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11.
Las siete virtudes del arte de educar
Christof Wiechert
Cuando Rudolf Steiner ha llevado a cabo su fundamentación ética y profesional de un arte educativo espiritual mediante sus conferencias referidas al Estudio del Hombre, como base de la Pedagogía, lo Metódico-didáctico y los contenidos del Plan de Estudios, llamó la atención acerca de las siete virtudes con respecto a la profesión del maestro. En la actualidad, mucho se está hablando de perfiles de calidad, del desarrollo de la calidad, de la práctica de competencias profesionales. Las virtudes mencionadas por Steiner, por lo tanto, aquí son contempladas bajo el aspecto del desarrollo de competencia.
Lo caracteriza de esta manera:
“Demanda de fantasía, sentido de la verdad, sentimiento de responsabilidad, estas, son las tres fuerzas, que conforman los nervios de la pedagogía. Y quien dentro de sí quiere recibir pedagogía, delante de esa pedagogía tendrá que anotar esta divisa:
Compenétrate con capacidad de fantasía,
ten la valentía de profesar la verdad,
agudiza tu sentimiento con respecto a la responsabilidad anímica” 1.
“Hoy quiero cerrar estas reflexiones, señalándoles una vez mas, aquello, que ciertamente quiero colocar junto a vuestro corazón; y es, que ustedes se atengan a cuatro cosas: “…
“Esto es lo primero: El maestro sea, un hombre de iniciativa en el todo mayor y en el todo menor”…
“Esto es lo segundo: El maestro tiene que ser una persona, que tenga interés por todo el ser del mundo y del hombre”…
“Esto es lo tercero: El maestro debe ser un hombre, que en su interior jamás entre en un compromiso con aquello que no es la verdad”…
“Y luego algo, que se dice fácilmente, pero que no se cumple con tanta facilidad, lo cual empero es asimismo una regla de oro para la profesión del maestro: El maestro no tiene que resecarse ni agriarse. Debe observar un clima anímico de frescura y plenitud”…2.
Lo primero que aquí llama la atención, es el hecho de la configuración. Podemos percibirlo a modo de una runa. La situación se produjo de manera tal que primeramente se hablaba de tres capacidades, luego, en el cierre del Estudio del Hombre, de cuatro. ¿Qué significan las “tres” y las “cuatro”? En la contemplación, en la observación del hombre: ¿Cuándo tenemos como punto central al tres y cuando al cuatro? Siempre, cuando se trata de facultades del alma, aparece la trinidad. Se trata de las tres fuerzas fundamentales del pensar, sentir y de la voluntad. Al tratarse mas bien del cuerpo, de la función corporal, se toman en cuenta cuatro aspectos básicos, en correspondencia a los cuatro miembros constitutivos suprasensibles del ser del hombre.
‘Compenétrate con capacidad de fantasía’, ‘Ten la valentía de profesar la verdad’, ‘Agudiza tu sentimiento con respecto a la responsabilidad’. Esta trinidad concuerda con: fantasía-sentir, verdad-pensar, responsabilidad-voluntad. La referencia de las tres virtudes hacia las tres fuerzas anímicas se torna aun más evidente cuando, recordando el Cuento de Goethe, pensamos en tres cualidades, que, de todos modos donde se cultiva el desarrollo humano, conforman una cualidad importante: sabiduría, belleza, vigor. En la secuencia, como se lo menciona en el Estudio del Hombre, el conocimiento del hombre como base de la Pedagogía, debería ser: belleza, sabiduría, vigor.
En los tres verbos “compenétrate”, “ten valentía”, “agudiza tu sentir”, se remarca al elemento volitivo. No se dice’desarróllate hacia’, sino que el punto de partida es claramente: Todos tenemos dentro de nosotros estas facultades, ‘competencias’, es menester tan solo, tomar conciencia de las mismas, activarlas. Al abordar estas tres facultades, el alma se desarrolla hacia la sabiduría, la belleza, el vigor. Entonces, nos hallamos en evolución. Y esto, para el niño, el ser humano en evolución, es lo verdaderamente interesante y perceptible en el maestro: Se está desarrollando. Eso, lo imita el niño, lo toma como ejemplo.
Existió otro intento de aproximación hacia el enigma del tres por el hecho de que podemos preguntarnos, ¿Si de hecho para el pedagogo son estas tres cualidades que definen, si el maestro realmente será competente? A modo de prueba, podemos contrastar esta trinidad, con la trinidad que conocemos en el Nuevo Testamento como palabra de Cristo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Todo aquel que imparte enseñanza, conoce la búsqueda del camino certero, efectivo, apasionante en la pedagogía. Es la pregunta referida a la didáctica, la inventiva en el curso de la clase. Todos sabemos, que en la pedagogía el camino, el como, es de inmensa importancia y puedo encontrar al camino únicamente, cuando la materia a trasmitir, para mí mismo se convierte en un objetivo de suma importancia. El maestro encontrará el camino únicamente, cuando ama la materia, cuando a partir de lo profano, santifica la materia. Y esto es, lo que renueva una y otra vez a la enseñanza, aun, cuando la materia es siempre la misma. Ese, es el campo de la renovación de las fuerzas, del vigor, en el maestro tanto como en el alumno.
¿Qué sucede con respecto a la verdad para el maestro? ¿Cómo nos comportamos nosotros mismos con respecto a la verdad dentro de nosotros? ¿Tenemos el valor de confrontarnos con nuestra propia verdad? ¿Qué puedo, que no puedo? ¿Dónde y cuándo soy otro que aquel que soy en realidad, frente a los alumnos o en el círculo de los colegas? ¿Cuándo, en el trato con los alumnos me mueve la añoranza del conocimiento para entenderlos realmente y de esa manera, poder ayudarles? ¿O, con mi intención de ayuda para el otro, aun me encuentro arraigado por completo en aquello que debería ser, según mis propias concepciones? Este campo es el real entrar en acción de aquello, de lo que me he apropiado en mi búsqueda de comprensión del estudio del conocimiento del hombre.
Cuando se dice, que la profesión del maestro no puede ser una tarea que se extiende de las 8 de la mañana hasta las 13 horas –o como dice lo Steiner- no debe ser concebido como “intelectualmente confortable”, sino espiritualmente-moral, esto no puede significar otra cosa que la adopción y el guardar responsabilidad por todo aquello, que trae consigo esta profesión. Esto empero, es la vida misma –la vida de los niños y el entorno de su destino. Camino, verdad y vida, son los campos de aprendizaje de las tres competencias. Para el camino, necesito la fantasía, la verdad ya está plantada por si misma y la responsabilidad frente a la vida, es la responsabilidad central, de lo que se trata.
Podemos intuir entonces, que estas tres competencias, esas virtudes, proceden de un poderoso trasfondo. Cuando la sabiduría, la belleza y el vigor son conceptos que mas bien proceden de una tradición de misterio, en la cual estas fuerzas fueron desarrolladas puramente para el alma, podemos vivenciar el reflejo profano de los mismos en los ámbitos culturales del arte, la ciencia y la religión. Con respecto al arte y la ciencia, no es difícil percibir la familiaridad para con las dos primeras virtudes. Si abre la pregunta, si el “agudiza tu sentir con respecto a la responsabilidad” porta dentro de sí lo religioso. ¿Qué es la responsabilidad anímica? Por cierto, que debe ser el hecho de que el prójimo, en este caso el alumno, jamás me puede ser indiferente. ¿Acaso, no es una postura religiosa, reconocer al prójimo y –en la medida necesaria- asumir por él, responsabilidad anímica?
Así –inconscientemente- cada alumno puede tener la seguridad de que forma parte del conjunto, que es “llevado”, que existe un real interés por su persona.
A continuación, nos orientamos hacia las cuatro virtudes. En un discurso, Steiner reflexiona acerca de proceso especial de la escritura, basándose en Teosofía 3.:
“(…) Al estar escribiendo mi libro “Teosofía”, no pude ir acondicionando simplemente, cuerpo físico, cuerpo etérico, cuerpo astral y yo, tal como se puede resumir al estar en existencia el asunto, cuando lo dominamos en nuestro interior. Allí, tuve que coordinar, según el número tres: cuerpo físico, cuerpo etérico, cuerpo sensible, primera trinidad. Luego la trinidad entretejida con la primera, alma sensible, alma racional, alma conciente; luego la trinidad entretejida siguiente: yo espiritual, espíritu de vida, hombre espíritu, tres veces tres, entretejidos de esta manera, se convierte en siete. El siete empero es tres por tres, entretejidos. Y solamente, cuando contemplamos al estado actual de la evolución humana, obtenemos al cuatro, que en realidad, en el fondo es un número secundario”.
1 |
cuerpo físico |
1 |
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2 |
cuerpo etérico |
2 |
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3 |
cuerpo sensible |
3 |
alma sensible |
4 |
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4 |
alma racional |
5 |
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5 |
yo espiritual |
5 |
alma conciente |
6 |
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6 |
espíritu de vida |
6 |
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7 |
hombre espíritu |
7 |
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Esta exposición, no solo nos permite una toma de conocimiento del vivo proceso del pensar en el trabajo de Rudolf Steiner, sino que nos muestra con claridad, como actúa el tres dentro del principio de lo activo, de aquello que aun se encuentra en un proceso de formación: Es el proceso universal. El cuatro en cambio es como aquello que está configurado, terminado. Una vez que todo ha sido creado, comprendido, aparece el cuatro, que en realidad es un número secundario, o sea 2 x 2.
Lo mismo ocurre con los cuatro temperamentos. Resultan a partir de la cuádruple constitución, a modo de lo que ha sido realizado y requieren del tratamiento por parte del Yo. Tiene que ser “elevado”, de modo tal que puede ser utilizado con sentido y objetivamente a partir del discernimiento de nuestro propio ser. De esta manera, puede constituirse en un instrumento, en una facultad manejable. Al contemplar la columna, podemos intuir la transición
Colérico : |
tirano |
- |
iniciativa |
Sanguíneo : |
distraído |
- |
interés |
Flemático : |
pereza |
- |
fidelidad (ningún compromiso) |
Melancólico : |
agrio |
- |
no agriarse |
De esta manera puede ser transformado aquello que está fijado en nuestra constitución. Luego, llegamos a las cuatro virtudes.
¿Podemos levar estos siete puestos a una relación mutua? ¿Guardan acaso aun otra concordancia? ¿O, solamente tienen que ver con el tres y el cuatro? ¿Existe un contexto interior? Contemplemos de hecho ahora al tres y al cuatro a modo del siete. Entonces, resulta:
- Capacidad de fantasía
- Sentido de la verdad
- Responsabilidad
- Iniciativa
- Interés
- Ausencia de claudicación interna
- No agriarse
Al comparar entre sí a estas facultades veremos que
1-7 : sin capacidad de fantasía nos agriamos
2-6 : el sentido de la verdad fomenta internamente ser libre de claudicación
3-5 : el sentido de la responsabilidad despierta interés, el interés despierta
responsabilidad.
4 : en el medio, la fuerza del Yo. De allí, parte ella toda, nos convierte en ser
humano, en hombre que en la vida se va convirtiendo en ser humano.
El hombre con iniciativa puede desarrollar la iniciativa para sí mismo o para un objetivo. Cuanto en mayor medida se logra actuar en pro de un objetivo, tanto mas beneficioso puede ser el efecto social del acto. Nos aproximamos al modo de actuar del Espíritu del tiempo. Según la investigación de Steiner, el tiempo actual se encuentra bajo la regencia, la potestad, del Arcángel Micael, quien ha ascendido a ser el Espíritu de nuestra época.
“(…) Cuando el hombre busca la libertad, sin alarde de egoísmo, cuando la libertad se convierte para él en amor puro para con el acto a realizar, entonces, tendrá la posibilidad de aproximarse a Micael” 5.
Toda persona negará el estar actuando por egoísmo, al ser preguntado al respecto. En nuestra conciencia vivimos y actuamos “naturalmente” de manera altruista, a partir del objetivo. En la Tierra vivimos entre el aparentar y el ser. Paso a paso tenemos que liberarnos del aparentar, que en principio es conciencia. Tarda mucho y requiere de larga experiencia de vida hasta que nuestra conciencia posee correspondencia con los hechos y los hombres puedan vivir en nuestra conciencia así como son – como quieren llegar a ser.
1. Steiner, Rudolf: El estudio del hombre como base de la pedagogía, Stuttgart, conferencia 14 del 05.09.1919, final de la conferencia, Obras completas GA 293
2.Steiner, Rudolf: El Arte de la Educación, Metodología y Didáctica, Stutgart, palabras finales 06.09 1919, Obras completas GA 294
3. Steiner, Rudolf: Teosofía, Obras completas GA 9
4. Steiner, Rudolf: El ciclo anual como proceso respiratorio de la Tierra, Dornach, conferencia del 02.04 1923, Obras completas GA 223
5. Steiner, Rudolf: Los pensamientos guías antroposóficos. Los pensamientos del mundo en el actuar de Micael y en el actuar de Ahriman, 9na. carta de Micael, Obras completas GA 26
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