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EL APRENDIZAJE DEL CORRECTO RESPIRAR

Von richtigen Atmenlernen
Libro: Gesundheit und Schule, Persephone
Autor: Michaela Gloeckler
Traducción: Ana Maria Rauh

Para aquel, que recién conoce a la pedagogía Waldorf le resulta sorprendente, que en la primera conferencia del Estudio del Hombre se está señalando dos misiones fundamentales del educador referidas al estudio del hombre: aprender a respirar y aprender a dormir. Con respecto a la correcta respiración, Rudolf Steiner acota lo siguiente:

“Entre todas esas relaciones, que el hombre tiene hacia el mundo exterior, la respiración es la mas importante. Comenzamos a respirar, en el momento de entrar al mundo físico. La respiración dentro del cuerpo materno, es aun una respiración preparatoria, aun no lo hace entrar al hombre en una relación plena con el mundo exterior. Aquello, que en el sentido propiamente dicho lo podemos llamar respiración, es comenzado por el hombre recién en el momento de haber abandonado al cuerpo materno. Ese respirar significa algo importantísimo para la entidad humana, dado, que en ese respirar ya está contenido todo el sistema tri-membrado del hombre físico.

A los miembros del sistema humano físico trimembrado, le pertenece, para empezar, el metabolismo. Pero, el metabolismo está unido estrechamente con la respiración, el proceso respiratorio, metabólicamente está en conexión con la circulación sanguínea. La circulación sanguínea recepciona las sustancias del mundo exterior, introducidas por otra vía, integrándolas al cuerpo humano, de modo tal que ciertamente por un lado la respiración está relacionado con todo el sistema metabólico. Por lo tanto, la respiración tiene sus funciones propias, pero, por un lado está conectado con el sistema metabólico.

Por el otro lado, la respiración está relacionada asimismo con la vida neuro sensoria del hombre. Al inspirar, mediante compresión de las venas se genera un estancamiento en la salida del líquido cerebral, mediante la cual se produce una leve suba del cerebro en su lecho líquido. En el caso de la inspiración en cambio, un leve movimiento opuesto, o bien, baja. De esta manera, el ritmo respiratorio cobra efecto sobre el cerebro. Y del mismo modo como la respiración a través de la provisión de oxígeno está ligado al metabolismo, por el otro lado también está ligado con la vida neuro sensoria. Podemos decir: la respiración es el mediador mas importante con el mundo exterior físico, del hombre que llega al mundo físico. Tenemos que tomar conciencia a su vez, que esa respiración aun no transcurre del modo como tiene que ser llevado a cabo para mantener con vida al cuerpo físico del hombre, sobre todo, en un sentido: en el ser humano que llega al mundo, aun no se encuentra establecida la correcta armonía, la relación certera entre el proceso respiratorio y el proceso neuro sensorio.

Al contemplar al niño, tenemos que decir con respecto a su ser: el niño aun no ha aprendido a respirar de manera tal, que la respiración pueda mantener fehacientemente al proceso neuro sensorio...En un sentido mas elevado el niño tiene que aprender a asimilar aquello que le puede ser brindado por el hecho de que ha nacido para respirar. Vemos entonces, que esa parte de la educación tendrá tendencia hacia lo espiritual-anímico: Por el hecho de que armonizamos la respiración con el proceso neuro sensorio, introducimos lo espiritual-anímico a la vida física del niño.

¿Qué posibilidades de influencia tiene el maestro sobre el sistema rítmico, en especial, sobre la respiración? Por cierto, en un primer lugar se ubica el cultivo de la vida anímica misma, dado, que los sentimientos impulsan al sistema rítmico, son portados por el mismo, del mismo modo, como el pensar se encuentra en una relación inmediata con el sistema neuro sensorio y la voluntad, con el sistema metabólico y de los miembros. Son los sentimientos que motivan, los que generan apertura o los que mueven al niño al retroceso. Dentro del interés acompañado por la alegría, puede orientarse atentamente al mundo circundante, para luego movilizar sus funciones neuro sensorias de manera saludable, llevándolas a la relación con el proceso respiratorio. En ocasión del dolor, del desgano, el aburrimiento, se retrotrae a su interior y no puede llevar a cabo esta tarea. Acerca del cultivo del clima anímico correcto como condición previa para todo proceso de aprendizaje, Rudolf Steiner dice el 15 de Junio de 1921: “No podremos lograr jamás, que el niño encuentre la correcta transición entre el pensamiento y la concepción o el tener sensibilidad del contenido y el aprendizaje de memoria, sino intentamos antes de que el niño comience a memorizar, acercar el asunto anímicamente al niño. De ninguna manera, el niño deberá ser forzado al aprendizaje de memoria de materias de las cuales el niño no tiene una clara sensación en todos sus pormenores una percepción aguda y sobre todo una percepción que le permita conectarse de correcta manera con el contenido.

Observemos un caso extremo: Pensemos en una oración: tenemos que lograr que el niño al decir esa oración, entre en un clima de veneración. Jamás deberíamos tratar de enseñarle una oración al niño, sin antes llevarlo al clima de veneración. Ni jamás el niño deberá decir las palabras de la oración, sin haber entrado al clima de veneración. Vale decir, que no le hagamos decir al niño un verso bonito y gentil, sin que antes habremos despierto en él, la leve sonrisa, un goce, un embeleso...

Esto posee empero, su importancia corporal física, dado que, cada vez que le enseñamos algo al niño, que posee un carácter trágico o sublime, en definitiva estamos cobrando efecto sobre su metabolismo. Cada vez que enseñamos algo al niño, que posee un carácter bonito, gracioso, gentil, estamos cobrando efecto sobre su cabeza, sobre su sistema neuro sensorio. Y en este sentido podemos proceder higiénicamente. Al tener por ejemplo, un niño que es muy imprudente, irreflexivo, despreocupado, que por lo tanto constantemente quiere buscar sensaciones nuevas, intentaremos curar a ese niño, buscaremos generar en él, el clima que tiene que tener para el aprendizaje de memoria, en ocasión de lo sublime, de lo trágico. De esta manera, podremos aproximarnos al niño. Y tendremos que tomar en cuenta estas cosas, durante nuestras clases.”

(Rudolf Steiner: Conocimiento del hombre y conformación de la enseñanza, 15.6.1921 –GA 302)

Así, como la respiración tiene que mediar entre el sistema neuro sensorio y el sistema metabólico, así, la sensible alma del niño es conectada a las manifestaciones del mundo circundante, con toda facilidad, a través de la alegría y el buen humor y la amabilidad, mientras que la tristeza, el dolor, la grandeza y lo sublime despiertan sentimientos, que ocasionan que el niño se vivencie a sí mismo fuertemente, tanto que puede llegar a replegarse dentro del cuerpo propio, en el dolor y en la tristeza.

Una segunda posibilidad para el aprendizaje de la respiración correcta, es la configuración rítmica de la enseñanza misma. Esta comienza –en el caso de las clases principales- con la parte rítmica, es decir, con la orientación al sistema rítmico. Partiendo de allí, sigue luego el contenido propiamente dicho de la clase, según la materia y hacia el final de la clase principal se tratará de llevar lo aprendido a la actividad propia, vale decir, conectar a la voluntad, lo que circunstancialmente luego podrá ser conducido a una proporcional tarea para el hogar. Una tercera manera, también fundamental, para cobrar un efecto sanador sobre la respiración, es el cuidado del “correcto hablar”. Para ninguna otra materia Rudolf Steiner ha dado tantas planificaciones de enseñanza como para el cultivo y el trato de la lengua. Ya a partir de primer grado se practicarán ejercicios del habla, poesías acordes a la edad, el escuchar y el narrar. Y Rudolf Steiner acota al respecto, que es justamente ese cuidadoso cultivo del habla que brinda la ayuda decisiva para regular la respiración y estimular positivamente el crecimiento del pulmón. En la duodécima conferencia del curso para los maestros, Rudolf Steiner nos dice:

“Justamente en la edad infantil, el efecto de lo correctamente tratado en lo anímico, es de una enorme importancia con respecto a lo físico. Y es entonces de una enorme importancia, que tratemos una y otra vez, que el niño aprenda a hablar con claridad y plena pronunciación y sobre todo, tal como lo he llamado, de un modo redondeado, que aprenda a pronunciar las frases y las sílabas con toda plenitud. Dado que en el hombre, la correcta respiración depende del correcto y apropiado hablar, y por lo tanto, del correcto hablar depende de manera inmediata, el correcto desarrollo de los órganos del pecho humano. Frente al flagelo actualmente imperante de las enfermedades del pecho deberíamos preguntarnos: ¿en que medida la tuberculosis pulmonar es consecuencia a que en las escuelas no se presta atención al hablar apropiado, pronunciando las sílabas, de modo tal, que durante el hablar el niño está respirando con toda plenitud?

Por lo tanto, al respecto el hablar no debe partir de la respiración, sino la respiración debe partir del hablar. Debe hablarse correctamente. Debe ser desarrollada la correcta sensibilidad con respecto a los largos y a los cortos de las sílabas y de las palabras; entonces, la respiración funciona de acuerdo a ello. Es una tontería pensar, que debemos entrenar la respiración para llegar al hablar correcto. La respiración, la correcta respiración tiene que ser una consecuencia del hablar correctamente concebido. Entonces cobrará un efecto correcto sobre la respiración. De esta manera, en la actualidad deberíamos tomar en cuenta en medida mucho mayor la relación de lo corporal para con lo anímico corporal.

(Rudolf Steiner: La renovación del arte pedagógico-didáctico, mediante la ciencia espiritual, GA 301, Dornach 1991, conferencia del 7 de mayo de 1920)