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ZUM UMGANG MIT DER LINKSHAENDIGKEIT

LIBRO: DAS SCHULKIND-Gemeisame Aufgaben von Arzt und Lehrer

Autor: Michaela Gloeckler

Traducción: Ana Maria Rauh

FUNDAMENTOS SOBRE LA BASE DE EL ESTUDIO DEL HOMBRE

La palabra pronunciada por Rudolf Steiner en el marco de una conferencia con maestros Waldorf “la zurdera la deberíamos corregir siempre”, resuena en los oídos de todo maestro Waldorf. Cada vez, se torna empero mas difícil llegar a una concordancia de los motivos al respecto, tanto por parte de la antroposofía como por parte de la medicina científica natural, para hallar una solución en interés del niño, frente a la demanda exigida con insistencia cada vez mayor por parte de la psicología: “Libre mano para los niños”. Los puntos de vista aquí reproducidos, podrán entonces aportar una ayuda para la continuación de la charla con los padres a menudo muy interesados e informados psicológicamente, en lugar de interrumpirla prematuramente.

Es la misión de la pedagogía Waldorf, conducir a los niños a una libre disponibilidad de sus facultades. Acorde a ello, como maestros, pedagogos curativos y médicos, estamos empeñados en educar a partir de la libertad en el trato con el niño y también en la propia auto-educación. A partir de libertad –esto cobra un significado especial en la situación de nuestra época. Dado, que al movimiento antroposófico se le genera una oposición considerable por el hecho de que a menudo no actuamos dejando en libertad o de una manera liberadora, sino de modo determinante, dogmático y hasta apremiante. Este efecto no proviene de la fuente de nuestra pedagogía, proviene mas bien de nuestra propia atadura, de nuestro propio estado de falta de independencia, que por supuesto puede ser resuelto únicamente por la persona misma, intentando aproximarse a aquello, que Rudolf Steiner denomina “intuición moral”. Vale decir, que no podemos acercarnos a un asunto mediante principios y no podemos saber de antemano, lo que es correcto y lo que no lo es. Dejamos todo a la discreción del libre juego de posible realización –todo nuestro conocimiento- y frente al niño, frente a los padres, procedemos según los hechos dados, que el destino a partir de los impulsos de la libertad de la vida terrenal lleva a la configuración. En el libro “Enigmas humanos”, Rudolf Steiner nos dice: “En los momentos, en los cuales el alma se vivencia con libertad, su vida eterna irradia al presente de manera inmediata y está presente...” Dentro de esa vivencia libre se torna posible la actividad de la fantasía moral y de la intuición moral. De esa fuente ha sido creada la pedagogía Waldorf, una educación hacia la libertad, una educación a partir de la libertad.

He querido anteponer este pensamiento, por el hecho de que la zurdera es justamente un tema alrededor del cual se enreda algo de dogmática, de tensiones y de malos entendidos y algunos padres hasta se han constituido en opositores de la pedagogía Waldorf, porque su niño iba a ser llevado a la escritura con la mano derecha obligadamente y bajo presión, en contra de la real voluntad de los padres. No estoy tratando de imponer una defensa en pro o en contra de una “re-educación” de los zurdos, mas bien quiero aportar material, para ampliar y profundizar los fundamentos del accionar en libertad. De esta manera, se fomentará la decisión de cómo tratar al niño en cada caso, pero no se la impondrá de antemano.

En la serie de artículos referidos a la formación en euritmia curativa apareció en 1987 un cuadernillo con el titulo “El problema de la zurdera”, para el cual el muy apreciado colega Dr. Braumueller, en el interín fallecido, como médico escolar de la escuela Waldorf am Kraeherwald, ha escrito una introducción. Este cuadernillo contiene una buena colección de las mas importantes expresiones de Rudolf Steiner con respecto al problema de la zurdera, se mencionan además otras conferencias donde podemos hallar mas información con respecto a la lateralidad. Por lo tanto, este cuadernillo es muy apropiado para el estudio de esta cuestión. Al final de la introducción empero, bajo el punto 2, resumen de los consejos de Rudolf Steiner, escribe Braumueller: “El cambio puede ser llevado a cabo solamente hasta el noveno o décimo año, mas tarde, es riesgosa.” Según mi opinión, en esa formulación categórica, la frase puede conducir al prejuicio en la evaluación de situaciones concretas. Frente a ello, la formulación de Rudolf Steiner es mas abierta. En la conferencia se había preguntado si a los niños zurdos se les debía cambiar la lateralidad. Su respuesta literal ha sido esta: “¡En general, sí!” A los niños zurdos, antes del noveno año en todo lo referido a lo escolar se podrá acostumbrar al uso de la mano derecha. Sería correcto, no hacerlo, únicamente si podría causar un daño, lo que sería el caso en pocas oportunidades...” Conferencia del 25.5.1923

Yo interpreto la frase de esta manera: el cambio a la derecha antes del noveno año es fácilmente posible en todo a lo referido a lo escolar y que después de esa edad, ya no es tan fácil. Nada se dice empero acerca de que en el caso de la escritura – puesto que ella sobre todo se trata en lo referido a lo escolar- un cambio resultaría problemático después del noveno año de vida. Para la nueva edición de este cuadernillo, la introducción ha sido elaborada por Wolfgang Goebel, adaptándola a la posición actual de la investigación médica (nueva edición 1990). Por tal razón, allí ya no encontramos la mencionada limitación en esa forma. Mi experiencia abarca personas entre el inicio de la escolaridad y también personas de edad avanzada, que han padecido ataques de apoplejía y que no podían mover una mano y que naturalmente han podido aprender la escritura con la otra mano, sin que por ello se presentaran problemas. Un joven de 16 años, quien en un accidente había perdido un brazo –el derecho- luego comenzó a realizar todo con la mano izquierda, forzadamente, implementando toda su voluntad y no se han podido observar manifestaciones psíquicas, tales como tartamudeo o pérdida de nociones. Evidentemente, el motivo para ello está dado en el hecho de que alguien que se propone algo así, lo hace con íntima participación, a partir de lo mas profundo de su voluntad y con plena simpatía y pleno apoyo de su medio circundante y que de inmediato puede detenerse en el esfuerzo cuando tiene la sensación de haber llegado a un límite. Algo similar sucede con la persona diestra, que comienza a tocar el cello, el violín y quien tiene que desarrollar una actividad de motricidad excepcionalmente fina en el arco con la mano izquierda, quien empero practica con interés y con entrega, a lo largo de muchas horas, para alcanzar una debida virtuosidad. A partir de estos ejemplos queda en evidencia la problemática que puede generarse, cuando en las expresiones de Rudolf Steiner es introducido algo, que no ha sido dicho con esa misma intención y que luego conduce a convertirse en palabra guía de aquello que debe hacerse y que no se debe hacer, sin que esto se compruebe o verifique en la realidad de la vida. Otro problema consiste en el hecho de que sin previo examen son tomadas expresiones de Rudolf Steiner para ser elaboradas, expresiones que se basan en el estado de aquel entonces de la ciencia y que no concuerdan con las nuevas cogniciones en ese terreno. Rudolf Steiner ha tomado muy en cuenta la investigación de su época, y por tal razón, para algunas de sus afirmaciones se vale del estado del conocimiento de la psicología y neurología de aquella época. En la década del veinte, en la ciencia imperaba la concepción de que el centro lingüístico tuviese correspondencia con la lateralidad dominante de las manos. Por partir del hecho de que el niño en principio dispone simétricamente ambas esferas cerebrales y que podía desarrollar determinadas facultades a la derecha y la izquierda en la representación central, se creía, que cuando un niño escribe con la mano derecha, el centro lingüístico se formaba a la izquierda y cuando escribe con la mano izquierda, este se formaba en la mitad derecha del cerebro. Desde hace décadas, esa concepción es tomada como caduca, por el hecho de que existen investigaciones que confirman, que solamente el dos al cinco por ciento de todas las personas tienen su centro lingüístico en el lado derecho, independientemente de que sean zurdos o diestros. En algunas publicaciones empero aun lo podemos leer empero, porque en la época de Rudolf Steiner ha sido una opinión reconocida.

Al contemplar el uso de la mano derecha y de la izquierda cultural-históricamente, llama la atención, de que la pintura china ha sido creada con la mano izquierda. También la escritura en un principio se llevaba a cabo con la mano izquierda para desplazarse luego, paulatinamente, a la mano derecha, hasta llegar a la famosa piedra griega del quinto siglo antes de Cristo, en la cual los caracteres griegos están dispuestos en forma de meandro, vale decir de izquierda a derecha y de derecha a izquierda en constante alternancia (M. Sovák: Problemas pedagógicos de la lateralidad, Berlin, 1968). Humanamente, puede observarse así, en conjunto una evolución de izquierda a derecha. Cuando la escritura ha adquirido una importancia de primer rango en la evolución cultural, a su vez se fue imponiendo en medida cada vez mayor, el empleo de la mano derecha. Paralelamente se ha ido desarrollando una evolución cultural, que ha adoptado rasgos materialistas cada vez mas pronunciados.

Otro aspecto es asimismo, el desarrollo típico en cada edad del niño. Todo niño sano, en la edad de la lactancia pasa por una etapa de bilateralidad. El pataleo, la motricidad de brazos y piernas, son casi similares en ambos lados. Según la estadística, en la mayoría de los casos y hasta el segundo año de vida luego se desarrolla un leve predominio del lado izquierdo. Muchos padres llegan al consultorio con la pregunta, si su niño será zurdo, dado que en ese momento la mayoría de los movimientos los estaba realizando con los miembros izquierdos. Esa manifestación se produce en la mayoría de los casos, en la época en la cual el niño aprende a hablar. Desaparece luego nuevamente en el segundo año de la vida y entre los dos y los cuatro años de vida, los niños están dispuestos de modo ambidextro.

Cuando a esa edad tienen que ser llevadas a cabo operaciones cerebrales, aun pueden ser extirpadas grandes partes del hemisferio cerebral derecho o izquierdo, sin que en el niño se produzcan significativas manifestaciones de deficiencias. Es una asombrosa experiencia que los neurólogos infantiles realizan una y otra vez; observar la increíble plasticidad del cerebro infantil a esa edad y cuan grande es la posibilidad de estimularlo, para la percepción central de actividades de la periferia y desarrollar las correspondientes representaciones nerviosas centrales. Es interesante a su vez, que los zurdos conservan generalmente algo mas de esa plasticidad del cerebro a lo largo de su vida que el diestro. Al cabo de lesiones, les cuesta un esfuerzo algo menor, compensar sus síntomas de deficiencia. Algunos años después de la guerra de Vietnam, se han podido leer informes en los diarios, según los cuales los zurdos entre los soldados con graves lesiones cerebrales –en el caso de que no eran excesivos los defectos de sustancia- al cabo de unos años se habían recuperado de manera tal, que podían ser comparados con el grupo de los no lesionados, sin importar, que parte del cerebro había sido afectada- la derecha o la izquierda. Los diestros en cambio, independientemente del lado derecho o izquierdo de su lesión, tenían que luchar en medida mayor con estados de deficiencia e impedimentos de naturaleza mas leves o mas grave. Como ya lo hemos mencionado, todo niño pequeño, ya sea diestro o zurdo, entre los dos y los cuatro años, es mas o menos ambidextro, sin llegar a la lateralidad. La determinación hacia el lado derecho o el izquierdo se establece recién, cuando los niños llegan al quinto sexto o séptimo año de vida. Algunas veces, aun no se han lateralizado inequívocamente, aun en el primer año escolar. Cuando este hecho es constatado por el médico escolar, en oportunidad de la revisación de recepción, puede prestar ayuda mediante la euritmia curativa, para que así pueda establecerse inequívocamente el dominio del lado. Por lo tanto, estamos frente al interesante hecho, de que los niños de la actualidad en su desarrollo individual recorren el camino de la historia humana, al encontrarse primeramente orientados hacia la izquierda, pasar luego por una fase de la ambidextralidad, para conformarse en la mayoría de los casos en diestros.

Existe una teoría, según la cual alrededor de treinta a cuarenta por ciento de los hombres son zurdos por predisposición y todos los demás son diestros. El numero de zurdos, que de hecho encontramos en la escuela es sin embargo mucho menor, pero, esto se atribuye a influencias del medio ambiente. Dado, que los hábitos culturales y las instalaciones hasta en lo que respecta a lo militar, solamente toman en cuenta el empleo de la mano derecha, promoviendo una correspondiente adaptación. Se destaca, que habría una cantidad mucho mayor de zurdos, si el medio ambiente fomentase en medida mayor el empleo de la mano izquierda.

Sea como fuese, actualmente podemos tomarlo como un hecho, de que los zurdos conforman una minoría frente a los diestros y que su participación oscila entre el 10 y el 40%, según hacia que lado se cuenten aquellas personas con una lateralidad no muy pronunciada. La cuestión es empero, si a un zurdo de mano se lo tome como de LATERALIDAD zurda, si se limita la denominación de zurdo de mano a aquellos que casi exclusivamente utilizan la mano izquierda, o si denominamos zurdo de mano también a aquellos que poseen la misma habilidad en ambas manos. Sobre la base de una diferencia en la interpretación se obtiene la amplitud de dispersión en los números de la participación de los zurdos.

Sobre todo, en la literatura americana en la actualidad existen muchas publicaciones de libros y artículos en revistas, que se refieren a la zurdera. Toda clase de investigaciones, estudios en familia y comparaciones del comportamiento sexual en diestros y en zurdos, aportan un cúmulo de datos con respecto a este tema. En esta oportunidad, se clarificó algo muy interesante: Las investigaciones han conducido a la conclusión, de que en realidad ya no podemos hablar de zurdos y de diestros y ni siquiera de un inequívoco dominio. Dado, que queda en evidencia, que las facultades de una persona se reparten de muy diferente manera entre la derecha y la izquierda. Al buscar el lado dominante, se eleva la pregunta: ¿dominante con respecto a que? En nuestro trabajo pediátrico y como médico escolar por tal razón situamos el dominio en relación a INTENCIONALIDAD Y CONCIENCIA. Vale decir, donde espontáneamente mueve el brazo, la mano y donde estoy mas despierto, ese es mi lado dominante. Y allí, donde estoy orientado en mayor medida por el sentimiento y no tan intencionalmente, mas bien, de un modo expectante, de recepción, y donde tengo la cualidad de lo inconsciente, allí, está el otro lado. Pero, por supuesto, podemos preguntarnos, porque las cualidades mencionadas en último termino puedan ser menos dominantes. ¿Acaso, las cualidades de ese lado tienen menos valor? A partir de tales experiencias y preguntas, se ha ido plasmando el término de la LATERALIZACION FUNCIONAL. Eso se refiere a que tenemos que investigar, donde las facultades tienen su asiento funcional. En la mayoría de los casos sucede, que todas las actividades pueden ser llevadas a cabo mejor con una mano que con la otra. Casi siempre empero es menester la acción conjunta de ambas manos, para poder llevar a cabo algo. Cuando un diestro observa a un zurdo que está colocando un clavo en la pared, su proceder le parece extraño, porque está habituado a aplicar los golpes con la mano derecha, considerando, que eso es lo decisivo en el caso de meter un clavo. Del mismo modo puede empero ser fundamental, el sostener con seguridad al clavo con la otra mano. ¿Por qué la mano que sostiene al clavo al ser golpeado, que da el apoyo, puede ser menos dominante? ¿Por qué el golpear ejerce un dominio frente al sostén y al apoyo?

Dominio y lateralización son términos, que actualmente están en boga. Lo que va en pro del concepto de la lateralización funcional es el hecho de que predispone a los médicos y a los pedagogos a investigar a diversas actividades (motrices, sensorias) con respecto a su determinada lateralidad y de preguntarse, a que lado del cuerpo tal actividad se adecua mejor, según su disposición y porque justamente en ese niño está dispuesta de manera diferente. Si en cambio contemplamos la intencionalidad del niño, podemos conservar comprobados métodos de investigación, tales como: ¿El niño toma el caleidoscopio con la mano derecha o con la izquierda? ¿Escucha el reloj colocándolo junto a la oreja izquierda o a la derecha? O, ¿si le damos un papel con un agujerito, lo coloca frente al ojo derecho o frente al ojo izquierdo? Al cabo de la práctica usual, tenemos el resultado de lo que queremos saber, una vez realizadas estas constataciones. Pero, quien desea saber QUE se ha visto, la profundidad, la forma o el color, dividirá la visión preferida sobre ambos ojos, de manera diferente. Puesto, que no es así, que el ojo dominante, en todas las cualidades de la visión también sea el dominante. Cuanto mas prestamos atención aquí a los pormenores, tanto mas se evidenciará como hecho, la lateralización funcional de las cualidades.

Cuando empero se trata de evaluar el estado de encarnación de un niño y ayudarle en su encarnación, entonces, el concepto del dominio a modo de DOMINIO DE LA ENCARNACIÓN puede prestar ayuda. Vale decir, que tenemos que formular la pregunta, en que parte del cuerpo el niño se siente mas fuerte como a si mismo, como mas presente, despierto, vivenciándose mas activo. Aquí depende, en que lado la voluntad propia es recibida en mayor medida como fuerza. Al respecto, es guía el dominio intencional espontáneo, lo que no implica, que el otro lado es menos importante.

Es esta valorización automática moral, apenas conciente, de ambos lados que en las así llamadas discusiones de cambio, una y otra vez se constituye en problema. La desvalorización del lado izquierdo a menudo ya está dado en lo lingüístico (en alemán izquierda es links, entonces, linkisch, significa torpe, desmañado), o, levantarse de la cama con el pie y en diversos dichos tradicionales. En todos los retratos del juicio final, los demonios y los condenados se encuentran a la izquierda, los ángeles y los santos se encuentran a la derecha. Algo parecido, pero de signo contrario, sucede con la valorización de la mano derecha. La mano derecha (en alemán rechts, sinónimo de richtig: exacto, preciso, bueno, justo, verdadero, etc.), la mano que se levanta para dar el juramento, en la cual podemos confiar. (Nota: en mi lema de confirmación del salmo 73 dice: Tu me sostienes de la mano DERECHA...). Cuando los hombres y las mujeres son separados en un recinto, los hombres, naturalmente ocupan el lado derecho y las mujeres, el lado izquierdo. El lugar de honor en la mesa está a la derecha, el vecino en la mesa de la izquierda, “lo dejamos de lado”(a la izquierda) de allí procede esa expresión.

Una y otra vez llegan al consultorio infantil, con un niño que para el saludo extiende la mano izquierda. Cuando los padres luego dicen: “Da a la doctora la mano correcta”, eso, de hecho es un problema. Se observa allí la diferencia entre las manos: la primera, se extiende hacia nosotros, tal vez un poco titubeante pero con una oculta radiancia, a veces con un poco de timidez o a veces con decisión a partir de la espontaneidad inmediata del encuentro – la otra en cambio, al cabo de la advertencia, a menudo con desgano, con la mirada apartada, con desaliento y mecánicamente. Si nos ponemos en el lugar de un zurdo así, podemos darnos cuenta, como desde temprana edad se van ejecutando pequeñas quebraduras en su auto-estima. El niño vivencia constantemente: Así, como soy, en realidad no soy correcto (en alemán recht(s): derecho). Si desde la derecha evaluamos a la izquierda, lo izquierdo no es lo correcto. Surge entonces la pregunta: ¿Qué es lo izquierdo?

Cuando en la escuela recibimos niños, que ya han pasado por una escuela tan deprimente y que constantemente han tenido que tener la sensación: tengo que ser diferente a lo que soy, naturalmente, esto no puede seguir sucediendo en la escuela. Puede ser empero, que los padres, antes del ingreso a la escuela se han ocupado un poco de psicología y de pronto se han dado cuenta de lo equivocado de su educación. Ahora naturalmente quieren que en la escuela no siga esa discriminación y frente al maestro sostienen el punto de vista, que el niño escriba con la mano izquierda: “Nuestro hijo está bien tal como es”.Cuando los maestros están firmemente convencidos de que el niño debería aprender a escribir con la mano derecha, circunstancialmente se producirá el choque de dos mundos. En una situación tal, no siempre es fácil despertar comprensión con respecto a que no se desea discriminar al lado izquierdo, sino, que se desea valorizar al lado derecho, intentando enseñar la escritura con la mano derecha. Como señal de que a la mano izquierda no se la desprecia, le podemos entregar un bello cristal, o una valva, como recompensa de que ya ha aprendido tantas cosas, mientras que la mano derecha practica la escritura. De esta manera, no se genera una discriminación, sino que se incentiva una ambición, de que la mano derecha pueda realizar aquello, que aun no logra.

Al respecto, quiero contar una experiencia personal: cierta vez asistí como visitante en el segundo grado de una escuela Waldorf, donde me volví a encontrar con un niño, que ya conocía de una visita anterior. Por entonces aun se encontraba en el jardín de infantes y por tratarse de un niño tan difícil, los maestros ya no lo querían recibir en la escuela. Pero, finalmente fue aceptado. Ese niño –un varón- era considerado como manifiesto zurdo, y en mi visita al grado vi, que estaba escribiendo con la mano izquierda. Durante la clase principal me acerqué a él y le pregunté: ¿Por qué no escribes como los demás con la mano derecha? ¿No lo has aprendido todavía?” Y el niño respondió: “No, no lo he aprendido aun”. ¿Nadie te ha dicho todavía que tu mano derecha también puede escribir? “No, nadie me ha dicho eso”. “¿No quieres probarlo una vez?” “Si, lo quiero probar gustosamente”. Luego he estado escribiendo con él, durante media hora y me di cuenta que puede escribir asombrosamente bien con la mano derecha. Esto se lo conté luego a la maestra y a la madre, que también era maestra. Ambas estaban consternadas, dado que habían acordado, dejar al niño en paz con su zurdera, por el hecho de que de todos modos daba motivo para tantas criticas – una decisión absolutamente comprensible. Pero en este niño esta breve charla tuvo como consecuencia que sentía un real gusto poder escribir como todos los demás en el grado y esto siguió siendo así. En la clase siguiente se dibujaba y se sabe, que un autentico zurdo de ninguna manera puede dibujar con la mano derecha, aun, cuando ha aprendido a escribir con la mano derecha. Pero este niño dibujó su primer dibujo con la mano derecha. La maestra observó como tomó el lápiz con la mano izquierda y ya quiso empezar a dibujar, recapacitó durante un momento, luego cambió de mano al lápiz, cerró la mano izquierda formando un puño. Luego, con trazos lentos, dibujó varias pequeñas lauchas, negras, con colas algo curvadas. Ahora, este niño está escribiendo con la mano derecha. Es elogiado por este esfuerzo y de esta manera ha experimentado una revalorización en su conciencia propia. Pero, ya sé que existen historias diferentes y por tal razón quiero que esta historia se entienda a modo de apertura.

A los múltiples aspectos del estudio del hombre pertenecen asimismo los diversos daños posibles que se producen por el hecho de que la escritura con la mano derecha es forzada bajo presión. El conflicto interior del niño relacionado con ese hecho conduce a síntomas similares como otras inseguridades y tensiones, como por ejemplo el conflicto del divorcio matrimonial de los padres. Siempre, cuando al niño se le quita en algo el firme piso anímico, está dado el peligro de un profundo desconcierto. Ya no siente el cálido llamado al mundo. Se siente rechazado, se repliega, y esto puede conducir a síntomas tales, como tartamudeo, pérdida de interés, morderse las uñas, trastornos para dormir, trastornos de la concentración, caída del rendimiento, desgano para el aprendizaje, sudoraciones, falta de apetito, dolor de cabeza matinal. Se trata aquí de síntomas, que pueden aparecer a causa de los mas diversos accionadores. Cuando tales síntomas aparecen en ocasión de una acción de aprendizaje de escritura, no apropiada, con la mano derecha, esto no está relacionado con el aprendizaje de la escritura, o con la “re-estructuración del cerebro”, sino que se trata de síntomas clásicos de reacción del tipo vegetativo y psíquico, como consecuencia de desgano y de conflicto anímico. Esto lo debemos saber también cuando nos vemos confrontados con las preocupaciones y las dificultades de los padres, que han leído lo que puede suceder a causa del cambio y que se oponen porque no quieren que su hijo comience a tartamudear y que se torne lábil vegetativamente. Pero, esto sucede únicamente, cuando el aprendizaje de la escritura con la mano derecha no es guiado cuidadosamente y los niños son sobre exigidos o si los padres no son involucrados de una manera tal, que los posibilita a apoyar el proceso.

En el libro “Zurdera, análisis de una minoría”, un estudio del Instituto Ludwig Boltzmann en Viena- se trata de un instituto para la investigación de daños cerebrales infantiles- estos contextos son representados de manera excelente. Podemos comprender que la conclusión obtenida de esas investigaciones dice: ¡DEJAD A LOS NIÑOS LIBERTAD DE MANO!

También yo abogaría por dejar en libertad de elección la mano a ser usada por el niño, si no se sabe con seguridad como conducir ese proceso de aprendizaje de la escritura con la mano derecha de manera tal, que lleve a un fortalecimiento de la personalidad, una ayuda para la encarnación y una capacitación. Ese, debe ser el objetivo y cuando esa meta no está asegurada, es preferible dejar que el niño se encarne de manera tal, como está dispuesto por su destino en esta vida. Tenemos una educación hacia la libertad- es una libre decisión, ofrecer al niño algo, que a partir de su propio destino no desarrollaría, o no podría desarrollar, lo que sobre la tierra solamente puede recibir de otra persona, que hace algo con él. Cuando esa positividad, ese sentimiento de libertad, que está ligado de modo inseparable con el amor no rodea al niño en su esfuerzo, faltamos a los principios de nuestra propia pedagogía. El objetivo debe ser, brindar al niño un regalo del destino, pero tenemos que examinar cuidadosamente, si en realidad es un obsequio. Y luego depende también, de obtener el acuerdo de los padres.

En mi consultorio tuve un caso, en el cual no hubiese podido promover la comprensión de los padres por mi cuenta. El padre del niño era médico, la madre psicóloga y estaba de acuerdo, que su hijo zurdo aprendiese a escribir con la mano derecha, el padre en cambio tenía dudas. Mientras que los padres no habían llegado a un acuerdo, el niño mostraba los clásicos síntomas del desconcierto, de modo tal, que la madre ya quería abandonar el propósito. Como el padre empero se ocupaba también con la acupuntura, consultó a un acupuntor, quien debía revisar al niño con respecto a la distribución energética. A base de sus resultados, el acupuntor declaró, que al niño le haría bien, escribir con la mano derecha. A partir de allí, los esfuerzos de los maestros recibieron el apoyo del padre también. Desde entonces, el niño escribe sin problemas con la mano derecha y siente orgullo por los progresos, que reciben también el merecido elogio por parte de los padres. A continuación intentaré reunir puntos de vista a partir del estudio del hombre, que nos clarifiquen porque Rudolf Steiner decía que la zurdera debía ser corregida siempre (conferencia del 10.5.1922, para los padres de la Libre escuela Waldorf). Como esa demanda se encuentra en crasa contradicción para la concepción generalmente predominante, es decisivo, indagar exhaustivamente los motivos. Contemplemos en primer lugar el lado físico del problema; en un capitulo separado, nos ocuparemos de los científico-espirituales.

¿Qué sucede con respecto al cuerpo? En un comienzo, es interesante constatar mediante la auto-observación, o mediante la observación de otra persona, la forma económica de la cual estamos edificados íntegramente hacia la derecha y la izquierda. En el caso de un brazo que se encuentra enyesado, se atrofia la musculatura. Todo, lo que no se utiliza en el organismo, se retrotrae y todo lo que se utiliza, se fortaleza, se desarrolla. La formación es resultado de la actividad de encarnación de un niño, que después del nacimiento tiene lugar en constante debate con el medio circundante. Para estimular el desarrollo cerebral en el caso de trastornos, practicamos gimnasia terapeutica con los lactantes, puesto, que ha quedado demostrado, que la repetición de determinados movimientos bien coordinados para el desarrollo del cerebro conforman un saludable estímulo plasmador. Correspondientemente, también los demás órganos se van formando a través de su función. Si observamos al cuerpo con respecto a izquierda y a derecha, en primer lugar es la simetría la que llama a nuestra atención. Todos los órganos nerviosos, todos los órganos sensorios, todos los órganos de actividad conciente, están edificados de manera simétrica, esto lo observamos a primera vista. Al mirar empero al interior del cuerpo, nos damos cuenta de que los órganos que se encuentran retraídos a la conciencia, los órganos puramente volitivos y correspondientes a la actividad, se encuentran arraigados exentos de simetría en el organismo.

Los órganos de la semi-conciencia, del sentir, se encuentran en el medio. Aunque el corazón y el pulmón están dispuestos simétricamente, el corazón con sus cuatro cámaras, como órgano singular, se encuentra mas a la izquierda y los dos pulmones en el lado izquierdo se encuentran representados en el lado izquierdo con solo dos lóbulos y en el lado derecho con tres lóbulos. Con respecto al lado izquierdo y al lado derecho queda en evidencia, que, visto físicamente, en general el lado derecho se encuentra coordinado en mayor medida hacia el mundo exterior y debe elaborar aquello, que debe ser recepcionado del mismo, espacialmente a través de la percepción sensoria (cerebro) y a través de las sustancias (hígado). También las infecciones (por ejemplo tuberculosis) afectan con mayor frecuencia al pulmón derecho y no al izquierdo. El pulmón izquierdo posee únicamente dos lóbulos –no solamente porque en ese lugar se requiere lugar para el corazón- también respira con menor profundidad y menor actividad, de modo, que tenemos que decir: todo aquello que nos rodea con materias tóxicas, con polvo, con todos los exquisitos perfumes y todo el oxígeno refrescante a modo de aire de respiración, lo recepcionamos preferentemente del lado derecho. Allí, hay mas lugar, y mas actividad. En el lado izquierdo en cambio, tenemos una mayor inclinación hacia el mundo interior anímico y hacia los procesos del escuchar y el hablar, que tienen lugar en el tiempo. Es por ello, que el centro lingüístico principal se encuentra representado casi siempre a la izquierdo en el cerebro, también la elaboración de la música y de la vivencia interior referida al sentimiento. Del lado izquierdo está situado también el bazo, que puede ser hallado a modo de pequeño órgano esponjoso, debajo del arco costal izquierdo –frente al hígado. Visto desde esta disposición básico, la escritura como proceso comunicativo con el exterior, se corresponde en mayor medida con el lado derecho del cuerpo, mientras que la ejecución de los tonos sobre el mástil de un violín con lógica mayor es llevada a cabo en el lado izquierdo.

La implementación justa de los lados de la corporeidad derecha e izquierda, fomenta el empleo económico de las fuerzas, previniendo así una sobrecarga.

Otros aspectos a esto siguen en el próximo capitulo. Para finalizar, solamente quiero agregar lo siguiente: Si a los niños les enseñamos la escritura con la mano derecha, esto no viene a ser una “permuta”. Todas las demás actividades son llevadas a cabo por el niño con mano libre. Solamente adquiere, adicionalmente, una nueva facultad con la mano derecha, la escritura. De permuta podría hablarse únicamente, si el niño ya ha aprendido a escribir con la mano izquierda. Se tratará entonces por cierto de casos de excepción, en niños mayores. Estos de hecho deberían ser examinados con especial cuidado. Es necesario asimismo, involucrar al niño en cuestión plenamente en la decisión a ser tomada. Esto ultimo no viene al caso, cuando en el primer año escolar, simplemente todos los niños aprenden a escribir con “la mano de la escritura”, siendo, que a los unos le resulta mas fácil que a los otros. La mano “del dibujo /pintura”, luego podrá ser individualmente, diferente –la “mano de las cuerdas” y la “mano del arco” al tocar violín, nuevamente no, etc. En aporte para la zurdera en el libro “Consultorio infantil”, de Wolfgang Goebel y mío, se encuentra información práctica adicional al respecto. Se ha mencionado asimismo el valor pedagógico con el trasfondo cármico referido por Rudolf Steiner, a partir del cual estamos realizando el esfuerzo de enseñarles a los niños la escritura con la mano derecha. Este capítulo es apropiado a su vez para dárselo como lectura a los padres en ocasión de una charla con respecto a la zurdera de su hijo.

ASPECTOS CIENTÍFICO-ESPIRITUALES

Para los niños zurdos cobra validez de modo especial, lo que asimismo es valedero para los diestros: son excepcionalmente diferentes. En comparación con los diestros muestran tipismos mucho mas marcados con respecto a su comportamiento y sus facultades. El grupo de los zurdos en comparación con el grupo de los diestros reúne mas personas enfermas y mas personas geniales. Al respecto, existen muchos estudios: La investigación del Instituto Ludwig-Boltzmann; el resumen de Ullmann: Psicología de la lateralidad; o, Sovak: Problemas pedagógicos de la lateralidad. En esas publicaciones se investiga el estado de salud y de enfermedad de los típicos zurdos y diestros y de los ambidiestros. Muchas veces, a estos últimos se los toma como zurdos, lo cual es naturalmente discutible. Un estudio de esos informes de investigación da la impresión de una cierta concentración de problemas de salud en el caso de los zurdos, siendo, que en ellos aparece por ejemplo con mayor frecuencia que en los diestros: alergias, miopía, hidrocefalia, microcefalia, daños de parto traumáticos, patologías heredadas tales como anomalías del esqueleto o enfermedades metabólicas. En los zurdos se observa asimismo, mayor cantidades de desvío en lo sexual, en el sentido de la homosexualidad y amor lesbiano y mayor labilidad psíquica que en los diestros. También las convulsiones afectivas que aparecen en niños de uno a cuatro años, en los cuales los niños pueden entrar en un estado tal de rabia, que pueden dejar de respirar entrar en convulsión, son típicos para niños que luego muestran ser zurdos. A ello, se agregan los problemas ya mencionados en el capitulo anterior, que se producen a causa de represiones del mundo circundante en el sentido de forzados intentos da cambio y del trato despectivo de la mano izquierda: sudoraciones, dolor de cabeza, falta de apetito, dermografismo (al producirse un rasguño en la piel, aparece una raya roja, en lugar de la raya rosa pálida o blanca), luego, tartamudeo, ausencia de ideas, reacción anímica no adecuada, vale decir, reacciones de rabia y también de alegría, la así llamada labilidad de los afectos- una ausencia de capacidad de dominio de los sentimientos. Estos síntomas pueden conducir asimismo a una disminución en la capacidad en la escuela y hasta a conflictos depresivos y bloqueos en el aprendizaje.

Quien comprende la relación de esas manifestaciones, se dará cuenta que el zurdo necesita una dedicación especial. Naturalmente, que todo niño necesita un cariñoso cuidado, los zurdos empero necesitan una implementación especial de nuestra simpatía y de nuestro apoyo moral, a modo de compensación por su carga adicional especifica a la que están expuestos. Al ser proporcionados los mismos, no tenemos que preocuparnos de que un niño lleve consigo algo negativo a la vida siendo zurdo, si tiene que realizar un esfuerzo para aprender a escribir con la mano derecha. Por el contrario, un aprendizaje de esta índole, a consecuencia del autodominio puede conducir a un fortalecimiento de la auto estima y de la conciencia propia. Esto empero, es especialmente esencial para el resto de su vida. Una actividad así, que cobra fuerza en la repetición, puede constituirse en equiparación para mucho de aquello que el zurdo trae consigo con respecto a una disposición constitucional física mas vulnerable, fortaleciéndolo para toda la vida.

Al contemplar al hecho del destino, por un lado tenemos acondicionamientos cármicos provenientes del pasado, somos de tal o cual naturaleza y no podemos “salir de nuestra piel”, tenemos que conformar nos con las cosas, tal como son. Por otra parte, desde el futuro llega a nosotros, un cúmulo de posibilidades evolutivas. ¿Cómo deberá ser ese ser humano? ¿Qué deseos abrigamos para él? ¿Qué debe aprender? ¿Cuál es el sentido de ello? ¿Cómo sigue el desarrollo? Entre el pasado y el futuro está situado el presente. Es un umbral, puesto, que únicamente en el presente es posible aquello, que llamamos libertad. La libertad no se encuentra en los factores determinantes del pasado. Tampoco puede estar situada en el futuro, dado que a través de nuestros deseos y metas, también el futuro se encuentra fijado en determinada manera. Solamente en el presente existe un margen para la vivencia de la libertad y para la acción a partir de la libertad, donde podemos tomar decisiones con respecto a que dirección tomar. Una libre decisión de esta índole puede ser la determinación de escribir con la mano derecha. No existen motivos condicionantes que hablan en pro y muy pocas veces hay motivos que hablan en contra. ¿De donde sacamos la motivación y la fuerza para la decisión? Aquí, entramos al ámbito, que hemos mencionado al comienzo, como posibilidad de educar a partir de “libertad”. Para ello, es menester un determinado clima anímico, una atmósfera libre, portada por el afecto. Esa atmósfera puede ser practicada. Podemos por ejemplo, reaccionar frente a un proceso. Alguien nos ha ofendido, y reaccionamos a partir de la reacción espontánea. En ese caso actuamos exentos de libertad. Algo muy diferente empero sucede, cuando nos ubicamos frente al ofensor de manera tal, como de hecho realmente lo queremos –circunstancialmente, de modo opuesto a nuestra reacción espontánea. Si investigamos a nuestra vida personal y profesional con respecto a momentos de esta índole, nos damos cuenta, en que medida marcada, en nuestro comportamiento estamos determinados por el pasado, vale decir, cuantas veces re-accionamos, en lugar de actuar enteramente a partir de nosotros mismos y de nuestras metas interiores.

Por necesario que es, aprender del pasado, y tenerlo siempre en la mente, tan necesario es asimismo, presentarnos libres y abiertos al día siguiente y estar dispuestos a un nuevo comienzo. El hecho de estar capacitado a ello, está relacionado con la fuerza dentro de nosotros, a la que señala la oración “Padre Nuestro”, cuando nos reclama perdonar a nuestros deudores. Es esa posibilidad de tomar una libre decisión a partir de un volverse interior, y perdonar por ejemplo allí, donde hemos sufrido una injusticia y donde la reacción normal quisiera pagar con la misma moneda- es esa posibilidad, que a su vez es la condición previa para todo actuar con libertad. Todo lo demás, de lo que se habla en el “Padre Nuestro”, lo pedimos a modo de gracia del mundo espiritual. Únicamente el perdonar le podemos regalar nosotros, dado, que solo puede generarse en la tierra, a través de libertad y amor. Cuando mediante esa postura del alma rompemos las funestas presiones del pasado y del futuro, se abre un espacio, dentro del cual tienen lugar intuiciones morales y donde el verdadero ser espiritual-anímico del hombre puede volcar su luz dentro de la conciencia del presente. Sin ese clima anímico de autentica humanidad, en realidad no podemos aproximarnos a la cuestión de la zurdera. Naturalmente, a menudo no es nada fácil, adoptar esa postura abierta, sobre todo, cuando ese zurdo por añadidura es difícil, tal vez, hiperquinético, agresivo, lábil o atrevido y por ejemplo le dice al maestro: “¡ Sos un mono!” Con que facilidad el maestro puede estar perplejo y a partir de una reacción espontánea envía al niño a su casa, o llama a los padres para que lo busquen. Siendo así, se empaña algo en la relación entre el niño y el maestro, dado que en realidad el niño ama a su maestro y espera de él, que no reaccione así como lo leemos en el antiguo testamento y que ya haya trabajado un poco con respecto a la libertad y al amor. De esta manera, es decepcionante para el niño, cuando una situación de esa naturaleza no puede ser solucionada con humor o con fantasía moral.

Cuando el niño tiene la impresión “yo debo”, no podemos exigirle auto-dominio, que tendría un efecto sanador. No es saludable, cuando constantemente tiene la sensación “yo debo”. Ninguna persona a la larga puede hallarse con salud en la vida laboral, si aquello que está haciendo, lo realiza con libre albedrío. Todo trabajo, que solamente constituye una carga para nosotros y en el cual no descubrimos aspecto positivo alguno, nos enfermará con el tiempo. Carcome nuestra vida interior, que está predispuesta a la espontaneidad, que requiere la vivificación a través del amor hacia la acción.

Es importante, tener presente, que problemas y dificultades pueda tener el niño- por otra parte empero también, que predisposiciones geniales. Sabemos que hubo hombres especialmente geniales y también importantes artistas, que han tenido una zurdera

A la pregunta con respecto al antecedente de la zurdera desde la visión científica –espiritual, Rudolf Steiner nos dice lo siguiente en la conferencia del 25 de mayo de 1923: “El fenómeno de la zurdera es un fenómeno explícitamente cármico y con respecto al carma es un fenómeno de la debilidad cármica. Por ejemplo: Un hombre, que en la vida anterior se ha sobre exigido trabajando, de modo tal que ha quedado agotado, no solo física o intelectualmente en el trabajo, sino agotado espiritualmente, o anímicamente y que por tal razón en una vida siguiente llega con una fuerte debilidad, no está en condiciones de superar esa debilidad cármica que ahora se encuentra en el hombre inferior –la parte del hombre que procede de la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento, en la nueva vida está concentrada sobre todo en el hombre inferior, la parte que procede de la vida anterior, está concentrada mas bien en la cabeza. De esta manera, aquello, que de otro modo se desarrolla con fuerza, eso, está débil y en su reemplazo, se recurre a la ayuda y el esfuerzo especial de la pierna izquierda y la mano izquierda.”

Imaginemos al respecto una posible escena de una vida anterior, tal vez, en la Edad Media: cultura de los monasterios, ascética forzada, duro trabajo interior, no a partir por amor hacia el mundo espiritual, sino de alguna manera de desesperación, por razonamiento o bajo presión moral- tal vez esa persona no ha ingresado al monasterio por libre voluntad propia, sino ha sido enviada por la familia y ahora quiere adaptarse y hacer merito y tal vez haga grandes esfuerzos para tener éxito. Desde siempre se ha sabido, de que en el camino interior podemos avanzar únicamente, cuando ese camino ha sido buscado con reverencia, con profundo respeto interior. Cuando allí interfieren otros motivos cuales quiere que fuesen, esto perturba al trabajo espiritual, crea un abismo entre la esencia propiamente dicha y aquello que quiere tener lugar a modo de revelación espiritual entre esa esencia y el mundo espiritual.

Es difícil, comprender el fenómeno de la debilidad cármica. ¿De que manera está relacionado con la vida terrenal, la vida post-mortem y el retorno a la tierra? Intentemos, aproximarnos a esta pregunta.

Imaginamos en primer lugar una vida terrenal, en la cual nos sobre-exigimos físicamente, donde se ha superado la capacidad laboral del cuerpo. Se produce entonces un agotamiento de las fuerzas, tendremos que descansar por un tiempo prolongado, o hasta enfermamos. Puede ser, que la persona note cuando se produce ese exceso, pero, sin embargo tiene que seguir realizando ese esfuerzo, ya sea porque siendo esclavo es obligado desde afuera, o, porque él mismo se obliga.

Al seguir trabajando en estado de agotamiento, por ejemplo al estar remando, se entra en un accionar semi-dormido. La conciencia sale en medida cada vez mayor de la tarea, esta ausente. Así entendida, la sobre-exigencia en el esfuerzo significa a su vez, que no podemos estar con nuestro amor en el trabajo, que estamos semi-ausentes, no identificados.

¿Cuándo nos sobre-exigimos espiritualmente? En nuestra época por ejemplo, en el examen estatal. Al estudiar abogacía o medicina, es especialmente problemático, lo que a diario tenemos que tratar de devorar. Notamos a las claras, que estamos aprendiendo mas de lo que podemos abarcar con nuestra comprensión y con nuestro interés. Y esto nos debilita. Es interesante, que algunos estudiantes se enferman bajo esa carga o posteriormente. Repentinamente pueden aparecer alergias o migrañas, que aunque alguien de la familia las padece, vale decir, que son “herencia”, que empero hasta ese entonces no se habían declarado. Lo que en la propia constitución existe a modo de insuficiencias se ha mantenido en equilibrio mientras no entramos en los excesos, en ocasión de sobre-exigencias de índole espiritual o física sale del equilibrio frente a cargas no fisiológicas. Entonces, de pronto nos encontramos con las consecuencias.

Lo común en todos los sobre esfuerzos está dado en el hecho de que el mundo impone exigencias, que nos superan en nuestro interior y que bajo presión o por libre decisión intentamos dar abasto a esas exigencias realizando un esfuerzo “sobre-humano”, a pesar de que ese esfuerzo ya no puede estar acompañado por nuestra conciencia y por nuestro corazón. Lo aprendido sigue siendo conocimiento puramente mental, no se conforma en “conocimiento del corazón”, vale decir, no es integrado al resto de la constitución. Lo mismo sucede en el caso del hacer. La identificación plena, aquella en la cual interiormente nos hallamos plenamente presentes en lo que estamos haciendo, no es posible. En el sobre-esfuerzo físico –por así decirlo- permanece ajeno el cuerpo, vale decir, el cuerpo responde a las exigencias del medio circundante y la conciencia ya no puede acompañarlo, se repliega. En el caso del sobre-esfuerzo y el conocimiento ya no puede ser elaborado de modo tal, que se conforme en una verdadera comprensión, en la cual tienen participación también las fuerzas del corazón.

En ambos casos, de esa manera se debilita la parte del medio, la vida del sentir. Sucede empero, que al morir únicamente llevamos con nosotros al otro lado del umbral aquello, con lo cual nos hemos unido en la vida mediante el corazón. Vale decir, que todo el conocimiento que no hemos entendido realmente, de modo tal que lo hayamos re-creado por cuenta propia, con nuestra propia voluntad y lo hayamos configurado, transpercibido e individualizado mediante nuestro sentimiento –ese conocimiento, que ha quedado superficial y abstracto, no tiene importancia para la época posterior a la muerte. Dado, que después de la muerte, el pensar se disuelve en el éter del universo. Con posterioridad a la muerte perdemos “la cabeza” y recorremos al mundo espiritual como hombre-corazón y hombre-voluntad, vale decir, como el ser moral que nos hemos conformado en el curso de nuestra vida terrenal, a través de nuestros actos. En el mundo espiritual no nos examinan según nuestro estado de rendimiento intelectual, sino según nuestras cualidades morales volitivas.

Aquello que vive en los miembros y en el corazón, procedente de la encarnación anterior, eso, lo llevamos con posterioridad a la muerte hacia las esferas de la Luna, de Mercurio, de Venus, del Sol, de Marte, de Júpiter. Allí empero, tiene duración solamente aquello, que realmente hemos hecho nosotros mismos, donde hubo plena dedicación nuestra, donde hemos estado plenamente presentes en la acción. El hacer sin la presencia del Yo, el accionar inmoral –vale decir, el llevado a cabo sin interés y sin amor- también se desprende de nosotros, no pertenece a nuestro ser. Los seres de las jerarquías superiores nos perciben del modo como somos en realidad. Se encuentran con nosotros según las palabras del Nuevo Testamento: “Al que tiene, se le dará”. Allí, donde un poco se brinda, se agrega el doble. A quien nada tiene, nada se le puede dar –circunstancialmente, hasta se le quita algo, para que pueda sentir realmente la carencia, y entonces en la próxima vida implemente un esfuerzo tanto mayor, para equiparar esa carencia.

Como resultado de ese paso a través de la esfera planetaria, se conforma la disposición de la cabeza, la concepción espiritual capilar, para la próxima vida terrenal.

En la “Filosofía de la Libertad” encontramos la afirmación de que todo aquello con lo cual nos hemos unido concientemente en el Yo, en lo sucesivo forma parte de su entidad espiritual. “El yo recibe existencia y significado, mediante aquello con lo cual está aunado”.también podemos decir: somos todo aquello, con lo cual nos identificamos. Si es poco, tenemos poco, si es mucho, tenemos mucha fuerza. Personas con fuerza somos recién, cuando nos identificamos con todo el mundo, cuando nos damos cuenta: el mundo soy Yo, y Yo soy el mundo. Esto proyecta una nueva luz de comprensión sobre una afirmación, que Rudolf Steiner brinda en el “Curso de pedagogía curativa”. Allí dice, que una encarnación necesitada de cuidados anímicos especiales podría ser atribuida por ejemplo al hecho de que en la vida anterior se ha estado en prisión y por lo tanto se ha tenido poca posibilidad para establecer una relación hacia el mundo. Esto es muy comprensible, porque en un caso así, no pueden ser reunidas fuerzas, que emanan de una identificación con el mundo, de una real comprensión del mundo. Al cabo de una vida tal, circunstancialmente pasamos por la muerte como alma empobrecida, necesitando entonces una encarnación en la cual el mundo viene a nuestro encuentro, en la cual nosotros hacemos poco, pero recibimos mucho a modo de experiencia.

Se menciona empero también la otra posibilidad para una encarnación en la cual queremos reunir fuerzas: la decisión prenatal de renunciar a un cuerpo sano, por estar convencido de necesitar para otra vida posterior una genialidad tal, que se necesite con anterioridad una vida en la cual renunciamos a toda posibilidad de sobre-esforzarnos espiritual o físicamente. Es así, que llegamos al mundo, necesitado de cuidados. Es menester una mirada mas amplia, para comprender, que aquí no imperan poderes naturales con forzosas consecuencias, sino que, tal como se expone en los “Lemas antroposóficos guía”, sino leyes morales, individuales, leyes del destino, que siempre se transiluminan, se colman del aire de las libres decisiones y de aquello, de que los hombres en sus determinaciones y misiones pueden ayudarse y apoyarse mutuamente. Podemos comprender así, que una problemática de encarnación de la debilidad puede generarse por una deficiencia real, o ciertamente por un renunciamiento voluntario. Acorde a ello, Rudolf Steiner les dice a los pedagogos curativos: “No sabeis, si se trata de fortaleza o de debilidad. Tratad entonces a cada niño de manera tal, como si se tratase de la fuerza futura, dado que, aunque realicemos un máximo esfuerzo cuando estamos tratando a un ser humano débil, constantemente tenemos que luchar con una leve antipatía, por el hecho de frente a la debilidad sentimos esa antipatía. Vencer esa antipatía nos resultará mas fácil, cuando queremos ayudar al niño en su trabajo de prepararse de la mejor manera para su próxima vida terrenal.

Para la zurdera empero, Rudolf Steiner da el diagnostico de la “debilidad cármica”. No se conoce una decisión prenatal por otro motivo en este caso. Quien quiere prestar ayuda aquí, deberá hacer todo lo posible para ayudar al niño a llegar a la identificación con todo aquello que aprende y que hace y deberá tratar, sobre todo, que no se realicen actividades mediante las cuales se pierdan fuerzas innecesariamente. Y eso sucede, al escribir con la mano izquierda, dado que el lado izquierdo trabaja próximo a la conciencia, la escritura empero, con el tiempo se conforma en actividad de rutina, exenta de sensibilidad. Ese acto mas bien inconsciente, al servicio de la circulación exterior, posee correspondencia con la disposición constitucional del lado derecho del cuerpo. Dado que, tal como lo hemos referido en el capitulo anterior, la mitad derecha del cuerpo con todas sus funciones está orientada en medida mayor, a la percepción y la elaboración del mundo exterior. Las fuerzas de la mitad izquierda del cuerpo, portan en mayor medida la vida espiritual-anímica y la orientación del tiempo. El hombre de la actualidad tiene normalmente un exceso de fuerza en la mitad derecha del cuerpo, por el hecho de que la humanidad actual se ha preparado mas intensamente que en todas las culturas anteriores, para la elaboración del mundo exterior, siendo que la fuerza principal es implementada en ese sentido. Cuando las fuerzas están repartidas en igual medida en ambas mitades del cuerpo, esto se evidencia en la sintomática de la ambidextricidad, mientras que el zurdo manifiesta, que ha traído una debilidad de la mitad derecha de su cuerpo. Esto queda demostrado asimismo a partir de investigaciones cerebrales que confirman que en el caso del diestro explicito, el cerebro posee una forma cerebral de mayor asimetría, mientras que en el zurdo, se asemejan. El cerebro del zurdo a semejanza del cerebro del ambidiestro y del de la mujer, es algo menos diferenciado y determinado a la lateralidad, razón por la cual también posee una mayor capacidad regenerativa, tal, como lo hemos referido en la primera parte. Como pedagogos y terapeutas, por la tanto debe ocuparnos la pregunta: ¿Cómo podemos fortalecer al niño las fuerzas de la mitad derecha del cuerpo? Aquí, con importante aplicación se le puede brindar algo al niño a modo de regalo, algo, que a base de una vida terrenal anterior y su configuración en la vida post-mortem, no ha traído a esta encarnación. Según el estudio del hombre, ese contexto es apoyado a través de adicionales referencias expuestas en el mencionado cuadernillo referido a la zurdera.

Al respecto, Rudolf Steiner nos dice: “Conmunmente no aprendemos a escribir con la izquierda, aprendemos a escribir con la derecha. Es una actividad, que mas bien depende del cuerpo etérico, porque con el tiempo es realizada a modo de hábito. Del lado izquierdo el cuerpo está mas desarrollado, es mas pesado; del lado derecho está un poco menos desarrollado. Esto, parece constituir un peculiar contrasentido. En el caso del pulmón hemos visto, que el lado izquierdo forma dos lóbulos y el lado derecho, el mas activo, integra mas vida al pulmón y desarrolla tres lóbulos. Así y todo, en el caso del hombre sucede, que del lado izquierdo predomina lo físico y del lado derecho lo etérico. Se refiere además, que el cuerpo astral es mas vigoroso del lado izquierdo que del lado derecho. Reflexionamos, decimos: ¿Cómo concuerda todo esto?

Para el investigador espiritual, el cuerpo físico en su lado derecho no posee los contornos tan claramente visibles como del lado izquierdo, porque del lado derecho se encuentra compenetrado en medida mayor por el cuerpo etérico. Es así, que ese lado es mas apropiado para los actos de índole habitual, poseen un mayor apoyo físico-etérico. Todo hábito se basa en el hecho de que entre el cuerpo físico y el cuerpo etérico existe una estrecha relación y que acontece algo, en la cual nuestra conciencia no está presente. En ocasión de los hábitos, el cuerpo físico y el cuerpo etérico actúan de manera igualmente autónoma. Por el hecho empero, de que estos se encuentran aunados en mayor medida en el lado derecho, este lado es mas apropiado, por ejemplo, para el suceso inconsciente físico-etérico de la actividad hepática.

Del lado izquierdo, el cuerpo físico llega a la manifestación mayor, con respecto a su peso. Por tal razón, también es significativo, que la nefroptosis y el riñón flotante de modo predominante aparecen en el lado izquierdo, donde el cuerpo físico ocupa un primer plano con sus fuerzas de gravedad. La nefroptosis y el riñón flotante son fenómenos patológicos, en los cuales el riñón desciende de su posición normal, lo cual conduce a veces a trastornos. A veces el afectado no se entera en toda su vida, que tiene un riñón flotante. Del lado derecho, esto ocurre con una frecuencia mucho menor, porque allí, lo etérico puede elevar a lo físico con mayor facilidad hacia la liviandad. Del lado izquierdo empero, el cuero físico aparece en mayor medida, porque aquí el cuerpo etérico y el cuerpo astral se encuentran aunados mas íntimamente y el vigoroso cuerpo astral absorbe a lo etérico mas intensivamente. Frente a ello, lo físico se encuentra mas abandonado a si mismo.

El Yo tiene la misión de establecer un estado de equilibrio entre el propio ser y el mundo y porque el Yo tiene que tener su representación en la construcción del cuerpo físico, es necesario, de que uno de los lados represente en mayor medida y que el otro tenga mayor presencia para el propio ser. De esta manera, se genera asimismo la conciencia propia junto a la vivencia de la diferencia. Dado, que la conciencia se genera únicamente allí, donde tienen su encuentro lo interior con lo exterior, donde un propio ser se encuentra con el mundo. Es así, que un marcado derecho e izquierda, una marcada asimetría en la distribución de fuerzas entre el “propio ser” y el “mundo” son la base para una mayor actividad del Yo para establecer el equilibrio, vale decir, la base para una sana conciencia propia.

Cuando a base de estos aspectos adicionales contemplamos un niño zurdo, podemos decirnos: tal vez a causa de circunstancias adversas, trágicas del destino en una vida terrenal ha tenido que agotar todas sus fuerzas en una vida terrenal. No ha podido ejercer pleno dominio sobre si mismo. No pudo abarcar plenamente con su Yo aquello que hacía, no pudo conectarse con todo lo que hacía. Por esa razón, después de la muerte ha entrado mas pobre al mundo espiritual y está volviendo ahora con una constitución, que puede tener las mas diversas debilidades individuales, que exteriormente puede ser saludable, que empero en la distribución de la fuerza es de manera tal, que predomina el propio Yo frente al mundo, que la izquierda predomina frente a la derecha. Con ello, le ha sido dado a su vez, la predisposición hacia una mayor auto-percepción y con ello, una mayor sensibilidad frente a los acontecimientos del mundo exterior. Esto, no se lo debemos quitar al niño, sobre todo, cuando se trata del dominio de la izquierda, un autentico dominio de encarnación. Dado, que allí se encuentra dispuesta a su vez, la posibilidad de auto-curación, siendo que toda la vivencia es experimentada con una mayor auto-referencia. Con respecto a la conciencia, es mas despierto, mas sensible, mas accesible anímicamente, de mayor reacción. Esa constitución ya de por si promueve, que el niño en realidad no puede hacer nada, estando ausente la conciencia. Tiene empero también la tendencia de ser mas caprichoso, terco y obstinado y a veces suele retraerse del mundo circundante. Sus dotes yacen mas bien en el ámbito científico-espiritual y artístico y no tanto en el ámbito de lo científico natural-técnico.

Es decisivo para el niño zurdo, que el pedagogo tenga comprensión para su constitución especial y no trate de “modificarlo”. Justamente por el hecho de que en estos niños a menudo se manifiesta claramente la propia voluntad y lo anímicamente sensible, una y otra vez son advertidos: “no seas tan egoísta, no seas tan sensible, piensa también en los demás...”, siendo que de esta manera estos niños se sienten muy poco comprendidos. Cuando se logra empero, orientar esa riqueza interior hacia los objetos del aprendizaje, despertar el interés por la belleza y los procesos del mundo circundante y mediante el trabajo de la escritura con la mano derecha disponer asimismo un fortalecimiento de la mitad derecha del cuerpo, estos niños pueden aprenderá implementar los talentos que han traído dentro de una mayor interiorización y tendrán también la fuerza de no flaquear frente a las condiciones externas de la vida, sino entrar en actividad en beneficio de su entorno.