloca nuevamente dentro de una posición de equilibrio entre  el adentro y el afuera.
  1. EL TEMPERAMENTO COMO OSCILANTE SISTEMA MERCURIAL
    ¿Qué aspecto posee empero la totalidad de los éteres y los elementos en cada uno de los temperamentos? Al suponer que el temperamento está presente allí, sin transformación, podemos desarrollar una imagen de concepto solo  que deberíamos evitar de emplearla esquemáticamente. Debe brindar tan solo nuevas maneras de ver las cosas, nuevas ideas terapéuticas, que tal vez puedan recibir apoyo desde otros aspectos. Con referencia a los éteres hemos mostrado lo que significan la fuerza y la debilidad (en la traducción anterior). También aquí queda en evidencia lo que ya expuesto en el caso de los  elementos, el aumento de una fuerza etérica conduce al debilitamiento de la fuerza opuesta, vale decir acrecimiento del éter calórico _ disminución del éter de la vida. Acrecimiento del éter-luz = disminución del éter químico y viceversa. Se ha visto empero que la disminución o el acrecimiento a través del elemento opuesto, o el éter opuesto cobra un efecto mayor que aquel procedente de la fuerza coordinada. Existen además pequeñas polaridades al lado de las grandes, con oscilaciones opuestas, que a su vez son menos poderosas que las polaridades grandes. De manera tal que ahora obtenemos las siguientes imágenes:
    EL MELANCÓLICO

Éter – calor
         +

 Éter – luz
         - -

 Éter –químico
           ++

 Éter –vida
          -

Fuego
   - -

Aire
      +

Agua
         -

Tierra
     ++


(Dominio = ++, debilidad = - -. Intensificación = + +, debilitamiento = -)
Ya hemos hablado con respecto a la mayoría de estas oscilaciones en el melancólico. Nos falta hablar del lado del aire y de la luz. Justamente la debilidad de la luz, es una característica del melancólico, al lado de la debilidad del fuego, con respecto al tratamiento, es menester partir de este punto. Recordemos al colérico, como puede oponer su luz a la luz exterior. ¿Qué fuerza está capacitada para ello? Es Júpiter, o dicho sustancialmente, ESTAÑO, que puede concentrar las FUERZAS-LUZ. En el melancólico, la carencia-luz es notoria hasta en el exterior, recordemos la cabeza gacha, la mirada a menudo opaca, la dinámica lenta, cautelosa, recular, etc.
Esto naturalmente concuerda con  la debilidad del fuego, que puede ser fortalecida mediante otro proceso planetario. Ya hemos mencionado al HIERRO. MARTE mantiene unidas  las FUERZAS DEL CALOR. El hierro en potencia baja, o mediana, es muy importante para el melancólico. El estaño debería ser suministrado más bien en potencia mediana hasta elevada. ¿Por qué vemos el signo más, en el recuadro del aire? Trasladémonos a la sangre del sistema venoso, tal como llega a la parte derecha del corazón, cargado de acido carbónico, ciertamente pesada y luego yendo en búsqueda del pulmón, del oxigeno, la renovación, ávida de oxigeno. Ciertamente Rudolf Steiner señalo al melancólico como “lujurioso libertino del oxigeno”.
Aquí en el tramo de la corriente sanguínea tal vez podamos decir que la sangre se torna melancólica. El melancólico tiene una intensificada inspiración ávida de oxigeno, de renovación sanguínea. Con ello podemos considerar que se encuentra relacionado su sensación de sentirse apartado y el anhelo de obtener fuerzas de renovación cósmicas.
 EL FLEGMÁTICO


Éter-calor
   -  -

Éter-luz
  +

Éter-químico
   -

Éter – vida
    +  +

 Fuego
    +

Aire
    -    -

Agua
     +   +

Tierra
    -


Las fuerzas lunares ayudan al hombre a tomar posesión de sus fuerzas respiratorias-aire (G A 213, 3ª conferencia). Por tal razón, las potencias medianas hasta más elevadas, son un elevado medio constitucional. Otra carencia ataña al ámbito del éter-calor. Se encuentra bien nutrido de fuerzas fuego, se halla, por ejemplo, bien ubicado dentro del metabolismo, posee calor físico a su disposición pero los procesos calóricos más refinados tienen la tendencia de carencia. La capacidad de entrega en el ahora, la presencia de ánimo, la atención necesitan apoyo y fomento. Las potenciaciones medias y más elevadas del hierro pueden ser útiles al respecto. Aquí no se trata del Marte antiguo sino de fuerzas marcianas del futuro, que quieren otorgarle apertura al hombre, brindarle acción mediadora, entre el adentro y el afuera. Por tal razón la potenciación más elevada es decisiva. ¿Cómo podemos comprender el signo + en el éter luz? El flegmático en si interior es más bien luminoso, no posee las tendencias oscuras del melancólico. La autosuficiencia interior, posee un efecto solar.
EL SANGUÍNICO


Éter-calor
   +  +

Éter-luz
   -

Éter-químico
    +

Éter vida
    -     -

Fuego
    -

Aire
   +   +

Agua
   -  -

Tierra
    +


Aquí nos encontramos en el polo opuesto del flegmático. Lo acuoso es aprisionado por la dominante respiración/aire. No desarrolla el suficiente peso-opuesto, acolchado, apoyo, puede conducir a trastornos nerviosos, tendencias a contracciones, sobretensiones, etc. VENUS, nos ayuda a ejercer dominio sobre lo ACUOSO (Potenciación media hasta más profunda).
Vemos que en el sanguínico, el éter químico y el elemento tierra poseen un acento similar al caso del melancólico, que aquí tiene su dominio. ¿Cómo podemos comprender esto? Estamos frente a algo comparable al modo menor musical (melancólico) y estado de modo mayor (sanguínico). El melancólico es un INSPIRADOR, hurgador en lo profundo, ¡vencedor de lo terrenal! El sanguínico un EHALADOR  de imágenes y conceptos colmados de lo intelectual, movilizador de lo terrenal. En lo etérico vital consiste la debilidad principal etérica, a diferencia del flegmático. El mismo se halla sentado satisfecho en su bote, el sanguínico es arrastrado por la  vida pueden producirse situaciones muy caóticas, mucho o todo le interesa, lo cautiva. Es la fuerza del SOL, que mantiene dentro de nosotros al ETER DE LA VIDA. Puede  ser de mucha ayuda un tratamiento con ORO, de potenciación media hasta más elevada, eventualmente puede tratarse asimismo  una aplicación externa por ejemplo en la región cardiaca.
EL COLERICO


Éter-calor
   -

Éter-luz
   +   +

Éter-químico
   -   -

Éter-vida
   +

Fuego
  +   +

Aire
     -

Agua
     +

Tierra
   -   -

Mediante la dominante fuerza del fuego y la luz el colérico es el hombre de la acción. Se halla orientado hacia la tierra, quiere dominarla. En realidad quiere decir que desea luchar con ella hasta vencerla. Ya hemos dicho que esto quiere decir que el hecho se ha apoderado de la tierra, que realmente ha tomado posesión de ella. Pero exactamente esto, transmite MERCURIO, representad en la tierra por el metal mercurio. Mercurio ayuda-diría, en potencia media, o bien mas bajo – a no retener la tierra, a mantenerla corta o aminorada, sino a poder captarla interiormente, estructurada, organizarla. Con respecto al éter químico, quisiera remitirme a lo dicho con referencia al flegmático. Hemos dicho que es el pragmático, que puede manejarse perfectamente con cifras, los números de la economía. En cierto modo en el colérico es el caso aun en mayor medida. Su pensar transcurre en las vías señaladas por la acción, por lo realizable, las circunstancias, etc. y tiene dificultad para independizarse. Ya hemos dicho que el colérico es una persona que sabe que hacer, en la mayoría de los casos tienen claras concepciones acerca de cómo deben funcionar las cosas. Esto por una parte es una fortaleza por otra parte, lo torna insensible al debate referido a impulsos procedentes del interior e instintos tales como el auto sostenimiento, el instinto personal, el instinto de poder, y tal vez también la sexualidad. Permite su fluir centrifugal desde abajo hacia arriba, los admite en mayor o menor medida, y los experimenta.
tomemos en cambio al melancólico que todo ello lo quiere retener, mantener unido, no liberar, siendo torturado constantemente por dudas en sí mismo. Posee intensivas fuerzas saturninas, el colérico las tiene débiles. Este dejar emanar, conduce a que también el elemento químico puede proyectarse con  fuerza, provocando diversas manifestaciones patológicas, tales como hipertonía, infarto cardio-vascular, apoplejía, etc. en tal caso tenemos que pensar también en el PLOMO, en sus más diversas formas, el mediador de la FUERZA SATURNINA sobre la tierra.

  1. LA CONSONANCIA DE LOS TEMPERAMENTOS
    Mediante el pecado original, el hombre obtuvo el Árbol del conocimiento (éter-calo, éter-luz) pero le ha sido sustraído, el Árbol de la Vida (éter químico, éter de la vida). De esta manera el adversario obtuvo asimiento, intervención en su vida. Recordemos lo dicho acerca del COLERICO, de qué manera va en busca del calor de la acción, hacia el crear, el hacer con los miembros.
    De esta manera empero, entra al ámbito de Ahriman quien desde la tierra envía sus fuerzas endurecedoras hacia el interior del hombre. Y es  justamente allí, donde queda atascado el melancólico, queriendo alejarse en dirección a la cabeza, hacia la calidez del pensamiento, siendo que allí cae en las trampas tendidas por Lucifer, quien quiere alejarlo de la vida retornándolo al pasado. O tomemos al SANGUINICO  y veremos como a modo de los fuegos fatuos deambula en el calor proveniente de la cabeza, desplazado, una víctima de Lucifer. Busca añejarse hacia el mundo de los sentidos, para caer allí en las redes de Ahriman, de las cuales empero trata de liberarse. Como vemos aquí se trata de un vaivén, pero el acento está dado en el empuje luciférico. Luego: el FLEGMATICO: como ser sensorial, se encuentra muy entregado a las tentaciones de Ahriman, pero se percata de ello y quiere orientarse hacia el interior, hacia la calma de la calidez sanguínea-metabólica y asi llega a las redes de Lucifer del auto goce, alejado del mundo. Pero según mi criterio, el acento está dado en mayor medida en lo ahrimánico. Podríamos decir: el origen fatal del uno, es la meta anhelada del otro. El uno trata de alejarse de allí, el otro busca llegar justamente a ese lugar. Aquí podemos sentir algo del contexto social de los temperamentos como unidad, como un todo. Se genera asi  una dinámica de vida que constituye la base de una infinita multiplicidad de búsquedas, siendo que al mismo tiempo en su conjunto se produce nuevamente un equilibrio de las intenciones, una consonancia, cuando contemplamos a la humanidad en su conjunto.
    Rudolf Steiner ha dicho: “sin los temperamentos, el mundo seria aburrido, no solamente en lo sensorial, sino también en un sentido más elevado. Toda la diversidad, belleza, y riqueza de la vida, solo son posibles mediante los temperamentos” (El misterio…, pág. 29).
    ¿Cómo se genera la belleza de la vida? Imaginemos la música sin temperamento, todo exento de tristeza y dolor, de alegría y emoción, sin sosiego propio, sin lo dramático fogoso…! O la pintura, con los tres colores principales, azul verde amarillo, rojo, las artes referidas al movimiento, las artes propias de la expresión, etc. o tomemos la convivencia humana: los contrastes se atraen. Cuando logramos percibir al otro, no como contradicción, sino sentirnos contentos por la complementación, puede producirse algo realmente bello. Pero tampoco tenemos que sentir aversión frente a lo semejante tal como sucedía en la infancia, sino que puede constituirse también en motivo de alegría, en percepción de lo  bello de la vida compartida en la misma búsqueda.
    ¿Qué acontece si el temperamento no quiere transformarse? Se trata de un estado anormal y n la mayoría de los casos, el ser humano se enferma dado que lo que el mismo no logra lo llega a cabo la enfermedad! ¿Dónde se encuentra la fuerza, que constantemente quiere conducirnos y guiarnos para poder expresar nuestro temperamento, acorde a nuestro ser y nuestra vida? Ya hemos hablado de esto, se trata de nuestro temperamento de la vejez.
  2. EL TEMPERAMENTO DE LA VEJEZ, COMO GUARDIAN DE LA VIDA
    Hemos dicho que el temperamento del a vejez es la imagen arquetípica con respecto a aquello que se está generando en el hombre para el lado del futuro del temperamento.
    Allí se trata de lo propio de la infancia, donde todo está contenido aun a modo de germen, a partir de lo cual está dispuesto y se desarrolla la evolución en el curso del tiempo de la vida, los ritmos de la vida, lo ETERICO-CALORICO, extiende el gran arco de la vida y cuanto más avanzamos en ella en tanta  mayor medida podemos valernos de esa fuerza infantil del origen, para obtener fuerzas de nuevos impulsos. Asi lo atascado puede ponerse en movimiento.
    ¡O también lo ÉTERICO-LUZ de la JUVENTUD! ¿Acaso no compenetra toda nuestra vida con una fuerza radiante? Cuando alguna debilidad nos afecta, podemos recordarla y un fortalecimiento interior puntual, procedente de la época colerica de la juventud llegará a nuestra vida.
    La EPOCA MEDIA  de la vida, es la más extensa fase. Imaginemos que podríamos situarnos en la vida laboral de tal manera que no llevemos a cabo las tareas de manera rutinaria, sino situarnos en el terreno laboral del modo que pueda resonar algo de las armonías cósmicas, llegando hasta nuestros contextos sociales, nuestras aspiraciones. A su vez el ÉTER QUIMICO quiere preservarnos en esa época de un comportamiento sanguínico, colérico o flegmático en demasía. Nos ayuda a realizar el desarrollo de nuestras capacidades propias de la edad. Al llegar a la VEJEZ, cobra validez aquello que Christian Morgenstern ha expresado en su poesía “Apacible madurar”:

    Todo se ensambla, todo se realiza,
    es menester, saber aguardar
    y conceder a la generación de tu dicha,
    tiempo y terreno en abundancia.

    Hasta que finalmente sientas,
    la madura fragancia de los granos,
    y te preparas, para conducir la cosecha
    a los profundos granos.

    El arco de la vida, que el calor ha extendido, se inclina hacia su fin y en medida cada vez mayor nos sentimos envueltos, abrigados, por la fuerza que todo lo ha conducido, resumiéndolo a una integridad. Porta también aquello que a modo de fruto etérico, como extracto etérico de nuestra vida -  podríamos decir con el poeta: como “granos maduros” – descasa en los “profundos silos”. Esta fuerza nos acompaña durante toda la vida, nos quiere ayudar a finalizar las obras emprendidas, a concretar nuestros ideales. Y esto lo llevamos a cabo en medida mayor al tener presente a la muerte al abrir nuestra vida a semejanza de la flor frente al espíritu, frente al mundo espiritual. El trato con la muerte, con las fuerzas decadentes, pertenece al lado flegmático de la vida, asi como también el ETER DE LA VIDA, fuerza creadora de la integridad.
    Vemos entonces que en el temperamento de la veje, nos acompaña una fuerza que nos quiere guiar, conducir o mejor dicho servirnos de “guardián”, sobre todo “protegernos”, frente a erróneas concepciones con respecto a la vida y la vejez,
  3. EL IMPULSO-CALOR DE LA TRANSFORMACION DE LOS TEMPERAMENTOS
    Para terminar quiero volver una vez más al calor, que calor, que hemos conocido ahora, de diversas maneras, como fuerza mediadora mercurial. Hemos visto como dentro del temperamento individual, relaciona entre sí diversos ámbitos de acción, regiones de órganos, sacando de un lado adicionando en el otro, etc. luego hemos visto como ejerce una función mediadora, desde lo elemental, hacia lo etérico y de retorno, como por ejemplo, en el caso del melancólico, desde lo químico-etérico y volviendo hacia atrás. Y luego hemos mostrado lo que puede pasar cuando en el centro calórico del corazón se activa conscientemente  al calor, para transformar el temperamento, para complementarlo. Quiero referirme una vez más a este último aspecto con motivo de espacio únicamente en el caso del melancólico.
    En la revista “Conferencia Medicinal-Pedagógica” 54/2010, Claudia McKeen ante puso a mi trabajo acerca dele ter y los elementos un maravilloso artículo de Jörgen Smit (¡está traducido!) que partiendo del ciclo “¿Qué significado tiene el desarrollo oculto del hombre para sus envolturas y su ser?”  - G A 145, expone el desarrollo futuro y la transformación de los temperamentos, sobre todo con respecto a la profecía docente. En este ciclo, Rudolf Steiner describe al cuerpo etérico como asiento de los temperamentos. Allí dice, por ejemplo, que la concentración sobre la parte etérica de la cabeza está relacionado con un clima anímico melancólico. Y esto – un dato de suma importancia – está relacionado con la memoria referida a la antigua época lunar, asi lo vivencia el iniciado. Sabemos que Lucifer nos quisiera mantener justamente en esta región, para que no apoyemos las piernas sobre la tierra.
    Ya lo hemos dicho: el cuerpo etérico es el cuerpo del tiempo, y la referencia al pasado de la tierra significa la ultima encarnación de la tierra, vale decir la luna hace sentir su influencia, por el hecho de que los acontecimientos pasados de la luna aun resuenan en la cabeza agreguemos ahora aquello que leemos en  G A 213 (mencionado en la traducción anterior), que ya conocemos: “Lo melancólico se basa… en un asentarnos en la combinación química. Y esto a su vez se basa en el hecho de que las fuerzas saturninas en esa persona se encuentran desarrolladas poderosamente”. Vale decir: retorno al pasado, hacia la vida lunar radicada en la cabeza, estado anímico melancólico se apodera de nosotros: ESTADO ANIMICO LUNAR. Asentarnos en el quimismo también melancolía, pero FUERZA SATURNINA ¿Qué es lo progresista? ¿Dónde está el futuro? Ya hemos ducho en nuestro primer encuentro que el melancólico busca el retorno a Saturno, ubicado mas allá del Sol (traducido). Pero es algo que comienza con la luna que lo induce a su mejorarse, retrocediendo. Pero es inútil, no puede, tiene que ir más profundo hasta el fondo de Saturno, que nos ayuda a morir correctamente, con lo cual nos conduce al futuro, dado que el mundo de la muerte es el mundo del nacimiento espiritual, ¡del futuro espiritual! Recordemos lo dicho acerca del niño melancólico, al cual le ayudamos a dar un giro a su corazón, para que lo referido al pensamiento químico-etérico pueda transformarse a través de la calidez del corazón en un ser partícipe del sentimiento, de la oscilación, de consonancia con otros seres humanos, pero en realidad con todo el mundo, asi a través del corazón, a la luna y a Saturno se agrega el sol. Dicho de otra manera asi tiene lugar la cristianización, la compenetración del temperamento con el impulso crístico. Cuando el niño crece y puede llevar a cabo esto conscientemente- lo que hasta ese entonces ha sido posible mediante la ayuda y el apoyo de personas amantes, esto se convertirá en realidad plena, y la calidez interior entonces puede convertirse en sustancia trans-cristificada. Al comenzar a transformar a nuestro temperamento en este sentido, ¿Qué acontece entonces con esos elementos y éteres, esos dominantes y debilidades, etc.? ¿Acaso significa que todo se nivela que el temperamento desaparece? Todo lo contrario sucede, a partir del fuego de la moralidad la exaltación moral todo se renueva, se generan nuevas fuentes de calidez, de luz y de sonido, gérmenes de vida, tal como lo expone Rudolf Steiner en las asi llamadas conferencias puente (G A 202, 11 conf. Del 18.12.1920), hay un incremento de fuerzas, el temperamento se abre, desaparecen las unilateralidades, la fuerza del futuro puede expandir su bendición sobre todo, entonces, el esquema tiene que ser trazado de nueva manera y para el melancólico podría ser asi : 

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En nosotros está seguir configurando. Lo importante es que hasta en lo físico se incentiven nuevas fuentes, fuerzas y gérmenes, que afuera en la vida apenas serán perceptibles, que empero con la muerte se podrán manifestar a modo de una nueva fuerza, ¡de cualidad solar!
8.6.2011